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Abril - Mayo
2006

 

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Aportaciones del Proyecto Internet al Desarrollo de la Comunicación en México
 

Por Javier Esteinou
Número 50

Seis etapas de desarrollo de la investigación de la comunicación en México
A partir del surgimiento de la práctica y de la profesionalización creciente de los fenómenos de la comunicación electrónica en México desde la década de los años 30, diversos acontecimientos comunicativos han sucedido en nuestra región. Así por ejemplo, con la presencia de los medios de información colectiva, especialmente electrónicos se transformó la manera de ver la vida, la forma de organizarse, la manera de desear, los hábitos de consumo, las estrategias políticas, la interrelación grupal, etc, en síntesis, se dio el surgimiento de la video vida. Dentro de esta atmósfera destacó significativamente el nacimiento y el desarrollo del ejercicio de la actividad reflexiva sobre los hechos informativos y culturales de nuestras sociedades, vía el trabajo de investigación que se ha realizado principalmente en las universidades y centros de análisis académico en México.

Así, paulatinamente se construyó una teoría de la comunicación que, poco a poco, fue aproximándose e explicar teóricamente el fenómeno de la comunicación masiva en nuestro país. El desarrollo de ésta tarea teórica atravesó por las siguientes 6 etapas de desarrollo: la fase clásico humanista (1930-1945), la etapa científico-técnica (1946-1965), el período crítico reflexivo (1966-1985), el ciclo de apertura conceptual (1986-1990), el estadío de la comunicación-mercado (1990-2,000) y el momento del estallido reflexivo (2000 a la fecha).

La fase clásico-humanista
Así, en un primer momento, en la etapa clásico humanista (1930-1945) la teoría de la comunicación fructificó en un terreno filosófico-empirista explicando la comunicación como una simple parte del fenómeno humano. En estos inicios la comunicación no fue objeto de análisis sistemáticos, con la salvedad de los trabajos de la crítica literaria, algunos estudios sobre la propaganda y otras aplicaciones de carácter comercial.

Los principales métodos adoptados durante éste período fueron pragmáticos y se refirieron a la eficacia de la comunicación como instrumento de persuasión. Se emplearon muchos modelos teóricos y prácticos para buscar el modo de mejorar la publicidad, organizar campañas electorales, conocer las debilidades de la opinión pública, aumentar la venta de periódicos, superar la imagen institucional del Estado, etc.

La etapa científico-técnica
En un segundo momento, en la etapa científico-técnica (1946-1965), el nuevo orden económico creado por la gran concentración de la producción, la economía de escala, la unificación del mercado y los cambios introducidos en las actividades productivas del país exigieron el rápido desarrollo de la ciencia de la comunicación como herramienta para asegurar el funcionamiento adecuado del sistema social. Así, después de la Segunda Guerra Mundial se inició una nueva fase de la investigación de la información que sustituyó las raquíticas metodologías cualitativas, por otras de base cuantitativa, con el fin de privilegiar las conquistas del desarrollo fundadas en el equilibrio del sistema.

Se introdujo el estudio de la difusión de innovaciones, que marcarían las pautas para nuevos modelos de adaptación. Se iniciaron los trabajos experimentales de los psicólogos del comportamiento que promovieron las teorías del aprendizaje para la utilización de los medios de información con fines instructivos. Se aplicó un enfoque más científico de la teoría de la comunicación que retomó técnicas de laboratorio, métodos estadísticos muy perfeccionados y encuestas psicológicas de fondo. Surgió un mayor interés por los efectos reales que producen los medios y por los modelos teóricos homogéneos que pudieran aplicarse a diversos tipos de sociedades; que por el cuestionamiento histórico de los mismos.

El periodo crítico-reflexivo
En un tercer momento, en la etapa crítico-reflexiva (1966-1985), el agotamiento de los modelos de desarrollo de nuestra nación y la necesidad urgente de cambio de las estructuras sociales para crear nuevos equilibrios comunitarios, obligó a comprender a los intelectuales del Estado Nacional que su práctica de investigación había sido influenciada por modelos conceptuales de corte colonizante que no correspondían ni resolvían nuestras realidades endógenas. Se disparó entonces una actitud crítica frente a la herencia teórica y metodológica recibida durante varias décadas que generó profundos cambios epistemológicos que gradualmente dieron vida a una nueva concepción nacional de la comunicación.

Con ello, comenzó el germinar de una nueva etapa intelectual que examinó la comunicación como parte de los procesos de reproducción social. Esto enriqueció la teoría de la comunicación y abrió, en amplio grado, la temática de observación al incorporar en la reflexión problemas sobre la estructura de poder de los medios, el flujo nacional e internacional de información, las condiciones sociales de producción de los discursos, la socialización de las conciencias por las industrias culturales, el imperialismo informativo, la democratización del sistema de información, la subordinación de las culturas nativas, la apertura a la comunicación alternativa o popular, el impacto de las nuevas tecnologías de comunicación, la instauración de un nuevo orden mundial de la información, etc.

El ciclo de apertura conceptual
En un cuarto momento, la etapa de apertura conceptual (1985-1991) se caracterizó por salir del campo tradicional de definición de la comunicación y retomar las aportaciones de otras áreas de conocimientos y trazar vínculos de enriquecimiento y retroalimentación con otras disciplinas, especialmente de las ciencias sociales, la lingüística, el psicoanálisis, la antropología, la economía, la historia, la cultura y la ciencia política. En esta fase se planteó cuál es el objeto propio de estudio de la ciencia de la comunicación, cuál es el estatuto epistemológico de la misma, cuáles son las aportaciones de las otras disciplinas para comprender los procesos de comunicación, etc.

El estadío de la comunicación-mercado
En un quinto momento, en el período del mercado (1990-2,000) apareció una nueva tendencia de pensamiento altamente pragmático y eficientista que quedó determinado por las nuevas condiciones que impuso el modelo global de desarrollo modernizador que adoptó México desde la década de los ochentas. Así, debido al cultivo de esta tendencia altamente mercantilista y pragmática que caracterizó el desarrollo de la estructura cultural del modelo neoliberal en México al final de la década de los 80s. y principios de los 90s, se acentuó la dinámica de desproteger e incluso hacer desaparecer la investigación de la comunicación de carácter humanista y social; y se impulsó desmedidamente desde las políticas oficiales científicas y educativas del Estado nación los estudios marcadamente tecnológicos, pragmáticos y eficientistas de la información.

En este sentido, por ejemplo, surgieron intensamente en el país las investigaciones sobre las características físicas de las nuevas tecnologías de información, la ampliación de la televisión directa, la introducción de Internet, la expansión de los satélites, el empleo de las computadoras de la nueva generación, el estudio de las intertextualidades, el examen del ciberespacio, la interacción de las máquinas de información de la última generación, el examen de la adaptación de los medios virtuales, la comunicación organizacional, la reflexión sobre la interconectividad, etc; y se descuidaron u olvidaron drásticamente el análisis elemental de los procesos de democratización de los medios de comunicación, el empleo de las nuevas tecnologías para impulsar el desarrollo social, el uso de las infraestructuras informativas para defender la ecología, el empleo de los medios para producir alimentos, el aprovechamiento de dichas tecnologías para reducir la violencia, el uso de la comunicación para la rehumanización de las ciudades, la utilización de los recursos comunicativos para la conservación de las cadenas biológicas de manutención de la vida, su uso para la defensa de los derechos humanos, la reutilización de las estructuras de comunicación para crear culturas básicas para la sobrevivencia social, su aprovechamiento para el rescate de las culturas indígenas, la reutilización de estos avances tecnológicos para el incremento de la participación social, etc.

De esta forma, con el lugar estratégico que el nuevo modelo de desarrollo modernizador le concedió al mercado para ser el eje fundamental que dirigiera y modelara a los procesos sociales y educativos en México, éste se convirtió en el condicionante y el disparador central del cual se derivó el origen, el sentido y el destino de la producción cultural y comunicativa en nuestro país, especialmente de la investigación de la comunicación. Es decir, dentro del patrón de crecimiento neoliberal que asumió México la verdadera reactivación del proyecto de investigación social de la comunicación y de las culturas nacionales, no resurgió de la antiquísima demanda de los grupos sociales básicos por resolver las necesidades sociales más apremiantes de la población para sobrevivir y reforzar sus identidades locales; sino que se derivó de la incorporación acelerada de nuestras sociedades al mercado mundial, que no fue otra realidad que la reactivación y la ampliación intensiva del proyecto económico super transnacional en la periferia.

Esto significó, que al ser progresivamente regida la cultura por las leyes de la "Mano Invisible" del Mercado, el proyecto neoliberal de investigación de la comunicación que mayoritariamente se produjo y se sigue produciendo en nuestra región a través de los centros de investigación y de otras infraestructuras culturales, fue crecientemente una propuesta que se gobernó por los siguientes 5 principios:

En primer término, a diferencia de las décadas anteriores la investigación de la comunicación buscó conseguir la ganancia, cada vez más, a corto plazo. Mientras menor fuera el tiempo de recuperación de la inversión intelectual realizada, mayor atractivo fue el proyecto de investigación. Esto significó, que las inversiones mayoritarias que se destinaron al terreno de la investigación comunicativa estuvieron definidas muy directamente por la rapidez de la recuperación de la ganancia económica y no por otros criterios más humanos y equilibrados del sentido de la ganancia social que anteriormente introdujo el Estado Benefactor o Planificador.

En segundo término, la ganancia producida por la investigación de la comunicación se solicitó obtenerla, cada vez más, en términos monetarios y no en otra forma de retribución, como podría haber sido el "enriquecimiento social" o la "humanización de la población" o la formación de una "nueva conciencia social para el desarrollo", o la creación de una "comunicación sustentable" para sobrevivir. Para la realidad cultural e informativa esto significó que aquellas actividades que no produjeron "ganancias pecuniarias" y de corto plazo, según la concepción del cálculo monetarista de la vida y no de otro tipo de enriquecimientos sociales, no fueron apoyados por las principales instituciones de investigación de la comunicación de nuestro país. Por consiguiente, los proyectos de investigación de apoyo al desarrollo social quedaron crecientemente marginados o desaparecieron en la medida en que no respondieron a los intereses lucrativos del mercado.

Los reducidos programas que sobrevivieron se refugiaron en las pocas islas intelectuales que quedaron de la vieja estructura del Estado de Bienestar.

En tercer término, los pocos proyectos de investigación de la comunicación con orientación social que se conservaron en la región, se refugiaron en los reducidísimos rincones intelectuales que quedaron de la vieja estructura del Estado del Bienestar, especialmente en las universidades públicas de México. Dichos proyectos reducidos no funcionaron de manera aislada o "aséptica", sino que también quedaron atravesados por los reajustes de la producción del conocimiento que impusieron las necesidades de consolidación y modernización del mercado.

En este sentido, la investigación de la comunicación realizada en los centros académicos fue afectada por la introducción de la ideología de la "Excelencia Académica" neoliberal que no fue otra realidad que la aplicación de la lógica del productivismo industrial de las fábricas al terreno educativo, para generar el "productivismo intelectual" en los centros culturales. La elaboración de dicha atmósfera productivista en las universidades, ocasionó, entre otras, las siguientes consecuencias para la investigación social de la comunicación en México:

A.- Se produjeron muchas investigaciones fragmentadas y atomizadas que no tuvieron continuidad epistemológica para hacer avanzar la teoría de la comunicación, sino simplemente operaron como grandes volúmenes de ensayos informativos o descriptivos que sirvieron para realizar méritos académicos para defender el salario universitario. (Lograr puntos para avanzar en los escalafones de los tabuladores profesionales).

B.- Las problemáticas humanistas, éticas o filosóficas de la investigación de la comunicación crecientemente se deslegitimizaron para dar lugar a las temáticas que partieron de los intereses de la razón instrumental o pragmática. Vivimos un "reencantamiento intelectual" por los temas de investigación que fijó las necesidades de la “Mano Invisible del Mercado” y no las necesidades básicas del desarrollo comunitario del país.

C.- Se privilegiaron las políticas de investigación vinculadas con los proyectos inmediatistas, utilitaristas, fragmentados y de muy corto plazo, que en el mejor de los casos sólo incrementaron el conocimiento del reducido campo comunicativo de nuestra profesión, pero que no aportaron avances para el conocimiento de las necesidades comunicativas fundamentales que tuvo la mayoría de los habitantes de las comunidades nacionales.

D.- La instalación de este contexto productivista para responder al mercado, propició que el tipo de investigación que se realizara en los centros académicos fuera cada vez más de naturaleza individual, aislada y fragmentada, y no producto de la reflexión y dinámica del trabajo intelectual colectivo. De esta forma, la investigación de la comunicación que surgió dentro del modelo neoliberal fue marcadamente individual y no conllevó la riqueza de la reflexión grupal. Fueron excepciones muy contadas las investigaciones que se efectuaron colectivamente.

En cuarto término, así como en el terreno productivo para conservar el precio de las mercancías la ley de la oferta y la demanda del mercado obligó permanentemente a desperdiciar miles de toneladas de productos en nuestros países plagados de carencias vitales; de igual forma la aplicación de los principios del mercado al campo de la investigación de la comunicación presionaron a producir a través de los centros de reflexión culturales las investigaciones más lucrativas y rentables para la expansión del mercado y no las que nos constituían como comunidades, memorias y Naciones. Es decir, en una sociedad regida exclusiva o mayoritariamente por los principios de la oferta y la demanda, el mercado liquidó "naturalmente" con su mano invisible a todas aquellos proyectos de investigación que fueron "ineficientes" para respaldar e impulsar el proceso de sobre acumulación y super consumo social, y fomentó a las que si permitieron su expansión material.

En quinto lugar, este proceso neoliberal de mercantilización extrema de la investigación de la comunicación funcionó bajo la tendencia de producir, mayoritariamente, aquella investigación que fuera funcional para incrementar el proyecto de acumulación de capital, especialmente, a escala mega transnacional; y marginó la construcción de las políticas de investigación orgánicas que urgentemente requerían generar nuestros proyectos de desarrollo natural. De esta manera, podemos decir que al final del siglo XX, el proyecto neoliberal introdujo de manera intensiva en la región una nueva "Cultura Chatarra" de la expansión del capital y una reducción de la "Cultura de la Vida y de la Humanización" que tanto requirió nuestra sobrevivencia nacional y regional. Esto debido, a que el impulso a una investigación a favor de la vida no fue una actividad lucrativa que valiera la pena fomentarla, a corto plazo, por la dinámica del mercado, a menos que la evolución del proceso social llegara a fases tan críticas en las que el deterioro humano y social se desmoronara tanto que entrara en contradicción con la tasa de producción y concentración de la riqueza monopólica.

Es decir, si al concluir el siglo XX la investigación de la comunicación en México fueron regidos básicamente por los principios de la economía de mercado y no por otras racionalidades sociales más equilibradas, se crearon las bases para ser conducidos como sociedades a un sistema de comunicación cada vez mas salvaje. Proceso de comunicación que se caracterizó por privilegiar lo superfluo por sobre lo básico; el espectáculo por sobre el pensamiento profundo; la evasión de la realidad por sobre el incremento de nuestros niveles de conciencia; la incitación al consumo por sobre la participación ciudadana, el financiamiento de los proyectos eminentemente lucrativos por sobre los humanistas, la cosificación de nuestros sentidos por sobre la humanización de nuestra conciencia, la homogeneización mental por sobre la diferenciación cultural, la comunicación de una cultura parasitaria por encima de una dinámica de la comunicación sustentable, etc.

Es dentro de éste contexto que debemos de considerar también con todo rigor que "la no preocupación del conocimiento por la comprensión y transformación de la realidad social, constituye un acto de delincuencia académica e intelectual"1

El momento reflexivo en redes virtuales
Finalmente, en el período de las comunidades de redes (2000 a la fecha) surgió un nuevo conocimiento generado por la confluencia de nuevos continentes epistemológicos sobre la comunicación construido por la concurrencia del trabajo de investigación y reflexión en redes virtuales de análisis. Esta fase reflexiva permitió mirar a la comunicación desde fuera de la óptica o del recorte instrumental tradicional que se heredó durante muchas décadas en México y América Latina para lentamente repensarla desde una perspectiva totalizadora de reflexión y realizar un salto epistemológico embrionario para ubicarla dentro de la dinámica de los complejos procesos modernos de reproducción de la sociedad. Los métodos y las teorías para explicar éste fenómeno en esta fase estallaron las estructuras de las anteriores visiones conceptuales y retomaron eclécticamente aportaciones de todas las ciencias existentes, duras y no duras; viejas y nuevas, locales y globales; empíricas y teóricas, lineales y sistémicas, tradicionales y avanzadas; etc, para intentar explicar de manera más integral y compleja el fenómeno de la comunicación colectiva en nuestro país.

Dentro de este escenario cobraron relevancia diversos esfuerzos virtuales de reflexión que surgieron en México sobre el fenómeno de la comunicación, pero de manera especial destacó el proyecto “Internet, Cibercultura y Sociedad de la Información”, dentro de los cuales sobresalió por su perdurabilidad, a través de muchos años, la Revista Electrónica Razón y Palabra (Primera Revista Electrónica Especializada en Temas de Comunicación en América Latina), impulsada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México, (ITESM). Dicho foro virtual, desde 1996 a la fecha, sirvió de base para integrar y difundir en la Red un amplio mosaico reflexivo sobre la comunicación en México y América Latina, y formular constantes razonamientos polémicos sobre este campo de estudio.

Así, esta herramienta editorial electrónica en el ciberespacio, aportó a lo largo de varios años, entre otros, los siguientes 6 beneficios al proceso de reflexión comunicativa en México:

1.- A través de su difusión en la Red la “Revista Razón y Palabra”, creó el primer órgano especializado para la discusión y difusión de temas de comunicación para México y América Latina. Ello permitió de manera sustanciosa la expresión de la riqueza heurística de decenas de nuevos y jóvenes investigadores, nacionales y extranjeros, que de lo contrario hubiera sido muy difícil conocer su aportación intelectual en este terreno.

2.- Operó como instrumento de vinculación e interrelación con otras universidades, centros de investigación, proyectos culturales, e instituciones de gobierno de México, América Latina y otras áreas del mundo, permitiendo intercambiar, disciplinaria e interdisciplinariamente, el gran caudal de nuevos conocimientos acumulados sobre la comunicación y las nuevas tecnologías en México.

3.- Facilitó las condiciones materiales para difundir y discutir problemáticas, entre otras, como productividad y comunicación, comunicación organizacional, cibernética empresarial, investigación de la comunicación, periodismo de investigación, agenda para estudiar la comunicación, pensamiento abierto, economía política de la información, industrias culturales, frentes culturales, industrias audiovisuales, producción audiovisual, radio sin fronteras, prácticas culturales, comunicación internacional, mediaciones comunicativas, tecnologías de comunicación, estado comunicativo extendido, espacio público, televisión como gobierno, ciudadanía comunicativa, nuevos sujetos comunicativos, culturas populares, comunicación política, opinión pública, ciber campañas, concentración comunicativa, grupos multimedia, globalización y monopolios, comunicación en tiempos de crisis, manipulación informativa, comunicación y poder, reforma de los medios, transición comunicativa, libertades informativas, democracia de la imagen.

Ética y autorregulación, liberalización de las comunicaciones, códigos de ética informativa, legislación de medios, democracia informativa, derecho a la información, comunicación para el desarrollo, cultura de la desigualdad, culturas populares, globalización y soberanía cultural, comunicación sustentable, desplazamiento educativo, comunicación educativa, oralidad comunicativa, géneros informativos, modas en las lenguas, transformaciones del periodismo, periodismo de investigación, televisión pedagógica, leguajes digitales, géneros informativos, semiosis dinámica, creación y expresión, publicidad y la vida cotidiana, tiempo libre como derecho humano, hogar electrónico, era digital, Internet como nueva forma de relación social, Economía digital, Comercio electrónico, Regulación de Internet, Internet como herramienta para investigar, Internet en cifras, Informática y ciudadanía, realidad virtual, comunidades virtuales, ciber mercado global, telemarketin, homo Apocalipticus, etc.

4.- Creó un espacio intelectual de impulso muy relevante para el estudio y el desarrollo de la cibercultura y la sociedad de la información México.

5.- Colaboró, por una parte, a difundir modernas teorías sobre las nuevas tecnologías de punta; y por otra, a crear una cultura sobre las implicaciones y alternativas posibles para el mejor aprovechamiento de la sociedad de la información en nuestra República.

6.- Finalmente, este esfuerzo académico se convirtió en un liderazgo intelectual sectorial en México que lo colocó como un proyecto universitario de referencia necesaria cuando se trata de comprender el análisis de las comunicaciones digitales en nuestro país.

En síntesis, podría decirse que la revista electrónica Razón y Palabra ha sido un proyecto intelectual muy valioso que impulsó en éste período el avance de la difusión y discusión del fenómeno de la comunicación en México y América Latina y que contribuyó de manera importante en el desarrollo cibercultural inteligente y equilibrado de nuestra sociedad.

¿Qué hacer?
Después del desempeño de éste relevante papel de reflexión que cumplió la teoría de la comunicación a lo largo de las diversas fases de desarrollo por las que evolucionó durante 70 años en México; paradójicamente se observó que la dinámica de comportamiento de los medios y de otras industrias culturales se desarrolló por un lado, los problemas de nuestros países se dirigieron por otro, y los análisis y las propuestas que ofreció la teoría de la comunicación avanzaron por otro diferente.

Ante ello, pensamos que, con el fin de asimilar que es lo que ha sucedido en ésta área de acción cultural y definir cómo y por dónde hay que caminar en los próximos años en la teoría de la comunicación; en esta fase de profunda transformación del país al incorporarse a los procesos de globalización mundial, es indispensable preguntarse: ¿Por qué en México los grandes problemas nacionales, los medios y la teoría de la comunicación han caminado por senderos distintos?. ¿De qué han servido los miles de trabajos de investigación que se han producido en éstos 70 años para transformar la realidad comunicativa de la región?. ¿Qué tipos de dinámicas se tienen que realizar para que en la década del 2000 se vincule la reflexión y la acción comunicativa para generar un mismo proceso común en México?. ¿Cuáles son los principales problemas de la cultura y la comunicación que se tienen que analizar en los próximos años para hacer avanzar la conciencia nacional?. Ante la creación de nuevas zonas de integración regionales, a través de la firma de los Tratados de Libre Comercio, ¿Cuáles son los asuntos informativos sobre los que hay que reflexionar para encontrarles rápidas soluciones en la región?, etc.

De aquí, la enorme importancia estratégica al principio del nuevo milenio de efectuar un profundo alto intelectual en la vertiginosa dinámica cultural de la modernidad mexicana que nos lleva a correr, correr y correr sin saber hacia dónde vamos, para repensar desde las condiciones elementales de conservación de nuestras vidas cuáles son las prioridades en el campo de la comunicación que debemos investigar para sobrevivir como sociedades independientes, democráticas, sabias, sustentables y humanas en México.


Notas:

1 La no preocupación del conocimiento por la comprensión y la transformación de la realidad, constituye un acto de delincuencia académica e intelectual, póster difundido por los estudiantes de la Escuela de Comunicación en las paredes de la Universidad de Sao Paulo (USP), Brasil, en el año de 1996.


Dr. Javier Esteinou Madrid
Investigador Titular del Departamento de Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, D.F., México.