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Por Martha García,
Carmen Olvera y Julio Flores
Número
54
Por
mucho tiempo excluida, la comunicación
en el aula es una área muy importante
para reflexionar y actuar. Difícilmente
es concebible la acción educativa sin
un docente y un alumno, por eso consideramos
necesario revisar las relaciones que se establecen
entre ellos, no sólo el vínculo
educativo, sino también el comunicativo.
Hay autores que consideran al hombre como un
ser social, productor y agente de relaciones
que elabora gradualmente informaciones y busca
y descubre otras más. El vínculo
entre los conceptos de educación y comunicación
debe analizarse a partir de que la educación
es un fenómeno social que implica relaciones
de enseñanza-aprendizaje (Meléndez,
1985). La comunicación interpersonal e
intermedia es característica del ámbito
escolar puesto que los participantes se relacionan
cara a cara y comparten cierta finalidad. Sin
embargo, la bidireccionalidad en la comunicación
no es sólo una cuestión entre dos
personalidades, es también un proceso
de comunicación interna.
Cuando el alumno
logra expresar una idea de modo que otros puedan
comprenderla es cuando él mismo la aprende
y la comprende verdaderamente, es lo que ahora
llamamos internalización de la cognición
para llegar a la metacognición.
Es un reto evitar
las clases expositivas (resultan cómodas
para el docente aún cuando ha sido asesorado
y capacitado), la pobreza expresiva (no tienen
vocabulario ni expresiones adecuadas para un
lenguaje cotidiano) y la incapacidad de entusiasmo
en el aula (sólo se entusiasman fuera
del aula y en otros espacios en general) (Prieto
C. 1994). El sistema tradicional es desolador,
es triste. Revisar las sugerencias y atenderlas
como reto debiera ser lo más importante
pues es donde podemos aprovechar la oportunidad.
Los estudiantes no encuentran elementos suficientemente
relevantes en sus escuelas, lo que explica su
alto porcentaje de fracaso (Pérez, 2000).
La comunicación
entre docentes es necesaria pues su relación
refleja en el mundo escolar la percepción
de los otros sistemas sociales: la cordialidad,
afecto, tolerancia y disposición deben
reflejarse en su actitud diaria frente a los
jóvenes. Aquí aparece la renovación
o actualización como un nuevo camino que
abre la posibilidad de combatir el desconcierto
del profesor al permitirle el ensayo de innovaciones
(Samarrona, 1988)
Los alumnos
y docentes son emisores y después perceptores
de mensajes y tienen como fin común su
formación escolar en los distintos niveles.
El aprendizaje se da cuando existe un cambio
de conducta significativo que resulta de la interacción
del emisor y el perceptor en el intento por la
apropiación del conocimiento (Santoyo,
1981). La educación, más que un
espacio de aprendizaje, se ha convertido en un
proceso que caracteriza a los individuos de igual
manera, sin atender sus diferencias y características
peculiares, deben estar procesando la información
y regulando metas controladas en los distintos
niveles. La enseñanza homogeneizada no
requiere que el estudiante hable y exprese un
pensamiento propio (Kaplún, 1998).
Para dicho autor
la educación busca transformar y es el
contexto social quien lo condiciona, por ello
es necesario revisar el contexto y ello nos ayudará
a definir el área que requiere de nuestra
intervención como docentes. La educación
debe ser el eje de la revolución interna
del concepto mismo.
Dentro del contexto
aparecen las tecnologías en el aula, la
televisión, Internet, los periódicos
y medios masivos. Con la aparición de
la sociedad de información las fuentes
del saber se multiplicaron, la transformación
ha afectado a muchos estudiosos. La capacidad
de la escuela de mantener a los estudiantes en
un ámbito controlado de educación
y aprendizaje resistente al mundo exterior ha
declinado. Las tecnologías las manejan
más los alumnos que los docentes y entonces
son los maestros quienes se apoyan en el trabajo
de sus alumnos, no son creativos ni aceptan el
reto de sus aprendizajes. La televisión
es un aparato que no permite la interacción
y por ser una empresa comercial lo que busca
es ser vista, no educar, educar no es negocio,
al menos no como el que ahora se presenta saturado
de propaganda comercial y que capta auditorio
con programaciones de entretenimiento y distracción
que le permitan a su público alejarse
de su problemática realidad.
La tendencia
deberá ser hacia un nuevo concepto de
comunicación no monopolizado. La influencia
de los medios y el encanto de atracción
que produce en los adolescentes es asombrosa
considerando la cantidad de actividades y tareas
que pudieran realizar, los absorbe y entretiene
durante largos lapsos de tiempo que ninguna otra
actividad los retiene, se desconectan de su situación
real para desarrollarse sobre todo en una situación
virtual dada la falta de motivación por
las instituciones y la poca atención y
comunicación con los miembros de su familia.
La reflexión y reconsideración
de estos ambientes debieran revisarse y discutirse
para crear intencionalmente momentos de comentarios
e intercambios de ideas.
Internet es
el medio actual de comunicación en donde
encuentras toda la información que desees
y que puedes reproducir y ajustar a tus necesidades,
la velocidad con la que se registran materiales
electrónicos actualizados y recientes
ha superado la imaginación de adultos.
Revistas y periódicos también tienen
una tendencia meramente comercial, sólo
que la palabra impresa expresa situaciones con
mayor objetividad pudiéndose comparar
con otras publicaciones. Los libros están
perdiendo valor por la cantidad de publicaciones
electrónicas a las que se puede acceder
y probablemente tienda a perderse, ello implica
actualización de quien lo requiera pero
dentro de la escuela tratando de impulsar el
verdadero hábito de la lectura.
No hay que olvidar
que gracias al lenguaje podemos expresar las
experiencias que darán lugar a un nuevo
estilo de vida, diferente, innovador o en el
otro extremo, pasivo y desolador.
Se considera que la comunicación con los
jóvenes es básica para la construcción
del concepto de sí mismo; es la vía
por la cual, el adolescente crea ese concepto
y comprende el valor que como persona tiene (Cubero,
2004). Sentirse reconocido por el entorno, es
importante para la formación de la identidad
personal, por lo que de la calidad de las relaciones
primarias depende, en gran parte, cómo
se percibe y considera a sí mismo el individuo
posteriormente, y cómo mira el mundo que
lo rodea.
Crear el entorno
necesario y formar esa conciencia en los docentes
es un reto en la vida diaria, fácilmente
cae (la mayoría) en un juego de palabras,
lucha verbal y por supuesto, el docente como
adulto domina la situación pues el adolescente
se sabe derrotado ante una autoridad. Son los
jóvenes que por características
de su edad manifiestan constantemente injusticias
y abuso a sus derechos como estudiantes de una
institución, discuten y argumentan muchas
veces sin razón o manejando sólo
la parte de la situación que les conviene,
no es fácil un diálogo con respeto
a las ideas expresadas y menos aún la
libertad para manifestarse. Si el adulto, que
es el docente, reflexiona acerca de esta situación
y cada vez que entabla diálogo con los
adolescentes cobra conciencia y control de sus
frases verbales y actitudes corporales, con toda
la intención de atender la manifestación
expresada y revisando rápidamente el contexto
en que se está realizando, considero que
se avanzará en ese proceso. La comunicación
cordial, de entendimiento y tolerancia debe procurarse
en las aulas, el docente deberá ser perceptivo
a la razón de enojo o disgusto de quien
le aborda en tal estado emocional, de otro modo
la mente del joven trabajará con un distractor
que impedirá se involucre en el trabajo
del aula, el motivo de su presencia en una institución
educativa. La comunicación contradictoria
y el monólogo son un problema con los
adolescentes pues los dobles mensajes desconciertan
al que recibe información provocando poca
credibilidad o angustia, generan confusión
y provocan reacciones de indisciplina, preocupación
de todos los que participan en los centros educativos.
La disciplina
y el ambiente de aprendizaje educacional deberían
comenzar con la interacción entre el docente
y sus alumnos. El docente en grados básicos
está en inmejorables condiciones para
sentar las bases de actitudes positivas sobre
las cuales se puede edificar la futura educación
de cada uno de ellos o de otro modo, llenará
de indiferencia y menosprecio su labor cotidiana.
No podemos satisfacer
todos los requerimientos y demandas de los adolescentes,
se requiere priorizar, negociar y tomar decisiones,
esa será la verdadera labor del docente,
favorecer el desarrollo de estos procesos reflexivos
en el aula, dentro de una convivencia armónica.
Los estilos de comunicación breves, explicativos
y cordiales son los que mejores resultados presentan
en la interacción maestro-alumno (Dobson,
1976)
El trabajo educativo
no se limita a información y a actividades
dentro de la institución, es una labor
que trascenderá cuando nuestros alumnos
ya formados egresen y participen activamente
en nuestra sociedad, desarrollándola para
la aplicación de la teoría escolar
en nuevos ambientes.
En el transcurso
de las actividades cotidianas los alumnos de
secundaria presentan elementos familiares y del
ambiente en que han crecido. Su identidad requiere
relevancia cuando las bromas, apodos y algunas
conductas se manifiestan en el aula, es la oportunidad
de compartir algo con sus amigos y compañeros.
Se expresan así porque ese es su contexto
natural, parece entonces que la institución
educativa es rebasada por lo aprendido en la
calle o en la familia, aquí es donde se
“atreven” a manifestarlo y algunos
más, al resultarles atractivo, comienzan
a imitar las expresiones y actitudes de otros
para ser incorporados y aceptados en esos nuevos
ambientes. Es cierto que la violencia entra en
las salas de clase generalmente con sus raíces
de casa, pero a este respecto, los adultos docentes
no estamos preparados para enseñar a nuestros
jóvenes a resolver sus conflictos pacíficamente,
no propiciamos el diálogo con respeto
y tolerancia pues ante estas situaciones generalmente
intervenimos y violentamente imponemos el orden,
hacemos un monólogo y escuchamos después
(Covarrubias, 2000).
El rendimiento
de los alumnos, su proceso de integración
a través de la comunicación, su
formación para el trabajo, así
como el análisis de roles no se dan con
una técnica escrita, es un proceso que
se va logrando y que recae principalmente en
el docente pues es quien elaborará los
medios y momentos para alcanzar la disposición
de los jóvenes.
No todas las
personas tendrán que ser expertas en comunicación,
sin embargo, es necesario considerar que todas
las personas involucradas en el ambiente educativo
tienen la obligación e innegable responsabilidad
de dedicar tiempo a la reflexión sobre
la conducta personal, de manera que la percepción
de quienes con el docente tienen contacto sea
clara y positiva, teniendo un ejemplo de actitud
a seguir. Tienen también el compromiso
de organizarse en mesas de reflexión acerca
de la docencia en general y del ambiente de comunicación
que en conjunto crean juntos en la institución.
Referencias:
- Dobson, J.:
Atrévete a disciplinar. Florida:
Editorial Vida, 1990
- Kaplún, Mario: Una Pedagogía
de la Comunicación. Del Educando oyente
al educando hablante. Madrid, Ediciones
De la Torre, 1998.
- Meléndez Crespo, Ana: La Educación
y la Comunicación en México. La
Comunicación Educativa, México,
Cosnet, 1985.
- Pérez Tornero, José Manuel: Comunicación
y educación en la sociedad de la información.
Nuevos lenguajes y conciencia crítica.
España, Ed.Paidós Ibérica,
2000
- Prieto Castillo, Daniel: La pasión
por el discurso Cartas a los estudiantes de comunicación,
México, Edit. Coyoacán, 1994
- Santoyo, Rafael: Algunas reflexiones sobre
la coordinación de grupos de aprendizaje.
En Perfiles Educativos No. 11, CISE-UNAM,
México, 1981.
- Samarrona, J.: El estado actual de la Comunicación
Educativa y de lo alternativo. Alternativas,
Año VI, número 8, Tandil, CPE
- Samarrona, J.: Comunicación y educación,
Barcelona, Ed. Ceac, 1988
Electrónicas:
- Covarrubias Guerrero, G.: La violencia escolar.
Revista Informática Educativa de la
Corporación Mundial del Prado, Santiago
de Chile, 2000.
<http://contexto-educativo.com>
- Cubero Venegas, Carmen María: La disciplina
en el aula: Reflexiones en torno a
los procesos de comunicación. INIE Instituto
de Investigación en Educación,
Costa
Rica, 2004. <http://inie.ucr.ac.cr>
Profa.
Martha Lilia García Torres
Profa.
Carmen Olvera Vega
Prof.
Julio César Flores Ramírez
Docentes de Educación Secundaria, México,
D.F., México |