Por Alberto Ferreyra
Número 37
Cada cual
en su mundo
“La inversa del
seno es la cosecante y la inversa del coseno es la secante y la
misma relación hay entre tangente y cotangente”.
Adriana escribía
esto en una hoja blanca tamaño A4 con la intención
de recordarlo el día del segundo parcial. Minutos antes había
entendido por qué vale 1 el seno del ángulo de 90
grados, lo que le dio alegría y la llevó a olvidar
por un rato que su novio no quería verla de nuevo. Minutos
después la hoja blanca A4 mostraba tachaduras encima de los
apuntes de trigonometría. “Es la cosecante y la...”
puede ser parte de una definición para quien piensa en Matemática,
pero es “Estela” para quien sufre por ese nombre.
Problema
de tránsito
“La ruta hacia tu corazón
está demasiado transitada. Algunos paran en doble fila y
no circulan ni dejan circular. Otros están estacionados,
ocupando un lugar desde hace muchísimo tiempo, sin usar el
auto y sin liberar el espacio, como si hubieran perdido la llave
y no la quisieran buscar. Otros tienen un cartelón que dice
“Prohibido estacionar”, de manera que ni acercarse uno
puede.
Esto sin contar las manifestaciones,
que separan todavía más a los que como yo quieren
pasar de quienes, como vos, aprovechan cualquier distracción”.
Andrea no era inspectora de tránsito,
simplemente había agotado las analogías para aludir
a la indiferencia de Horacio y a la influencia que sobre él
ejercía su multitudinaria familia.
La precisión
es clave en el aula
-Los focos pueden ser...
-¿Los qué?
-Los focos.
-Siéntese.
Carlos no entendía que en una escuela técnica hay
lámparas, no focos. Lo aprendió después del
signo menos que le valió el error en la denominación.
Lo mismo le había pasado tres días antes en Biología,
cuando la profesora le dijo que el sentido figurado lo reservara
para Lengua Castellana.
-Pero usted preguntó qué era “contagiar”
y yo le dije “transmitirle algo a alguien”.
-Justamente por eso. Si yo le paso a usted mi birome, según
su definición yo le estoy contagiando mi birome, lo cual
no es cierto.
-¿Entonces está mal cuando la gente dice que algunas
personas contagian alegría?
-Mire, Tempesta, ésta es la clase de Biología, no
trate de irse por la tangente.
-¿Ha visto? ¿Ha visto que hasta usted usa el sentido
figurado?
-Una cosa es emplearlo para explicarle algo a un alumno y otra es
que el alumno lo aplique para responder un concepto.
-O sea que siempre tiene usted la razón.
-No, al decir eso la razón la tiene usted.
Años después Carlos
agradeció no haber entendido lo último.
El buey solo
o algo así
El diario de Felisa
no impidió espiar este texto, escrito en las páginas
14, 15 y 16 (Felisa tacha más de lo que escribe y numera
cada una de las dos hojas en que divide cada A4): “El buen
gusto tiene un precio que no admite códigos de barra. Lo
sabe todo aquél que, ante negativas de bella gente en cuestiones
amorosas, se fastidia al escuchar consuelos como “peor hubiera
sido que rindieras mal el final de Semiótica”.
Una disyuntiva al respecto
es: intentar con quienes no motivan el gusto, pero están
en sintonía con nosotros, o buscar personas atractivas cuyos
rechazos son probabilísimos.
La primera alternativa
tiene similares beneficios a los de comprar remolacha porque está
de oferta.
La segunda, en general,
aproxima a la frustración por lo que es mucho más
querido que logrado.
Tanto los que se empecinan
en recomendar la inclusión de la remolacha en la dieta cuanto
las salidas con alguien independientemente del placer parecen conceptuar
a la persona cual maquinita – de – cumplir - consignas.
“Con alguien tenés que salir. Es como con la remolacha,
te hace falta”, aconsejan.
Interpelado así, el fulano se asemeja a los consumidores
respecto de la publicidad: le son asignadas obligaciones e indicadas
necesidades.
Sin embargo, es posible
resistirse a la remolacha. Y preferir la espera en soledad en procura
de la hermosa figurita difícil a usar cualquier cartoncito
por prescripción cuasi-médica.
Café
primaveral
Café con edulcorante. El
pedido es tan extendido como el uso de las cucharitas. No importa.
Para Javier hay sólo un café con edulcorante digno
de importancia.
Lo supo desde que no pudo con su
propósito inicial de evitar por un tiempo intentos de noviazgo.
Lo supo desde que Magdalena le pareció no sólo linda,
también atrayente.
Por un tiempo, Javier perdió
el rastro de ella. Estuvo en cafés con gente que hizo su
mismo pedido. Asimismo no la recordó.
Un año y dos meses después la volvió a ver.
Se dio cuenta de que su sentimiento no había sido una planta
muerta, sino un rosal en invierno al que de repente le volvía
la primavera.
Prueba de
álgebra
“Dos por tres: llueve es una
parte de la tabla del dos, así como otra es dos por cuatro:
tango”. Lucas Linares escribía esto cerca de Aldana
Arizaga, en un examen de Álgebra para el que no había
estudiado.
Ella le quería copiar. Sintió
bronca cuando vio el escrito y se rió después. No
se rió cuando entregó casi simultáneamente
su prueba con la de él, ambas apenas escritas y firmadas,
y escuchó la voz del profesor: “La próxima vez
entreguen una sola hoja con los dos nombres, a ver si la prueba
por lo menos les sirve para ahorrar”.
Lic.
Alberto Enrique Ferreyra
Departamento de Ciencias de
la Comunicación, Universidad de Río
Cuarto Argentina. |