|
Por Lenin Martell
Número
51
Un día
sin inmigrantes
El pasado primero de mayo, aproximadamente
un millón de latinos, la mayoría
mexicanos, se congregaron en las calles de 50
ciudades de Estados Unidos, desde los Ángeles
hasta Nueva York. El pretexto fue para protestar
en contra de la iniciativa de ley, propuesta
por el congresista republicano James Sensenbrenner,
que “castigaría hasta con un año
de cárcel la presencia de indocumentados
en Estados Unidos”1.
Los manifestantes
marcharon para pedir ser reconocidos como ciudadanos
y no como mercancías. Para solicitar respeto
a sus derechos humanos. Para mostrar su lealtad
a ese país. Para ejemplificar que en el
mundo global, cuyo modelo fue impulsado por los
empresarios y el expresidente Ronald Reagan,
el concepto de ciudadanía es intercambiable.
En la conformación de la globalización,
la identidad, es y seguirá siendo asumida
de forma voluntaria. Los ciudadanos que marcharon
marcaron su lealtad hacia Estados Unidos y se
reconocieron como mexicanos y americanos.
¿Y qué no pueden pertenecer a ambos
lados? La evidencia fue la lengua, el Spanglish
que se escuchaba por las calles.
La marcha Un
día sin inmigrantes es una expresión
de un movimiento social que integra los elementos
de una lucha dentro del marco de la globalización.
Es un ejemplo de lo que quiero discutir: ¿cuál
es el papel que juegan los medios de comunicación
en la construcción de los movimientos
sociales en América Latina en el marco
del neoliberalismo?2
El movimiento
social de latinos en Estados Unidos no empezó
ayer, se viene gestando fuertemente desde los
años noventa, a medida que los latinos
fortalecen su identidad en aquel país.
Uno de los antecedentes lo marca las movilizaciones
tras la golpiza de policías de Los Ángeles
a Rodney King, en abril de 1992. Los latinos
se unieron a tales movilizaciones. Se inició
entonces un semillero de lo que sería
un movimiento social de grupos subalternos. Al
mismo tiempo, más migrantes latinos se
expandían por casi todos los estados de
aquella nación.
A finales de
los noventa se le llamó el fenómeno
de La vida loca como referencia a la
participación del cantante Ricky Martin
en el mundial de Futbol de Francia 1998. La visibilidad
de los latinos en la escena internacional era
inminente y se cristalizaba en uno de los eventos
más importantes a nivel global. El movimiento
fue creciendo hasta reflejarse en una marcha
de un millón de hispanos en las calles
de Estados Unidos.
Este movimiento
social, al igual que otros recientes en América
Latina, no puede entenderse sin la mediación
de los procesos comunicativos. Mediaciones que
articulan la vida cotidiana con los movimientos
sociales (Martín-Barbero, 1993). Sobre
todo, no pueden entenderse sin los medios de
electrónicos de comunicación. En
este sentido, la reciente marcha de latinos en
Estados Unidos nos ha enseñado cómo
se gestan los nuevos movimientos sociales en
América latina. Aunque se necesitaría
hacer un análisis más exhaustivo
al respecto, comparto las primeras hipótesis.
1. Redes sociales.
Se trata de la emergencia de un nuevo actor social
que se organiza espontáneamente a través
de redes sociales (vecinos, compañeros
de trabajo, familiares).
2. Conformación
del actor social. Este nuevo actor social, que
es cualquier ciudadano, de cualquier estrato
social y nivel educativo, no necesita de un líder,
sino simplemente de una causa social que lo motive
a congregarse con otros ciudadanos.
3. Trasnacionalización
del movimiento social. El espacio en donde se
efectúa el movimiento no sólo se
circunscribe en una localidad, sino traspasa
los límites regionales, nacionales e incluso
internacionales. Es decir son trasnacionales.
¿Qué
es la trasnacionalización3?
Para el investigador Jesús Martín-Barbero
(op cit, 1993: 224-225):
Con la cuestión
trasnacional lo que es nombrado no es la mera
sofisticación del viejo imperialismo,
sino una nueva fase en el desarrollo del capitalismo,
en la que justamente el campo de la comunicación
entra a jugar un papel decisivo. Lo que aparece
en juego ahora no es la imposición de
un modelo económico, sino el salto a
la internacionalización de un modelo
político. Lo cual obliga a abandonar
la concepción que se tenía de
los modos de lucha contra la dependencia,
pues “es muy distinto luchar por independizarse
de un país colonialista en el combate
frontal con un poder geográficamente
definido, a luchar por una identidad propia
dentro de un sistema trasnacional, difuso, complejamente
interrelacionado e interpenetrado”. Y
como la trasnacionalización juega primordialmente
en el campo de las tecnologías de comunicación—satélites,
telemática—de ahí que sea
en el campo de la comunicación donde
la cuestión nacional encuentra ahora
su punto de fusión.
4. Medios de
comunicación. La forma de interconectar
estas redes es un medio de comunicación:
la radio, la televisión, el teléfono
celular, el correo electrónico, los chats,
y otros soportes del internet.
Eddie Sotelo
es una de los locutores más populares
en la radio en español en Estados Unidos.
No es conocido precisamente por ser el conductor
(DJ) más perspicaz. Ni tampoco ejerce
un servicio público en su programa. Sin
embargo, en esta ocasión invitó
a que los latinos se congregaran a la marcha
del primero de mayo4.
Lo cierto es
que, al menos momentáneamente, este y
otros medios de comunicación en español
hicieron un pacto con la ciudadanía. Y
esta complicidad es necesaria para que hoy en
día ocurra un movimiento social en cualquier
parte del mundo. Si no hay visibilidad mediática
no hay movimiento social.
Otro ejemplo
fue Radio Bilingüe, una red de
siete estaciones públicas en el estado
de California. Desde 1976, ha brindado una barra
programática de servicio público
a la población hispana que vive en Estados
Unidos (Martell, 1997). Su compromiso con los
ciudadanos de origen latino, ha sido desde siempre
un ejemplo de lo que puede realizar un medio
de comunicación. Esta vez, no fue la excepción.
Los conductores se dedicaron a orientar y a explicar
a los escuchas sobre por qué se debería
marchar, cuáles serían las posibles
consecuencias. El primero de mayo, dedicó
toda su programación al hecho. Los días
siguientes, siguió hablando sobre el tema.
El canal CNN
en español no hizo precisamente un pacto
con la ciudadanía, sino un negocio a partir
de este movimiento social. No es la primera vez
que lo hace, de hecho, se especializa en producir
esta especie de coberturas. Son los líderes
mediáticos del espectáculo, en
donde el ciudadano es puramente una mercancía.
Tiananmen
CNN
fue la televisora pionera. Con la producción
de la telenovela de la guerra del golfo
Pérsico, en 1992, mostró al mundo
una nueva forma de producir televisión
en la era del capitalismo global—una era,
gobernada por estados neoliberales.
La tradición
iniciada por CNN ha sido copiada por la mayoría
de los emporios mediáticos, incluso por
algunos medios públicos, pues se han dado
cuenta que espectacularizar los movimientos sociales
es redituable política y financieramente.
Autores como
Daniel Hallin (1994) han estudiado este fenómeno
con acuciosidad. Han profundizado, cómo
durante la década de los ochenta y noventa,
empresas como ABC, Sony y Time Warner cubrían
las reuniones diplomáticas, como las cumbres
Reagan-Gorvachov que daban fin a la Guerra fría.
Dichos encuentros representaron fuertes cargas
simbólicas al ser cubiertas por conglomerados
de comunicación y dirigirse a una audiencia
mundial ficticia. La cobertura de la invasión
inglesa a las Malvinas o la invasión del
golfo Pérsico fueron espectáculos
que dejaban a las audiencias perplejas, mientras
se censuraban las transmisiones se manipulaba
la información. Sin embargo, no se puede
soslayar que en ocasiones, dependiendo de la
coyuntura política internacional y de
los intereses de los mismos medios de comunicación,
y se generan debates para buscar una solución
a la crisis.
Es decir, la
esfera pública, aquel lugar en donde los
ciudadanos debaten con el estado sobre la forma
en que quieren vivir, se ha fragmentado en diferentes
esferas: una microesfera a nivel local, una mesoesfera
a nivel regional dentro de un estado nación,
y una macroesfera5
a nivel internacional. Esta fragmentación
del espacio público ocurrió a partir
de finales de los ochenta, tras la entrada del
capitalismo global (Keane, 1997).
La matanza de
Tiananmen es un ejemplo sobre cómo se
creó una macroesfera pública para
dar fin a largo plazo a un régimen político.
Los estudiantes protestaban enfrente de las cámaras
de televisión de CNN, con pancartas en
inglés. Sabían además que,
si traían consigo teléfonos celulares
y cámaras de video de ocho milímetros,
las posibilidades para ser atacados por el ejército
del estado se reducirían, pero ganarían
el apoyo de los estados-nacionales y ciudadanos
del mundo. Y así fue. Al respecto, Alec
Miran, productor ejecutivo en de la CNN en China
en ese entonces, dijo:
La gente se
nos acercaba en las calles y nos decía:
sigan, sigan transmitiendo, porque ellos
no estarán mientras ustedes estén
al aire. Lo cual resultó cierto.
Las tropas entraron cuando apagamos nuestras
cámaras (Keane, 1997).
Finalmente la
masacre de Tiananmen terminó con el deceso
de centenares de estudiantes opositores al régimen
comunista chino, pero lograron crear una macroesfera
pública, mediada por los medios de comunicación,
que tuvo repercusiones importantes en la estructura
social de aquel país y a nivel mundial.
En las últimas
dos décadas, la revolución del
internet, ha fomentado la creación de
redes de macroesferas públicas, propagando
comunidades virtuales que generan debate público
global y regional, y con tres ventajas a comparación
de los medios masivos tradicionales de comunicación:
a) aprovechan la falta de restricciones legales
para generar y distribuir la información,
b) la globalidad informativa y c) la informalidad
de las comunicaciones para emitir sus mensajes
(Ibid.).
El
movimiento Zapatista
Esta
encrucijada mediática se instauró
en México para bien y para mal, con la
apertura de los mercados y con la consolidación
del neoliberalismo en 1994. Lo marcó el
régimen de Carlos Salinas de Gortari,
el cual triunfó simbólicamente
el primero de enero de 1994 con la entrada del
Tratado de Libre Comercio con América
del Norte.
En esa misma
fecha, el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional se levanta en armas. Toma los edificios
de los poderes ejecutivo, legislativo y la iglesia
de San Cristóbal de las Casas, para legitimar
su lucha. Asimismo, trasmite desde Radio
Las Margaritas, que lucha por la justicia
de los pueblos indígenas de México,
de América Latina y del mundo. También
utiliza otros medios de comunicación,
uno, es el periódico El Tiempo,
del periodista y luchador social, Amado Figueroa
Avendaño, del internet y el fax. Con ello
integra y actualiza su discurso de acuerdo a
las exigencias de los nuevos tiempos de la globalización.
El levantamiento
zapatista del primero de enero, lograría
traspasar su mensaje de la esfera local al espacio
público nacional e internacional.
Uno, porque
su discurso tenía un sostén dentro
del contexto nacional: se pedía la justicia
de los pueblos indígenas y dignidad. Y
en 1994, el contexto iba en contra de dichas
exigencias.
Dos, el discurso
atrajo simpatizantes ciudadanos, algunos legisladores,
actores sociales de la clase política,
intelectual y del espectáculo a nivel
nacional e internacional (Ofelia Medina, el grupo
Manu Chao, por ejemplo) .
Tres, algunos
medios locales (como el periódico
El Tiempo y La Jornada en México;
y el periódico electrónico Z
y el Christian Science Monitor,
y la radio pública en Estados Unidos,
y el periódico Le Monde en Francia)
establecieron un vínculo informativo al
explicar y poner en contexto al emergente movimiento
social. Un movimiento que integraba el lenguaje
que exigía la globalización.
Otros medios,
como Televisa y CNN, prefirieron trivializar
el movimiento como un levantamiento de rebeldes
sin causa. Por lo que en sus notas subrayaban
y subrayaban el sex appeal del subcomandante
Marcos. La razón se debía a que
el sex appeal, y no las verdaderas razones
del movimiento (justicia y dignidad para los
pueblos indígenas) dejaba más dinero.
En el resto
de México la resonancia del movimiento
fue inmediata y también sus lecciones.
Por ejemplo, el discurso de las radios comunitarias
urbanas recibe aire fresco tras el levantamiento
del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional en Chiapas. El contenido de su programación
simpatiza con las demandas del EZLN, sobre todo
en cuanto a demandar la situación de pobreza
extrema, desigualdad social y alto desempleo.
En este sentido, su discurso es renuente con
el TLC dado que avizoran en él una solución
a los serios problemas del país.
Un ejemplo fue
la Asamblea de Barrios que comenzó a transmitir
ilegalmente en 1993 a través del transmisor
de un vatio, con una antena colocada en el toldo
de un carro. Así se impulsó la
que después fuera una red de radios libres,
Tele Verdad. Este proyecto que duraría
hasta febrero de 1995, se instaló desde
mediados de octubre de 1994 en la esquina de
Insurgentes y Reforma, pero al mes llegó
el personal de la SCT con la Policía Judicial
y desalojaron las rudimentarias instalaciones6.
Tele Verdad
fue clausurada, pero otras iniciativas se crearon:
Radio Pirata, en Coyoacán, otras
dos radios en San Cristóbal y Guadalupe
Tepeyac, Chiapas, una más del Frente Potosino.
Radio Interferencia (89.3 FM) nace el
19 de febrero de 1995 en San Juan Ixhuatepec,
Estado de México, con el fin de “proponer
alternativas, criterios de juicio y directrices
de acción que exigen las situaciones de
miseria e injusticia que día a día
afrontan (sic) los ciudadanos”7.
Así podemos
mencionar varios ejemplos en los que la radios
comunitarias hicieron sonar a la voz ciudadana,
proyectos a los que también se unieron
organizaciones como la Asociación Mundial
de Radios Comunitarias (AMARC) en 1992, el Centro
Promotor de la Radio Comunitaria en México
(CEPRAC), en 1995, el Centro Nacional de Comunicación
(CENCOS), entre otras (Callejas; Solís,
2005).
Dichos organismos,
vinculados a los movimientos sociales civiles,
defendieron y capacitaron a las radios comunitarias.
Otorgaron, de otra forma, un carácter
institucional a estas radiodifusoras—un
carácter institucional que había
sido saboteado por el gobierno, el cual se dedicó
a negar permisos a estas emisoras para operar.
El estado incurría en negar la participación
ciudadana. ¿Con cuál fin?
Con ningún otro más con el de seguir
marcando las diferencias sociales y mantener
el estatus quo administrado por el sistema político
mexicano heredado por el PRI desde hace 80 años.
Por cierto, al par del nacimiento de la radio.
Aguas
Blancas y Acteal
El
movimiento del EZLN hizo resonancia 1995, pues
en aquellos años se inició una
casería de brujas en contra de cualquier
organización indígena. Esto es
especialmente cierto, una vez que el CISEN—el
organismo de inteligencia mexicana—fue
creado a raíz del levantamiento zapatista.
Aunque la resonancia ocurrió en todo el
país, las más fuertes tuvieron
lugar en Aguas Blancas, Guerrero, y luego en
Acteal, Chiapas.
¿Qué
pasó en Aguas Blancas? El miércoles
28 de junio de 1995, en el vado de Aguas Blancas,
agentes de la policía motorizada y judicial
del estado de Guerrero emboscaron a una camioneta
que transportaba campesinos a Coyuca de Benítez,
que iban a comprar y vender mercancías,
así como a miembros de la Organización
Campesina del Sierra del Sur que pretendían
participar en un mitin en Atoyac de Álvarez.
Los policías acribillaron a los campesinos.
Los sobrevivientes aseguran que los herido fueron
ejecutados con un tiro en la cabeza. Diez y siete
campesinos resultaron muertos. Después
de la matanza los policías colocaron armas
de fuego en las manos de los campesinos muertos
y aseguraron que ellos habían actuado
en legítima defensa8.
El periodista
Ricardo Rocha mostró un video que le llegó
en forma anónima a sus oficinas en su
programa de televisión. La matanza evidenciaba
la inocencia de los indígenas y el abuso
de autoridad. Además, contradecía
a las versiones oficiales. Como resultado, el
gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa,
tuvo que renunciar.
Luego vino Acteal,
1997, Rocha hizo un reportaje sobre otra masacre
de indígenas en Chiapas. En 1999, produjo
una segunda parte del reportaje de Aguas Blancas.
El resultado en esta ocasión, fue un exilio
corto en Nueva York y su salida de Televisa.
Sin embargo,
las dos masacres, Aguas Blancas y Acteal, tuvieron
incidencia en las elecciones del 2000 cuando
el PRI perdió la presidencia. Sobre todo,
estos dos acontecimientos en los que un actor
social (el periodista Ricardo Rocha) y no una
televisora comercial, reconocieron a un movimiento
social indígena.
La huelga
de la UNAM
El
cambio de siglo en México fue ensombrecido
por la huelga en la Universidad Nacional Autónoma
de México. Una huelga que dejó
divisiones muy marcadas entre la misma comunidad
universitaria, en donde al final se había
perdido el objetivo del movimiento. Mas la esencia
del problema nunca se perdió de vista:
una comunidad de 300 mil ciudadanos, la mayoría
jóvenes, quienes protestaban por las limitadas
oportunidades políticas y sociales, entre
ellas el empleo y la desigualdad social.
En tanto el
movimiento estudiantil se dividía, el
Consejo General de Huelga (CGH), el grupo estudiantil
más radical se quedó aislado del
apoyo de otras células sociales. El CGH
se vio en la necesidad de crear la K-Huelga
en la banda FM, para informar y discutir
su postura con la comunidad universitaria. Quizás
el discurso de la emisora pudo haber sido sesgado
y manipulado, pero demostró una vez más
cómo un medio puede ser tan potente dentro
de una comunidad y traspasar las fronteras de
una discusión estudiantil al seno del
debate nacional.
Los
piqueteros
Los efectos
del neoliberalismo—pobreza y crisis financiera—habían
llegado para el año 2000 a Argentina,
pero parecía que el gobierno no se quería
dar cuenta. En cambio pretendía seguir
una paridad del pesos con el dólar uno
a uno. En diciembre del 2000 estalló una
crisis financiera conocida como el corralito.
Entre otras cosas, los ciudadanos no podían
sacar el dinero de los bancos. La gente no tenía
dinero, de un día a otro más del
50 por ciento de la población en Argentina
empobreció. El desempleo creció
hasta más del 20 por ciento, algo jamás
escuchado en el país que había
tenido la clase más estable en toda Latinoamérica.
Las políticas neoliberales que se habían
instaurado en la época de Menem en los
noventa surtieron un efecto que terminó
en un movimiento social a nivel nacional.
Lo único
con lo que sí podía contar Argentina,
era con una ciudadanía organizada a través
de asambleas de barrios, sobre todo en el sur
y oeste de Buenos Aires. Los vecinos se organizaron
y salieron a las calles como respuesta de las
medidas financieras tomadas por el gobierno.
Marcharon haciendo ruidos con cacerolas como
señal simbólica de su malestar.
Este fenómeno rápidamente, identificado
por los medios como los cacerolazos,
adquirió una dimensión política
y presencia mediática nacional e internacional.
La presión civil hizo dimitir a cinco
presidentes de la República en una semana.
El pacto con los medios de comunicación
fue inminente.
Telesur
No se puede
entender un movimiento social en América
Latina en la era del capitalismo global sin la
participación de los medios masivos. Por
eso han sido exitosos desde Argentina hasta Alaska.
Los movimientos han dejado muchas muertes, pero
han sido consistentes en demandar la desigualdad
social y desempleo que ha traído consigo
el neoliberalismo.
Incluso algunos
movimientos se han institucionalizado, uniendo
propuestas de gobiernos multinacionales como
contrapeso al discurso neoliberal. Un ejemplo,
es la creación del canal Telesur, iniciativa
de los estados de Venezuela, Uruguay, Brasil
y Argentina. Inició operaciones en 24
de julio del 2004, y tiene como objetivo fomentar
la integración de los países latinoamericanos,
decir la verdad, y mejorar la calidad de vida
de los ciudadanos9.
El objetivo entre líneas es contar la
historia de América Latina desde América
Latina y no desde CNN, en Atlanta. Por cierto,
¿dónde quedó el gobierno
de México en este proyecto? En ningún
lado, quizá preparando el evento Celebremos
México, el cual tuvo lugar en el
Palacio de las Bellas Artes en septiembre pasado.
Los
cocaleros
A principios
del siglo, Evo Morales, el líder del movimiento
de los indígenas Aymará bolivianos
sorprendió al mundo por sus propuestas
radicales. Hicieron huelgas nacionales y atrajeron
la atención y crearon tensión en
América Latina y occidente. El movimiento
de los cocaleros pedía justicia para los
pueblos indígenas y proponía la
nacionalización de la industria del gas
natural10.
Las propuestas
eran bastante radicales, sobre todo porque se
contraponían a la lógica del libre
mercado. El movimiento social de los cocaleros
cobró auge y visibilidad internacional.
De ser un movimiento rebelde se convirtió
en un movimiento civil, que luego logró
institucionalidad en el 2005 cuando Evo Morales
asume el poder.
Este primero
de mayo, Morales nacionaliza la industria del
gas natural. El discurso antineoliberal se cristalizó
con este hecho.
Pasta
de Conchos, Lázaro Cárdenas, San
Mateo Atenco
México
está plagado de movimientos sociales,
pero todo pareciera como si nadie los viéramos.
Sólo sus simpatizantes.
1. El 19 de
febrero pasado, 65 mineros murieron asfixiados
en las minas de Pasta de Conchos, municipio de
San Juan de Sabinas Coahuila, pertenecientes
al Grupo México e Industrial Minera México.
2. El 20 de
abril, dos mineros mueren y 41 son lesionados,
dos de ellos de gravedad. Fue el saldo que dejó
el desalojo efectuado por 800 policías
federales y estatales contra aproximadamente
500 trabajadores que se mantenían en huelga
desde el 2 de abril en la empresa Siderúrgica
Lázaro Cárdenas, Las Truchas (Sicartsa),
Michoacán11.
3. El 3 de mayo,
la policía municipal de Texcoco se enfrenta
a comerciantes ambulantes integrantes del Frente
de Pueblos Unidos en Defensa de la Tierra, a
los que pretendía desalojar del mercado
Belisario Domínguez. Como resultado de
la gresca 12 agentes de Seguridad Pública
resultan heridos, tres de ellos con arma blanca12.
El mismo día, debido a los enfrentamientos,
el delegado Cero, el subcomandante Marcos, declara
alerta roja en la plaza de Zacatenco, en el DF.
Sin embargo,
4. El 29 de
abril, se anuncia que la banca ganó 13
mil, 163 millones en el primer trimestre del
año. La banca paga a ahorradores el 2
por ciento y cobra a deudores hasta 40 por ciento,
como en las tarjetas de crédito.
Hace seis años,
los ciudadanos mexicanos salvamos a estos bancos
de la quiebra.
Estas cuatro
son razones sustanciales por las que los movimientos
sociales en América Latina siguen y seguirán
creciendo.
Las
venas abiertas de América Latina
América
Latina continúa siendo una región
dinámica no obstante el letargo feudalismo
y la sociedad de castas que la conforman.
A pesar de los
admirables movimientos sociales, el neoliberalismo
parece que ha llegado para quedarse con toda
una lógica y un lenguaje en el que, llama
al imperialismo
globalización; las víctimas del
imperialismo se llaman países en vías
de desarrollo ... ; el oportunismo se llama
pragmatismo; la traición se llama realismo;
los pobres se llaman carentes, o carenciados,
o personas de escasos recursos;
la expulsión de niños pobres por
el sistema educativo se conoce bajo el nombre
de deserción escolar; el derecho del
patrón a despedir al obrero sin indemnización
ni explicación se llama flexibilización
del mercado laboral; ...
en lugar de dictadura militar, se dice proceso;
las torturas se llaman apremios ilegales, o
también presiones físicas y sicológicas...
...Se llama
Paz y Justicia el grupo paramilitar que, en
1997, acribilló por la espalda a cuarenta
y cinco campesinos, casi todos mujeres y niños,
mientras rezaban en una iglesia del pueblo de
Acteal en Chiapas.... (Galeano, 2000).
Cuando entré
al Colegio de Ciencias y Humanidades en 1986,
aprendí también del historiador
Eduardo Galeano (1982: 435-436), que:
La causa nacional
de Latinoamérica es, ante todo, una causa
social: para que América Latina pueda
nacer de nuevo, habrá que empezar por
derribar a sus dueños, país por
país. Se abren tiempos de rebelión
y de cambio. Hay quienes creen que el destino
descansa en las rodillas de los dioses, pero
la verdad es que trabaja, como desafío
candente, sobre las conciencias de los hombres.
Veinte años
después, aún concibo lo que aprendí.
¿Cuál
es el papel del Estado, sociedad civil, clase
política y empresarial, ciudadanos, y
medios de comunicación, para realizar
un pacto ético y civil en la encrucijada
del neoliberalismo?
Promover el
cambio social desde lo cotidiano, porque es desde
las relaciones cotidianas donde se conforma una
comunicación alternativa a la que nos
impone esta lógica de vida que se llama
neoliberalismo.
Existen ejemplos
loables en América Latina, cuyo discurso
poético describe nuestra vida cotidiana
llena de injusticia social, abuso a la libertad
de expresión y a los derechos humanos.
Denuncian la falta de empleo y crecimiento económico
y proponen una forma de comunicación horizontal
basada en respeto y amor al otro. Uno de ellos,
es el que canta el grupo Manu Chao.
Notas:
1
Revisar “Sensenbrenner, molesto por posible
amnistía a migrantes”, en La Jornada,
martes 2 de mayo del 2006.
2 Recordemos
qué es el neoliberalismo: es un modelo
político y económico que es el
eje del capitalismo global. En el neoliberalismo,
los estados limitan su participación en
los asuntos públicos, y los dejan en manos
de la clase empresarial, sobre todo, las grandes
corporaciones internacionales. De modo que, estas
grandes empresas como Microsoft del americano
Bill Gates, o Telmex de Carlos Slim, tienen mayor
incidencia en los asuntos de la vida social.
4 Habría
que realizar un análisis más exhaustivo
sobre su papel en este movimiento social, y si
su programa seguirá un cause diferente
más allá del decir bromas pesadas.
5 Las macroesferas
públicas se conforman por miles de millones
de personas que debaten en un espacio supranacional
y global de poder. Las firmas internacionales
de comunicación masiva, como CNN, Sony,
ABC, Time Warner, son los protagonistas en las
mesoesferas. Estas empresas realizan negocios
globales sin tener que enfrentar los derechos
de autor, a menudo pueden evadir la legislación
de algún estado-nación. Generalmente
son manejadas por un pequeño grupo de
personas, para quien trabajan personal especializado
de varias partes del mundo.
6
Cfr. Reyes, Rosario (1996), “La radio
alternativa”, columna “Otras ondas”,
en El Financiero, México.
7 Volante mimeografiado,
13 de mayo de 1996.
8 Información
tomada de la página de internet: <http://www.patriagrande.net/mexico/aguas.blancas/index.html>
9 Tomado del
periódico La Jornada: Arranca Telesur
en busca de un nuevo orden de comunicación
internacional, 25 de julio del 2005.
10 Cabe notar
que Bolivia es uno de los países en el
mundo con mayores reservas de gas natural.
11 Tomado
de La Jornada, viernes 21 de abril del
2006.
12 Tomado
de La Jornada, miércoles 3 de
mayo del 2006.
13 Tomado
de La Jornada, sábado 29 de abril
del 2006.
Referencias:
Cornejo, Portugal, Inés,
Apuntes para una historia de la radio indigenista,
México, Fundación Manuel Buendía,
2002.
Galeano, Eduardo, Patas arriba. La escuela
del mundo al revés, 5a ed., Buenos
Aires, 2000.
--------, Las venas abiertas de América
Latina, Siglo XXI editores, 33 ed., México,
1982
Hallin, David, We Keep America on Top of
the World, Routledge, NY, 1994.
Keane, John, Transformaciones estructurales de
la esfera pública, en Estudios sociológicos,
enero-abril 1997.
La Jornada, “Arranca Telesur en busca de
un nuevo orden de comunicación internacional”,
en La Jornada, sección El mundo,
lunes 25 de julio del 2005.
Deja 2 muertos y más de 40 heridos desalojo
de mineros en Michoacán, en La Jornada,
viernes 21 de abril del 2006.
Guerra en Texcoco-Atenco. El desalojo de floricultores
en un mercado desata cruenta batalla, en La
Jornada, miércoles 3 de mayo del
2006.
Ganó la banca $13,163 millones en el primer
trimestre del año, en La Jornada,
sábado 29 de abril del 2006.
Martell, Lenin, Un viaje por el cuadrante
público norteamericano, tesis, UNAM,
1997.
Martín-Barbero, Jesús, De los
medios a las mediaciones. Comunicación,
cultura y hegemonía, 3ª ed.,
Gili, México, 1993.
Sensenbrenner, molesto por posible amnistía
a migrantes, en La Jornada, martes 2
de mayo del 2006.
<http://www.patriagrande.net/mexico/aguas.blancas/index.html>
Lenin
Martell Gámez
Profesor-investigador, Facultad de Ciencias Políticas
de la Universidad Nacional
Autónoma de México, México. |