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Por Luz Moreno
Número 37
Eso que ves, ¿cómo lo expresarías con palabras?
El mundo nos entra por los ojos pero no adquiere sentido
hasta que desciende a nuestra boca.
Paul Auster
Paul Auster citado por Kaplún
(2003) se pregunta cómo expresar con palabras aquello que
vemos y responde que conocemos el mundo a través del sentido
de la vista, al menos hasta que desciende a nuestra boca. Así
desde esta perspectiva la única forma de hacer palpable y/o
evidente el conocimiento es mediante el lenguaje, ello en virtud
de que las ideas se hacen realidad al transmitir y compartir por
efecto de la comunicación (oral o escrita) sentimientos,
ideas, emociones, conceptos, estados de ánimo, etc. Somos
gracias a este proceso de significación y podemos trascender
en virtud de la comunicación que nos caracteriza; por ello
la relación con la educación es estrecha, en tanto
que para que se pueda dar esta última el proceso comunicativo
debe ser efectivo, es decir, debe considerarse la retroalimentación
y el rol de sus actores (educando-educador) en un orden horizontal
simétrico.
Cuestiones relativas al papel de
la comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje
formal se originan y más allá de esto, en la problemática
se implica no sólo al docente como experto en materia de
educación, sino además al profesional de la comunicación,
quien con sus conocimientos y experiencia sobre el proceso comunicativo
puede contribuir a que el aprendizaje se genere de manera más
efectiva ¿Cómo lograrlo?
Indudablemente la Comunicación
Educativa podría ser una opción para esto, pero
en el contexto sociocultural en el que estamos inmersos -particularmente
en Morelia-, la práctica de tal actividad es poco frecuente,
incluso el mismo término es desconocido o bien tiene diversas
acepciones. ¿Qué se entiende por Comunicación
Educativa? ¿Cuál es su función en las Instituciones
Educativas? ¿Cuál es el rol del profesional de la
comunicación en esta actividad? ¿Qué actividades
puede desempeñar?
Dar respuesta a éstas y otras
interrogantes es el objetivo del presente artículo, para
lo cual se parte de la Investigación "El Imaginario
Social del Comunicador de la UNLA" (Castro, Moreno, Zaldívar,
2003) efectuada en la Universidad Latina de América en Morelia,
Michoacán, donde se realizó un estudio del campo laboral
del Licenciado en Ciencias de la Comunicación (LCC), a través
de encuestas-entrevistas a Empleadores Actuales y Potenciales, de
la localidad. La muestra comprendió una selección
de empresas, organismos e instituciones de tamaño medio,
entre las que destacaron las Instituciones Educativas Particulares,
y en las cuales, se refleja el imaginario que prevalece respecto
a las actividades del comunicólogo en una organización
de esta índole, así como su papel en programas de
Comunicación Educativa. Asimismo se consideró también
la tesis "El Imaginario Laboral que tienen las Instituciones
Educativas Particulares acerca de un Comunicólogo en la ciudad
de Morelia" (Guerrero, E. y Pérez, J. 2003), la cual
fue realizada por alumnas de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación
como producto de la investigación arriba señalada,
aunque se incorporaron datos adicionales referentes particularmente
al ámbito educativo.
Comunicación Educativa
e Imaginarios
Si observamos a la educación como un proceso vivo al igual
que la comunicación, nos percataremos que ambos respiran
día a día gracias al contacto social del individuo,
donde se manifiesta la presencia de mediaciones, como el lenguaje,
que contribuyen al diseño de sus experiencias a través
de la apropiación de significados funcionales para desarrollarse
en los contextos que se le presentan. Sea en el ámbito educativo
formal o informal, la comunicación incide en la apropiación
y organización que el aprendiz hace del mundo; es a partir
del contacto con el otro o con los otros que puede desplegar habilidades
y conocimientos mediante los cuales se adquiere estatura humana,
ya que "para ser hombre no basta con nacer, sino que hay también
que aprender" (Savater, 1997, p. 37).
En virtud de esto se considera oportuno
preguntarse por la comunicación y su sentido en las instituciones
educativas, ya que se tiende a olvidar que en los escenarios pedagógicos
se vive un proceso comunicativo, en tanto que los sujetos implicados
poseen este tipo de competencia y la capacidad de interacción.
Si recordamos en sentido estricto
los orígenes de la palabra misma -del latín communicare-,
ésta alude al hecho de poner en común. Traducido al
ámbito de la educación, el conocimiento es el que
se intenta hacer común a sus miembros, con el objetivo de
modelar la acción (Fleur y Ball-Rokeach, 1997). Así
consideramos que valores, hábitos, habilidades y contenido
temático de los programas, entre otros factores, constituyen
el marco en función del cual se crean y reproducen imágenes
cargadas de significación que orientan los imaginarios sociales,
entendidos estos últimos como esquemas construidos socialmente
que permiten apreciar "algo" como real y explicarlo de
acuerdo a la realidad del sistema social en que se encuentre (Pintos,
1994).
Los Imaginarios acerca de la
Comunicación Educativa y del LCC
Las Instituciones Educativas son fuente de imaginarios, debido a
que constituyen organismos que ayudan a interpretar la realidad,
a codificar y decodificar los significados de los fenómenos
sociales. De esta forma a través del proceso de comunicación
que se gesta en su interior, los imaginarios son transmitidos a
los educandos y ellos a su vez los difunden y reproducen en su entorno.
En este contexto las escuelas de
comunicación son transmisoras de cierto tipo de imaginarios,
los cuales se hacen patentes en la concepción generalizada
que la sociedad y específicamente las Instituciones Educativas
Particulares de Morelia hacen de la labor del LCC en el sector educativo.
La orientación genérica
de la percepción que se tiene del LCC en el campo de la educación
es en definitiva muy reducida, sobre todo porque se le identifica
como un profesionista que se dedica a la producción en medios
de comunicación masiva únicamente, sin considerar
otras disciplinas en las que está capacitado para laborar.
El complemento de esto es que los estudiantes de comunicación,
se sienten atraídos por lo espectacular que ocasionalmente
resulta ser la carrera, dicen que da prestigio, fama o que resalta
el hecho de aparecer a cuadro. Existe pues una imagen distorsionada.
Con los antecedentes señalados
de 198 escuelas particulares que tienen registradas la Secretaría
de Educación en el Estado de Michoacán -SEE-, se eligieron
27, para el análisis. El criterio de selección se
definió con base al número de alumnos inscritos; la
cifra estipulada para tal situación fue tener más
de 300. Los niveles analizados comprendieron desde preescolar hasta
universidad y centros de capacitación para el trabajo.
Fueron 27 las escuelas seleccionadas
para la aplicación del instrumento, lo cual representa el
13.6% del total de escuelas registradas. De esta forma mediante
el análisis cualitativo-cuantitativo con una entrevista semiestandarizada
y cuestionario aplicados a los directivos de cada institución,
se observaron los imaginarios que prevalecen con respecto a la Comunicación
Educativa y el papel del LCC en instancias educativas particulares.
Los datos que se presentan enseguida son los más representativos,
de ahí que en ocasiones la suma numérica no arroje
el 100%.
De los entrevistados , diez de ellos
pertenecen al campo de Empleadores Actuales -EA-, mientras que el
resto, diecisiete, a los Empleadores Potenciales -EP-.
En cuanto a los
Empleadores Actuales -EA- :
a) El 15% piensa que el campo laboral
del LCC se orienta a la producción en medios, el 13% a la
Comunicación Organizacional y un 12% a la Comunicación
Educativa, Relaciones Públicas e Investigación.
b) El 27% de los entrevistados indicó que los LCC que laboran
en la institución se dedica a labores de Relaciones Públicas,
el 26% los ocupa en la Docencia y el 17% en Difusión Cultural.
c) Respecto a la posibilidad de que un LCC pueda ser sustituido
por un profesional de otra área, el 60% comentó que
no. Sin embargo cuando se ha dado la situación lo sustituyen
por Licenciados en Español, Literatos o Filósofos
(29%) o Normalistas (14%) , Administradores (14%) o Publicistas
(14%).
d) El 18% dijo utilizar a la Comunicación Educativa, el 14%
a la comunicación Organizacional y un 13% Investigación
e Imagen Corporativa.
e) Las disciplinas de la Comunicación utilizadas en la institución,
pero que se contratan de manera independiente son: Publicidad (26%),
Producción en Medios (13%) y Comunicación Organizacional
(13%).
f) Las disciplinas de la comunicación que no utilizará
son: Mercadotecnia (14%), Producción en Medios (14%) y Comunicación
Educativa (12%).
g) El 90% de los entrevistados considera indispensable para el funcionamiento
de la institución al LCC, mientras que el 10% restante no.
En cuanto a los Empleadores Potenciales
-EP- :
a) El 51% de los entrevistados opina
que el campo laboral del LCC se encuentra en los Medios de Comunicación
Masiva, 10% más en Relaciones Públicas y otro 10%
en Imagen Corporativa.
b) El 45% señala que todas las disciplinas de la comunicación
son necesarias para la institución, sin embargo el 20% comenta
que Producción en Medios y Mercadotecnia (20%) no son útiles.
c) El 86% opina que un LCC sería de utilidad en su institución.
d) Las áreas de en que sería útil un LCC son:
Comunicación Educativa (18%), Publicidad (10%), Comunicación
Organizacional (10%), Producción en Medios (10%) y Relaciones
Públicas (10%). El 14% no respondió.
Al observar los datos de las tablas
de los EP y EA, nos damos cuenta que existe una inclinación
a ubicar al LCC en Producción en Medios (15%). Sin embargo
la diferencia entre ésta y Comunicación Organizacional
(13%) en los EA se sitúa en un 2%, lo cual indica que al
menos para este grupo el contacto directo con el LCC ha modificado
la percepción laboral, de tal forma que el estereotipo que
considerábamos predominante, no lo es más, pues la
diferencia es mínima.
Cabe señalar que los EP utilizan
las disciplinas de Comunicación Educativa (19%), Comunicación
Organizacional (15%), Imagen Corporativa (12%) e Investigación
(18%), pese a ello no consideran que estas actividades las puede
desempeñar un LCC, situación que evidencia el desconocimiento
de las actividades que realiza el egresado en Comunicación
y las funciones de la Comunicación Educativa.
Es importante resaltar que los entrevistados
utilizan con mayor frecuencia la disciplina de Comunicación
Educativa (19%), no obstante la concepción de la misma es
equivocada, puesto que para estos equivale únicamente a ser
profesor. Pese a ello los empleadores consideran importante contar
entre su personal con un LCC en el área.
Aunado a lo anterior se suma no
sólo el desconocimiento, sino también la contradicción
que se puede encontrar en la respuesta a la pregunta relativa a
las disciplinas de la Comunicación que un EP no utilizará
dentro de la institución, puesto que el 45% señala
que todas son necesarias. Sin embargo cuando se trata de los EA,
respecto a la pregunta de la funciones que realiza el LCC, se tienen
27% Relaciones Públicas, 26% Docencia y 17% Difusión
Cultural.
De manera genérica, tanto
en los EA como los EP, prevalece la incertidumbre sobre las actividades
profesionales que el LCC puede realizar dentro de una Institución
Educativa Particular (IES). Aunque los EA tienen mayor claridad
de las funciones que puede realizar el LCC.
Por otro lado y pese a que un LCC
es esencial para el funcionamiento óptimo de la organización,
de acuerdo a los resultados obtenidos en la pregunta: ¿En
esta organización un LCC puede ser sustituido por un profesionista
de otra área? ¿Por quién?, los EA consideran
que puede ser sustituido por un Licenciado en Español (29%),
un literato o filósofo (29%), un normalista (14%) o publicista
(14%); lo cual indica la percepción errónea que se
tiene. De esta forma el profesional de la comunicación, dentro
de las IES, se ve delegado a realizar actividades de docencia, por
lo que se ve excluido del resto de las disciplinas propias de la
licenciatura (publicidad, mercadotecnia, comunicación educativa,
etc.).
Finalmente nos damos cuenta de que
a pesar de que el LCC es indispensable para el funcionamiento de
las instituciones, sólo 10 de los encuestados pertenecen
al rubro de EA, mientras que el resto a los EP, lo cual indica que
si bien es necesario, aún no es sabido por todos los empleadores.
La Comunicación Educativa:
Un campo de posibilidad laboral
Como se observó anteriormente en los resultados obtenidos
en las entrevistas con EA y EP, la Comunicación Educativa
es un área laboral para el LCC que aún no ha sido
lo suficientemente explorada, razón por la cual prevalece
la idea de considerarla como un campo equivalente a la docencia,
que si bien está involucrada, no se limita únicamente
a ella.
Aunque como lo dice Torres Lima,
la Comunicación Educativa o como se le denominaba con anterioridad,
Educomunicación, existe desde 1920 como objeto de estudio
(1999), no es sino hasta nuestros días que empieza a tener
mayor auge, ello debido a los cambios que ha marcado la evolución
científica y tecnológica.
El incremento de la población
y la demanda educativa, han creado nuevas tareas y expectativas
para la educación formal, encaminadas a "Abrir la escuela
a la realidad y aprovechar las posibilidades que el entorno y el
contexto ofrece para desarrollar una educación significativa
en la era de la comunicación. No se puede ni se debe, por
tanto, separar una educación en medios y la integración
de las nuevas tecnologías cuando se habla de escuela"
(Pérez, 2000, p.178).
Por lo tanto y bajo esta óptica
es pertinente resaltar que "No es lo que sabes, es lo que haces
con lo que sabes lo que produce resultados" Thompson citado
por Ruíz (2002), ya que en virtud de la incorporación
de los medios de comunicación masiva y las nuevas tecnologías
al proceso de enseñanza aprendizaje, definitivamente deberá
considerarse la educación en, con y para
los medios, situación que implica respectivamente la
recepción y análisis crítico, optimización
del proceso enseñanza-aprendizaje (recurso didáctico)
y la formación en el uso de las herramientas tecnológicas
(Ferrés, 1994).
Así el trabajo del LCC es
facilitar esta labor (aprendizaje), en tanto conocedor de los procesos
de comunicación, así como de las características
discursivas de los medios de comunicación masiva (televisión,
radio, prensa, cine, etc.) y nuevas tecnologías de la información
(multimedia, Internet) que pueden soportar el proceso educativo
formal al transformarlo en un espacio para la reflexión al
que se llevan contenidos y captadores de atención a los que
habitualmente están acostumbrados los alumnos fuera de la
escuela.
Las implicaciones de lo anterior
requieren sin lugar a dudas cuestionar la práctica educativa
y los roles que juegan sus integrantes, ya que se hace patente la
tarea de dotar de sentido al acto educativo, en cualquier edad y
circunstancia en que se produzca (Prieto, 1999), lo que presupone
construir un ambiente en el que los actores del proceso puedan expresarse
para avanzar en las relaciones, en la comunicación y en la
adquisición de conocimientos a través de sus propias
posibilidades cognitivas y discursivas, antes de incorporar la herramienta
tecnológica en todo su esplendor.
La Comunicación Educativa
en las IEP de Morelia, pero también en otros rincones del
país fuera de la ciudad, posibilita la incursión del
LCC en campos laborales diferentes al de los medios de comunicación
masiva. Con la idea de incrementar el acervo de material educativo
en cualquier soporte o para renovar el proceso de enseñanza-aprendizaje
mediante la revisión y adaptación del orden de los
elementos del circuito de la comunicación, resulta fundamental
la presencia de este profesional, quien además colaboraría
en la realización de actividades o acciones específicas
que pueden reforzar el acto educativo a través de su mediación
y participación en la Pedagogía del Sentido.
Hacia una pedagogía del
sentido
La idea de impulsar una Pedagogía del Sentido es ubicada
por Daniel Prieto Castillo en la elaboración alternativa
de procesos comunicativos, lo cual llevado a la educación
implica la construcción de conocimientos a partir de uno
mismo, es decir, construir es construirse. De tal manera que:
Uno se construye no sólo
a través de conocimientos.
Lo hace por el arte, por
el juego con el propio cuerpo, por las interacciones, por los
encuentros con los otros seres.
Uno aprende cuando se construye
a sí mismo, cuando adquiere competencias que le permiten
apropiarse de sus posibilidades y de las que ofrecen la cultura
y el mundo en general (1999, p.26).
Así bajo esta concepción
lo comunicacional en lo educativo trasciende los niveles de organización
horizontal, en la medida en que interviene el pasado, presente y
futuro de los interlocutores en una estructura cuya tendencia gira
hacia lo circular, es decir, un proceso que implica retroalimentación
y no por el contrario relaciones asimétricas y un tradicional
discurso autoritario. Los papeles se intercambian y el docente deja
de representar el papel de superior frente al alumno, puesto que
se convierte en un integrante más del grupo, cuya característica
adicional es su rol de guía en el aprendizaje.
En este sentido el diálogo
que se establece se dirige a la síntesis entre la acción
y reflexión vertidas en la praxis, de lo contrario el sentido
de la actividad comunicativa y por lo tanto, la educativa se reduce
a la palabrería, el verbalismo y el activismo.
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| Acción |
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Palabra |
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| Praxis: se dice
la palabra
| referida al mundo con la
| finalidad de transformarlo |
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| Reflexión |
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Como lo dice Laton citado por Kaplúm
"El que no sabe dialogar, es un fanático: ni se conoce
a sí mismo, ni conoce a los otros. Quien no ha sido nunca
contradicho, aunque fuera el mismo rey, será un hombre sin
educación, inculto, incapaz de auténtico conocimiento"
(2003). Por esto y desde el plano educativo la comunicación
tiene entonces como objeto a) buscar la expresión de los
participantes, b) ejercer la calidad humana, c) interactuar, d)
gozar, e) proyectarse, f) afirmar el propio ser, g) sentirse y sentir
a los demás, h) abrirse al mundo y i) apropiarse de uno mismo
(Prieto, 1999). Lo cual se refleja en situaciones de trabajo donde
los grupos colaboran con seriedad y alegría, prevalece el
intercambio de experiencias, se desarrollan materiales de apoyo
en los que se fundamenta la argumentación, el discurso pertenece
a todos, se observa una continua participación, etc. que
atenta contra el asistencialismo -pasividad en el aula- en el que
se elimina el sentido de responsabilidad entre los participantes
del grupo.
Bajo esta noción de alternancia
llevada a la escuela, el ser humano se orienta hacia las relaciones
y no por el contrario hacia los contactos Freire (1970) citado
por Fernández (1999), en tanto que en esta última
categoría prevalece una reducción del mundo porque
tan sólo se está, lo cual incide en que se
capten datos de manera refleja. Así se generan respuestas
unívocas, singulares, reflejas, carentes de integración.
En cambio a partir de la primer
opción, los participantes conocen su medio ambiente, muestran
apertura hacia la realidad, exigen actos críticos, captan
reflexivamente los datos objetivos, comprenden el ayer, reconocen
el hoy y descubren el mañana para transformar la realidad
con objetivos, dirección y proyección específicos.
Se puede afirmar que en la medida
en que la comunicación está incorporada a los procesos
de construcción del conocimiento, la pedagogía del
sentido se acerca a la recuperación de los valores comunicacionales
de un discurso emancipador (Piccini y Nethol, 1990).
Hacia una conclusión
Gracias a lo revisado anteriormente, damos cuenta que la tarea del
LCC en las IES es la de un mediador en el proceso de enseñanza-aprendizaje,
quien a través de la incorporación de proyectos de
Comunicación Educativa reforzará las relaciones entre
el docente y el alumno. Esto implica no solamente utilizar e incorporar
los medios de comunicación masiva y nuevas tecnologías
en el aula, sino además las estrategias cognitivas que se
utilizan y los materiales didácticos de los que se echa mano
para llevar de manera más eficiente el conocimiento a nuestros
iguales.
Así pues la Comunicación
Educativa se presenta como una alternancia comunicativa a la que
se venía presentando en la mayor parte de las escuelas, donde
se utilizaría el sentido de horizontalidad y equidad en el
proceso de comunicación, en virtud de lo cual se contribuirá
a cambiar el patrón del imaginario equívoco que prevalece
alrededor del LCC y la Comunicación Educativa en la actualiad.
Concluimos con palabras de Freire,
para quien "la comunicación no es necesariamente la
instrumentación de medios, sino una estrategia basada en
el esquema dialogal y crítico que posibilita a los miembros
de un grupo establecer una íntima relación entre convicciones
y signos" citado por Piccini y Nethol (1990, p.118.
Referencias:
Castro,
I. Moreno, L. Zaldívar, L. (2003). El imaginario social del
comunicador: El caso de la carrera de Comunicación en la
UNLA. [CD-ROM]. Memorias del XV Encuentro AMIC.
Ferrés, J. (1994). Televisión y educación.
Barcelona: Paidós.
Fernández, Juan Manuel. (1999, enero-marzo). Paulo Freire:
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en la World Wide Web: <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n13/freirem13.html>
Fleur y Ball-Rockeach. (1997). Teorías de la comunicación
de masas. México: Paidós.
Guerrero, E. y Pérez, J. (2003). El imaginario laboral
que tienen las instituciones educativas particulares acerca de un
comunicólogo en la ciudad de Morelia. Tesis de licenciatura
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Kaplúm, M. (2003). Procesos educativos y canales de comunicación.
Disponible en la World Wide Web: <http://www.eca.usp.br/nucleos/nce/pdf/115.pdf>
Mercer Neil. (1997). La construcción guiada del conocimiento
(el habla de profesores y alumnos). Disponible en la World Wide
Web: <http://galeon.hispavista.com/pcazau/resdid_merce.htm>
Savater, F. (1997). El Valor de Educar. Barcelona: Ariel.
Pérez, J.M. (2000). Comunicación y educación
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Piccini, M. y Ana María Nethol. (1990). Introducción
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Trillas-UAM.
Pintos, J.L. (1994). Más allá de la ideología.
La construcción de la plausibilidad a través de los
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Prieto, D. (1999). La Comunicación en la Educación.
Argentina: CICCUS-La Crujía.
Torres, H. (1999, enero-marzo).Caracterización de la Comunicación
Educativa. Razón y Palabra, 13. Disponible en la World
Wide Web: <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n13/freirem13.html>
Lic.
Luz Zareth Moreno Basurto
Universidad Latina de América
e ITESM
Campus Morelia, Mich, México. |