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Por Raymond Colle
Número 38
Hoy, las Ciencias
de la Información junto con las Nuevas Tecnologías
Digitales pueden ponerse al servicio de la optimización del
uso de los recursos humanos mediante la formalización y estructuración
del conocimiento acerca de los saberes que posee la comunidad humana
que conforma una empresa, una comunidad, o cualquier institución.
Si bien, en lo personal, venimos
desde hace algunos años preocupándonos por el carácter
interdisciplinario de muchos problemas que afectan a la sociedad
moderna y por la necesidad de buscar formas de "hacer universidad"
en este tipo de enfoque, no podemos atribuirnos la paternidad de
soluciones concretas. Pero sí hemos tenido la suerte de poder
seguir durante una década la evolución del pensamiento
de un catedrático francés - Pierre Lévy, de
la Universidad de Caen - quien, partiendo de un estudio de los aportes
de los nuevos medios de expresión verbo-icónicos (la
infografía y la ideografía) facilitados por la informática,
ha estudiado en profundidad los aportes de esta disciplina ingenieril
como medio para desarrollar el conocimiento, al punto de transformarse
en lo que llamó una nueva "tecnología de la inteligencia".
Su propuesta es la que resumiremos en estas líneas, haciendo
una interpretación libre de algunos aspectos gráficos
de la misma, para ilustrar mejor al lector.
Ud. sabe y es irreemplazable
¿Cuántas veces no hemos oído decir, en alguna
empresa o institución, muchas veces en tono desafiante, que
"nadie es irreemplazable"? Ésta es una gran falacia
y los gerentes de recursos humanos de las empresas más modernas
(y no sólo ellos) lo están aprendiendo actualmente
con rapidez. La verdad es fácil de descubrir, ya en los peldaños
más bajos de la escala jerárquica. Cambiar un auxiliar
de limpieza supone enseñarle la estructura de la organización
y las "manias" de los jefes. Cambiar una secretaria pasa
a ser un problema mayor, porque no es fácil ni rápido
transferir a otra persona, -aunque venga con "mejores credenciales"-
el saber adquirido trás años de trabajar en el mismo
puesto.
La verdad es que cada ser
humano es único e irreemplazable y que no hay ser
humano que no domine conocimientos tanto generales como muy específicos.
Vivir es conocer, es aumentar día a día sus conocimientos,
construyendo una combinación -un "mapa"- que es
único y, sin lugar a dudas, interdisciplinario.
La ciencia tradicional y las clasificaciones
"universales" de los conocimientos que se intentaron desarrollar
en los albores del Siglo XX se han basado en un saber libresco,
en la "galaxia Guttemberg", dando por ignorantes a los
analfabetas, los pobres, los "indios" y otros "marginados".
Craso error. El indio de una olvidada tribu del interior del Amazonas
sabe más de ecología que muchos ingenieros ambientalistas.
El chamán de su tribu conoce muchos remedios naturales que
ningún médico ni químico farmaceútico
conoce ni es capaz de elaborar. Los habitantes de las favelas de
Río de Janeiro saben más de samba que la mayoría
de los profesores de baile de cualquier lugar del mundo.
¿Será posible reunir
alguna vez todo este saber y borrar la impúdica y errónea
frontera entre el conocimiento "formal" -escolarizado-
y el conocimiento natural, vivencial (tanto práctico como
teórico) que cada ser humano acumula a lo largo de su vida?
¿No sería conveniente
que un gerente de recursos humanos pueda conocer TODAS las aptitudes,
habilidades y conocimientos dominados por su personal para formar
mejores equipos de trabajo, uniendo funcionarios que comparten ciertos
intereses con otros que los complementen adecuadamente, aunque su
saber no conste en los pergaminos que los acreditan como "dueños"
de alguna profesión o grado académico. ¿De
qué sirve saber que alguién -como yo- tiene el grado
de "doctor en ciencias de la información" si no
sabe que su (mi) tesis tuvo como objeto "La representación
del conocimiento en sistemas hipermediales"? ¿Seré
intercambiable con otro colega que obtuvo el mismo doctorado pero
cuya tesis abordó la temática de la ética de
la comunicación en la World Wide Web?
Michel Authier y Pierre Lévy
tuvieron hace años esta intuición y han desarrollado
en la década de los 90 una herramienta de representación
y gestión de los conocimientos que llamaron los "árboles
de conocimientos". Ya han sido usados con éxito en múltiples
ciudades del mundo (asociando empresas con departamentos municipales
de asistencia laboral, o incentivando a los jóvenes a aprender
en vez de caer en la drogadicción), en escuelas y universidades,
en grandes empresas, en ONGs y hasta en tribus del Amazonas.
Antes de hablar de los "árboles"
como tales, hemos de seguir enfocando al individuo, a la persona
con toda la riqueza de sus conocimientos, acumulada tanto en su
paso por el sistema educacional como por las tradiciones de su familia,
los avatares de su vida (si ha emigrado, aprendiendo a vivir en
otra cultura, si ha aprendido algún oficio "informalmente"
en su casa, con un pariente o con un amigo. Cada uno es mucho más
de lo que dice su documento nacional de identidad: éste no
sirve para buscar trabajo ni para resolver los problemas de la vida
diaria. Tampoco sirven las categorías socio-económicas
o socio-culturales mediante las cuales tratan de encasillarnos en
las encuestas o los censos. ¿Qué es lo que mejor nos
representa? Nuestro "curriculum vitae" ("CV").
Pero, puede "quedar corto" el algunos aspectos. Yo, por
ejemplo, no pongo en mi CV que sé realizar instalaciones
eléctricas y que hubo una época en que armaba radios
a transistores. Sin embargo, es parte de lo que soy,
porque es parte de lo que sé, aunque parte de este saber
es obsoleto (Hoy las radios a transistores usan circuitos integrados
y ya no se soldan los transistores uno por uno, como cuando aprendí).
Pero dicho saber no deja de ser parte de mí (está
grabado en las neuronas de mi cerebro) y puede, en cualquier momento,
servir de base para otra cosa (De hecho, me ha servido para entender
la arquitectura y la forma de operar de los computadores). El saber
individual se representa (o más bien se "señaliza")
en "emblemas" o "escudos de armas". El saber
colectivo, suma de los conocimientos de grupos de personas, se representa
luego en los "árboles de conocimientos".
El emblema y las armas
del saber
Todos nuestros conocimientos son nuestras "armas" para
enfrentar (y disfrutar) nuestra vida. De ahí que Authier
y Lévy hayan acudido a la antigua heráldica para adoptar
el término de escudo o emblema y un sistema de pictogramas
para representar los saberes. Por cierto, no han recogido todas
las -complejas- reglas de la heráldica tan en uso en el Medioevo.
La usaban los señores feudales para pintar banderas y emblemas
con signos gráficos que representaban características
físicas o conceptuales asociadas a sus feudos o valores de
sus familias. Pero no fueron los únicos en tener "escudos
de armas": también los tenían los artesanos,
unidos en gremios o "corporaciones", y los letrados unidos
en academias o universidades. Así cada cualidad o saber específico
se representa mediante un ideograma, el conjunto de los cuales forma
un emblema o "escudo de armas", como en el ejemplo adjunto,
que corresponde a la "casa condal de Santa Coloma" (Fuente:
Enciclopedia Monitor).
Pero hay una característica
del sistema medieval que Authier y Lévy se encargan de rechazar:
los emblemas representaban posesiones preciadas y servían
para separar categorías sociales. Lo que estos autores intentan
es todo lo contrario: señalar los conocimientos para facilitar
su difusión. Los emblemas, por lo tanto, indican un conocimiento
poseído, pero no para guardarlo como en una caja fuerte,
sino para ponerlo a disposición de quién quiera adquirirlo.
Por este motivo, nunca se puede olvidar que un escudo/emblema no
es un medio de defensa (aunque ayuda, indudablemente, a defenderse
en las visicitudes de la vida) sino ante todo un medio para dar
a conocer qué saber se domina (función "publicitaria").
Y los emblemas sin los árboles en que se agrupan serían
inútiles, ya que son los árboles comunitarios los
que aseguran el sistema de intercambio de conocimientos. Estamos
así ante una nueva "economía del conocimiento".
Sin más teoría, pasemos
a un ejemplo. Traté de confeccionar mi propio emblema, usando
simbología inventada (no conozco todas las especificaciones
del modelo original francés). Podría haber sido aún
más detallado, pero haría más complejo el gráfico,
que ya lo es bastante; y exigiría una cantidad de ideogramas
también más difícil de confeccionar e interpretar.
Los ideogramas son el componente básico del emblema: cada
ideograma representa un determinado conocimiento. Por lo tanto,
mientras más conocimientos entran en un emblema (o luego
un árbol), más ideogramas se necesitan.
Pero los conocimientos cuentan con
distintos tipos y niveles de "validación". Validamos
algunos por la simple repetición exitosa de una experiencia,
otros mediante la aprobación de una persona más calificada,
mediante una publicación (aceptada por una editorial o un
consejo de redacción), o bien obteniendo un título
o un grado académico. Como "título" y "grado"
son términos asociados a la enseñanza formal, utilizaremos
otra palabra para indicar todo tipo de conocimiento que pueda ser
representado en un emblema: usaremos el término "patente"
("brevet" en francés), que tiene la ventaja de
tener un doble sentido en español (como sustantivo y como
adjetivo, ambos significados debiendo ser considerados como combinados
aquí). Así, un ideograma corresponde a una patente,
y señalaremos el tipo de reconocimiento o "grado de
formalidad" del mismo mediante el fondo de color en que lo
colocaremos en el emblema. El código de estos colores aparece
a continuación, encima de mi emblema.
El ideograma se acompaña
además de "calificadores":
- Los asteriscos debajo del icono
representan la calificación o nivel del conocimiento (sin
asterisco es lo básico, 5 asteriscos es el máximo,
que sería "la mayor distinción" en una
prueba formal)
- Los ampersands (&) arriba
indican una cantidad (como por ejemplo los 4 idiomas que hablo
o los 7 lenguajes de programación que conozco); si la cantidad
es grande coloqué &....&
- Las coronas indican el grado
académico: la más simple es el bachillerato, luego
habría una de licenciatura, una de master y la más
compleja de doctor (no puse la de licenciatura en mi emblema porque
después del bachillerato logré un master y la licenciatura
fue reconocida después).
Nuestros ideogramas siguen el orden
de lectura habitual (de izquierda a derecha, de arriba abajo) conforme
a la línea del tiempo (historia personal), lo cual no corresponde
exactamente a las reglas de la heráldica pero es más
fácil de entender hoy. La información así sintetizada,
como se puede observar, es bastante considerable, a pesar de ser
incompleta.
Escudo de armas sintético
de R.Colle
(El significado de
los ideogramas se adjunta debajo del emblema)
El árbol de conocimientos
personal
En el ejemplo anterior, seguíamos el modo de un típico
escudo/emblema. Otra forma de presentación, que resulta más
útil para pasar a una acumulación colectiva o para
situarse en una comunidad, es la forma de árbol. Aquí,
tenemos un tronco que corresponde a la enseñanza básica,
tanto natural-informal como a la formal-escolar. A partir de este
tronco se desarrollan "ramas", que corresponden a las
áreas de conocimientos a las cuales cada persona dedica tiempo
con posterioridad. La elevación de las ramas corresponde
al paso del tiempo al mismo tiempo que a la profundización
o ampliación de estos conocimientos. Algunos temas no alcanzan
a desarrollarse en ramas y constituyen "hojas" (con fondo
blanco en el ejemplo que sigue). La correspondiente transformación
de mi emblema en árbol aparece en el siguiente gráfico,
donde los colores pasan a significar áreas del conocimiento,
para que vayan apareciendo mejor el tronco y las "ramas".
Obsérvese cómo las tres ramas se van uniendo y combinando
en la parte superior, en torno al tema de la WWW ("World Wide
Web").
Arbol personal
de R.Colle
Para visualizar mejor, aunque de
forma mucho menos detallada, las "ramas" y "hojas",
podemos eliminar todos los ideogramas, tal como deberá hacerse
al momento de construir un árbol colectivo. (Hemos puesto
un cículo para marcar la interpenetración de las tres
ramas en la parte superior).
Ramificación
simple del árbol personal de R.Colle
El árbol de conocimientos
colectivo
En la "Sociedad de la Información" -o, más
bien, "Sociedad del Conocimiento"- en la cual estamos
entrando, los conocimientos pasan a valorarse mucho más que
cualquier otra "posesión" individual. Las naciones
progresan sobre la base de los conocimientos de sus poblaciones
y su riqueza depende de la puesta en común de este saber.
Las empresas compiten no tanto en función del costo de la
mano de obra, sino más aún de su calificación
o sea de la capacidad asociada a los conocimientos de cada miembro
del sistema. Como se ha podido descubrir en las organizaciones que
ya usan los árboles de conocimientos en su gestión,
el desarrollo de los emblemas y su agrupación en árboles
no sólo facilitan la gestión de los recursos humanos,
permiten formar mejores equipos de trabajo (sobre todo cuando se
requiere una integración multidisciplinaria) sino que incentivan
el traspaso de conocimientos de unas personas a otras. Cada una
quiere contar con un emblema "más rico" y se apoya
la comunicación directa del saber mediante un sistema de
incentivos (moneda virtual que paga el que pide y recibe el que
entrega conocimientos). Comentaremos brevemente más adelante
un par de ejemplos sumamente llamativos y fructíferos de
este mecanismo. Pero antes veamos cómo aparecen los árboles
colectivos. Aquí van dos de ellos, donde se pueden aprecisar
singulares diferencias.
A la izquierda tenemos un largo
tronco con múltiples capas o "tajadas", lo cual
indica que hay mucha gente que comparte los mismos conocimientos
en los mismos -múltiples- niveles. Luego se abren dos ramas
principales y cada una se subdivide hasta llegar a hojas que distinguen
casos únicos y muy poco numerosos. Podemos estar frente a
una industria de alta tecnología, con una rama administrativa
y una rama productiva, la produtiva teniendo el mayor número
de ramificaciones.
A la derecha, tenemos un tronco
bajo, los cual indica que la diversificación de los niveles
inferiores es menor o no es relevante, pero el número de
ramas es mayor y se eleva de diversas maneras. Podemos estar frente
a un instituto profesional que recibe solamente alumnos que han
terminado la enseñanza secundaria. La rama más alta
podría ser la de los profesores y las otras las correspondientes
a las distintas carreras, con los grados y títulos que se
otorgan. Las hojas pueden ser cursos ocasionales o seminarios (programa
de "extensión"). Dejemos en claro que no tenemos
la interpretación real de estos árboles y que lo que
damos como interpretación también se presta a otro
tipo de graficación.
Debemos dejar en claro que estos
árboles no son estáticos: gracias al uso de la informática,
se modifican cada vez que una persona -miembro de la organización-
modifica su emblema. Así se cuenta siempre con una visión
de la evolución histórica y del estado actual del
árbol institucional.
Al pulsar sobre una "tajada"
del tronco, de una rama o sobre una hoja, se obtiene inmediatamente
una reseña con los ideogramas correspondientes, el número
de personas que poseen el conocimiento aludido y eventualmente la
forma de contactarlas. Mientras todo el mundo puede acceder en línea
al árbol y a éstos datos, la información individualizadora
(y el emblema completo) de cada persona es reservada y sólo
tienen acceso a ella su poseedor y -eventualmente- algunos directivos
si se trata de una comunidad-empresa. Si una persona quiere entrar
en contacto con otra para pedirle u ofrecerle sus conocimientos,
podrá acceder a su dirección de correo electrónico
pero no a la totalidad de su emblema personal.
Funciones y recursos de
los árboles de conocimientos
Como lo hemos indicado, todo el sistema ha sido llevado a un modelo
informático y existen aplicaciones que permiten explotarlo
a cabalidad. Sus principales componentes son cuatro bases de datos
que corresponden a "bancos": el de las patentes (identificación
de los saberes y de las pruebas de validación para obtener
esa patente), el de los calificadores (personas y organismos que
están capacitadas para otorgar una patente), el de los emblemas
(donde queda registrado y graficado cada miembro de la comunidad)
y el de los perfiles (conjunto de patentes que un empleador quiere
encontrar en una persona o grupo de personas). Lo que relaciona
estos bancos o bases de datos es el árbol comunitario, permitiendo
las consultas y dando una visión de conjunto. Recuérdese
que las personas propietarias de una apatente también están
generalmente en condiciones de transmitir su conocimiento pero que,
por la existencia del sistema educacional formal, existen patentes
que ellas NO pueden otorgar en forma independiente (como los grados
académicos y títulos profesionales). Pro ello se rquiere
una base de datos especial con información sobre las instituciones
que sí pueden dar válidamente dichas patentes.
Las ramas del árbol se forman
a partir de la cantidad de personas que cuentan con las mismas patentes
en su emblema. Una rama, por lo tanto, involucra y representa un
conjunto de conocimientos que ocurren más frecuentemente
en forma simultánea en una comunidad. De ahí que el
"tronco común" corresponda generalmente a la enseñanza
primaria y, en una segunda "capa" a la secundaria.
Para respetar la privacidad, sólo
el propietario de un emblema puede tener acceso a la totalidad de
sus datos personales, y sólo mediante comunicación
en línea. Las demás personas sólo pueden tener
acceso al buzón de correo de quienes poseen un emblema que
contenga las características del perfil que están
buscando. Las únicas posibles excepciones serían mientras
un tutor enseña a una persona a confeccionar su emblema y,
en las empresas, en el caso de los directivos de más alto
nivel y sólo en relación a los perfiles que interesan
a la empresa (Por lo tanto, pueden no tener acceso directo a la
información sobre las aficiones -"hobbies"- particulares
de los miembros de su personal). El banco de perfiles -también
graficable en forma de emblema o de árbol- representa por
lo tanto la demanda mientras el banco de patentes representa la
oferta, al mirar el conjunto como un "mercado de conocimientos".
Los bancos y los árboles
crecen en función de los aportes y de las transferencias
que realizan los participantes. Se trata, por lo tanto, de un sistema
democrático auto-organizativo, que puede ser simple (una
familia, una PYME) o altamente complejo (una ciudad, con sus habitantes,
sus servicios comunales, sus empresas y sus centros de formación)
y puede ser utilizada en una enorme diversidad de situaciones (se
ha usado hasta con tribus indias del Amazonas).
La tolerancia y la interdisciplina
son parte esencial de los árboles de conocimientos. A diferencia
del sistema educacional tradicional, que margina numerosas personas
por sus fracasos escolares o su especialización, permite
a todos registrar los saberes adquiridos, cualesquiera sean. La
valoración de los mismos se realiza en forma independiente,
según la cantidad de habientes, la oferta de formación
y la demanda existente en el mercado del empleo. Por lo tanto, nadie
queda excluído y la movilidad queda abierta para todos ya
que la oferta de capacitación no se limita a las instituciones
educativas. Ésto puede ser de especial importancia para los
países en desarrollo, donde los sistemas formales no dan
abasto para satisfacer la demanda de formación.
La visualización -gráfica-
de los datos individuales y comunitarios también han probado
ya ser eficaces herramientas de incentivo para la capacitación.
Por este medio, jóvenes marginados han dejado la atracción
de la delincuencia para preocuparse más de su propia formación,
tanto para tener un emblema "más lindo" como para
mejorar el árbol de conocimientos de su barrio.
El caso de las favelas
de Río de Janeiro
Entre los ejemplos que citan Lévy y Authier llama nuestra
atención por su cercanía el del uso que hace la municipalidad
de Río de Janeiro de los árboles de conocimientos.
Para cada favela de la ciudad ha creado un árbol de conocimientos
y, en cada centro comunitario, los habitantes pueden confeccionar
y perfeccionar sus emblemas.
Obviamente lo que aparece con mayor
relevancia en el árbol de cada favela y en el árbol
común es la rama de la samba. Pero la samba no es una sola
cosa. Hay músicos, expertos en pasos de baile, otros en confección
de trajes y en construcción de carros alegóricos Cada
uno tiene su especialidad y sus propios inventos que, en algunos
casos, han "patentado" y -de este modo- ofrecen y son
conocimientos luego requeridos por miembros de otras favelas.
Y si la samba y el carnaval han
sido los grandes motivadores, pronto los pobladores se han dado
cuenta de que podían colocar otras cosas en sus emblemas
y ha surgido una espiral de deseos de aprendizaje en otras áreas,
no todas recreativas. A través del banco de perfiles, asociado
al árbol general que mantiene la municipalidad, se han enterado
de las ofertas de trabajo y de los conocimientos necesarios para
obtener un puesto. A quiénes les faltaba poco, se les desarrolló
la motivación para aprender lo que les faltaba. A los jóvenes
cesantes, se les abrió una ventana sobre el mundo y un medio
real para surgir no sólo en el baile, la música o
los deportes, que les han ido alejando del mundo de la droga, sino
en su inserción laboral. Las mujeres que cosen los trajes
para el carnaval forman cooperativas que confeccionan otras prendas.
Los hombres que arman los carros se han perfeccionado como carpinteros
o soldadores. Es una espiral de progreso la que la metodología
de los emblemas y árboles de conocimiento han traído
a las favelas, incentivadas por el deseo de tener el árbol
más desarrollado y más multifacético.
A pesar del éxito de esta
experiencia y de otras similares en varias ciudades esparcidas
por el mundo (existe una asociación internacional de ciudades
con árboles de conocimientos), este recurso parece muy
poco conocido en el ámbito hispanoamericano: Google arroja
solamente 40 referencias, sumando las búsquedas sobre "árbol
de conocimientos" y "árboles de conocimientos",
y muchas de ellas se refieren a otra interpretación del
concepto (usado alternativamente como equivalente a "mapa
conceptual", "tabla de materias" o sistema de navegación,
en áreas tan diversas como videojuegos, sistemas expertos,
e-learning, etc.).
Conclusión: una herramienta
para la gestión de los recursos humanos
Lo primero que plantea
Lévy es la necesidad de considerar la institución
(empresa, facultad, universidad u otra) como una "comunidad
de saberes". ¿Cómo representar estos saberes?
En la mayoría de los casos -al menos cuando se trata de una
comunidad formal-, cada uno de sus miembros redacta un "curriculum"
y se ve por lo tanto representado -en algún archivo- por
estas hojas de papel, manuscritas o impresas, y raras veces puestas
al día.
Si alguién se dedica a comparar
estos currículos, encontrará dos tipos de información:
a. condiciones y conocimientos
que comparten la gran mayoría de los involucrados, como
sería saber leer y escribir o, en términos ya más
estructurales, tener aprobada la "educación general
básica" y luego, posiblemente -para la gran mayoría-
una "educación secundaria";
b. pero, como ya lo sugiere
lo anterior, cada persona -a su vez- se irá caracterizando
por la diversidad de sus saberes en relación a los demás
integrantes.
Y la verdadera riqueza de la institución
descansa en dicha diversidad y en el modo en que la utiliza, tanto
para el logro de sus propios fines como para la integración
y motivación de sus miembros.
Los currículos ya no han
de concebirse como documentos estáticos, que sirven eventualmente
como medio para ser "contratado". Incluso en instituciones
que llevan registros más dinámicos (como bases de
datos donde se registran cursos de perfeccionamiento o nuevos grados
académicos obtenidos), no se aprovecha necesariamente esta
información en forma adecuada y carece generalmente del nivel
de detalle que se requiere para una verdadera gestión del
saber comunitario.
¿Qué significa "gestión
del saber comunitario"? Significa, tomando el ejemplo de una
Universidad o una Facultad, que el día que alguna autoridad
acepte la sugerencia de organizar un simposio o un grupo de trabajo
o asumir una investigación acerca de un determinado tema,
consultando la "base de saber" del organismo se pueda
saber quiénes podrían, internamente, estar en las
mejores condiciones para participar en el proyecto, por el hecho
de haber estado investigando, publicando o, simplemente, estudiando
o analizando -aún por mera afición- dicho tema. Se
podría así descubrir, con alguna sorpresa, que algunos
ingenieros han estudiado temas psicológicos (el "desarrollo
organizacional" es de este tipo de interdisciplina), que algunos
comunicólogos son también programadores o analistas
de sistemas, que matemáticos han aprendido de ciclos naturales
propios de la agronomía, etc, etc.
La puesta en evidencia de estas
"intersecciones" (en términos de teoría
de conjuntos) es cada vez más importante en el mundo universitario,
tanto para el desarrollo de la producción intelectual de
las instituciones como para abrir la mente de las nuevas generaciones.
Y no cabe duda, como lo han demostrado en la práctica las
empresas francesas que han adoptado el concepto y la aplicación
creada por Lévy y Authier, que es altamente redituable y,
deberíamos añadir, absolutamente vital en una Universidad,
por cuanto el conocimiento crece diariamente y es imposible enseñar
a la misma velocidad. El acceso inmediato que proporciona Internet
a un conocimiento actualizado (y también a múltiples
hipótesis no verificadas, teorías alternativas, datos
equívocos, etc.) lleva a que los "expertos" se
hacen cada vez más fuera de las tradicionales "carreras"
o profesiones –e incluso fuera de las instituciones de educación
superior–, y se "deshacen" en poco tiempo si no
se mantienen comunicados con sus pares e incentivados por su institución.
Los cambios en el mundo de los medios
de información y de enseñanza ponen en evidencia la
importancia -para los actores y responsables de las actividades
en esos campos- de dominar adecuadamente el conocimiento acumulado
hasta hoy. También demuestra cada vez más claramente
que será imposible tomar decisión alguna o desarrollar
proyectos novedosos sin un verdadero dominio interdisciplinario
de la totalidad del "cuadro de situación" de la
información-comunicación-cognición, partiendo
por la que existe dentro de la misma institución.
Referencias:
Colle,
R. 1998 - "Futuro de la comunicación y conocimiento",
Revista LATINA de Comunicación Social, nº5.
----- 1999 - "La ideografía dinámica", Revista
LATINA..., nº16.
----- 1999 - "La representación del conocimiento en
sistemas hipermediales", Univ. de La Laguna, Tenerife, España
(Tesis doctoral).
----- 2000 - "Comunidades virtuales", Revista TDC
----- 2002 - "¿Se termina ya la Era de la Información?",
Paper, Centro de Estidos Mediales, Univ.D.Portales, Santiago
----- 2002 - "Teoría Cognitiva Sistémica de la
Comunicación", Ed. San Pablo, Santiago, 392p.
Lévy, P. 1991 - "L'idéographie dynamique",
La Découverte, Paris, 179p.
----- 1992 - "La machine univers: Création, cognition
et culture informatique", La Découverte, Paris, 240p.
----- 1992 - "Les arbres de connaissances" (M.Authier
& P.Lévy), La Découverte, Paris,180 p. (reed.1998)*
----- 1993 - "Les technologies de l'intelligence", La
Découverte, Paris, 235p.
----- 1994 - "Vers une nouvelle économie du savoir",
Rev.Solaris, Dossier n.1, 30p.
* Texto principal
Dr.
Raymond Colle
Universidad Diego Portales,
Chile. |