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Por Octavio Islas
Número
48
Relaciones
públicas, publicidad, comunicación
organizacional, imagen corporativa, imagen pública,
imagen de marca, comunicación estratégica,
cabildeo, reputación, media training,
comunicación en crisis, comunicación
sindical, comunicación filantrópica,
gabinetes de comunicación y war rooms
especializados, gestión del conocimiento
en las organizaciones, estrategias de representación
institucional a través de comunicaciones
digitales, forman parte del extenso repertorio
de áreas de oportunidades que despliega
consigo el desarrollo mismo de las industrias
del consentimiento y la representación,
abriendo no pocas “ventanas de oportunidades”
para el desarrollo profesional de comunicólogos.
Las nuevas ventanas
de oportunidades responden a mercados emergentes
que bien podrían atenderse desde nuestras
escuelas de comunicación, si efectivamente
fuésemos capaces de reaccionar con oportunidad.
El porvenir posible de nuestra difícil
profesión podrían definirlo nuevos
términos: eficiencia terminal, empleabilidad,
certificación. Antes efectivamente podríamos
darnos el lujo de no reparar en ello y pensar
que nuestro compromiso consistía en formar
investigadores de las ciencias de la comunicación.
Hoy, más importante aún, es procurar
asegurar a nuestros egresados la posibilidad
de empleo. Para ello no basta la plusvalía
acumulada por claustros e investigadores. Las
nuevas oportunidades además no han pasado
inadvertidas a la atenta mirada de otros profesionales
–mercadólogos y diseñadores
gráficos-, por ejemplo. El propósito
de este texto es reconocer un terreno que tantas
veces por soberbia e indiferencia despreciamos.
Si conseguimos recuperarlo nuestros egresados
tendrán mejores posibilidades de empleo.
Las
relaciones públicas
De acuerdo con Carlos Bonilla Gutiérrez,
destacado publirrelacionista mexicano, los inicios
de la profesionalización de las relaciones
públicas pueden ser ubicados en los primeros
años del siglo XX:
El primer consejero
en relaciones públicas fue Ivy Ledbeter
Lee, nacido en Estados Unidos, a quien se atribuye
haber transformado la imagen del industrial
estadounidense John D. Rockefeller, considerado
avaro e injusto con sus trabajadores, en un
filántropo preocupado por la comunidad
(Bonilla. 2002: 8).
En 1923 Edward
L. Bernays publicó Crystalling public
opinión. Bernays definió a
las relaciones públicas como “industria
del consentimiento”. En fechas recientes,
algunos autores han afirmado que las relaciones
públicas admiten ser reconocidas como
ciencia. Por ejemplo, Jordi Xifra, reconocido
investigador catalán, señala:
Las relaciones
públicas constituyen la ciencia que se
ocupa de los procesos de comunicación
a través de los cuales se establecen
y gestionan relaciones de adaptación
mutua entre una persona públicamente
relevante o una organización y los públicos
de su entorno (Xifra. 2002: 8).
En la década
de 1930, en algunas universidades estadounidenses
se impartía la asignatura de relaciones
públicas. Las circunstancias históricas
que enfrentaba la economía de Estados
Unidos efectivamente resultaban propicias para
el desarrollo de las relaciones públicas.
En 1942 precisamente se realizó en la
Unión Americana la primera reunión
de profesionales de las relaciones públicas.
La Asociación
Nacional de Fabricantes patrocinó en Estados
Unidos la Conferencia Nacional de Relaciones
Públicas. Fue tan exitosa que se convirtió
en una reunión anual de los profesionales
de la actividad, quienes en 1944 fundaron, en
la ciudad de Washington, la American Public Relations
Association, primera agrupación formal
de relacionistas, cuyo propósito fue propiciar
el intercambio de experiencias, crear conciencia
en los empresarios sobre la importancia de esa
actividad para ganar el favor de la comunidad
y reconocer el trabajo de los profesionales de
la especialidad. Esa misma agrupación
instituyó el primer premio anual, el yunque
de plata, para la mejor campaña en Estados
Unidos (Bonilla. 2002: 8).
De la fusión
de la American Council on Public Relations y
la National Association of Public Relations Counsel,
derivó la Public Relations Society of
America (PRSA)2,
organismo que finalmente asimiló a la
American Public Relations Association.
Las primeras
agencias de relaciones públicas en Europa
se ubicaron en Francia. De acuerdo con Carlos
Bonilla, en 1950 fue fundada la primera asociación
francesa de especialistas en relaciones públicas:
el Club de La Maison de Verre. En 1952 fue creada
una asociación de especialistas franceses
en relaciones públicas, la cual propició
la formación de la Asociación Francesa
de Relaciones Públicas. El Club de La
Maison de Verre se incorporó a esa asociación
en 1955.
En México
es posible identificar los primeros antecedentes
de la profesionalización de las relaciones
públicas en el año de 1949. Ese
año Federico Sánchez Fogarty, quien
es considerado pionero de las relaciones públicas
en nuestro país, fundó la primera
empresa de servicios profesionales de relaciones
públicas: la Agencia Mexicana de Relaciones
Públicas.
En 1960 –año
que admite ser considerado como axial en la historia
de las ciencias de la comunicación en
América Latina-, Sánchez Fogarty,
presidente de la Asociación Mexicana de
Profesionales en Relaciones Públicas,
convocó a directivos y representantes
de asociaciones de relaciones públicas
de América a participar en la “Primera
Conferencia Interamericana de Asociaciones de
Relaciones Públicas”. Como resultado
de ese evento, refiere Carlos Bonilla:
Se constituyó
la Federación Interamericana de Asociaciones
de Relaciones Públicas (FIARP), que agrupó
a asociaciones nacionales de relacionistas de
Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Estados Unidos,
México, Panamá, Puerto Rico y
Venezuela (Bonilla: 2002: 9)
La
comunicación organizacional
En los primeros años de la década
de 1970, por influencia de textos especializados
de algunos autores estadounidenses, el término
“comunicación organizacional”
fue incorporado al vocabulario cotidiano de no
pocos claustros de profesores de la licenciatura
en ciencias de la comunicación, principalmente
de universidades privadas.
Para los entusiastas
introductores del término, las relaciones
públicas representaban un tema definitivamente
superado. Mediante la comunicación organizacional
se confiaba resolver todo problema de
comunicación en las instituciones.
Como consecuencia
lógica de tales preocupaciones, en 1973
fue creada la Asociación Mexicana de Comunicaciones
Internas (AMCI). En la creación de la
referida asociación participaron destacados
publirrelacionistas, catedráticos de la
licenciatura en ciencias de la comunicación
–principalmente de universidades particulares-,
consultores independientes dispuestos a convertir
la comunicación organizacional en próspera
industria.
Destacados comunicólogos,
en su mayoría egresados de la Universidad
Anáhuac4,
como Carlos Fernández Collado –hoy
rector de la Universidad de Celaya, y que fue
discípulo del reconocido investigador
Joseph Rota-, asumieron cargos directivos en
la AMCI5.
Más allá
de posibles diferencias teórico-conceptuales
que pronto separaron a “comunicadores organizacionales”
de “publirrelacionistas”, ambos grupos
disputaron el control de la referida asociación.
Los “publirrelacionistas” finalmente
optaron por abandonar AMCI.
En 1978 la Asociación
Mexicana de Relaciones Públicas6,
bajo la presidencia del destacado publirrelacionista
Carlos Navarrete, realizó la Primera Asamblea
Mundial de Relaciones Públicas en la Ciudad
de México. Más de sesenta agrupaciones
de distintos países suscribieron el “Acuerdo
de México”, el cual contempla algunos
de los principios rectores que deberían
guiar el ejercicio profesional de todo publirrelacionista:
El ejercicio
profesional de las relaciones públicas
exige una acción planeada, con apoyo
en la investigación, en la comunicación
sistemática y en la participación
programada, para elevar el nivel de entendimiento,
solidaridad y colaboración entre una
entidad pública o privada y los grupos
sociales a ella vinculados, en un proceso de
integración de intereses legítimos,
para promover su desarrollo recíproco
y el de la comunidad a la que pertenece (Bonilla.
2002:3).
A partir de
1980 algunas agencias multinacionales de relaciones
públicas extendieron sus operaciones al
mercado mexicano. Grupo GCI, filial de Grey Inc.,
fue la primera agencia extranjera que incursionó
en el mercado nacional. Para tal propósito
GCI negoció con la firma Alonso y Asociados,
que fundó Manuel Alonso en 19637.
Posteriormente se instalaron en México
algunas de las más importantes agencias
de relaciones públicas, como Burson &
Marsteller –filial de Young & Rubicam-;
Manning Selvage & Lee; Fleishman-Hillard;
Edelman; Ketchum PR y Hill & Knowlton; Porter-Novelli.
La adaptación cultural al mercado mexicano
no siempre ha resultado sencilla. Este año,
por ejemplo, Edelman enfrentó una delicada
crisis cuando algunos de sus principales directivos
en México decidieron abandonar Edelman
y crear su agencia de relaciones públicas.
De acuerdo con
información publicada en directorios especializados
de la industria, como el Directorio de Agencias
y Anunciantes -de la empresa Medios Publicitarios
Mexicanos-, el número de agencias dedicadas
a ofrecer servicios de relaciones públicas
es muy superior al número de agencias
especializadas en comunicación organizacional.
El título de expertos en comunicación
organizacional, por lo generar lo emplean consultores
independientes8.
Del imaginario
conceptual de las relaciones públicas
en años recientes se han derivado prometedoras
áreas de especialización profesional,
como las relaciones públicas financieras
y las relaciones públicas con ciberaudiencias.
Para sorpresa de quienes profetizaban el fin
de las relaciones públicas con el advenimiento
de la comunicación organizacional, éstas
se han reacreditado. Al Ries inclusive ha descalificado
la importancia de la publicidad en la creación
del posicionamiento de marcas, destacando ahora
la relevancia de las relaciones públicas9.
En 1986 la Asociación
Mexicana de Comunicaciones Internas adoptó
un nuevo nombre: Asociación Mexicana de
Comunicación Organizacional (AMCO). Posteriormente
esa asociación modificó de nueva
cuenta su nombre para adoptar el de Asociación
Mexicana de Comunicadores Organizacionales. Además
AMCO modificó su logotipo.
Imagen
corporativa, imagen pública, imagen de
marca y derechos de imagen
Las
imágenes, fuerzas psíquicas primarias,
son más fuertes que las ideas, más
fuertes que las experiencias reales.
G. Bachelard.
Imagen
Corporativa
En los
primeros años de la década de 1990,
el imaginario de la imagen corporativa acaparó
poderosamente la atención de profesionales,
académicos e investigadores de las ciencias
de la comunicación, particularmente aquellos
interesados en el desarrollo de la industria
del consentimiento. La imagen corporativa además
despertó gran interés en profesionales
de otras disciplinas, como diseño, administración,
arquitectura y mercadotecnia11.
Entre
los teóricos más reconocidos en
materia de imagen corporativa destacan Thomas
Garbeth y Nicholas Ind –ambos consultores-.
Los primeros trabajos de Charles Fombrum y Cees
Van Riel, -obligadas referencias en el tema de
reputación institucional-, precisamente
parten del tema de imagen corporativa.
El
libro La Imagen. Comunicación funcional,
de Abraham Moles -destacado catedrático
de la Universidad Louis Pasteur, de Estrasburgo,
Francia, además de obligado referente
en temas de micropsicología de lo cotidiano-,
admite ser considerado como una de las obras
seminales que definitivamente inspiró
a no pocos expertos en temas de imagen corporativa.
Además
un libro del célebre consultor español
Joan Costa, Imagen global. Evolución
del diseño de identidad, anticipó
atractivas rutas de investigación para
futuros especialistas en temas de identidad e
imagen corporativa13.
Imagen
Pública
En 1992
Joan Costa publicó el primer libro dedicado
a temas de imagen pública en Iberoamérica.
En ese lucrativo sector de la “industria
del consentimiento” participan pocos profesionales
de la comunicación y abundan charlatanes.
En México,
en 1978 Gaby Vargas14,
hija de un acaudalado empresario de los medios
de comunicación, fundó la empresa
“Diseño Facial”. A la fecha,
la primera consultora en imagen pública
ha publicado 7 libros sobre el tema: La imagen
del éxito; Más sobre la imagen
del éxito; El arte de convivir y la cortesía
social; El arte de convivir en la vida cotidiana;
Todo sobre la imagen del éxito; Cómo
triunfar en el trabajo; Comunícate, cautiva
y convence.
En años
recientes nuestra insensible y desgastada clase
política ha destinado enormes sumas de
dinero en servicios de consultores de imagen
pública. Entre los grandes beneficiados
de nuestra incipiente y costosa democracia se
encuentran algunos inescrupulosos consultores
en imagen pública. Acaudalados empresarios
e industriales representan un mercado muy atractivo
para creadores de protocolos y guías de
etiqueta social y empresarial.
Imagen de marca
La imagen de marca es otro de los temas que con
visión eminentemente empresarial abordó
con gran oportunidad el consultor Joan Costa,
quien afirma:
La marca es
investida, entonces, de su discurso simbólico
que la transforma en un valor. Un intangible
que se ha convertido en el activo principal
de nuestras empresas. La marca física
ha sido transmutada en el intangible de su propia
imago (imagen mental, imagen pública,
imagen social, más allá del valor
de cambio y el valor de uso (Costa: 2004, 14).
El desarrollo
de una positiva imagen de marca involucra un
extenso equipo multidisciplinario en el cual
evidentemente participan tanto comunicólogos
como mercadólogos.
Derecho de imagen
El derecho de imagen forma parte de las asignaturas
pendientes que enfrentan nuestros legisladores.
En España la doctora Ana Azurmendi Adarraga,
destacada investigadora de la Universidad de
Navarra, ha realizado importantes aportaciones
al tema de derecho de imagen, tema en el cual
en México observamos un sensible rezago
legislativo. Apenas hace algunos años,
por ejemplo, el destacado investigador Jacob
Bañuelos, catedrático del Tecnológico
de Monterrey, Campus Ciudad de México,
exhibió en el semanario Proceso
las delicadas cláusulas que contenía
el contrato que celebraron los interesados en
participar en una de las emisiones del reality
show Big Brother. Para ser considerados, todo
interesado en ingresar a “la casa más
famosa de México” debería
ceder sus derechos de imagen a Televisa.
Comunicación
estratégica
Gracias a afirmaciones de algunos de los más
destacados ideólogos del pensamiento administrativo
-como Kotler, Peters, Porter y Waterman, entre
otros, el sector empresarial finalmente reparó
en la importancia que admiten las comunicaciones
estratégicas en la creación de
valores intangibles, tan indispensables para
la buena imagen y reputación de las organizaciones.
En Iberoamérica,
el concepto comunicación estratégica
fue convertido en marca registrada por Daniel
Scheinsohn y enseguida aparecieron los primeros
expertos en temas de comunicación estratégica.
Italo Pizzolante, por ejemplo, quien con anterioridad
había abordado temas de imagen corporativa
y que forma parte del selecto grupo de evangelizadores
corporativos que asesoran al acaudalado
empresario Lorenzo Zambrano, ha conseguido posicionarse
como experto en comunicación estratégica
-sin ser comunicólogo-. El carismático
consultor venezolano figura en algunos de los
proyectos emprendidos por Joan Costa en América
Latina, por ejemplo, el “Master Dircom
online” –el cual inicialmente Costa
pretendía mercadear con la Universidad
Veracruzana-.
Paul Capriotti
en uno de sus libros demostró la posibilidad
de asociar temas de identidad e imagen corporativa
con comunicaciones estratégicas. Marcelo
Manucci, destacado académico argentino,
partió de la comunicación estratégica
para incursionar en la complejidad y demostrar
cómo la comunicación permite reducir
la natural incertidumbre que el futuro naturalmente
deposita en las organizaciones. La posibilidad
de recuperar el sentido eminentemente holístico
y trascendental de toda gestión comunicativa
efectivamente afirma la pertinencia de entender
la comunicación como estratégica.
Cabildeo
De acuerdo con Jeffrey H. Birnbaum, ex corresponsal
del Wall Street Journal y autor del
libro The lobbyists, los modernos cabilderos
profesionales son “vendedores de privilegios”.
En México el cabildeo admite ser considerado
como lógica extensión de dudosas
prácticas de influyentismo. Con anterioridad
algunas instituciones gubernamentales e incluso
presidentes, como Carlos Salinas de Gortari,
contrataron servicios de cabilderos profesionales
para diversos propósitos –Salinas
lo hizo para influir en el voto de congresistas
estadounidenses que no parecían muy convencidos
de firmar el TLC-.
A partir del
año 2000, ante la inminente posibilidad
de quedar en el desempleo algunos priístas
advirtieron la oportunidad de convertir la práctica
del influyentismo en atractivo negocio. Fernando
Lerdo de Tejada, quien en los últimos
años del gobierno del presidente Ernesto
Zedillo (1994-2000) se desempeñó
como director de comunicación social de
la Presidencia de la República, abrió
la empresa Lobbying de México con el ex
congresista Luis Antonio Godina. Los referidos
ex congresistas inclusive registraron la palabra
lobbying como marca16.
En México
los cabilderos o lobistas no precisamente gozan
de positiva reputación. Entre los recientes
escándalos mediáticos en los cuales
han sido involucrados destacan las revelaciones
del diputado panista Miguel Ángel Toscano,
quien refirió cómo cabilderos de
grandes compañías tabacaleras consiguieron
“persuadir” a nuestros legisladores
de no incrementar impuestos al virtual duopolio
tabacalero.
Una más
de las asignaturas pendientes de nuestros legisladores
es formular las leyes y disposiciones necesarias
para sancionar aquellas firmas de cabildeo que
incurran en actos delictivos, como el soborno.
Reputación,
media training
Reputación
Charles Fombrun, Cees Van Riel y Justo Villafañe
admiten ser reconocidos como principales expertos
en el tema de reputación institucional.
Fombrun se desempeña como director del
Instituto de Reputación y es profesor
de administración del Stern School of
Business de la Universidad de Nueva York. Cees
Van Riel –holandés-, es profesor
de comunicación corporativa en la Escuela
de Administración de la Universidad Erasmus,
y director operativo del centro de reputación
de la Universidad de Nueva York. Justo Villafañe
es catedrático de la Universidad Complutense
de Madrid y director de la firma Villafañe
y Asociados.
Fombrun y Van
Riel inicialmente mostraron interés por
temas de imagen corporativa. Justo Villafañe
primero mostró interés por la comunicación
audiovisual y posteriormente por temas de imagen
institucional. Los tres destacados académicos
e investigadores coinciden en considerar el tema
de la reputación institucional desde una
visión meta-comunicativa. Establecer una
imagen positiva representa el primer requisito
para construir una positiva reputación
institucional. Toda organización que aspire
a fincar las bases de una sólida reputación
habrá de realizar un esfuerzo prolongado
y disponer de los recursos necesarios para invertirlos
en la construcción del valor de su reputación.
Desde su observatorio
especializado en reputación institucional
y con una metodología demostrada, Justo
Villafañe realiza una medición
de la reputación institucional de empresas
españolas, el cual seguramente será
replicado en otras naciones en los años
próximos.
Media training
Entre las industrias del consentimiento, el media
training representa una atractiva área
de oportunidades, y en la actualidad participan
agencias, pequeñas empresas y consultores
independientes que ofrecen servicios de capacitación
a sus clientes, enseñándoles a
obtener el mayor provecho posible de cada encuentro
con profesionales de los medios de comunicación.
Gilda Sánchez y José Antonio Sosa
Plata figuran entre los más destacados
expertos de media training en México.
Comunicación
en crisis
En algunas organizaciones, la comunicación
en crisis no representa un escenario de excepción
sino el panorama recurrente. La organización
habitable -obra colectiva en la cual participaron
destacados catedráticos de la FES Acatlán,
y algunos ex directores del Departamento de Comunicación
del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado
de México-, admite ser reconocido como
uno de los mejores testimonios que en años
recientes ha producido la academia mexicana de
comunicación para documentar una eficiente
intervención comunicativa que permitió
a una empresa –Telmex-, superar las resistencias
de un poderoso sindicato.
Tan exitosa
intervención comunicativa demuestra que
el lucrativo mercado de la comunicación
en crisis de ninguna manera se encuentra reservado
a grandes agencias multinacionales. Del imaginario
de la comunicación en crisis es posible
anticipar que en los años siguientes la
comunicación sindical –asunto eminentemente
estratégico- adquirirá enorme importancia
en las organizaciones.
Gabinetes de
comunicación y war rooms especializados
La creación de eficientes gabinetes de
comunicación social y auténticos
war rooms, representa una atractiva área
de oportunidades. El rotundo fracaso de la campaña
presidencial de Francisco Labastida Ochoa, quien
confió su comunicación estratégica
a operadores de la vieja guardia acostumbrados
a negociar con medios informativos a través
de embutes, establece un precedente definitivo.
Gestión
del conocimiento
La gestión del conocimiento en las organizaciones
representa una nueva avenida de desarrollo, e
involucra el adecuado empleo de avanzadas tecnologías
de información y comunicaciones en el
complejo imaginario de la expresividad institucional.
El tema de la cultura de seguridad en el manejo
de la información, directamente se encuentra
asociado con la adecuada gestión del conocimiento
organizacional. La seguridad en el manejo de
la información representa un asunto que
no se limita a la información digital
y que tampoco es exclusivo de expertos en informática.
Información digital implica comunicadores
digitales.
La obvia importancia
de las comunicaciones digitales nos obliga a
dedicar un artículo -el de Amaia Arribas-
al tema.
Notas:
2
En México,
entre académicos e investigadores de la
comunicación, posiblemente sea más
conocida la International Association of Business
Communicators (IABC) que la PRSA, aunque los
intereses fundamentales de la IABC sean la comunicación
financiera y los negocios. El sitio web de la
PRSA puede ser consultado en <http://www.prsa.org/>
y el de la IABC en <http://www.iabc.com>
3
En 1960 la Universidad
Iberoamericana –propiedad de la Compañía
de Jesús-, abrió
la primera licenciatura en ciencias y técnicas
de la información en América Latina.
De acuerdo con la destacada investigadora Fátima
Fernández Christlieb: "1960
es un año clave en los anales de la investigación
de la comunicación en México. La
evolución de los investigadores y del
Estado en este campo, marcha paralelamente a
partir de este año. Se abre la primera
carrera que con nivel universitario se propone
analizar el fenómeno de la comunicación
y de la información de masas, contemplando
a todos los medios existentes" (Fernández.
1985: 313)
José
Villaseñor García, fundador de
la referida licenciatura, describió de
la siguiente manera el perfil deseable del egresado:
"Su misión es comunicar el rico saber
acumulado en su mensaje mediante técnicas
de difusión, relaciones públicas,
publicidad, radio, televisión, cine y
periodismo. Controlar esos tremebundos poderes
que moldean, como dócil arcilla al hombre
contemporáneo". (Fernández.
1997: 94)
4
En 1970
la Universidad Anáhuac, propiedad de Los
Legionarios de Cristo, abrió la licenciatura
en ciencias comunicación. Indudablemente
la comunicación organizacional ha representado
un campo de particular interés para esa
institución educativa.
5
Con un destacado
grupo de comunicadores organizacionales, Carlos
Fernádez Collado coordina el libro La
Comunicación Humana, el cual admite
ser considerado como todo un clásico en
el imaginario de la comunicación organizacional
en México en la década de 1980.
Algunos de los autores del referido texto asumieron
cargos directivos en AMCI y AMCO.
6
En los años
inmediatos a la Primera Asamblea Mundial de Relaciones
Públicas, la Asociación Mexicana
de Relaciones Públicas enfrentó
una delicada crisis y, de acuerdo con Carlos
Bonilla, ahora sólo existe en el papel.
7
Durante el gobierno
del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988),
Manuel Alonso se desempeñó como
responsable de la Dirección General de
Comunicación Social de la Presidencia
de la República.
8
Abraham
Nosnik, destacado catedrático de la Universidad
Anáhuac, admite ser reconocido como uno
de los más relevantes teóricos
de la comunicación organizacional en Iberoamérica.
Es posible consultar las bases de su teoría
de la comunicación productiva en “De
fuentes egoístas a comunidades de inteligencia
comunicativa: Exploraciones sobre el universo
conceptual de la comunicación humana”.
Disponible en línea en: <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n25/anosnik.html>
Fecha de consulta: 11 de noviembre, 2005. Nosnik
estudió el doctorado en filosofía
en la Universidad de Stanford y actualmente aborda
el tema de comunicación productiva desde
el paradigma de complejidad.
9
Al Ries
escribió con su hija Laura el libro The
Fall of Advertising and the Rise of PR. Sus nuevos
planteamientos le distanciaron de Jack Trout,
su antiguo socio y amigo. En respuesta Trout
publicó en la revista Advertising Age
el ensayo “En defensa de la publicidad”.
Al Ries y Jack Trout son autores del bestseller
Positioning. The Battle for your mind.
10
El sitio web de
AMCO, que se encuentra en proceso de reconstrucción,
puede ser consultado en <http://www.amco.com.mx/>
11
En años
recientes las escuelas de mercadotecnia han empezado
a disputarle el mismo mercado profesional a escuelas
de comunicación. Incluso en los planes
de estudio de algunas universidades que ofrecen
la licenciatura o maestría en mercadotecnia
es posible identificar materias que anteriormente
sólo figuraban en planes de estudio de
licenciaturas o maestrías en ciencias
de la comunicación.
12
Dos de los más
destacados discípulos de Abraham Moles
son Gastón Melo Medina –formidable
estratega de la comunicación- y Manuel
Martín Serrano –creador de una de
las tantas teorías de las mediaciones-.
13
Joan Costa propuso
el concepto “comunicología”
–hoy marca registrada-, al destacado publicista
Eulalio Ferrer.
14
Véase:
<http://www.gabyvargas.com>
Fecha de consulta: 11 de noviembre, 2005.
15
Carlos Medina
Plascencia, por ejemplo, “invirtió”
fuertes sumas de dinero en servicios de consultores
de imagen pública. El célebre panista
guanajuatense, primero fracasó rotundamente
en su propósito de contender como precandidato
presidencial del PAN, y poco después fracasó
de nueva cuenta en su intento por asumir la presidencia
del blanquiazul.
16
Véase
<http://www.lobbying.com.mx>
Fecha de consulta, 11 de noviembre, 2005.
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Dr.
Octavio Islas Carmona
Director de Proyecto Internet-Cátedra de
Comunicación estratégica y cibercultura,
Tecnológico de Monterrey,
Campus Estado de México, México. |