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Por Armando Barrañón
Número 34
I Introducción
La bula Sublimis Dei
fue escrita por el Papa Paulo III en 1537, con el fin de resolver
el asunto candente de la humanidad de los indios novohispanos. Debido
a las diferencias entre las partes contendientes en este tema, era
necesario tomar en cuenta el parecer papal sobre este asunto, pues
el descubrimiento de los nuevos dominios españoles y sus
habitantes exigía su definición legal. Por eso el
Papa Paulo III recurre a la sublimidad divina para sustentar la
humanidad de los indígenas novohispanos, en el mismo grado
de perfección posible que la de los demás hombres.
Esta Bula es un antecedente de las Nuevas Leyes, promovidas por
fray Bartolomé de Las Casas en la Junta de Valladolid de
1541, para remediar los abusos cometidos en contra de los indios
por los encomenderos. Estas leyes prohibían la esclavitud
de los indígenas y los liberaban en caso de sufrir abusos
de sus propietarios. Provocaron el descontento entre los colonizadores
españoles, quienes amenazaron con regresar a España
al ser despojados de sus privilegios pues no admitían la
incorporación de los indios encomendados a la herencia. Debido
a la gran inconformidad que suscitó, Carlos V emitió
una cédula en 1545 en que ordenaba encomendar los indios
a los hijos después de la muerte de sus padres y después
a las mujeres, suspendiendo la provisión contraria establecida
en las Leyes de 1542 y pidiendo que se volviera a la costumbre anterior1.
La fundación militar de la Nueva España, había
dado lugar a una segunda etapa de colonización, en la que
se había dotado de propiedades en la forma de tierras y hombres
a los españoles recién llegados. Como lo expresaron
en su momento, algunos matrimonios se arreglaban en base a estos
privilegios, así que al desaparecer estas prerrogativas corrían
el peligro las señoras españolas de ser abandonadas
y quedar desiertas las haciendas. Podemos ver entonces la dificultad
inherente a la solución papal a este dilema y la extrema
cautela con que debía proceder el Sumo Pontífice.
En seguida examinaremos el contenido de esta Bula, desde un punto
de vista formal, en lo que se refiere a los recursos silogísticos
que utiliza y al trasfondo religioso, en lo que se refiere a la
concepción paulina del hombre. En la segunda sección
tratamos la forma de argumentación aristotélica que
usó el Papa Paulo III y explicamos porqué debió
recurrir a un procedimiento deductivo en el que subyace la idea
del proceso de Antropogénesis, con el fin de salvar los obstáculos
de las informaciones recibidas sobre los indígenas novohispanos.
En la tercera sección se considera el papel de la importación
existencial en los últimos avances en la aritmetización
de la lógica à la Leibniz. En la cuarta sección
describimos el proceso de Antropogénesis en relación
con el mundo espiritual incorpóreo que postula el cristianismo
y las dificultades que tiene el usar términos que no pueden
materializarse, con la lógica aristotélica. En la
sección quinta consideramos el desarrollo particular que
tuvo la concepción de la Antropogénesis cristiana
en el proceso de formación del Otro dando como resultado
la satanización, por parte de los cronistas, de las costumbres
y creencias indígenas. En la sexta sección analizamos
el problema de basar la dignidad humana sobre un proceso incorpóreo,
como es el de la Antropogénesis y la forma en que esto vuelve
problemático el tratamiento de la humanidad de los indios
mediante la lógica aristotélica. Damos algunos ejemplos
de términos que no pueden materializarse y que son usados
hoy en día, para comprender la actualidad de esta problemática.
En la séptima sección finalizamos con una crítica
de los fundamentos ideológicos cristianos que subyacen a
esta argumentación y mediante dos ejemplos mostramos que
el proceso de Antropogénesis ha pasado actualmente a un segundo
plano en un mundo desacralizado, en el que se imponen las fuerzas
del mercado, derrumbándose el sustento de este silogismo
y abriendo la puerta para políticas profundamente segregacionistas
en un mundo caracterizado por desequilibrios regionales provocados
por la globalización.
II Lo Universal en la Bula Sublimis
Dei
Ya que las informaciones aportadas
al Papa Paulo eran de naturaleza diversa, en algunos casos elogiando
las habilidades de los indios y en otras sustentando la brutalidad
y animalidad de ellos, el pontífice escoge una perspectiva
universal, realizando un razonamiento deductivo que gira en torno
a la sublimidad del creador y su creación. De esta forma
supera la conflictividad de los casos particulares examinados y
define no sólo a favor de los indios novohispanos, sino de
cualquier hombre en general. Esto convierte a la bula Sublimis
Dei en una pieza importante como reflexión sobre la dignidad
humana y de actualidad en el tema de la discriminación racial2.
Porque Dios es óptimamente sublime, sus creaciones han sido
constituidas de manera tal que puedan alcanzar la máxima
sublimidad, que es la del mismo Dios. Y por esta razón los
indígenas novohispanos son capaces de alcanzar el supremo
Bien, inaccesible e invisible, que es el Bien celestial. Porque
para alcanzar este bien es necesario disponer de los medios necesarios,
prohíbe que sean despojados de sus pertenencias y esclavizados.
Este es el argumento central de la Bula Sublimis Dei y con
él supera los alegatos sobre las faltas y vicios que han
observado los españoles en los indios, estableciendo en su
conclusión final un llamado a los españoles para que
establezcan comunicación cristiana con los indígenas.
Se ponía en duda incluso la capacidad de discernimiento de
los indígenas, en materia de asuntos religiosos como el de
la Transubstanciación del pan material en Pan Sacramental3.
No es raro observar que el silogismo usado por el Papa Paulo III,
que corresponde a la forma Barbara pues está compuesto
por dos premisas universales afirmativas y una conclusión
universal afirmativa, sea el primer ejemplo dado por los tratados
de lógica aristotélica para explicar la naturaleza
del argumento4: Todo hombre es
mortal, Sócrates es hombre, por lo tanto, Sócrates
es mortal. En el caso considerado por el Papa Paulo, tendríamos
la siguiente instancia: Todo hombre es capaz de alcanzar el Bien
Celestial, los indígenas novohispanos son hombres, por lo
tanto los indígenas novohispanos son capaces de alcanzar
el Bien Celestial.
Esta forma de silogismo ha sido usado por Karl Engisch, en su obra
Logische Studien zu Gesetsezanwendung5,
para dar forma al proceso donde se aplican normas generales a casos
especiales, otorgando derechos y obligaciones. La premisa mayor
corresponde a un juicio normativo derivado de las leyes, lo que
se encuentra más allá de la simple forma lógica.
Mientras que en la premisa menor se subsume una clase de casos a
las "notas constitutivas" del supuesto del que parte el
juicio normativo. Siguiendo la forma Barbara, la conclusión
resultaría en la aplicación del juicio normativo especial
a la clase en cuestión6.
Pero el problema de establecer la premisa menor implica una labor
hermenéutica, pues debe demostrarse que el caso en cuestión
pertenece a la clase del supuesto de la norma jurídica en
cuestión, lo que exige aceptar una serie de supuestos sobre
la naturaleza del caso en cuestión y de la clase en la que
deseamos subsumirlo. Claramente, esto último depende de la
concepción del mundo que se tenga en el momento en que se
elaboran y aplican las leyes.
En nuestro caso, ya que el silogismo es válido en su forma,
bastaría considerar verdaderas las premisas, para concluir
la verdad de la conclusión. Sin embargo, la verdad de la
primera premisa, que es la capacidad de todos los hombres para alcanzar
el Bien más celestial, sólo puede aceptarse si tenemos
en cuenta la convicción de que el cristiano sufre la acción
transformadora del Espíritu Santo, es decir cuando aceptamos
la concepción paulina del hombre. Por eso es que al interior
de este razonamiento se encuentra la concepción cristiana
de la vida humana, que se inscribe dentro de un proceso de transformación
constante, a través de la acción del Espíritu
Santo, llamado Antropogénesis.
Pero el problema que se presenta aquí es el de utilizar un
término que no se pueda materializar, como lo es el de la
acción transformadora del Espíritu Santo en el hombre,
es decir, el riesgo de incurrir en la falacia de la importación
existencial. Esta falacia puede darse cuando tratamos con términos
que no pueden materializarse, pues en ellos no se cumplen siempre
las inferencias inmediatas del cuadro de oposición aristotélico.
Por eso había discutido la lógica escolástica
sobre los seres de razón, que la mente considera capaces
de existir y a los que no se puede conocer materialmente, como es
el caso de la divinidad, cuya existencia consideraba la escolástica
que puede inferirse a partir de sus obras7.
Sin embargo, en un mundo desacralizado, esta presunción se
vuelve problemática, por lo que es importante considerar
la actualidad de este problema, lo que haremos enseguida .
III La Falacia de la Importación
Existencial
El problema de la falacia
de la importación existencial ha sido tratado desde un punto
de vista algebraico, siguiendo la idea leibniziana de aritmetizar
la lógica8. Se establece
una correspondencia entre los términos y una clase adecuada
de números enteros, de tal manera que la verdad lógica
de una proposición corresponda con la verdad aritmética
de un cálculo. Al introducir el término vacío
como elemento extremo que cumple: x*e=x para todo x, entonces pueden
definirse cuatro relaciones silogísticas que corresponden
a las proposiciones categóricas tradicionales: sAp es s(-p)=Ø,
sOp es s(-p)¹Ø,
sEp es s(p)=Ø, y sIp es s(p)¹Ø9.
Tal como lo postuló Leibniz, la igualdad en las cuatro ecuaciones
anteriores corresponde al "Est ens"(¹e)
y la desigualdad corresponde a "Non est ens" (=e)10.
Estas cuatro ecuaciones fueron propuestas por C.G. Boole ciento
sesenta años después de Leibniz11.
Si S y P son conjuntos no vacíos arbitrarios, sAp (Todo s
es un p) es traducido como SÍP,sIp
(Algún s es un p) es traducido como SÇP¹q(brevemente
SqP) y los conectivos
proposicionales formales son reemplazados por los informales. De
la misma manera, sOp correspondería a (Algún
s no es un p)12.
Como demostró Slupecki, los silogismos que no tienen términos
vacíos pueden aximatirse con los siguientes cuatro axiomas
de Lucasiewicz: sAs, sIs,(mAp)Ù(sAm)ÞsAp
(Barbara), y: (mAp)Ù(mIs)ÞsIp
(Datisi)13. Así,
cualquier silogismo es traducido como una proposición sobre
conjuntos no vacíos. Si esta proposición es verdadera,
i.e., si la expresión así obtenida es una tautología
en la teoría de conjuntos, se dicen que el silogismo es verdadero.
Es verdadero en un conjunto no vacío dado, cuando cualquier
reemplazo de sus términos con cualquier subconjunto no vacío
de U resulta en una proposición verdadera. Esta es la llamada
semántica escolástica por Leibniz y está denotada
por (Í, Ç¹Æ ).
Otra semántica es la llamada Leibniziana, en la que para
un conjunto no vacío U dado, las variables de término
son valuadas por subconjuntos de U diferentes de U. Si S y P son
tales conjuntos, sAp es interpretado como SÊP,
sIp como SÈP¹U
y los conectivos formales son reemplazados por los informales. Esta
semántica está caracterizada por (Ê,
ȹU). Se dice que un silogismo es verdadero en
U cuando la proposición obtenida después de cualquier
reemplazo de todas las variables de término con subconjuntos
de U resulta en una proposición verdadera. El silogismo es
verdadero cuando es verdadero
en cualquier conjunto U.
Como demostró Sotirov, un silogismo con n letras de término
es verdadero sí y solo si en cualquier conjunto con no más
de 2n elementos. Además, un silogismo es verdadero si y sólo
sí es verdadero en el sentido escolástico14.
Cuando se incluye el conjunto vacío Æ
para evaluar los términos en la semántica escolástica,
se obtiene una nueva silogística que diferirá de la
tradicional. Por ejemplo, algunos de los silogismos como Bramatip
dejan de ser verdaderos. Tampoco será verdadera la ley sIs,
introducida por Leibiniz. La interpretación aritmética
puede ampliarse para incluir términos vacíos al considerar
1 como su valor numérico, y modificando ligeramente las pruebas
de las dos proposiciones anteriores. Esta interpretación
Leibniziana es caracterizada de la siguiente manera (/,m.c.m.<
u). Se dice que el silogismo es aritméticamente verdadero
con respecto a u si la proposición obtenida es aritméticamente
verdadera. Y el silogismo es aritméticamente verdadero (en
el sentido de Leibniz) si es aritméticamente verdadero, en
el mismo sentido, con respecto a cualquier u > 1. Como puede
verse se condiciona siempre a que se cumpla: u > 1, es decir
que se trate de conjuntos no vacíos, es decir, que no se
cumpla la falacia de la importación existencial.
IV La Doctrina Paulina de laAntropogénesis
Para el cristianismo,
el futuro del hombre no es otro que esta existencia mística,
pues se considera a si mismo como una Antropogénesis que
se da a través de la comunicación de la sabiduría
divina a los cristianos, según lo exponía San Pablo,
reduciendo la existencia humana a un mero tránsito hacia
la vida sobrenatural. La esencia de esta vida mística consiste
en la intervención del Espíritu Santo que los aparta
de la dimensión material del mundo (Rom 12, 12). Aunque en
potencia todos podemos alcanzar por esta vía a la máxima
sublimidad, sólo algunos pueden llegar a ella, según
San Agustín15. Este es
el secreto que se ha revelado en el cristianismo, lo que en griego
se expresa mediante el término mysterion, del arameo
raz, y que denota al secreto (Dan 2, 18s)16.
La doctrina de la sublimidad para tratar lo divino, fue expresada
por los Padres de la Iglesia. El Sermón para el Festival
de la Navidad, nos habla sobre la igualdad que existe en el
hijo y el Padre, siendo el Hijo igual al Padre en Sublimidad con
lo que demuestra su naturaleza humana y divina17.
Ignacio de Tralles, otro Padre de la Iglesia, también se
refiere a los seres incorpóreos y confiesa el entendimiento
que tiene sobre misterios tales como la sublimidad del Espíritu
y los órdenes angélicos, las potencias, dominios,
tronos y autoridades, Eones, querubines y serafines18.
Esta concepción de la sublimidad llega hasta Santo Tomás
de Aquino, quien considera que el Hijo del Hombre se eleva hasta
la Sublimidad de la vida eterna, aunque es el mismo que desciende
como Hijo Dios (St. Thomas, Comm. in Ep. ad Eph. c iv. lect.
iii circa finem).
En palabras de San Agustín, esta metamorfosis está
cifrada en el sentido místico de la creación del hombre,
que se resume en el "hagamos al hombre a imagen y semejanza
nuestra" para que demuestre lo perfecta, buena y agradable
que es la voluntad de Dios pues el alma renovada deja de morir viviendo
mal y empieza a vivir bien: "Así es renovado el hombre
en el conocimiento de Dios, según la imagen de aquel que
lo ha creado, y, convertido en espiritual, juzga todas las cosas,
las que deben ser juzgadas, por supuesto, más él por
nadie es juzgado"19. Esta
postura Cristocéntrica de San Agustín con respecto
al conocimiento intelectual se remite al prólogo del Evangelio
según san Juan, según el cual el Logos
da luz a cada uno de los hombres (Jn 1,9)20.
Pero el de Hipona elabora esta posición hasta llegar al concepto
del Maestro Interior que se ha encarnado para convertirse en Maestro
Exterior y enseñar la Verdad incorruptible21,
lo que implica un salto cualitativo conceptual de San Agustín,
ya que rebasa la doctrina neoplatónica con la cual había
sido irradiado en el círculo filosófico del sacerdote
Simpliciano en Milán y que negaba la Encarnación22.
En la cima de la escolástica, Santo Tomás elabora
filosóficamente esta concepción incluyendo al desarrollo
de las facultades intelectivas. Considera que la gracia permite
crecer a la inteligencia, de manera que pueda ver la esencia divina
(ex divina gratia superaccrescat ei virtus intelligendi),
lo que se traduce en una iluminación de la inteligencia (hoc
augmentum virtutis intellectivae)23.
V La Globalización de
la Antropogénesis
Según la concepción
paulina el hombre no nace sino se hace, bajo la acción modeladora
del Espíritu Santo, en un proceso que el cristianismo denomina
Antropogénesis. De esta perspectiva surge la posición
del Papa Paulo III sobre la potencial perfección sublime
del hombre, que en caso de no ser cumplida por los indios, disminuiría
la sublimidad del Dios creador. Esta concepción es exportada
mundialmente en los dominios españoles, globalizando la concepción
cristiana de la dignidad humana y es expresada en el conjunto de
Leyes de Indias.
Sin embargo, nos llama la atención el uso de la argumentación
aristotélica para definir el problema de los indígenas
novohispanos, cuando sabemos que en el sistema aristotélico
se descarta el uso de términos que no pueden materializarse.
En el caso de la Bula Sublimis Dei tenemos un Sorites, pues
se considera a la acción del Espíritu Santo en el
proceso de Antropogénesis como una premisa tácita
que garantiza la posibilidad de alcanzar el Bien Celestial. Se cometería
entonces la falacia de la importación existencial, en caso
de que este dogma de fe no se cumpliera, si es que ideológicamente
consideramos imposible tal proceso de transformación espiritual
del hombre a través del Espíritu Santo. Así
que la conclusión de este razonamiento que propone el Papa
Paulo III, sólo se cumplirá cuando sea real esta acción
de un ente espiritual en el hombre, lo que sólo es aceptable
desde la cosmovisión cristiana.
La existencia de cosas incorpóreas, que tanto llamó
la atención de los griegos al difundirse la religión
cristiana en la zona de influencia helénica, y su relación
con el cosmos, es el trasfondo de la argumentación papal.
Esta relación problemática entre lo incorpóreo
y el mundo real, daría lugar a la reflexión neoplatónica,
que desarrolló la filosofía de lo incorpóreo
propuesta por el filósofo Ammonio Sacas, y que impregna a
la mentalidad occidental, constituida por conceptos que tal vez
nunca lleguen a materializarse. Para ver que esta problemática
de lo incorpóreo es aún de actualidad, podemos fácilmente
dar ejemplos de estos términos que no se pueden materializar
y con los que es posible cometer esta falacia de la importación
existencial. Son términos que inundan la literatura occidental
y que sirven como elementos orientadores para la racionalidad: igualdad,
libertad, liberalización, democracia, globalización,
previsión perfecta del comportamiento de los mercados. En
virtud de ellos se toman decisiones que afectan a millones de personas,
a pesar de que se entiende perfectamente que son de naturaleza utópica.
VI Antropogénesis y Formación
del Otro
De manera paralela al conocimiento
de los indígenas novohispanos, concebidos como lo Otro, en
la medida en que no participan del universo simbólico europeo,
surge la cuestión de cuál será el lugar que
ocupan dentro de este proceso universal de la Antropogénesis.
Esta verdad revelada universalmente, según los manuscritos
cristianos, es descifrada por los cronistas en las costumbres y
textos mesoamericanos. Se extrae un grupo de ceremonias y creencias
que los indígenas tienen en común con los españoles
y que son concebidas como deformaciones diabólicas del original
cristiano. De este proceso resulta la formación del Otro
como ente de naturaleza diabólica y la convicción
de que es necesario extirpar esa idolatría24.
Es la misma ruta conceptual que recorrió San Agustín
al considerar lo pagano como sinónimo de diabólico,
resultado de sus antecedentes neoplatónicos y maniqueístas.
Esta vena alimentaría las ambiciones de aquellos españoles
que desvirtuaron la naturaleza indígena, apoyando la esclavitud
ilimitada de los indígenas, con fines de lucro.
La polémica Sepúlveda-Las Casas refleja estos dos
puntos de vista encontrados. Para Sepúlveda, las prácticas
imperiales de la antigüedad clásica y su filosofía
justificaban absolutamente la conquista y esclavitud de los naturales
novohispanos. Para las Casas, el aspecto vertebral de la querella
es probar que los indígenas son meramente hombres cuya vida
tiene un sentido trascendental y demostrar la obligación
de incluirlos con plenos derechos en la cristiandad. De premisas
tan encontradas partían diferentes concepciones del gobierno
a que deberían sujetarse los naturales, y esto representaba
elaborar una nueva legalidad, en la que se reconociera la existencia
de seres ajenos a la oikumene y se definiera su status25.
Desde el Consejo de Indias celebrado en 1519, los predicadores se
pronunciaron a favor de la calidad humana de los indios, invocando
las leyes de Burgos y otras cédulas26.
Residiendo la Corte de Carlos V en La Coruña, el cardenal
Adriano, quién había de ser Papa, argumentó
a favor de la paz, amor y vía evangélica con que habían
de ser atraídos los naturales de la Nueva España,
de donde se concluyó que los indios debían ser tratados
como vasallos libres27. A pesar
de que las Nuevas Leyes divulgadas en 1542 prohibían la esclavitud
de los indios y las encomiendas, la oposición de los indianos
condujo a su modificación. Por esta razón promovieron
la obra de Ginés de Sepúlveda, quién había
considerado al indígena más parecido al mono que al
hombre, en su Democrates Alter28,
cuya publicación fue prohibida por las universidades de Alcalá
y de Salamanca. El cabildo de la Ciudad de México, acordó
en 1554 enviar a Sepúlveda unas joyas y ahorros con un valor
de a lo más doscientos pesos de oro29.
Considerando a los indígenas como amentes, Vitoria derivaba
la conveniencia de tratarlos como si fueran niños, y que
por caridad fuesen gobernados por personas más inteligentes,
siendo gobernados como siervos30.
Sin embargo, en contra de esta opinión, fray Bartolomé
de las Casas consideraba que no se había podido descuidar
Dios en su creación si hubiese creado tantos indígenas
monstruosos por ser insociales31.
Y fray Julián Garcés le manifestó a Paulo III
estos errores, que consideraba diabólicos, pues las criaturas
racionales hechas a imagen de Dios no podían ser tenidas
por bestias o jumentos32. Por
esto pidió el Consejo de Indias al emperador, en 1549, que
se realizase una junta con juristas y teólogos, para definir
el modo justo de hacer las conquistas, de lo que resultó
la famosa Junta de Valladolid de 1550 y 1551, en la que participaron
Sepúlveda y Las Casas33.
Vuelve a apreciarse la importancia de la Bula Sublimis Dei
para definir al Ser de los indígenas como un Ser en potencia,
que puede alcanzar el Bien Celestial, salvando los obstáculos
de su modo de ser real. Pero esta manera de privilegiar el ser potencial
al ser real proviene de la constitución filosófica
paulina del cristianismo, que establece un proceso invisible que
acompaña a la vida cristiana y que constituye el misterio
que ha develado el Espíritu Santo a los cristianos.
Esta percepción demoníaca española se transmite
a los tlacuilos indígenas, educados en el Imperial
Colegio de Tlatelolco, y se expresa en la forma del tameme
infernal, que es la imagen de un cargador indígena sometido
a los tormentos infernales, tal como está representada en
los frescos del Convento de Ixmiquilpan. Surge también la
necesidad de perseguir los cultos nativos como una extensión
de la Inquisición española, que es ejercida por el
Inquisidor Apostólico fray Juán de Zumárraga,
quien ya había fungido como juez en la extirpación
de brujas en la Vizcaya, después de ser nombrado custodio
del monasterio del Abrojo34.
Para ejemplo general, se quemó en la hoguera a los caciques
de Tezcoco, en 1539 y de Yanhuitlán, en 154535,
además se procesó en 1537 a Martín Océlotl
y sus dos hermanos por proclamarse Dios y reunir flechas incitando
a la sublevación36. De
manera bondadosa, el cacique de Matlatlán fue procesado en
1539 por fray Andrés de Olmos.
Se adopta entonces un nuevo punto de partida para el Ser, cuya única
virtud queda restringida a su devenir potencial, adquiriendo la
convicción de que es substancial romper con el pasado cultural
para formar una nueva identidad37.
Este es el antecedente del conocido nepantlismo, el estar
perennemente a medias, característico de la sociedad virreinal
novohispana.
VII Crítica y Actualidad
de la Bula Sublimis Dei
Por fundarse sobre el
supuesto de la realidad de la acción transformadora de un
ente espiritual, que es producto de la mística cristiana,
a pesar de apoyarse en un silogismo válido como es el de
la forma Barbara, la Bula Sublimis Dei tiene un carácter
ideológico. Está restringida a una interpretatio
christiana que sufre modificaciones históricas y regionales,
por lo que no es difícil entender que su profundo mensaje
humanista sea incomprendido por grandes grupos, tanto en su época
como en la actualidad.
Aún sufrimos los embates de los movimientos racistas, que
incluyen a nuestro país, donde en algunas regiones se sigue
viviendo en condiciones de segregación racial. En un mundo
desacralizado, donde se ignora o no se comprende el misterio cristiano
de la Antropogénesis, se derrumba el argumento papal y nos
quedamos en la definición del Ser en términos de las
lógica del mercado. El Bien celestial se sustituye por los
bienes terrenales y nos resulta difícil entender entonces
que cualquier hombre pueda alcanzar el mayor Bien, en este caso,
el mayor bien terrenal.
Las grandes diferencias en el poder de consumo, las limitaciones
en los recursos bélicos, fueron entonces y son ahora los
determinantes de la realización individual y nacional, en
tanto que surge actualmente una ideología imperial en un
mundo unipolar. Los grandes sueños de las ideologías
se han derrumbado y sólo nos queda la realidad del mercado,
que evoluciona en un proceso de desequilibrios regionales agudos
detonados por el acceso selectivo a los capitales y la tecnología,
conocido como globalización. Por eso deberíamos de
ocuparnos por definir la nueva concepción de la dignidad
humana en este nuevo entorno que suprime gradualmente cualquier
ideología extraña a la acción de las poderosas
fuerzas del mercado.
Un caso importante para valorar nuestro nuevo entorno, es la preocupación
actual por limitar los abusos de los sacerdotes pederastas en los
Estados Unidos. Hay una preocupación por la carne, en un
mundo donde el espíritu se ha olvidado, por lo que nos quedamos
con el cuerpo como última posesión. Lo real es más
importante que lo incorpóreo, y eso nos aleja de la posición
cristiana mistérica, de la dimensión espiritual de
la vida que el cristianismo aportó. Se vuelve fundamental
vigilar el castigo corporal a estos ministros religiosos, pues resulta
ser más importante que el castigo que pudieran recibir en
el más allá. Se traspone entonces la relación
que existía entre el Más Allá y el Más
Acá, pues preferimos quedarnos en el ser real ya que no nos
preocupamos por el ser potencial.
Otro aspecto que inunda los medios, cuando se trata de la Iglesia
Católica, es la constante preocupación por la salud
papal y su capacidad corporal para soportar las responsabilidades
de su oficio. Nuevamente aparece la referencia al cuerpo en los
temas sagrados, hay una especie de sacralización del cuerpo,
que refleja este alejamiento de las fuentes cristianas originales.
Es más importante informar sobre el estado de salud del Papa,
que informar sobre la espiritualidad cristiana. El Ser real sustituye
al Ser en potencia, porque ha quedado oculto el proceso de Antropogénesis,
mediante el cual los hombres alcanzan la igualdad en el plano más
celestial.
Son dos puntos que, en mi opinión, nos deberían poner
a reflexionar sobre la necesidad de ponderar más cuidadosamente
nuestro concepto del hombre, en un mundo dominado por la realidad
del mercado y estimar cuál es el impacto que esta ideología
de mercado puede tener en el tratamiento que demos a los Otros,
es decir, a los grande grupos que se encuentran excluidos del nuevo
ciclo de negocios mundial al que llamamos globalización.
Notas:
1
PUGA, Vasco de. Provisiones, Cédulas, Instrucciones para
el gobierno de la Nueva España. México: Ediciones
de Cultura Hispánica, Vol. III, 1945 fol. 101.
2
[ ] ACUÑA, René. Fray Julián de Garcés.
Su alegato en pro de los naturales de la Nueva España.
México: UNAM, 1995, Apéndice XLVII.
3
MENDIETA, fray Gerónimo. Historia eclesiástica
Indiana. México: Porrúa, 1993, pp. 458-459.
4
HISPANO, Pedro. Tractatus. Summule Logicales. México:
UNAM, 1986, p.41.
5
ENGISCH, Karl. Logische Studien zur Gesetzesanwendung, Zweite
Auflage, Carl Winter-Universitätsverlag, Heidelberg, 1960.
6
ENGISCH, Karl. Logische Studien zur Gesetzesanwendung, Zweite
Auflage, Carl Winter-Universitätsverlag, Heidelberg, 1960,
p. 15.
7
SANTO TOMAS, Juan de. Sobre la naturaleza de la lógica.
México: UNAM, 1994, p. 93.
8Couturat,
L. Opuscules et fragments inédits de Leibniz, éxtraits
des manuscrits de la Bibliothèque royale de Hanovre.
Paris, Presses Universitaires de France, 1903.
9
Sotirov, V."Various Syllogistics from the Algebraic Point of
View", Memorias del 2nd Panhellenic Logic Symposium,(Delphi,
Grecia), Julio 13 - 17, (1999).
10
LEIBNIZ, G.W. Die Philosophischen Schriften von Gottfried Wilhelm,
Berlin, Gerhardt, Bd. VII, 1890, p. 212.
11
BOOLE, G., The mathematical Analysis of Logic, Being an
Essay towards a Calculus of Deductive Reasoning, Cambridge,
Macmillan, 1847.
12
LUKASIEWICZ, J., Aristotle's Syllogistic from the Santdpoint
of Modern Formal Logic, Oxford , Clarendon Press, 2nd ed. 1957.
13
Slupecki., J., "On Aristotellian syllogistic", Studia
Philosophica, (Poznan), 4, (1949), pp. 275-300.
14
SOTIROV, V., "Arithmetizations of syllogistic à la Leibniz",
J, Appl. Non Class. Logic, v. 9, no. 2-3, (1999), pp. 386-405.
15
AGUSTÍN, San. Confesiones. México: Porrúa,
1995, p. 84.
16
TRESMONTANT, Claude. La mística cristiana y el porvenir
del hombre. Barcelona: Herder, 1980, p. 12.
17
SERMON XXVIII. ON THE FESTIVAL OF THE NATIVITY, VIII. I. cf. SCHAFF,
P. Post-Nicene Fathers of the Christian Church. Edinburgh:
T&T Clark.
18 "Epístola de
Ignacio a los Tralianos", en: ROBERTS, A. y J. DONALDSON. The
Ante-Nicene Fathers. Vol. I, Ed. New Advent., 1995.
19 AGUSTÍN, San. Confesiones.
México: Porrúa, 1995, p. 241.
20 Madec, Christus, col. 857,
en Augustinus-Lexikon I, col. 845-908.
21Del Maestro, en: AGUSTIN,
San. Tratados. México: SEP, 1986, p. 184.
22 AGUSTIN, San. Confesiones.
México: Porrúa, 1995, p. 106.
23 TRESMONTANT, Claude. La
mística cristiana y el porvenir del hombre. Barcelona:
Herder, 1980, p. 178-179.
24"..la dicha noche tres
frailes, desde las diez de la noche hasta que amanecía, espantaron
y ahuyentaron todos los que estaban en las casas y salas de los
demonios", en: MOTOLINÍA, fr. Toribio. Historia de
los indios de la Nueva España. México: Porrúa,
1990. p. 22.
25 HERREJÓN PEREDO, Carlos.
Textos Políticos en la Nueva España. México,
FCE, 1984
26 LAS CASAS, fray Bartolomé
de. Historia de las Indias, D.I.E., lib. III, cap. CXLVIII
al CII.
27LAS CASAS, fray Bartolomé
de. Historia de las Indias, D.I.E., lib. III, cap. CXXXV.
28 SEPÚLVEDA, Ginés
de. Democrates Alter, sive de justis belli causis apud indos,
trad. de Menéndez y Pelayo, Madrid, Boletín de la
Academia de la Historia, XXI, 319.
29 Actas de cabildo de la
Ciudad de México. México, 1889-1916. cf. HANKE,
L. Cuerpo de documentos inéditos del siglo XVI,
p. XXV.
30 GETINO, Luis. Las reelecciones
teológicas del maestro Francisco de Vitoria. Madrid:
Edición crítica, 1933. Primera Reelección de
los indios, octavo título legítimo.
31 LAS CASAS, fray Bartolomé
de. Historia de las Indias, D.I.E., LXVI, 237-238.
32Cit. Por G. Méndez
Plancarte. Humanismo mexicano del siglo XVI. México:
UNAM, 1946, pp. 8-9.
33 HANKE, L. Cuerpo de documentos
inéditos del siglo XVI, p. 151.
34 ICAZBALCETA, Biografía
de D. Fray Juan de Zumárraga. México, 1897 .
35VARIOS. Proceso inquisitorial
del cacique de Tezcoco, México, A.G.N., 1910, p.2.
36LAFAYE, J. Quetzalcóatl
y Guadalupe. México: FCE, 1993. p. 63.
37
" En este tiempo sucedió en Tlaxcala, que saliendo de
la plaza un Zátrapa en figura del Dios Ometochtli salieron
los niños de la escuela y con ánimo varonil predicando
que era aquella figura del demonio fueron tantas las piedras que
tiraron, que lo dejaron muerto y entre piedras sepultado".
en: "De los Sucesos Religiosos", tomado de: VETANCOURT,
fr. Agustín de. Teatro Mexicano. México: Porrúa,
1982. p. 4.
Armando Barrañón
Cedillo
Deepartamento de Ciencias Básicas, UAM-Azcapotzalco,
D.F., México. |