Por Lobsang Espinoza
Número 32
Es indudable que la propaganda
política ejerce una influencia entre los electores y que
las estrategias utilizadas por los agentes de relaciones públicas
de los candidatos que pretenden llegar al poder tienden a ser mas
inteligentes y pensadas en cada nuevo periodo electoral y el Ecuador
no ha sido la excepción.
Desde 1997 Ecuador vive un proceso
democrático que ha sido interrumpido en varias ocasiones
por las discrepancias entre las élites y las clases populares.
Para el 22 de enero del 2000, este país fue por fin tomando
su timón en la ruta hacia la democracia cuando Gustavo Noboa
asumió el poder después de la caída del Dr.
Mahuad.
Ya en el 2002 las elecciones se
veían venir y 11 fueron los candidatos que se presentaron
a la contienda electoral quedando para la segunda vuelta Lucio Gutiérrez
y Álvaro Noboa, 2 extraños en la fauna política
de los últimas dos décadas.
Las estrategias utilizadas por los
dos candidatos que llegaron a la segunda vuelta, que en medio de
una apatía generalizada tuvieron que tratar de captar los
votos de los miles de indecisos, apelaron como ya es costumbre ,
a la emotividad, al reflejo condicionado de ver lo malo y generar
lo malo, de inventar historias o modificarlas y de recurrir a varias
argucias propias de estrategas que saben que eso es lo que llega
al auditorio fácilmente, sin necesidad de filtrar nada y
con un mensaje burdo y directo: "ese es el malo y nosotros
somos la solución vote por nosotros".
Este trabajo propone un análisis
semiótico del material electoral de la segunda vuelta donde
se explica el uso de los carteles, la publicidad exterior y los
pequeños folletines que se entregaron en las calles.
Los materiales visuales
Para que algo tenga significado
en nuestro constructo mental el material que esté disponible
debe haber pasado por un proceso de significaciones: de lo material
a lo significante. Lo material porque debe ser percibido por los
sentidos y lo significante porque debe tener la capacidad de decirnos
algo, de significar a través de un contenido y una forma
que represente algo para quien lo está viendo, para quien
le esta dando un sentido desde su carga cultural de entendimiento
y aprehensión.
En nuestro medio el sentido político
ha venido dado por lo visual y ha sido utilizado como la primera
estrategia política para llegar a las masas siendo la televisión
y la prensa los dos instrumentos mediáticos con mas acogida.
En las elecciones pasadas los candidatos
podían gastar hasta un millón de dólares para
publicitar su postura ideológica. La televisión y
la prensa percibieron rubros inmensos por concepto de propaganda
política entre las dos vueltas electorales lo que explica
la acogida que tiene entre nuestra gente, acostumbrado a leer un
libro por año o menos, el material visual, la propaganda
rápida y colorienta que proporcionan los medios señalados.
El discurso narrativo
Los dos candidatos finalistas
hicieron de sus campañas discursos narrativos, discursos
que requería de competencias comunicacionales así
como de performancias.
En los análisis discursivos
que nos presenta A.J Greimas este hace su recorrido generativo mediante
las modalidades del hacer: deber hacer, querer hacer, saber hacer
y poder hacer.
Todas estas modalidades fueron performadas,
en mayor o menor medida, por los dos candidatos para presentar sus
dotes como futuros gobernantes y esta performatividad se refleja
en las dimensiones de las fases del análisis : el contrato
y la sanción.
Entre el contrato y la sanción
hay un camino de modalidades reseñadas a continuación.
Lucio Gutiérrez y la modalidad
del hacer
El recorrido narrativo
generativo que siguió Gutiérrez se describe plenamente
en la propaganda difundida entre las dos vueltas electorales: del
"Juntos contra la corrupción" al "Presidente
para todos"
En la modalidad del deber hacer
señala su responsabilidad para con el "pueblo"
y no con los "banqueros corruptos" haciendo una alusión
indirecta a los acontecimientos del 21 de enero, hechos que lo catapultaron
a la palestra política y ahora a la presidencia; Gutiérrez
sentía la responsabilidad del "deber hacer" algo
para evitar la debacle de un pueblo que había sido robado
y extorsionado por los malévolos banqueros.
Esta responsabilidad del deber hacer
lo motiva a querer hacer lanzándose a la candidatura
presidencial; explica a sus seguidores que la difícil crisis
del Ecuador requiere de nuevos cuadros en la política y que
es él uno de los llamados a este clamor popular1.
Para demostrar que es la persona
ideal para presidir el futuro de Ecuador, Gutiérrez hace
manifestación pública de sus grados, diplomados, responsabilidades
en el exterior y demás galas que puedan sustentar su saber
hacer. Si bien es cierto que la mayor parte de su preparación
es castrense este candidato puede decir a ciencia cierta que "sabe
lo que hace" respaldándose en sus múltiples estudios
en el exterior y que, aunque sin formación política,
tiene la competencia adecuada para transformar al país en
un lugar de desarrollo y gobernabilidad.
En una de las propagandas para la
segunda vuelta electoral, un diminuto díptico bicolor con
abundante información sobre sus propuestas y quejas de "los
mismos de siempre" Gutiérrez utiliza un enunciado explicativo
que dice " Lucio es un líder político con alta
formación académica"
Alvaro Noboa y la modalidad del
hacer
Noboa, a sabiendas que su
discurso ya estaba gastado, pues fue amigo y financista de la campaña
del defenestrado Abdalá Bucaram y que la mayor parte de su
imagen pública se revirtió en su contra , trató
de imponer un discurso emotivo trunco: su esposa regalaba medicinas
y hacía consultas gratuitas con su caravana de la salud que
cruzó todo el país y que ahora no se sabe nada de
ella; su intervención humanitaria con los damnificados de
la explosión del Reventador y su disertación pública
del "erupto" del volcán y finalmente su acusación
sin fundamento al remitirse a la ya pasada lucha ideológica
de la izquierda como los enemigos "rojos" en contra de
Gutiérrez a quien acusaba de comunista y aliado de los partidos
de extrema izquierda en Ecuador, el MPD (Movimiento Popular Democrático).
Noboa manejó el eje del conflicto
y la modalidad del hacer siendo su deber hacer la supuesta responsabilidad
que lo llamaba desde las calles de los barrios pobres a responder
ante los malvado de siempre asegurando empleo para miles de personas
en sus haciendas; el querer hacer estuvo marcado por el discurso
de Anabela Azin, esposa de Noboa quien lo acompañó
y aconsejó para que en sus salidas públicas mostrara
su mejor sonrisa; el saber hacer aduciendo que el control de una
de las mayores fortunas heredadas en América Latina no era
para cualquiera y que precisaba la administración adecuada
de Noboa hijo y finalmente el poder hacer, que quedó inconcluso
y se manifestaba en sus acciones filantrópicas a favor de
los necesitados del país.
La semiótica enseña
a ver detrás de los simples clichés del periodismo
clásico del emisor, mensaje y receptor y ayuda a interpretar
la realidad con una visión mas clara, crítica y visionaria
de lo que pasa en nuestra cotidianidad.
Se debe entrar al mundo de los significados
con un conocimiento de causa que no genere confusión en la
audiencia sino una panorámica clara de nuestro día
a día. Así nuestra forma de ver las cosas pasará
de lo simple y superficial a lo crítico y meditado, actitud
que se debe tomar con responsabilidad en medio de las influencias
mediáticas que bombardean los "mass media" de hoy.
El reto es criticar los medios desde
la inteligencia y la comprensión ideológica que estos
nos emiten.
Notas:
1
El Universo, 28 de octubre del 2002, Sección A2
Lobsang Espinoza
Universidad
Central, Quito Ecuador. |