Por Marta de Arévalo
Número
51
Cuando
el roce de tu ala
me parte el corazón,
en locura de luz resplandeciente
has de gozar mis zumos, Soñador.
Qué
locura suspendida de alma en Alma,
enraizados tu agua pura y mi candor,
con tu luz de siempreviva ya en mi frente
en la fuente primitiva del Amor!
Qué
dorados siderales de campanas
y qué salmos en celeste radiación!
Otra vez tu polvo cósmico en mi mano
enguantará de oro mi dolor.
Y andaré
tu mariposa para siempre
sin mi límite de arcilla, en ascensión,
destilada por tu luz de Luz Viviente,
convertida en una gota de Tu amor.
Marta
de Arévalo
Escritora, Uruguay. |