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Por Alejandro Ocampo A.
Número 27
Finalmente junio ha llegado y con
él, nos encontramos ya a mitad del capicúa año
2002. Al margen de destacar lo que ha acontecido en materia de comunicación
durante los últimos dos meses, que pueden ser desde el espionaje
y grabación sin consentimiento de llamadas telefónicas
de alto nivel hasta la secularización de la imperiosa necesidad
de reformar integralmente la legislaciones en medios de comunicación
en América Latina, no podemos simplemente pasar desapercibidos
ante un hecho particularmente atrayente para los iberoamericanos:
el mundial de futbol 2002.
El analizar el fenómeno mediático
de esta edición del mundial trae nuevos ingredientes a escena.
Primero, la diferencia de horas, pues para los americanos, esta
diferencia oscila entre 11 y 15 horas, es decir, prácticamente
lo inverso. Segundo, al convertirse en un negocio formidable, los
derechos para explotar la transmisión por televisión
del futbol se vendieron en primera instancia en varios millones
de dólares, pero por la diferencia de horas el segundo mercado
de televidentes estará, así es, en el quinto sueño
mientras se juegan los partidos, por lo que la negociación
para cederlos a las televisoras abiertas ha sido más complejo
que la disputa por una calificación entre un maestro y su
alumno, pues además de la conocida y de alcances globales
recesión norteamericana, ¿quién va a querer
anunciarse a las 3 de la mañana?. Ya por último será
interesante observar con detenimiento la actuación de la
selección argentina, una de las favoritas para levantar la
copa al final del certamen; para muchos, eso significaría
una válvula de escape para las difíciles circunstancias
que atraviesa el país sudamericano ¿Qué efectos
podría tener el que Argentina gane el mundial o no? En todo
caso, nuestros mejores deseos para las nueve representaciones nacionales
iberoamericanas, ojalá el torneo se quede entre nosotros.
Por otra parte, en México
el caso Big Brother llega a su fin, para la edición 28 ya
sabremos quién se quedó con los 2 millones y medio
de pesos (unos 250 mil dólares). El interés que estuvo
en lo más alto en los meses de febrero, marzo y abril, ha
bajado en mayo y en junio nuevamente subirá cuando termine
la primera edición mexicana. A estas alturas, se perfilan
ya más reality shows en el país. Pudiera darse
el escenario de que cuando se vuelva cotidiano y se abuse del género,
los reality shows televisivos se conviertan, en algunos años,
en programas nostálgicos de las generaciones de los ochenta
que aderecen la programación de algún canal que quiera
revivir el pasado, justo como ahora, pues la convergencia digital
pinta para acelerar el proceso.
La edición 27 de Razón
y Palabra habla sobre multiculturalidad y comunicación. Extraordinariamente
coordinado por Fernando Contreras Vicedecano de la Facultad de Ciencias
de la Información de la Universidad de Sevilla, este número
explora la comunicación intercultural, incluyendo la mediada
por las nuevas tecnologías de información y comunicación,
un verdadero intrincado de este mundo globalizado. Una visión
sobre el futuro y una explicación sobre el presente. Hasta
Sevilla un fuerte abrazo, nuestro reconocimiento y agradecimiento
Fer.
No me resta entonces sino agradecerles
a todos los que hacen posible que todo esto funcione y, sin que
suene pecado de soberbia, colabore a fortalecer a nuestra academia
iberoamericana de comunicación.
Les recuerdo que esperamos sus comentarios,
sugerencias y colaboraciones. Razón y Palabra es de todos.
Un abrazo
Alejandro
Ocampo A
Director de Razón y Palabra |