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Por Jaime Alonso
Número 42
Resumen
Internet muestra
en la actualidad la existencia de lo que denominamos nuevos medios.
Se trata de estructuras de comunicación que poseen un conjunto
de características que las dotan de una “identidad
comunicacional” estable y definida. Aunque la observación
a la Red de redes permite constatar el nacimiento de otras, podemos
detectar la consolidación de seis categorías mediáticas:
diarios digitales, portales, buscadores y directorios, comunidades
virtuales, bitácoras o weblogs, y redes ciudadanas. Cada
una de las categorías mediáticas posee sus rasgos
definitorios, que las hacen independientes, aunque también
es posible afirmar que todas ellas, en la medida se desarrollan
en el mismo canal o soporte –Internet– también
poseen características comunes. Uno de los principales rasgos
coincidentes es el que denominamos sentido de comunidad.
Como trataremos de explicar en este
artículo, el sentido de comunidad se erige en una de las
principales diferencias de los nuevos medios respecto a los medios
de comunicación de masas. En términos generales puede
decirse que la noción de comunidad implica un papel
inédito de los sujetos que participan en los nuevos medios,
basado en una actitud de participación sustancialmente diferente
–de naturaleza más activa– a la prensa, la radio
y la televisión. A lo largo de estas páginas llevaremos
a cabo un repaso acera de lo que son los nuevos medios, en donde
nos centraremos en una reflexión teórica acerca del
sentido de comunidad, para adentrarnos a continuación en
una aportación introductoria referida a cómo las diferentes
categorías mediáticas hacen suyo este sentido dentro
de su estructura de funcionamiento.
El discurso de los nuevos
medios
De entre las muy
diferentes aportaciones que ha traído consigo Internet al
espacio mediático desde su invención, cabe señalar
que los nuevos medios son una de las más destacadas. Consideramos
que una manera acertada de comprender lo que son los nuevos medios
es aquella que los identifica como formas de comunicación
o estructuras web que, a fecha de hoy, manifiestan evidentes
niveles de consolidación. Esas estructuras de comunicación
pueden ser agrupadas en categorías mediáticas:
diarios digitales, buscadores y directorios, redes ciudadanas, bitácoras
o weblogs, comunidades virtuales y portales1.
Una manera de comprender los nuevos
medios –quizá introductoria– es aquella que los
contempla desde una perspectiva comparativa con los medios de masas.
En este sentido, una aportación que consideramos de mucha
relevancia es la que indica que
Los nuevos medios de comunicación
determinan una audiencia segmentada y diferenciada que, aunque
masiva en cuanto a su número, ya no es de masas en cuanto
a la simultaneidad y uniformidad del mensaje que recibe. Los nuevos
medios de comunicación ya no son medios de comunicación
de masas en el sentido tradicional de envío de un número
ilimitado de mensajes a una audiencia de masas homogénea.
Debido a la multiplicidad de mensajes y fuentes, la propia audiencia
se ha vuelto más selectiva. La audiencia seleccionada tiende
a elegir sus menajes, por lo que profundiza su segmentación
y mejora la relación individual entre emisor y receptor
(Sabbah: 219, apud Castells, 2000: 412)
Aunque desde nuestra perspectiva
Internet muestra aún rutinas propias de la comunicación
de masas2, lo cierto es que estos
nuevos medios despliegan algunas constantes que vienen a poner de
manifiesto ideas referidas a lo que podemos entender como elementos
integrantes de la comunicación digital o comunicación
virtual. De entre las muchas y variadas aportaciones sobre
los elementos integrantes de esta nueva comunicación, destacamos
los siguientes:
- Multimedialidad
- Hipertextualidad
- Interactividad
La multimedialidad hace referencia
a la integración de texto, imagen y sonido en un mismo formato.
Supone una aportación de carácter inédito,
en el momento en que los medios de masas –prensa, radio y
televisión– poseían el predominio casi en exclusiva
de un modo de comunicación: escritura para la prensa, sonido
para la radio e imagen para la televisión.
La hipertextualidad supone una novedosa
forma de lectura y escritura. Implica la ruptura de la secuencialidad
o linealidad en la redacción o lectura de un texto. En este
sentido, el hipertexto permite asemejarse a la forma en cómo
los sujetos desarrollan sus procesos mentales:
La totalidad de estos nuevos productos
informáticos electrónicos se basan en un acceso
no estrictamente secuencial a los diversos materiales que ofrecen:
textos, imágenes (fijas o en movimiento) y sonidos. De
esta manera se intenta de alguna forma romper un concepto fuertemente
arraigado en la cultura occidental desde hace algunos siglos,
el de la secuencialidad, y acercarse más a la forma de
pensamiento del ser humano. (Armañanzas y otros, 1996:
62)
La interactividad implica la capacidad
que poseen los usuarios de los nuevos medios de ser activos. Quiere
decir que los sujetos tienen la posibilidad de hacer peticiones
de diversa índole a los diarios digitales, buscadores y directorios,
comunidades virtuales, etcétera, y que estos les respondan
en sus solicitudes. Cada nuevo medio planteará sus opciones
de interactividad, por lo que podremos decir que unos nuevos medios
son más interactivos que otros. Así por ejemplo, es
posible indicar que un diario digital es más interactivo
que otro en el momento en que plantee más servicios que satisfagan
opciones solicitadas por parte de los usuarios. En este sentido,
también cabría decir que un buscador es más
interactivo en el momento en que plantea más opciones
de búsqueda –recursos ofrecidos por el medio para
que el usuario acote sus búsquedas– que otro3.
Alonso y Martínez (2003) diferencian entre modos interactivos
sujeto/objeto, y modos interactivos sujeto/sujeto. En el primero
se incluye el hipertexto y las encuestas. En los segundos, el correo
electrónico, listas de distribución, grupos de noticias,
foros y el chat.
El sentido de comunidad
como tendencia general en los nuevos medios
Hemos conceptualizado
el multimedia, la hipertextualidad y la interactividad como los
tres elementos característicos que identifican la comunicación
digital y, por ende, a los nuevos medios. El análisis exhaustivo
y prolongado en el tiempo de estas estructuras web permite constatar
que existen otras características comunes. Una de ellas es
el sentido de comunidad. Por sentido de comunidad nos referimos
a aquel estado relacional de los sujetos que intervienen en los
nuevos medios (gestores y usuarios) que tiene como finalidad la
consecución de los objetivos del medio mediante su acción
participada.
Puede comprenderse el sentido de
comunidad que hemos propuesto mediante el concepto de “conectividad”
del que habla De Kerckhove (1999: 25)
La conectividad es un estado humano
casi igual que lo es la colectividad o la individualidad. Es esa
condición de fugacidad comprendida por un mínimo
de dos personas en contacto entre sí, por ejemplo, conversando
o colaborando. La Red, el medio conectado por excelencia, es la
tecnología que hace explícita y tangible esta condición
natural de la interacción humana.
No todos los nuevos medios manifiestan
el mismo sentido de comunidad. Esto se debe a varias razones, entre
las cuales destacamos dos. La primera es que el sentido de comunidad
es una realidad novedosa derivada del uso e implantación
de las tecnologías de la información. Esto implica
que las potenciales de la comunicación digital –como
es el caso de la interactividad, que se ejercita a través
de los modos interactivos de comunicación– se encuentran
aún en un momento de experimentación e innovación.
La segunda deriva del hecho de que cada categoría mediática
posee diferentes objetivos, lo cual implica, necesariamente, que
cada una de ellas desplegará un sentido de comunidad acorde
con sus finalidades.
Cada categoría mediática tiende hacia un modelo de
comunidad determinado, que es distinto dependiendo a la que nos
refiramos, pero consideramos que es pertinente establecer, de forma
general, dos maneras claramente diferenciadas de formas comunitarias
apreciables en las seis categorías mediáticas propuestas:
a) La primera se basa en la creación
de comunidad sustentado en el hecho de que los usuarios comparten
contenidos y servicios del medio que no han sido elaborados por
ellos, o han participado marginalmente en su construcción.
Se trata de un sentido de comunidad de carácter inferior
o marginal, en cuanto que los internautas conforman el sentido
de colectividad a través de algo dado, y no elaborado/participado
por ellos.
b) La segunda se refiere
a un sentido más próximo a lo que habitualmente
entendemos por comunidad. Se trata de la relación humana
basada en la participación activa de los individuos, en
aras a la consecución colectiva de objetivos. La observación
continuada a los nuevos medios permite constatar que son muy variadas
las maneras a través de las cuales puede desplegarse este
sentido de comunidad. Así por ejemplo, puede encaminarse
hacia la producción participada de información,
a la creación de conocimiento, etcétera.
En una aproximación general
puede esbozarse una identificación entre los nuevos medios
y los dos tipos o sentidos de comunidad. Así, diremos que
diarios digitales, buscadores y directorios y portales se inclinan
por el primer tipo; el basado en el hecho de compartir contenidos
no elaborados por los usuarios; mientras que bitácoras, comunidades
virtuales y redes ciudadanas crean un sentido de comunidad participado
o activo.
A pesar de lo dicho, la complejidad
de estas dos posibilidades de comunidad radica en que, realmente,
no es del todo exacto y pertinente asociar un tipo de comunidad
a cada una de las categorías mediáticas. Esto se debe
a que dos medios, aun perteneciendo a una misma categoría,
pueden desarrollar un tipo u otro de comunidad, dependiendo de los
objetivos que se hayan marcado sus gestores, así como de
su pericia para dar vida este tipo de comunidad. Por ejemplo,
dos comunidades virtuales pueden manifestar dos formas distintas
de comunidad: una puede basarse exclusivamente en que los miembros
que la componen compartan los mismos contenidos y servicios, sin
que realmente se dé una interacción relacional entre
los usuarios, mientras que en la otra puede manifestarse un sentido
de comunidad más marcado, en cuanto que de la relación
dialogada y participativa de los sujetos se extraen resultados de
naturaleza colectiva.
Aportamos a continuación
algunas ideas que pueden extraerse acerca del sentido de comunidad
que manifiestan cada una de las categorías mediáticas.
Las aportaciones que se ponen de manifiesto se basan en la observación
de medios que funcionan en la actualidad en Internet4.
Los diarios digitales
conforman el sentido de comunidad en tres niveles apreciables, que
delimitamos bajo las siguientes expresiones: comunidad de lectores,
agrupación de usuarios que se relacionan a través
de contenidos elaborados por el medio, y agrupación de usuarios
que se relacionan a través de contenidos no elaborados por
el medio.
El primero de ellos –comunidad
de lectores– reproduce el sentido de relación y pertenencia
que muestran los lectores de los diarios de papel, al igual que
en las emisoras de radio y las televisiones. Es una cuestión
de afinidad que puede basarse en distintos parámetros: coincidencia
ideológica, confianza profesional en el trabajo del medio
como constructor del espacio social de referencia, etcétera.
Desde nuestra óptica, esta comunidad de lectores debe ser
estudiada si no de forma exacta al fenómeno en los diarios
en papel, sí por lo menos de manera similar.
La segunda manera que especificamos
en el sentido de comunidad en los diarios digitales es aquella conformada
por los usuarios que se relacionan o agrupan mediante los contenidos
elaborados por el medio. Se trata de una fórmula que toma
como base el sentido que poseen en los medios de masas las formas
de participación como las cartas al director, las intervenciones
radiofónicas y la presencia de sujetos en los programas de
televisión. Las personas interaccionan entre sí y
con el medio a través de las propuestas –de información,
de entretenimiento– planteadas por éste. En los diarios
digitales estas fórmulas se incrementan y especializan. Un
ejemplo representativo lo encontramos en el apartado foros
de la sección comunidad del diario elmundo.es.
Los usuarios crean conversaciones colectivas a partir de los contenidos
de los suplementos del mismo diario: elmundodeporte, la luna,
Ariadna, metrópoli, elmundovino, elmundolibro, elmundoviajes,
etcétera. La idea de participación en los contenidos
producidos por el medio queda reforzada por el hecho de que estos
foros/secciones son moderados. Otra manera de participación
en este sentido en elmundo.es, se encuentra en la opción
debates, en la misma sección comunidad. En ella
se da la posibilidad de que sean los usuarios quienes respondan
mediante una encuesta de carácter no científico a
cuestiones de actualidad. Los debates son interesantes
en el momento en que los sujetos crean un sentido de comunidad a
través de los contenidos que son los más representativos
del medio: los contenidos periodísticos.
La tercera manera a través
de la cual los diarios digitales crean el sentido de comunidad radica
en el despliegue de modos interactivos –chat, foros, etcétera–
que no se encuentran vinculados a la producción de contenidos
del medio. Se trata de espacios en donde también se aprecia
un sentido de comunidad, aunque de carácter más independiente
que en el caso anterior, ya que los contenidos son propuestos por
los mismos usuarios. La observación del chat de elmundo.es
permite apreciar un marcado sentido de comunidad caracterizado,
sobre todo, por la presencia de un grupo de usuarios que, participando
de modo activo, se comportan de manera estable en el tiempo mediante
el empleo de su apodo o nick.
Pese a tratarse de un medios “individuales”
de comunicación, es posible afirmar que las bitácoras
también despliegan un claro sentido de comunidad, en cuanto
que se establece una relación dialogada entre el sujeto que
escribe la bitácora y sus lectores. Esa participación
se desglosa en dos vertientes: desde aquellos que la leen sin mantener
contacto dialogado con el autor de las bitácoras, y aquellos
que participan enviando mensajes. Consideramos que ambos constituyen
un ejemplo de participación que puede constituirse en comunidad.
Los primeros crean un sistema relacional similar a la comunidad
de lectores a la que nos hemos referido al hablar de los diarios
digitales. Se trata de usuarios que si bien no se relacionan con
el productor de los contenidos, esto no quiere decir que no participen
de sus ideas y comentarios, creándose entonces cierto sentido
de comunidad. En los segundos, ese sentido de comunidad es más
explícito, en cuanto que implica una relación dialogada
entre los usuarios de la bitácora y el gestor/autor de la
misma. En este caso, el mayor o menor sentido de comunidad se medirá
en función de cómo se desarrolle la actividad general
en cada bitácora. Queremos decir que en unas primará
un sentido más activo de comunidad que en otras. Piénsese,
por ejemplo, que uno de los principales factores que indicará
ese mayor o menor sentido de comunidad lo encontramos en la continuidad
y profundidad que ejercita el gestor para responder a los mensajes
que les envían los lectores. En su mano se encuentra la capacidad
para crear un mayor o menor sentido de comunidad. Esta será
mayor, como decimos, cuando el autor establezca un proceso conversacional
asiduo y mantenido en el tiempo con los usuarios, y será
menor cuando se produzca el fenómeno inverso.
Las comunidades virtuales
son nuevos medios que, por excelencia, se plantean como
finalidad la creación de un entorno relacional encaminado
a la creación de un verdadero sentido de comunidad. Pero
el hecho de la denominación “comunidad virtual”
no implica que en todas ellas se genere una actividad de relación
entre los individuos que la componen y del que surja como resultado
un ambiente de comunidad. Las comunidades virtuales son medios altamente
flexibles, lo cual quiere decir que su constitución y modo
de funcionamiento depende de cada una de ellas; y concretamente,
de la capacidad de sus gestores para saber crear un entorno adecuado
en donde se genere una relación fluida y mantenida en el
tiempo entre sus participantes. Es posible detectar la existencia
de comunidades virtuales que desarrollan un sentido muy marcado
de comunidad –la relación entre los sujetos es asidua
y constante, y tiene como fruto la consecución de objetivos
de carácter colectivo o comunitario–, mientras que
en otras no se detecta un sentido de comunidad en sí mismo
considerado, sino un conjunto de individuos que comparte un mismo
espacio –un sitio web determinado–, pero que no desarrollan
un verdadero sentido comunitario, bien porque el tipo de relación
que establecen no es lo suficientemente estable –no emplean
los modos de interactividad con asiduidad y constancia–, o
bien, en la medida que, aunque los emplean, no se da un tipo de
relación lo suficientemente satisfactoria.
De todos los nuevos medios tratados
en este artículo, el sentido de comunidad de las comunidades
virtuales es el más complicado de crear, ya que consiste
en mantener un entorno relacional entre personas que reproduce –o
al menos, pretende reproducir– las condiciones de una relación
en la vida “física”. Y si bien es el más
complicado de llevar a cabo, también es cierto que, bien
estructurado y gestionado, puede ofrecer muchos beneficios a un
conjunto de individuos.
Los portales constituyen
los medios en los que menos queda reforzada la idea de comunidad,
quizá por el marcado sentido comercial que poseen. Identificamos
su existencia en los modos de comunicación interactivos –foros,
chat, etcétera– y, aunque puede apreciarse algún
interés en relacionar los contenidos del medio con la participación
de los usuarios, no se alcanza el nivel que encontramos en los diarios
digitales. Una razón que explica por qué esto es así
radica en la tendencia que estos nuevos medios procuran hacia la
personalización de sus contenidos y servicios. Esta personalización
hace que se potencie el portal como espacio de uso individualizado,
más que comunitario, en donde se pretende atender a las necesidades
personales de los sujetos, ya sean estas referidas a cuestiones
de trabajo, de ocio o entretenimiento, etcétera.
El sentido de comunidad que actualmente
apreciamos en las redes ciudadanas tiene que ver con la doble orientación
o naturaleza de las mismas: por un lado, aquellas con un marcado
sentido institucional –gestionadas y participadas por entidades
de naturaleza pública, tales como ayuntamientos–, y
aquellas que poseen un carácter menos institucional, ya que
se encuentran gestionadas bien por entidades autónomas o
por grupos de individuos. Consideramos que en las segundas prevalece
una tendencia a un sentido más comunitario que en las primeras.
Esto se debe a que las redes ciudadanas con un sentido institucional
denotan un proceso de comunicación más cercano a la
comunicación de masas –un emisor emite un mensaje a
un amplio número de sujetos, que apenas poseen capacidad
de respuesta–, mientras que las redes con carácter
no institucional tienden a un modelo de carácter más
participativo. A pesar de lo dicho, es oportuno indicar que, al
igual que ocurre con las comunidades virtuales, el sentido de comunidad
de una red ciudadana depende de cada una de ellas; de la forma en
cómo sus gestores se hayan planteado los objetivos y la manera
de llevarlos a cabo. Así como no hay dos comunidades virtuales
iguales, tampoco hay dos redes ciudadanas similares.
Puede pensarse que los buscadores
y directorios son los medios que menos sentido
de comunidad manifiestan, por no decir es que prácticamente
inexistente. Ciertamente, se trata de estructuras web con un marcado
carácter individual: cada usuario define sus objetivos de
búsqueda, así como la forma en cómo la desarrollará;
esto es, a través de la selección y aplicación
de las opciones de búsqueda del medio. Pese a esto, consideramos
adecuado señalar que los buscadores y directorios también
manifiestan cierto sentido de comunidad, aunque sea de manera indirecta.
Nos referimos a que estos nuevos medios son comunitarios o “conectivos”
–empleando la aportación realizada por De kerckhove–
en el momento en que parte de la consecución de la finalidad
del medio se lleva a cabo a través de la acción participada
de los usuarios. La información de El País (13/X/2002)
acerca del buscador Google ilustrará lo que comentamos:
La base del éxito de Google
está en su método automático para ordenar
los resultados de una búsqueda. La primera página
que ofrece es la que más veces aparece citada en otras
páginas de Internet. Este sencillo criterio consigue que
entre los primeros resultados esté siempre la respuesta
que buscamos, ya que son las páginas en las que más
confía todo el resto de los internautas que alguna vez
se han interesado por este mismo tema. También garantiza
que las páginas obsoletas que hace meses que nadie visita
queden en los últimos lugares.
Esta faceta comunitaria no es, obviamente,
prerrogativa exclusiva de Google. Antes bien, se trata
de una metodología habitual en el resto de buscadores. Como
señala el mismo artículo del El País,
los resultados de Altavista responden al número
de veces que el término de búsqueda aparece citado
en las páginas web. Lycos emplea el método de Altavista,
pero incluye también el número de visitas.
Según lo visto, si bien es
posible señalar que la acción comunitaria no es “consciente”
por parte de los usuarios –los sujetos se relacionan con los
buscadores y directorios de forma individual–, esto no resta
importancia al necesario y relevante carácter participativo
de estos nuevos medios. De hecho, la relación comunitaria
es tan determinante que podemos llegar a afirmar que la diferencia
de planteamiento de los buscadores y directorios –esto es,
cómo la gestionan y hacen uso de ella– mide su nivel
de éxito, tal y como hemos apreciado en el caso de Google.
Selección
representativa de nuesvos medios:
Bitácoras
4colors <http://www.4colors.net/>
Abraldes <http://abraldes.net/>
Alberto Bastos <http://albertobastos.bublegum.net/>
Awablog <http://www.awacate.com/awablog/>
Bitácora Tremendo <http://tremendo.com/bitacora/>
Blog.com.mx <http://blog.com.mx/>
Blogger <http://movabletype.org/>
Blogpocket <http://www.blogpocket.com/>
Blogpocket <http://www.blogpocket.com/>
Caspa TV <http://stee.sinfry.com/>
Cisne Negro <http://cisne.blogspot.com/>
ECuaderno <http://librodenotas.com/>
Efímera <http://www.efimera.org/>
Escolar <http://www.escolar.net/>
Historias de Cien Palabras <http://www.cienpalabras.blogspot.com/>
HTML Life <http://www.minid.net/>
Indiferencia <http://indiferencia.net/>
Isopixel <http://minid.net/>
La Hormiga Remolona <http://stee.sinfy.com/>
Libro de Notas <http://librodenotas.com/>
Libro de Notas <http://www.librodenotas.com/>
Microsiervos <http://microsiervos.com/>
Microsiervos <http://www.microsiervos.com/>
Mini-D <http://minid.net/>
Miniportal sobre Bitácoras de José Luis Orihuela <http://mccd.udc.es/orihuela/webdeblogs/periodismo.htm>
Minoe <http://www.minoe.net/4images/>
Mirada Fotoblog <http://mirada.bublegum.net/>
Movable Type <http://movabletype.org/>
No soy Superwoman <http://nosoysuperwoman.com/>
Stee <http://stee.sinfry.com/>
Stee <http://stee.sinfy.com/>
Zonageek <http://www.zonageek.com/>
Zonageek 123 <http://zonageek.com/>
<http://bitacoras.net/>
<http://Blogdir.com>
<http://Weblogs.com.ar>
Portales
<http://terra.es>
<http://ya.com>
<http://msn.es>
<http://wanadoo.es>
<http://www.ozu.es/>
<http://www.aol.com.ar/principal/>
<http://www.hispavista.com/>
<http://www.lanetro.com/>
<http://www.portalmix.com/>
<http://www.aol.com.ar/principal/>
Redes ciudadanas
Red Ciudadana de Cuenca <http://www.cuenca.org/>
Now Barris <http://www.noubarris.net/web20/default.asp>
Red Ciudadana de Mataró <http://www.epitelio.org/mataro/>
Sants-Monjuic Xarxa Ciutdadana <http://www.xarxa3.org/>
Sant Boi de Llobregat <http://www.epitelio.org/santboi/>
Asociación Epitelio<http://www.epitelio.org/>
Hipérbole <http://www.comune.bologna.it/>
Red Ciudadana de Milán <http://www.retecivica.milano.it>
Xarxa Ciutadana del Barri del Raval
Seattle Community Networking
Diarios digitales
<http://www.elmundo.es>
<http://www.elpais.es>
<http://www.elperiodico.com>
<http://www.lavanguardia.es>
<http://www.abc.es>
<http://www.estrelladigital.es>
<http://www.larazon.es>
<http://www.lavozdegalicia.es/inicio/index.htm>
<http://www.elcorreodigital.com>
<http://www.heraldo.es/>
Comunidades virtuales
<http://www.
emprendedores.com>
<http://www.
ictnet.es>
<http://www.rediris.es>
<http://www.el-maresme.com/>
<http://www.enredando.com>
Buscadores y directorios
<http://www.google.com>
<http://www.yahoo.com>
<http://www.altavista.com>
<http://www.lycos.com>
<http://www.
alltheweb.com>
Notas:
1Esta
clasificación de categorías mediáticas que
presentamos no pretende ser exhaustiva. Antes bien, la realidad
de Internet muestra la consolidación de otras estructuras
que tienen presencia estable en la Red. Así por ejemplo,
cabría indicar que los denominados confidenciales son formas
de comunicación que en la actualidad se encuentran asentados
en el nuevo espacio de comunicación.
2 Efectivamente, Internet
no rompe de manera drástica con el modelo de comunicación
de masas. Antes bien, es posible apreciar cómo muchas de
sus rutinas son propias de la prensa, la radio y la televisión.
De las cuatro pautas de comunicación presentadas por Bordewijk
y Van Kaam (1982, 1986) –alocutoria, conversacional, consulta
y registro–, la primera de ellas consiste en un centro emisor
que elabora de manera centralizada la información en donde
no existe apenas intervención por parte de los sujetos en
la elaboración de contenidos. Una observación detenida
en los nuevos medios permite constatar que esta pauta se encuentra
presente.
3 La razón que debe primar
a la hora de valorar servicios o contenidos interactivos no debe
ser cuantitativa, sino cualitativa. Superado ya el inicio de Internet,
el criterio para medir la eficacia de esta potencialidad debe realizarse
siguiendo un criterio de eficacia, no de cantidad. No se trata de
ofrecer al usuario el máximo número de elementos interactivos,
sino de que éstos se adecuen eficazmente a los objetivos
del medio, así como a las necesidades de los usuarios.
4 Las reflexiones hilvanadas sobre
el sentido de comunidad en los nuevos medios en este artículo
devienen del estudio de una selección que empleó el
autor para desarrollar una investigación más amplia
en su Tesis Doctoral, depositada en septiembre de 2004 en la Universidad
Pontificia de Salamanca (España). Al final de la bibliografía
puede consultarse una selección representativa.
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en DÍAZ NOCI, J. y SALAVERRÍA, R.: Manual de Redacción
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Communication Theory. Oxford: Sage.
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en Internet”. Disponible en Internet (12/7/2004): <http://www.informaticamilenium.com.mx/paginas/mn/articulo25.htm>
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Jaime
Alonso Ruiz
Universidad de Murcia, España |