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Por Pedro Rojo
Número
L
Diez
años son muy poco tiempo en la historia
de la tecnología y de los medios de comunicación
y sin embargo es un periodo de tiempo más
que suficiente para la andadura y consolidación
de una revista científica como Razón
y Palabra. Durante la última década
del siglo XX la industria de la comunicación
ha experimentado una revolución sin precedentes,
impulsada por la tecnología de la información
y auspiciada por la liberalización económica
promovida desde las esferas políticas.
Durante la década de los noventa la capacidad
de distribución que representan los medios
de comunicación se ha incrementado de
manera vertiginosa, transformando la industria
de la comunicación en su conjunto, porque
dicha capacidad de distribución ha abierto
un amplio espectro de nuevas posibilidades de
distribución multimedia, alejada de la
mera producción de contenidos analógicos:
textuales, sonoros y audiovisuales.
Hoy en día
la abundancia de medios acosan en cada instante
a un público saturado de información
y entretenimiento, por lo que la industria de
la comunicación debe ofrecer contenidos
con suficiente atractivo visual para sus usuarios,
utilizando todos los canales disponibles a su
alcance: materiales de archivo, descargas de
audio y vídeo, sitios Web dinámicos
y distribución móvil. La comunicación
presentada examinará las implicaciones
profundas de esta revolución para los
periódicos y analizará las nuevas
posibilidades multimedia de la prensa.
Existe una disputa
en cuanto a los enfoques a la hora de abordar
la tecnología entre los que consideran
que la tecnología es una mera cuestión
instrumental y que goza de autonomía respecto
a la cultura y quienes mantienen la postura de
que la tecnología es una parte de la cultura,
y por tanto está inmersa en la producción
cultural. Tradicionalmente, en el mundo académico
se han definido varios significados para el término
tecnología:
- Tecnología
entendida como elemento instrumental: esta perspectiva
considera a la tecnología como un instrumento
neutral y aséptico respecto a la cultura.
Se la reconoce como la causante de cambios sociales,
pero no como una consecuencia de los mismos.
- Tecnología entendida como elemento
industrial: la tecnología se encuentra
asociada al proceso de industrialización
y al sistema de producción masiva (la
tecnología sería un producto definido
en el espacio y en el tiempo).
- Tecnología entendida como novedad:
esta perspectiva solo considera tecnología
a los nuevos medios e inventos tecnológicos
que sustituyen a otros, sin estar sujetos a
un tiempo y a un espacio.
Desde un punto
de vista general, en la actualidad existen dos
maneras de entender la técnica. La primera
de ellas enfoca la técnica como análisis
del conocimiento del proceso que se está
desarrollando (el "saber hacer" de
la filosofía clásica); es decir,
se entiende la técnica como una forma
de conocimiento. La segunda se centra en la realización
material de las cosas (el "hacer"):
o sea, que lo importante de la técnica
vendría determinado por el proceso concreto
de acción mediante el cual se realiza
una determinada finalidad técnica. Estas
dos concepciones han dado lugar a dos corrientes
de pensamiento: por un lado, la de aquellos autores
que consideran que la característica esencial
de la técnica es la transformación
creadora; y, por otro, la de aquellos que entienden
que lo que define la técnica es el carácter
metódico de los procedimientos aplicados,
y no la actividad.
A la hora de
proponer una investigación sobre tecnología
de la información, como de cualquier otra
materia, es necesario acudir a una multitud de
fuentes de carácter primario y secundario.
Respecto a las fuentes de carácter prospectivo
realizadas por consultoras o empresas, ya hemos
expresado nuestra reserva sobre ellas, ya que
una vez que los analistas han pronosticado su
éxito, la realidad a veces ha marcado
caminos opuestos.
Un marco es
la frontera o límite que sirve para cerrar,
dentro de un espacio, un contenido. Cualquier
marco establece un corte separador entre lo que
queda dentro y lo que está fuera. Una
técnica de investigación es una
actividad sometida a un procedimiento específico
orientado a la elaboración, registro y
tratamiento de datos de conocimiento, capaces
de servir para representar un objeto sometible
a fines humanos. Los datos extraíbles
de un acontecer (de cualquier acontecer) adquieren
siempre para alguien una singularidad que depende
de los objetivos perseguidos y de la representación
que el investigador realiza de ese acontecer.
El objeto de análisis depende de la selección
de los datos y la selección de los datos
depende del objeto de análisis. Primeramente
fijamos los objetivos. Estos objetivos marcarán
posteriormente los datos (elaborados siempre,
no encontrados en estado puro) y también
los procesos que guían su elaboración.
La investigación
en el ámbito de la tecnología debe
recurrir necesariamente a planteamientos y análisis
diacrónicos y sincrónicos de ámbitos
inmediatos: pasado, presente y futuro, por la
necesidad de establecer resultados con el presente,
y elaborar proyecciones de cara al futuro. Para
desplegar esta visión, los autores generalmente
acuden al desarrollo de tres tipos de metodologías
a la hora de abordar el estudio de la tecnología:
- PRIMARIAS: encuestas, sondeos, paneles de expertos
- SECUNDARIAS: revisión de documentación
técnica y científica
- PROSPECTIVAS: realizadas por consultoras o
empresas de investigación de mercado (ya
hemos advertido del riesgo de este tipo de informes,
en muchas ocasiones con una visión demasiado
optimista, y es que las tecnologías de
la información que diseña y desarrolla
la industria no siempre logran el éxito
de su implantación en el mercado, por
múltiples razones insuficiencia de la
propia tecnología, incapacidad de la industria,
competencia de otros sistemas, o bien rechazo
por parte del usuario). Además, hemos
de tener en cuenta que en el desarrollo de una
tecnología siempre se estudian varias
soluciones técnicas en paralelo y no una
sola. Después, la mayoría fracasan
y solo unas pocas penetran con éxito en
el mercado.
La irrupción
de las Nuevas Tecnologías de la Información
(NTI), y especialmente de Internet y de la World
Wide Web, repercute de manera decisiva en el
entorno de los medios de comunicación.
Los medios tradicionales se subieron pronto al
carro de las nuevas tecnologías, en principio
para hacer un mero volcado o reproducción
literal de sus versiones. Sin embargo, pronto
se dieron cuenta de que las peculiares características
de la Red exigían una renovación
de los contenidos y de su forma de presentación.
De este modo,
los medios tradicionales emprendieron una profunda
transformación en su versión digital,
con la incorporación de nuevos servicios,
nuevos contenidos y nuevas utilidades para su
público, hasta el punto de que los medios
digitales se han convertido en un nuevo medio.
Pero además, Internet ha dado lugar a
la aparición de otras formas de comunicación,
distintas a las tradicionales, y ha permitido
la aparición de nuevos medios basados
en la convergencia multimedia, la interactividad
y la personalización de contenidos.
Al hablar de
los cibermedios, en el actual entorno comunicativo
nos encontramos con medios muy diversos: desde
los profesionales y periodísticos que
se centran en la información de actualidad,
hasta medios personales, creados por los propios
usuarios, con finalidades diferentes a la transmisión
de contenidos informativos de actualidad.
El concepto
«nuevos medios» se aplica a las distintas
manifestaciones comunicativas, con mayor o menor
grado de organización, que surgen en el
nuevo entorno tecnológico, principalmente
con la aparición de Internet y la World
Wide Web. Son las posibilidades técnicas
de los nuevos medios las que permiten ese paso
de la comunicación de masas a la comunicación
segmentada. Debido a la multiplicidad de mensajes
y fuentes, la propia audiencia se ha vuelto más
selectiva. La audiencia seleccionada tiende a
elegir sus mensajes, por lo que profundiza su
segmentación y mejora la relación
individual entre emisor y receptor.
El público se ha configurado siempre como
un factor determinante para la selección,
elaboración y presentación de los
mensajes: el medio selecciona unas noticias u
otras y les da un tratamiento, estilo y lenguaje
determinado en función del público
al que se dirige. Así, tradicionalmente
distinguimos entre el contenido y el tratamiento
dado a las noticias en un medio de información
general, dirigido a un público más
amplio, y un medio especializado, que selecciona
y estructura su contenido informativo atendiendo
a los intereses de un público segmentado
por criterios de edad, sexo, o intereses afines
en torno a un área concreta.
En el nuevo
entorno tecnológico, los conceptos de
público y de audiencia de masas derivan
hacia otro nuevo concepto, el de usuario, que
ya no se conforma con recibir pasivamente la
oferta informativa que seleccionan los medios,
sino que ahora tiene la oportunidad de participar
activamente en el proceso de producción
del mensaje. Deja de ser un receptor pasivo,
regido por la oferta informativa, para convertirse
en usuario que demanda información personalizada,
de acuerdo con sus intereses. Así, la
selección depende del usuario, y no sólo
del emisor. Estos cambios se derivan fundamentalmente
de una característica propia de la Red:
la interactividad, que modifica la clásica
relación emisor/receptor, ya que ahora
el receptor se convierte en usuario que puede,
al mismo tiempo, ser emisor de mensajes
Desde su nacimiento
los medios de comunicación han tenido
que adaptarse todo el tiempo a los cambios tecnológicos.
Actualmente el gran cambio posee entidad propia
y se llama Internet. Al igual que han realizado
los medios de comunicación a lo largo
de la historia, desde su nacimiento la revista
Razón y Palabra también se ha adaptado
a un escenario comunicativo cambiante y estoy
seguro que lo seguirá haciendo durante
muchos años.
¡Mi más
sincera enhorabuena a todos, responsables y colaboradores,
que hacen posible que Razón y Palabra
vea la luz periódicamente y felicidades
por esta década jalonada de éxitos¡
Dr.
Pedro Antonio Rojo Villada
Facultad de Comunicación y Documentación,
Universidad de Murcia,
España. |