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Por Iñigo Sarriugarte
Número 37
Junto
a la Feria de Colonia, Basilea, Chicago y FIAC de París,
encontramos una cita obligada en ARCO de Madrid. Esta feria de arte
contemporáneo se ha convertido desde mediados de los años
80 en un punto de encuentro no sólo para especialistas del
arte, sino también para un público de todo tipo de
edades y condiciones. Los datos numéricos con los que se
presenta esta última edición son espectaculares, por
ejemplo, participan más de 4.000 artistas, con 273 galerías
(182 extranjeras y 91 españolas) representando a más
de 30 países. La afluencia de público cada vez resulta
más significativa, de hecho, se trata de un público
que acude para descubrir un verdadero maremagno de esculturas, cuadros,
instalaciones, proyectos de video-arte y todo tipo de propuestas
experimentales, como arte electrónico, arte sonoro, virtual,
etc. Podríamos decir que Arco se ha convertido en una visita
cultural imprescindible para muchos españoles.
Creada
en el año 1981 por la iniciativa de Juana de Aizpuru, una
de las galeristas españolas más representativas, ha
tenido una breve etapa de evolución con altibajos y serios
momentos de crisis, pero, en la actualidad, a pesar de las críticas
que todos los años recibe, se va estabilizando internacionalmente.
Nació con el deseo de impulsar el mercado nacional de arte
contemporáneo y de conseguir para los galeristas, coleccionistas
y artistas españoles una proyección internacional.
A diferencia de FIAC de París y la Feria de Basilea, esta
tiene un carácter más cultural y social, con ciclos
de conferencias, conciertos y mesas redondas. Esto genera un éxito
de público, rebasando los límites puramente comerciales.
Sirvan estas cifras: en 1982 la visitaron 25.000 personas y en la
última edición se ha superado con creces la barrera
de las 200.000 personas, de hecho, se puede decir que es una de
las más visitadas del mundo. La feria nació con una
explicita vocación internacional y esto se puede observar
en el número de galerías extranjeras que han ido participando,
desde el escaso porcentaje de 1982 hasta llegar al 60% de la anterior
edición.
Arco
nace con el propósito de superar una coyuntura muy delicada
dentro de la historia de las artes plásticas en España.
En este sentido, nos debemos remontar a la política oficial
franquista, que desde su inicio en ningún momento puso en
marcha una verdadera política de apertura y acercamiento
hacia el arte contemporáneo internacional. Esto generó
un notable retraso cultural y artístico en el mercado y en
el panorama español, así como una falta de relación
histórica del arte español contemporáneo con
las pautas internacionales. Los últimos coletazos de la política
del dictador Franco se dejaban de producir con la caída del
régimen y su fallecimiento a mediados de los 701. Con la democracia, los respectivos gobiernos, bien conservadores
o socialdemócratas, tuvieron la difícil tarea de aplicar
una política que diera grandes resultados en un breve espacio
de tiempo. Tarea que se llegó a completar en buena medida
en la década de los 80, a través de la implantación
en nuestro país de un mercado artístico multinacional,
que no ha dejado de perfeccionarse a lo largo de los años.
Para ello, se pone en marcha a comienzos de los años 80 una
política oficial dirigida a fomentar el arte contemporáneo.
Con
esta puesta en marcha, la orientación cultural viene marcada
por el surgimiento de una conciencia europeísta, motivada
por el ingreso de España en 1985 en la CEE. Durante estos
años se vive una etapa de euforia espectacular marcada por
la organización de numerosas exposiciones temporales de arte
contemporáneo, normalizando socialmente su existencia, lo
que significa muchas cosas, como que el público español
abandone progresivamente su tradicional recelo respecto a la creación
actual y comience a involucrarse en el mercado. Por otra parte,
los museos, galerías y fundaciones contribuyen con su labor
a popularizar el arte contemporáneo. Primero el Estado y
luego las instituciones privadas, con grandes recursos económicos,
desarrollan un importante programa de exposiciones sobre últimas
tendencias. Este giro cultural acerca a un público no especializado
las tendencias más actuales. Se puede decir que se produce
una popularización del arte contemporáneo en la década
de los 80. Es en este ambiente de cambio y apuesta cuando nace Arco.
No
obstante, no todo son laureles, ya que todo tiene su lado crítico.
Respecto a la cuestión económica, el panorama cambia
si lo comparamos con el resto de ferias europeas. En Arco, se estipula
que el negocio generado en las últimas ediciones puede sobrepasar
los 9.500 millones de pesetas2, una cifra claramente inferior respecto al resto de sus
compañeras.
Las
críticas que continuamente se escuchan son la escasa presencia
de galerías fuertes de Estados Unidos, Gran Bretaña,
Francia, Suiza y Alemania; escasez de coleccionistas privados extranjeros,
ya que la mayoría son españoles (casi un 80% de las
compras son hechas por coleccionistas españoles de nivel
medio); y falta de coleccionistas de mayor poder adquisitivo de
ambos lados del Atlántico. Como afirmaba Juana de Aizpuru
en torno a esta problemática:
El
gran problema es que los coleccionistas nacionales no compran
arte internacional. Es un pez que se muerde la cola. Los galeristas
pagan entre uno y cuatro millones de pesetas para acudir a Arco
y, con suerte, consiguen cubrir gastos. A los extranjeros no les
interesa realizar esta inversión porque no hay un coleccionismo
interesado; a los coleccionistas extranjeros no les interesa venir
si no hay una oferta internacional; y a los galeristas nacionales
les interesa poder contrastar su trabajo con el de los extranjeros,
pero no todos están dispuestos a subvencionarlos3.
También,
se han vertido críticas en torno a la propia gestión
realizada a principios de los años 90, debido a la falta
de profesionalidad en la gestión de los números y
el problema de la escasez de espacios expositivos. Evidentemente,
todo esto ha ido cambiando y con los años se ha presentado
esta feria bajo unas pautas más serias y profesionales.
Sin
embargo, uno de los principales problemas es el tema del coleccionismo.
No podemos comparar el coleccionismo español con el existente
en los países anglosajones. Por otro lado, el coleccionismo
particular todavía sigue siendo una de las cuentas pendientes,
aunque ha ido aumentando con la entrada de un sector de nuevos coleccionistas
de profesiones liberales entre 30 y 45 años. En cualquier
caso, hoy en día, la implicación de otros sectores
ajenos al mundo del arte ha generado un cambio y una mejora en el
panorama. Evidentemente, los diferentes gobiernos, que han pasado
por el Palacio de la Moncloa, han tenido que plantear leyes a favor
del coleccionismo con ventajas en asuntos de desgravación
y de reducción de impuestos fiscales.
Con
el propósito de cubrir este vacío se crea junto a
la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, la Fundación
Arco en 1987. Entre algunos de sus objetivos encontramos la creación
de la actual Colección de la Fundación Arco, colección
dedicada al arte contemporáneo internacional y en la que
se encuentran representados artistas de distintas nacionalidades
y tendencias artísticas.
Otra
labor que ha desarrollado esta Fundación ha sido la de animar
a las empresas a que compraran en las diferentes ediciones de ARCO
y, aunque estas obras quedaban en propiedad de dichas entidades,
también se solían prestar estas con el propósito
de realizar diversas exposiciones con la Colección de la
Fundación. Esta iniciativa la recogieron principalmente,
entre otros, la Fundación Coca-cola y la Cámara de
Comercio e Industria de Madrid.
La
base continúa de Arco ha sido siempre la oferta realizada
por las propias galerías españolas y su apuesta por
el segmento más joven. No obstante, se ha fomentado en numerosas
ocasiones la presencia de galerías extranjeras, siendo especialmente
significativo la representación europea y en segundo lugar
americana4. Para fomentar esta tendencia, se propuso desde 1994
invitar a un país determinado, siendo representado a través
de sus galerías y con el apoyo económico de sus patrocinadores.
De esta manera, se abre una apertura a nuevos mercados y se aprecia
una exposición monográfica sobre la creación
en un país concreto. De ahí que hayan pasado por Arco
países como Estados Unidos, Alemania, Portugal, Gran Bretaña
y Australia, entre otros. Por otra parte, la invitación de
ciertos países, como Alemania, ha conllevado diferencias
con la organización, lo que demuestra que en ocasiones la
gestión española dista mucho de las grandes potencias
museísticas y coleccionistas del arte contemporáneo.
También, la crisis internacional a principios de los años
90 en el sector conllevó la dificultad de una mayor presencia
de galerías extranjeras, pero en general podemos afirmar
que durante todos estos últimos años el nivel ha sido
siempre muy elevado.
La
propia representación hispanoamericana ha estado continuamente
en el candelero, participando países como Argentina, Chile,
Colombia, Venezuela y México, entre otros. Esta representación
empezó a tomar un auge inusitado a partir de la edición
de 1997, con la presencia de 34 galerías en la exposición
“Latinoamérica”.
La
feria ha sido en todo momento un claro espejo del panorama artístico
internacional, moviéndose entre las modas reinantes de algunos
años y posturas sin dirección de otros. En este sentido,
si existe un elemento que identifique a todos los años es
el “eclecticismo” reinante en las propuestas y tendencias artísticas.
España no ha ido en un rumbo diferente al sentir y a las
pautas dominantes de la escena internacional. La moda de los mercados
artísticos ha conllevado que en este país se asuma
con rotundidad, para bien o para mal, los dictámenes de la
moda de los mercados internacionales, especialmente el norteamericano
y alemán. Son muchos los críticos que plantean una
andadura propia del arte español, sin tantas influencias
ajenas, pero esto resulta muy difícil de llevar a cabo si
los artistas españoles continúan con su intento de
penetrar en otros mercados internacionales.
En
cualquier caso, a pesar de los altibajos económicos y los
continuos problemas surgidos en esta feria internacional durante
los años 90, podemos afirmar con claridad que resulta un
lugar obligado de encuentro para el análisis del arte español
e internacional. Sin dudarlo en ningún momento es la feria
más importante de España y en un breve recorrido histórico
ha ocupado con dignidad un lugar destacable en el escenario artístico,
resultando una de las más relevantes del panorama internacional.
Pero quizás lo más destacado sea el peso social y
la atracción cultural que va ejerciendo sobre un importante
sector de la población española.
En
la cita de este año, del 12 al 16 de febrero, se quiere hablar
en términos de éxito y objetivos cumplidos, por lo
menos según Rosina Gómez-Baeza (directora de ARCO)
y los distintos comisarios que van a participar en las numerosas
muestras. Dentro del fastuoso mecanismo de la feria, colaboran más
de una veintena de comisarios internacionales, ofreciendo propuestas
para las Secciones temáticas de Arco. Igualmente, se reunirán
unas 200 personalidades del mundo del arte en el Foro Internacional
de Expertos de Arte Contemporáneo, desde grandes coleccionistas,
directores y gestores de los principales museos y centros del arte,
junto a prestigiosos críticos de arte, que van a tomar parte
en las Mesas de Debate de ARCO.
Los
programas presentados este año se caracterizan bajo los planteamientos
de la madurez y la profesionalidad. Junto al país invitado,
Grecia5, encontramos otros dos programas experimentales, “Project
Rooms” y la sección de vanguardia “Futuribles”, así
como la primera edición de “Madrid Abierto”, una iniciativa
artística que se lleva a las calles de Madrid y que surge
a raíz de un programa anterior conocido como “Open Spaces”,
donde se planteaba una nueva acepción del arte, asumido como
objeto artístico-funcional para el espacio urbano. En “Project
Rooms” (sexta edición), se abordan 15 proyectos individuales,
marcados por una estricta selección internacional de artistas
jóvenes. Mientras que en “Futuribles” se da paso a diversas
muestras caracterizadas bajo el nexo de “Arte Emergente”, donde
se podrán observar colectivas como “Une Afrique Múltiple”,
“Crossroads”, “Asian Party, Global Game (III)”, “Las Américas”
y “Países Nórdicos”.
Por
otra parte, debemos resaltar su traducción virtual, en lo
que ha venido a denominarse la “feria virtual”6, cumpliendo dos años de servicio a la comunidad
artística internacional. Mediante esta web, el evento temporal
de la feria se prolonga en el tiempo y se potencia el desarrollo
del mercado del arte.
Desde
los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, la situación
del sector del mercado del arte se ha situado en una posición
privilegiada, a pesar de los vaivenes de las bolsas internacionales.
Parece ser que el mercado del arte ha atraído a nuevos inversores
como alternativa sólida, emergiendo el arte como un destino
inversor que ofrece mayor seguridad. De hecho, desde las casas de
subastas se han realizado buenas transacciones en Europa y Estados
Unidos.
En general,
se observa una clara orientación de las inversiones hacia valores
seguros, es decir, hacia artistas consagrados y obra muy selecta.
Los precios del mercado del arte han alcanzado cotas muy altas, igualando
casi los records conseguidos antes de la Guerra del Golfo. Según
las propias fuentes de Arco, esta tendencia también se ha dejado
sentir en la feria de una manera positiva, aumentando el número
de obra vendida.
Notas:
1 1-Para más información, véase “Mercado del Arte y Coleccionismo en España (1980-1995)”. VV.AA. Cuadernos ICO. Agencia Financiera del Estado & Banco de Desarrollo. Madrid. 1996.
2 Se trata de cifras de difícil comprobación, ya que la organización ha decidido reservarse este tipo de información. Esta actitud ha generado fuertes críticas desde diversos sectores, por la poca transparencia de las cifras económicas.
3 “Las galerías quieren más ventas y menos cultura”. Catalina Serra. “El País”, sábado 10 de febrero de 1996, p. 34.
4 Este año se presentan 212 galerías europeas, 51 americanas, 7 asiáticas, dos africanas y una de Oceanía.
5 El arte contemporáneo griego viene representado por 15 galerías de este país, que traen obra de más de 100 artistas. Las comisarias del programa Grecia en ARCO'04 han sido Katerina Gregos y Sania Papa. De manera paralela a esta muestra, se presentan en diferentes espacios expositivos repartidos por todo Madrid otras muestras relacionadas con el arte último griego, por ejemplo, “Ruptura. Grecia 2004: Perspectivas contemporáneas en las artes plásticas”, en la Sala Alcalá; “La conciencia individual. Fotografía griega contemporánea” en el Canal de Isabel II; así como exposiciones individuales de artistas griegos.
6 La web de la feria virtual es <www.arco-online.ua.es>. Hasta el momento ha recibido más de unas 500.000 visitas.
Iñigo Sarriugarte
Profesor Asociado en el Depto. de Historia del Arte, Universidad del País Vasco, España y Profesor Colaborador en el Instituto de Estudios del Ocio de la Universidad de Deusto , España |