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Por Carlos Pérez-Ariza
Número
51
Introducción
En esta extensión cibernética de
la alfabetización que es la Red de comunicación
Internet hemos desarrollado en nuestro libro,
Libertad de expresión en España.
Nuevas Tecnologías y Sociedad de la Información
(Pérez Ariza, 2003: 229-248), que
dicha Red abre las puertas de la comunicación
interpersonal en un mundo virtual, donde se navega
a la búsqueda de información y
al cual nos hemos habituado rápidamente
y del que dependemos cada vez más. La
forma cotidiana de trabajar, estudiar, hacer
determinadas compras, recoger información
o comunicarse se viene dando, con insistente
crecimiento, desde la computadora personal ya
sea en el hogar, lugar de trabajo o estudio.
Este
medio de medios que es Internet tiene detractores
y defensores a ultranza. Sin situarnos en ninguno
de los dos bandos necesariamente, y antes de
entrar a analizar los datos más recientes
a la fecha (primer trimestre de 2006) de usos
de Internet en España y América
Latina, podemos detenernos en explorar el grado
de libertad que es capaz de garantizar al usuario
esta Red de comunicación.
Vivimos
en una doble realidad o ‘realidad estéreo’,
(Virilio, 1999: 25-27): la que nos rodea, la
real; y la virtual, a la que accedemos al conectarnos
a la Red. Cree este autor que la computadora
personal es una ‘máquina de visión’.
La óptica electrónica se convierte
en el ‘motor de búsqueda de una
previsión’. Esta nueva capacidad,
acercarse al mundo real, desde el virtual, crea
una amplia sensación de libertad, que
puede ser, en muchos casos, “...una ensoñación
de libertad en un reino donde la imagen impone
su semántica” (Pérez Ariza,
2003: 230). Hemos pasado en cuatro vertiginosas
décadas, desde 1962 a 2006 de un universo
auditivo/visual ‘soft’ a uno enérgicamente
‘hard’.
El
mundo cibernético, que Virilio llama neorrealidad,
destruye la capacidad del usuario de discernir
entre lo que es real de lo que es verdadero.
Esta globalización de las comunicaciones
que permite Internet, “...significa la
imposibilidad de distinguir entre verdad y libertad
de expresión, debido principalmente al
incontrolable manejo de las fuentes” (Perez
Ariza, ibid). Esto, desde luego, podemos aplicarlo
también a los medios audiovisuales, donde
la información toma la forma del espectáculo
visual, y donde la credibilidad de la fuente
se supedita a la imagen y el sensacionalismo.
Si
bien el crecimiento exponencial del uso de la
televisión debe su incremento sostenido
al aumento de la oferta, basada en la especialización
y a la constante búsqueda de la calidad
de la imagen y sonido con el soporte digital,
tanto en la emisión como en la recepción;
el universo Internet está vinculado a
un crecimiento de las redes telefónicas,
que igualmente han entrado en el espacio cibernético
apoyándose en los adelantos digitales
y la Banda Ancha (BA) de transmisión de
datos.
Pero, como veremos más adelante Internet
necesita, para su expansión unos condicionantes
tecnológicos, que de no estar al alcance
de las mayorías, dificulta seriamente
su crecimiento. La rapidez de la recepción
y navegación, vinculada a la tecnología
de la (BA) o la indispensable, por ahora, línea
telefónica estable, así como la
ayuda que significa para el usuario el dominio,
aunque sea básico del idioma inglés,
sin olvidar el equipo de computación personal
con todos los adelantos técnicos, que
cambian a mayor velocidad que la que se emplea
en dominar lo instalado originalmente.
La
capacidad de la Red es tan extensa, que conviven
en ella desde el particular que ‘cuelga’
su página Web, hasta la gran empresa o
el pequeño comercio, donde abre su escaparate
virtual. Su uso se ha extendido desde el ámbito
universitario (ha sido así en todo el
mundo, incluida España y el entorno latinoamericano)
al resto de los sectores productivos o no. Es
conveniente ver a Manuel Castells en su obra
La Sociedad de la Información.
(Castells, 1997: 389), donde analiza en extenso
estos temas.
Ubica
a Internet como una comunicación que por
hacerse a través del ordenador (computadora
personal), “...no es un medio general de
comunicación, y no lo será en el
fututo previsible... excluirá durante
largo tiempo a la gran mayoría de la humanidad,
a diferencia de la televisión y otros
medios de comunicación de masas.”
(Castells, 1997: 391). Nosotros sostenemos que
es un medio de medios, si aceptamos el concepto
de ser un canal que organiza los conocimientos
de forma ordenada para su recepción y
consulta.
Este
sociólogo de la comunicación plantea
que la interactividad se dará más
en los servicios hogareños tipo multimedia,
tales como la televisión a la carta y
que la “...comunicación a través
del ordenador (computadora personal) seguirá
siendo el dominio de un segmento culto de la
población de los países más
avanzados, contado en decenas de millones, pero
sólo una elite a escala global”.
(Castells, 1997: 392). Aunque no deja de vislumbrar
el poder de cambio que puede engendrar el uso
de Internet por tan alto número de personas,
precisamente por estar éstas en la esfera
de la elite mundial.
Esta
visión castellsiana nos lleva a plantear,
al hilo de los más recientes datos sobre
la expansión de los usuarios de la Red
en España y América Latina, la
comprobación de tales asertos, ya que
si bien podemos ver como dicho crecimiento es
lento y va con retraso en relación a sus
entornos próximos: los países de
la UE y los dos grandes del norte del continente
americano, como son Estados Unidos y Canadá,
punteros en las estadísticas mundiales
de números de usuarios de Internet, en
un primer análisis, nos parece significativo
que todo el entorno hispano parlante lleve desventaja
aún en relación a la zona anglosajona.
Aunque
la comprobación de tal hipótesis
trasciende el reducido espacio de este artículo,
llama la atención el hecho para movernos
a comenzar una investigación en profundidad,
que estamos acometiendo desde nuestro entorno
académico.
La
importancia que tienen las medidas gubernamentales
de cada país son relevantes en tal desarrollo,
ya que facilitan el acceso a la Red mediante
la Banda Ancha y el hilo telefónico ADSL,
que proporciona mayor calidad al usuario, pero
mientras tal posibilidad siga teniendo un elevado
coste y defectos por la fragilidad de la conexión,
tal desarrollo, como veremos al analizar los
recientes estudios sobre usos, se verá
demorado.
Primera
parte: España
Según la encuesta que proporciona el Estudio
General de Medios (conocido como EGM) y publicada
a finales de abril de 2006 <http://www.internautas.org/html/3657.html>,
ya el 36,8% de los españoles mayores de
14 años se conecta a Internet, como media
en todo el país, aunque hay Comunidades
Autónomas como Madrid o Cataluña,
cuyos niveles superan dicha media con 43,6% y
41,8% respectivamente. Un incremento de 3,2 puntos
porcentuales con respecto al mismo periodo del
año pasado. Pese a datos tan halagadores,
España sigue alejada de la media de la
Unión Europea (UE) y de los países
líderes en la conexión Internet.
De ese 36,8% de internautas, sólo el 14,5%
navegan a través de la Banda Ancha (BA),
lo cual indica, dice la citada encuesta, que
el avance es lento y de allí la diferencia
con los países de nuestro entorno europeo.
Una de las principales
bazas en este incremento saludable ha sido la
oferta de la BA por parte de las compañías
telefónicas. Algunos expertos hablan de
una segunda revolución en la expansión
de los usos de Internet, al poder acceder a una
interacción mayor, más rápida,
clara, precisa, sobre todo en la zona audiovisual
del ciberespacio. Ver, descargar o enviar material
audiovisual es cuestión de pocos minutos,
lo que antes era casi imposible o se medía
por horas.
No obstante,
el crecimiento transcurre aún lentamente,
ya que de los aproximadamente, 13,8 millones
de internautas españoles, según
diversas fuentes estadísticas, los abonados
a las distintas opciones de la Banda Ancha mediante
ADSL, sólo alcanza a menos de la mitad:
5,5 millones, cifra avalada por la Comisión
Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones
a la fecha referida. Otros 1,2 millones acceden
a la BA a través del Cable, tecnología
que en España no ha tenido una implantación
y expansión definitivas.
Todos las indicativos
apunta hacia el indispensable desarrollo de la
BA y su adopción por parte de los internautas
españoles. Esta cifra de 5,5 millones
de usuarios de la alta velocidad son estimables
y proporcionan un volumen de negocio aceptables
para las operadoras, pero no es así en
comparación con la población total
de España y en relación al desarrollo
de dicha tecnología de uso en el entorno
europeo. Estamos por detrás de Bélgica,
Luxemburgo, Austria e Italia y en proporción
inferior al número de usuarios de la BA
en los países más adelantado, tales
como Islandia, Holanda y Dinamarca, todos con
más de 25 usuarios de la alta velocidad
en Internet por cada cien habitantes.
Según
la más recientes estadísticas proporcionadas
por la OCDE (siglas en español de la OECD:
Organization for Economic Cooperation and
Development), España está
en el puesto 20 entre los 30 países, que
conforman dicha organización, lo curioso
del dato es que, tomando en cuenta el desarrollo
actual de España, debería estar
entre los 10 primeros. Estos diez puestos de
desventaja o atraso se debe a que la BA se va
imponiendo con demasiada lentitud. Las empresas
telefónicas españolas están
ahora involucradas en una batalla de ofertas,
que combinan paquetes de llamadas locales, nacionales
e internacionales con la instalación de
la BA en los hogares.
Sin embargo,
las protestas de los usuarios se centran en la
deficiente calidad del servicio: rapidez y poca
seguridad en la conexión, que suele ‘caerse’
con frecuencia y el elevado coste en comparación
con los países comunitarios; un 32% superior
a la media europea, según la consultora
Forrester (El País, 17/4/2006), cuyo informe,
titulado, ‘Price cuts and competition drive
european broadband growth’, dice: “La
bajada de precio y la competencia impulsan el
crecimiento de la banda ancha en Europa”.
Los datos son elocuentes: “Entre julio
de 2004 y octubre de 2005, en el continente,
la banda ancha creció un 77% y los precios
bajaron un 35%.” En referencia a España,
indica: “Los españoles que acceden
a la Red a alta velocidad tiene que pagar un
435% más que quienes eligen utilizar la
banda estrecha, es decir un módem y la
red telefónica convencional. Los primeros
pagan 34,68 euros. Los segundos, 6,48 euros.”
Estamos, los españoles, a la cola de Europa
en cuanto al crecimiento de usuarios y a la cabeza
de los altos precios. Esta diferencia de precios,
no cabe duda, incide directamente en el incremento
de usuarios de la BA.
Coinciden, en
términos generales, la OCDE y la consultora
Forrester en este análisis de la BA (La
Vanguardia 23/4/2006). La tasa de penetración
de la alta velocidad para Internet por cada 100
habitantes es, en España, de 11,7, inferior
a la media de la OCDE, 13,6 y también
a la media de la UE-15, que a finales del 2004
la situaban en 14,2.
Así como
sería difícil de justificar un
alto índice de analfabetismo en el área
europea, lo es hoy día la baja penetración
de Internet en su versión de alta velocidad.
Así lo entiende la UE con respecto al
desarrollo impostergable de la BA. La Comisión
Europea está desarrollando una estrategia
para lograr que las conexiones de Internet de
BA alcancen una cobertura del 100% de la UE con
una tasa de penetración en hogares del
50% en el año 2010, sin olvidar las zonas
rurales.
La BA proporciona,
según los indicadores de la UE tasas de
empleo mayores, en un 1% respecto a las zonas
que no la tienen. Los expertos de Bruselas se
apoyan en el ejemplo de Alemania, que en su estrategia
de ‘banda ancha para todos’ podría
aumentar el crecimiento económico en 46.000
millones de euros más en 2010 y crear
más de 250 mil puestos de trabajo.
No cabe duda
de que cuando buscamos datos estadísticos
sobre el lugar que ocupa España en la
Sociedad de la Información, siempre encontramos
cifras decepcionantes. En la clasificación
mundial que elabora el Foro Económico
Mundial, se publicaba, el pasado mes de abril
de 2006, que España había perdido
dos puestos en el ranking, colocándose
en el lugar 31 a nivel mundial sobre el uso de
las tecnologías de la información
y la comunicación. La clasificación
actual es: Estados Unidos, Singapur, Dinamarca,
Islandia, Finlandia, Canadá, Taiwán,
Suecia, Suiza y Reino Unido, los diez primeros.
España estaba en 2002 en el puesto 25
y se mantuvo en 2003 y 2004 en el 29, su retroceso
al 31 viene dado por su frágil crecimiento
en la aplicación de las nuevas tecnologías
de la comunicación en sus más avanzadas
versiones.
En los datos
que proporcional el Instituto Nacional de Estadísticas
<http://www.ine.es>
para el año 2005, España está
por debajo de cuatro de los indicadores que se
refieren al acceso a Internet desde los hogares
que posee BA y desde donde se hacen e-comercio
y con personas ubicadas entre los 16 y 74 años.
Mientras las medias europeas son de 48% hogares
con acceso a Internet, España se sitúa
en 36%. La conexión BA europea es de 23%,
España casi la iguala con 21%. En cuanto
al uso frecuente de la Red, la media europea
es de 43% y España, sólo 35%. Los
europeos compra por Internet un 17%, y los españoles
sólo el 8%.
El gobierno
de Rodríguez Zapatero ha puesto en marcha
el Plan Avanz@, cuyo objetivo es recuperar el
retraso tecnológico de España.
Aprobado en noviembre de 2005, tiene como meta
colocar en 62% los hogares conectado en todo
el territorio nacional para 2010 y de éstos
un 45% con BA. Ya los anteriores planes similares,
presentados por el gobierno de Aznar, Info XXI
y España.es no lograron sus objetivos
satisfactoriamente, dado el panorama que venimos
observando al primer trimestre de 2006.
La comparación
con el desarrollo de Internet en América
Latina lo estableceremos tras ver, en la segunda
parte de este artículo, el más
reciente estudio sobre la penetración
de Internet en esa zona.
Segunda
parte: América Latina
A continuación vamos a analizar y posteriormente
comparar, hasta donde nos sea posible, con las
referencias dadas para España, el estudio
realizado por Tendencias Digitales y titulado
‘Indicadores de uso de Internet en América
Latina’ producido por Carlos Jiménez
y presentado en el IV Aniversario de Tendencias
Digitales en Caracas, el 14 de marzo de 2006
<http://www.google.com>.
“El tipo de encuesta fue realizada en línea
(on-line) en entrevistas auto-administradas a
través de Internet a 2.572 personas entre
noviembre de 2005 y enero de 2006” (Tendencias
Digitales 2006).
La muestra indica
que los usuarios se conectan desde el hogar y
los centros de trabajo preferentemente. En el
caso de Venezuela destaca el uso de los llamados
cibercafés y en Chile los centros educativos
como tercer lugar de conexión. La mayor
proporción de usuarios en todos los países
estudiados se conectan a través de ADSL
o Cable y lo hace desde hace cuatro o cinco años,
como media. La mitad de los entrevistados se
autocalifican como usuarios medios 50.74%, mientras
que un tercio dicen ser avanzados 34.02, el resto,
15.26 son usuarios básicos.
Los países
analizados en norte, centro y sur América,
21 en total, alcanzan una población estimada
para 2006 de 545.494.919 habitantes, de los cuales
76.937.188 son usuarios de Internet, es decir
el 14,10% de penetración.
Destacan por
encima de este promedio, Chile con
35,70%; Argentina con 26,40%;
Puerto Rico con 25,20%; Costa
Rica con 22,70% y Uruguay con
20,80%. Brasil y México
aparecen por debajo de éstos
cinco primeros, 14,10% y 16,20% respectivamente,
aunque su volumen de usuarios en muy superior
(casi 26 millones y casi 17 millones, respectivamente),
al ser los dos países con mayor número
de habitantes, muy por encima de los más
cercanos en población, Colombia
y Perú.
Por el contrario
en la escala más baja de penetración
se encuentran: Cuba con 1,30%;
Nicaragua con 2,20%: Paraguay
con 2,70%; Honduras con
3,30% y Bolivia con 3,80%.
Esto evidencia,
tal como lo resalta el estudio, que hay una relación
directa entre PIB/Ingreso Per Cápita (PIB/IPC)
y la penetración de Internet. Aunque podríamos
señalar que también se perciben
ciertos desequilibrios en algunos países,
que pese a estar por encima de la media de la
región en cuanto a su índice de
renta, el uso de Internet se aprecia a la baja
en relación a tal indicador económico
(Citado en el informe ‘Tendencias Digitales:
The Economist y Internet World Stats, basado
en la ITU).
Puerto
Rico con el más alto índice
de la región: 15.000 PIB/IPC y 25,20%
de penetración Internet, sería
el país atípico, ya que su índice
económico debería, en teoría,
darle un mayor índice de usuarios. Por
otra parte, en países como Perú
y Colombia en la franja de 3.000
PIB/IPC se aprecia una penetración de
16,00% y 7.70%, respectivamente, lo cual indicarían
una relación igualmente atípica
entre la citada relación. Igual que éste
es el caso de Argentina y Venezuela,
ubicados alrededor de los 5.000 PIB/IPC mientras
que sus respectivos índices de penetración
Internet se sitúan en 26.40% y el 12.00%.
Recordemos que la media general es, como hemos
citado, de 14.10%.
Otra interpretación
del desarrollo de Internet en la región
podría situarse en el factor de la población
urbana y rural, con regiones deprimidas y profundamente
subdesarrolladas. En países con una gran
población rural, como pueden ser Nicaragua,
Haití, Bolivia,
Honduras, Paraguay,
todos en la franja inferior a los 2.000 PIB/IPC,
y cuya penetración Internet oscila entre
los 6.00% de Haití y
los 2.20% de Nicaragua. En todos
ellos la relación PIB/IPC – Internet
es evidentemente baja, cumpliéndose el
indicador: a menor desarrollo menor penetración.
En un segundo
nivel, entre los 2.000 y 3.000 PIB/IPC se sitúan,
Ecuador, Cuba,
Guatemala, El Salvador,
Colombia, República
Dominicana y Perú.
La penetración a Internet varía
entre 1,30% de Cuba a 16% de
Perú.
En el tercer
escalón, los situados entre 4.000 y 5.000
PIB/PC, además de los casos ya citados
de Venezuela y Argentina,
donde podríamos inferir como la causa
de su abultada diferencia en la penetración
de Internet, una mayor tradición cultural
en este último país, se encuentran
también, Panamá,
Brasil, Uruguay y
Costa Rica, siendo sus porcentajes
de Internet de 9.60% para el primero y de 22.70%
para el último de estos.
En el cuarto
nivel, se encuentran México y
Chile, con alrededor de 7.000
PIB/IPC, pero con índices Internet de
16.20% y 35.70%, este el más alto de la
zona. Aquí, como en los casos de los países
ya comentados, se observa el mismo fenómeno:
Mismo nivel de ingresos, pero significativa diferencia
en la penetración Internet. Mientras Chile
tiene 15.666.967 habitantes y 5.600.000 usuarios
de Internet, prácticamente un tercio de
la población; México,
con algo más de 105 millones de habitantes
en la estimación para 2006 del estudio
comentado, y casi 17 millones de usuarios, no
alcanza a la sexta parte de dicha población.
En su caso, podríamos pensar como una
causa de su baja penetración, 16.20%,
en una alta densidad de habitantes en zonas rurales.
Un análisis
general de la zona en cuestión indica
que el crecimiento de la penetración Internet
ha sido sostenido entre 2000 y 2005. Desde 8.233.30%
en el caso de Haití,
el más elevado, hasta un 82.80% para Perú,
el de menos empuje.
El estudio analizado aquí aporta otros
análisis mediante indicadores tales como:
comercio electrónico, Ebanking, publicidad
en Internet y los usos de la telefonía
móvil, que recomendamos consultar, pero
que hemos obviado ya que extendería excesivamente
este artículo.
El actual
universo hispanoamericano de Internet
La tasa de penetración de la alta velocidad
para Internet por cada 100 habitantes es, en
España, de 11,7, inferior a la media de
la OCDE, 13,6 y también a la media de
la UE-15, que a finales del 2004 la situaba en
14,2. En comparación, América Latina
que alcanza, tal como hemos señalado,
14,10 de penetración promedio en la zona,
se sitúa al nivel europeo. Hay que observar
la diferencia de población total entre
las dos zonas y las amplias diferencias entre
los propios países de la zona latinoamericana,
tal como hemos analizado.
Aunque podemos
observar que las constantes de urbanización
(ciudad) y zonas rurales son similares en el
caso español y latinoamericano; así
como a mayor desarrollo económico, según
los indicadores del PIB, la penetración
de Internet en la esas sociedades se incrementa.
El alejamiento de las zonas rurales dificulta
que la tecnología ADSL, por ejemplo se
implante con mayor celeridad.
Otra constante
que comparten España y América
Latina en este asunto es que siguen estando a
la zaga de los países de su entorno. Norte
de Europa para el caso español y Canadá
y Estados Unidos de América para el caso
latinoamericano.
El idioma es
otro factor a tomar en cuenta en esta capacidad
de desarrollo. Mientras el inglés alcanza
el 40.2% de la distribución idiomática
de Internet en el mundo (Global Research, marzo,
recopilado en <http://www.elrincondejavier.net>,
el español ocupa el 7.2%, por detrás
del chino y el japonés con 9.8% y 9.2%,
respectivamente.
El acceso a
través de las más novedosas tecnologías,
que proporcionan la BA/ADSL es, para finales
de 2005 en España de 49.99%, mientras
que la telefonía convencional, aún
está en el 31.79% y el cable sólo
es usado por el 12.28%. Hemos señalado
que en el caso español la oferta de las
compañías telefónicas es
aún cara y escasa, aunque en auge las
campañas de ofertas. Situación
similar viven en la zona latinoamericana a este
respecto.
Conclusiones
El avance del uso de Internet en los hogares
es, según las diversas fuentes consultada,
indetenible. Aun estando en desventaja, a la
fecha, en relación a su entorno geográfico,
tanto España, como la de América
Latina, la alfabetización electrónica
tiene el sentido que pudo tener en su tiempo
los avances de los pueblos, desde la revolución
industrial a los años posteriores a la
mitad del siglo XX, en el desarrollo de su capacidad
de leer y escribir, y, por tanto, de comprender
mejor sus vidas.
Internet está
viviendo, desde finales de la década de
los noventa del siglo pasado, la mayor expansión
en los países del sur. Sólo unos
treinta países de África no están
conectados a la Red, según estadísticas
de Internet Society <http://www.isoc.org>.
“Tal desembarco de Internet en el sur,
aunque no es significativo en cuanto al volumen,
llama la atención que está sucediendo
en un momento en que la Red está ‘ocupada’
por los intereses comerciales...” (Pérez
Ariza, 2003: 244).
Para el desarrollo
de la libertad de expresión, esta nueva
forma de comunicación que es Internet,
prácticamente instantánea, tiene
la ventaja que puede dar su gran capacidad de
crecimiento, pero, al mismo tiempo, incluye graves
amenazas al desarrollo de tal libertad. Este
peligro estriba en que hay indicios de que la
información se está convirtiendo
en una mercancía. Internet es una campo
principalmente propicio a ese nuevo concepto:
la noticia como producto.
Norbert Weiner
ya lo advirtió en la década de
los cuarenta, cuando señalaba que a mayor
libertad en la circulación de los conocimientos,
mayor era la posibilidad de que se les fijara
un precio (citado por Ramonet, 1998: 212).
Cualquier barrera,
como puede ser la idiomática, conspiran
contra la libertad de expresión y promueven,
aunque sea sin proponérselo, la censura.
Quien navega, se encuentra con un cibermundo
escrito en inglés. El ciberespacio funciona
fundamentalmente desde el ámbito anglófono,
donde están instalados el 77% de los servidores
(Pérez Ariza, 2003: 245).
La Red puede
abrir la amplia puerta de la democratización
de la cultura, pero puede suceder que sea sólo
para que algunos la traspasen o que sea paso
franco a la expansión del conocimiento
sin cortapisas. Como todo avance tecnológico,
Internet puede colocarse en cualquiera de las
dos orillas: la del bien, y del desarrollo humano
o la del mal y la conculcación de las
libertades.
Referencias:
Castells,
Manuel. La era de la información.
Economía, sociedad y cultura (tomo
1). Editorial Alianza, Madrid, 1997
Pérez
Ariza, Carlos. Libertad de expresión
en España. Nuevas tecnologías y
sociedad de la información. Sociedad
General de Autores (SGAE)/Fundación Autor,
Madrid, 2003.
Ramonet, Ignacio. (ed) Internet, el mundo
que llega. Los nuevos caminos de la comunicación.
Alianza Editorial, Madrid, 1998.
Virilio,
Paul. La bomba informática. Ediciones
Cátedra, Madrid, 1999.
Direcciones
Internet consultadas
<http://www.internautas.org/html/3657.html>
<http://
www.ine.es>
<http://www.
google.com> (para Tendencias Digitales);
(para OCDE); (para Foro Económico Mundial)
<http://
www.elrincondejavier.net>
(para Global Research)
<http://
www.isoc.org>
Periódicos
El País, 17/4/2006. El precio del
ADSL en España es un 32% superior a la
media de Europa occidental
La Vanguardia 23/4/2006. La zona estrecha
de la banda ancha
Dr.
Carlos Pérez-Ariza
Docente e investigador, Universidad
de Málaga, España. |