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Por Jordi Alberich y María
Luisa Cárdenas
Número
55
Históricamente,
los medios de comunicación de masas han
ido buscando (y encontrando) su lugar entre los
receptores. Cada uno de ellos (prensa, radio,
TV, …) ha implementado vías y estrategias
diversas para adaptarse a las múltiples
demandas que les presentan sus públicos
a diario, cuyas exigencias, como sabemos, dependen
de muy diversos factores: de la urgencia por
conocer los acontecimientos, de la profundidad
que precisen en su tratamiento, de su preferencia
por disponer de imágenes en movimiento,
o incluso –más recientemente- de
su satisfacción por interactuar con los
mismos periodistas o protagonistas de los eventos.
Los medios de
comunicación se ven condicionados y encaminados
-en su constante e incansable búsqueda
de adeptos-, a diseñar y desarrollar productos
originales y diferentes, nuevas alternativas
que los hagan cada día más atractivos
para el gran público. Un capítulo
reciente, de máxima representatividad
en este sentido, lo encontramos sin duda en la
convivencia contemporánea del (viejo)
periodismo impreso con el (nuevo) periodismo
digital en el seno la Sociedad de la información
actual.
Aunque, de acuerdo
con la historia y la evolución de los
medios de comunicación modernos, la aparición
de un nuevo medio de comunicación no provoca
la extinción de los ya existentes, su
surgimiento origina sin duda un proceso de desplazamiento,
redefinición y reidentificación
de los ya existentes al nuevo escenario comunicativo.
La implementación creciente de las nuevas
tecnologías de la información y
la comunicación en nuestra sociedad está
implicando sin duda importantes cambios en la
definición e identidad del conjunto de
los medios de comunicación existentes.
Viéndolo
con perspectiva histórica, observamos
una y otra vez como los nuevos medios han
convivido con los viejos medios, aunque
obligando a estos últimos a buscar de
forma renovada su lugar entre los receptores1.
Con la llegada de Internet asistimos hoy al capítulo
más reciente de este proceso. Pese a que
los más catastrofistas piensan que puede
ser el fin definitivo de los diarios impresos,
éstos se defienden y ofrecen nuevas alternativas
a diario. De hecho, hasta el momento se mantienen
e incluso siguen creciendo tanto las cabeceras
como los lectores2.
La redefinición
y actualización de la prensa a la que
hoy asistimos ha empujado ésta al uso
y exploración de nuevos recursos y estrategias.
El nuevo periodismo impreso ha cambiado la presentación
de sus contenidos, ha pasado de unos textos impregnados
del estilo informativo a otro más profundo
y elaborado, el denominado estilo interpretativo.
También ha buscado nuevos temas y ha humanizado
sus contenidos, haciendo a los ciudadanos protagonistas
de las noticias. Para todo ello requiere de profesionales
expertos en el uso, gestión y tratamiento
de la información y de la acción
comunicación, tanto para el análisis
como para una perfecta elaboración y redacción
de sus contenidos.
Con la irrupción
de la radio ya los periódicos sufrieron
la primera gran rivalidad, las noticias se ofrecían
ahora de forma inmediata y deslocalizada, y contra
esto la prensa no podía competir. La expansión
de la televisión en los años sesenta
dificultó aún más su supervivencia.
Gracias, entre otros recursos, al uso del estilo
interpretativo la prensa no desapareció
como se esperaba, “sino que los medios
audiovisuales prosperaron aprovechando sus características,
principalmente la inmediatez, mientras que los
periódicos se hacían fuertes en
la explicación, el contexto, el complemento
de la noticia”3.
Con la aparición
de Internet en la década de los noventa,
el problema vuelve a presentarse, y la prensa
sigue defendiéndose, buscando y encontrando
de forma renovada su lugar en el conjunto de
la mediasfera contemporánea.
Este será precisamente nuestro objetivo,
radiografiar qué cambios están
teniendo los periódicos y diagnosticar
cuáles deberían experimentar para
competir con este nuevo medio, señalando
las transformaciones que presenta el nuevo periodismo
impreso, en ocasiones de forma exclusiva, y en
otros casos por imitación o inspiración
en las nuevas dimensiones comunicativas que abre
Internet.
Reflexión,
profundidad y análisis
Los
distintos soportes informativos establecen un
estilo acorde al medio, cada uno requiere del
suyo propio. En la televisión, con un
dominante y cada vez mayor carácter espectacular,
se impone la imagen. En la radio va a primar
la inmediatez, mientras que los diarios digitales
harán uso hoy de las dos características
antes citadas: imagen y rapidez. Sin embargo,
en los medios impresos se buscará la reflexión,
la profundidad y el análisis4
como elementos diferenciadores.
A lo largo de
la historia, el estilo y estrategias periodísticas
usadas por los diarios impresos han estado en
consonancia con las condiciones sociales de su
época. Pese a que hoy resulte habitual
hablar de homogeneidad -por encima de diversidades
culturales, políticas o históricas-
cuando nos referimos al periodismo actual, por
supuesto esto no siempre fue así. Mientras
que en Estados Unidos los periódicos siempre
se ocuparon de informar, en Europa, hasta la
I Guerra Mundial, tuvieron una preocupación
ideológica, estaban en manos de los grupos
más sensibilizados políticamente,
“actuaban como tribuna y acicate de tertulias
de elites políticas e intelectuales. Costumbrismo,
crítica social y literaria animaron el
crecimiento y desarrollo de firmas con notables
cualidades literarias”5.
A medida que nos adentrábamos en el siglo
XX, la sociedad fue tomando conciencia de que
la información veraz y rigurosa era esencial
para avanzar en libertad.
Será
a partir de la segunda mitad del recién
concluido siglo cuando comiencen a multiplicarse
los canales de difusión. Los medios audiovisuales
van a dar lugar a una nueva asignación
de roles6.
Primero la radio, y sobre todo la nueva era de
la televisión, inaugurarán un espacio
comunicativo dominado por la velocidad y la espectacularización,
reasignando así el lugar y sentido del
resto de medios de comunicación, en especial
el de la prensa.
Los periódicos
no se limitarán ya a contar las noticias,
su misión será explicarlas. Ello
no quiere decir que hayan desaparecido el resto
de géneros. Lo que ocurre es que los periódicos
presentarán de otro modo los contenidos,
la información pura sólo se utilizará
para temas menos relevantes y tratados con menor
profundidad. El lector necesita conocer el porqué
de los hechos y el periodista impreso ha de explicárselo,
dando así lugar a una nueva narrativa
periodística representada a través
de los géneros interpretativos.
La noticia como
mera nota informativa no requiere de un amplio
conocimiento del tema que se aborda, basta con
que el periodista tenga un buen dominio de su
estructura, una mente organizada y capacidad
para sintetizar. La dificultad la localizamos
en los géneros interpretativos, donde
es necesario que el profesional que los aborde
tenga conocimientos suficientes para poder medir
las dimensiones de los acontecimientos. El lector
precisa que el periodismo impreso le ofrezca
tanto los antecedentes del suceso, como los datos
actuales y sus posibles consecuencias.
El objetivo
final de la información interpretativa
será relacionar un hecho que acaba de
producirse con otros simultáneos o anteriores,
e incluso con acontecimientos que pueden suceder
en un futuro. Para que esto sea posible se requiere
de la figura de un periodista hermeneuta, que
explique lo ocurrido y dé lugar a una
interpretación de los hechos. “Por
ser el mundo moderno tan complicado y difícil
de entender, se ha vuelto necesario no sólo
informar acerca de las noticias, sino de explicarlas
e interpretarlas”7.
La interpretación, no ha de entenderse
como un género periodístico sino
como un enfoque del propio proceso informativo,
es una forma de tratar la información.
De hecho, en la actualidad, desde la noticia,
pasando por la entrevista y finalizando en la
crónica y el reportaje hacen uso de sus
técnicas.
Como bien dibuja
Sanmartín8,
en el proceso informativo cabe establecer un
triple nivel: en primer lugar se ubican los datos
sobre los que se asientan los hechos noticiosos,
es la parte objetiva del relato. La noticia puede
detenerse en esta fase y aquí se ubican
los géneros informativos, pero también
pueden progresar hasta el segundo nivel, que
sería el interpretativo o explicativo.
En él se profundiza aún más
en los datos ofrecidos, de este modo la información
resulta mucho más completa, además
se añaden deducciones lógicas de
los datos aportados y explicitados. En el tercer
nivel se sitúan los géneros de
opinión, en los que se narran las ideas
que suscitan los temas de actualidad en el redactor,
sujetas éstas a factores subjetivos como
la ideología, los prejuicios o los intereses.
Las normas de
la redacción periodística marcan
que el periodismo de opinión esté
claramente diferenciado del interpretativo, aunque
es bien cierto que en ocasiones resulta muy difícil
establecer la frontera. Como bien expresa Bezunartea,
la interpretación aporta un gran compromiso,
ya que no sólo porta los datos sino el
significado: ella nos dará la clave para
comprender mejor lo que ocurre. En la actualidad,
y de forma creciente, somos testigos de cómo
el periodismo impreso contemporáneo extiende
la interpretación a todas sus páginas,
y como veíamos anteriormente, contaminando
a todos los géneros.
Limitaciones
de espacio y tiempo en la red
La interpretación
se ha convertido en la estrategia básica
de readaptación de los periódicos
impresos al nuevo escenario comunicativo digital.
Frente a la competencia creciente de los periódicos
digitales y del resto de medios de información
y comunicación digital, el periodismo
impreso presenta y opone su mayor capacidad de
profundización e interpretación,
gracias entre otros motivos, a no estar sometido
a las limitaciones y dificultades que aún
hoy ofrecen las pantallas y los sistemas multiplataforma
para presentar cantidades importantes de información.
Los periódicos
y medios digitales presentan la dificultad de
no poder ofrecer fácilmente textos extensos,
debido a los límites de la pantalla del
ordenador, que dificultan visualizar más
de unas 25 líneas de texto simultáneamente9,
imponiendo así una restricción
al periodista que opta por documentos amplios.
En prensa digital resulta habitual recomendar
el uso y publicación preferente de textos
breves, pues sus lectores prefieren la utilización
de enlaces al uso de barras de desplazamiento.
Pasar de pantalla implica pasar de idea. Aunque
el redactor pueda incluir, si lo desea, dos o
más ideas en cada pantalla, éstas
no deben tener continuidad plena en la siguiente,
pues la naturaleza no-lineal de todo hipertexto
electrónico, favorece que el lector pierda
la razón continuidad y deba volver atrás
para no perder el sentido de lo que está
leyendo. Todo ello, además de resultar
molesto, puede potenciar el abandono. Igualmente,
en prensa digital también resulta habitual
recomendar que en la primera pantalla quede reflejada
la longitud del texto, ya que el usuario de la
red la desconoce (aunque exige), hecho que no
ocurre en el soporte papel donde se puede ver
y comprobar con mucha más facilidad10.
Todo esto viene
a demostrar que, como medio informativo, la red
difícilmente ofrece amplias informaciones
de actualidad, en ella prima la inmediatez, o
bien una profundidad siempre fraccionada en temas
enlazados a través de enlaces sucesivos.
Contrariamente, en los periódicos impresos
la lectura deviene más cómoda y
dúctil, posibilitando abandonar la lectura
y retomarla sin condiciones ni limitaciones técnicas
de conexión, de batería, o de navegación.
Como puede observarse,
frente a la inmediatez que ofrece el medio digital,
los medios impresos presentan otras alternativas
que lo distinguen del resto. En ellos se impondrá
el análisis del acontecimiento, y además
la reflexión no tendrá la caducidad
de la información instantánea fundamentada
en información de datos, siempre ampliables
o rectificables. En Internet, pese a su brutal
disposición de espacio -aunque fraccionado-,
para la publicación de la información,
lamentablemente, carece en demasiadas ocasiones
del tiempo necesario para el análisis
e interpretación adecuada de la misma.
La redefinición
de los géneros periodísticos
El nuevo
escenario comunicativo que supone la aparición
de la prensa digital en la actual sociedad de
la información redefine el uso de los
géneros periodísticos convencionales.
Autores como Mike Ward11,
expresan que la estructura tradicional de la
noticia, la conocida pirámide invertida
en la que se desarrolla la información
de mayor a menor importancia, concibiéndola
en un bloque sólido de secciones engarzadas,
presenta un problema para su difusión
en Internet. Para ello proponen desmantelar la
pirámide y dividir en secciones las distintas
temáticas de la noticia. De esta forma
se consigue hacer textos más cortos, que
no obliguen a utilizar la barra de desplazamiento.
En los géneros
que requieren tradicionalmente una mayor extensión,
el periodista habrá de buscar soluciones,
porque su lectura se vuelve más complicada,
así ocurre con el reportaje, la entrevista
y la crónica. Para combatir las limitaciones
de espacio, como todos sabemos, se ofrecen otras
alternativas consistentes en despiezar el texto
matriz y conectarlo con los distintos fragmentos
por medio de enlaces (links). La lectura no será
secuencial lo que dará lugar a otra forma
de presentarse los géneros tradicionales.
Asimismo, como expresa María Teresa Sandoval12,
ello puede crear demasiados fragmentos y causar
confusión en el lector cuando navega por
las secciones.
La profundización,
el análisis y el tempo tradicional,
propio de las redacciones de prensa impresa,
se oponen a la mecanización de la inmediatez
información (hoy) demasiado habitual en
el periodismo digital. Conviene recordar una
vez más como, sin duda, “en las
salas de redacción hace falta la pausa
en medio del vértigo (…). Contar
la realidad desde su propia experiencia, dejar
el confort de la oficina, hacer al lado el teléfono,
gastar las suelas de los zapatos mientras perciben
todo lo sorprendente y novedoso de lo que ocurre
cotidianamente en las calles”13.
En demasiadas
ocasiones el periodismo digital ofrece noticias
resumen de lo acontecido sin ahondar ni valorar
los hechos. Fórmula que aplican repetitivamente
en la actualidad algunos diarios digitales y
numerosos periódicos gratuitos. Este sistema
aún se agrava más con la creciente
deshumanización en la redacción
de la información, es decir cuando a esto
se le suma que ni siquiera un redactor escribe
la noticia.
Este es el caso
de Thomson Financial, una empresa financiera
estadounidense que utiliza desde marzo del 2006
un software que elabora noticias económicas
sobre los resultados de una compañía
en tres décimas de segundo después
de que se dan a conocer. Según el director
de desarrollo del contenido noticioso de Thomson,
Andrew Meagher, “para ciertas noticias,
este tipo de servicio de noticias automático
es ideal. Garantiza rapidez y consistencia y
reduce los errores humanos inherentes al seguimiento
de noticias sobre los resultados de una empresa”14.
Según
el corresponsal de la agencia Dow Jones para
España y Portugal, en declaraciones difundidas
por El País, “nunca, aunque
el mundo bursátil, incluidas las noticias
se tiende a la automatización, siempre
se necesitarán periodistas para analizar
los datos y tendencias futuras”. E incluso
Thomson expresa que va a duplicar la plantilla
de la agencia AXN. Su idea no es sustituir a
sus reporteros, explica Meagher, sino liberarlos
de la tarea mecánica de dar noticias sobre
los resultados de compañías para
que se puedan concentrar en lo que saben hacer
mejor: “Buenos análisis”.
Pero no todo
son peligros. El periodismo impreso también
ha sacado partido a las novedades de la red y
ha hecho suyas algunas de las novedades citadas
anteriormente. Los periódicos del último
lustro, han experimentado una gran transformación
tanto en el diseño general de sus páginas
como en la organización de sus contenidos.
Antes los textos periodísticos los conformaba
un único artículo, sin embargo
en la actualidad se utilizan varios despieces
que vienen a imitar las ventanas que se abren
en Internet, comparables a la hipertextualidad
que permite la red (aunque con la diferencia
que estas ventanas permanecen siempre abiertas,
a la vista del lector).
De forma creciente,
en el nuevo periodismo impreso, los géneros
más amplios como entrevistas, crónicas
o reportajes -dependiendo de su extensión-
pueden portar hasta tres o cuatro despieces.
Su función, según Rodríguez
Vilamor15,
tiene un doble objetivo, al dividir el texto
se hace más visual para el lector y, por
otra parte, gracias a los titulares, cada uno
de esos despieces consigue atraer la atención
hacia los distintos apartados de un mismo tema.
El periodista debe presentar estos fragmentos
del texto principal cuidando que el receptor
no pierda la visión de conjunto, para
ello ha de mantener una cierta entidad propia.
Los cortes han de ser lógicos, de modo
que no se deje a un texto descontextualizado.
Cada uno de los despieces se ordenarán
atendiendo a su importancia, relacionada ésta
con el interés que puedan despertar o
la relevancia de sus contenidos. Los titulares
han de seguir esa misma conexión aunque
eso no suponga la reiteración de vocablos.
Los géneros
de opinión también se han servido
de Internet para incrementar sus servicios. La
novedad se presenta gracias a la posibilidad
que se le abre al receptor de poder interactuar
con los creadores de opinión y exponerles
sus planteamientos. Cada vez resulta más
habitual que algunos artículos incluyan
además de la firma de quien los escribe,
la dirección del correo electrónico
del autor16.
Recientemente, cuando un medio o articulista
expresaba su opinión en un comentario,
crítico o editorial, el lector no podía
dirigirse al autor para comentarle su punto de
vista. Su única vía era las cartas
al director. Estos planteamientos se ven superados
gracias al uso del e-mail, o incluso los foros
o las encuestas que los medios impresos ponen
en marcha de forma creciente en Internet17.
Nuevos
contenidos
Los
periódicos a finales del siglo XVIII ya
comenzaron a multiplicar sus contenidos y esto
no ha cesado. A lo largo del siglo XX, no sólo
fueron apareciendo incontables medios especializados,
sino que los medios generalistas también
lo hicieron con nuevos temas, diversificando
sus secciones, y contratando a nuevos redactores
expertos tanto en las materias que tratan como
en las técnicas para exponerlas. Actualmente,
“los procesos de especialización
se está acelerando. Lo cual exige perfeccionar
aún más los métodos periodísticos
para poder dar la visión global de la
noticia y no quedarse en el detalle, la anécdota,
el fragmento o la superficie”18.
Los medios impresos
para hacer frente al avance de la información
por Internet también han de presentar
nuevos contenidos, como bien expresa Rubén
Darío Buitrón, se ha de crecer
en calidad además de en cantidad y para
ello es preciso, entre otras actuaciones, intervenir
en la temática ofrecida, pues, ”la
distancia de la competencia será evidente
si el medio es capaz de dar valor agregado a
las noticias del día y ampliar el arco
iris temático”19.
Es necesario que la redacción de los periódicos
refleje la gran pluralidad de asuntos de la vida
diaria contemporánea: ecología,
migración, economía doméstica,
nuevos roles de la mujer, tradicionales locales,
educación, salud, música, cine,
espectáculos, farándula, televisión,
deportes amateur, turismo interno y externo,
niños, personajes de la comunidad, moda,
autos, juventud, etc.
Para buscar
a otros públicos y facilitar la vida de
los lectores habituales la prensa impresa debe
presentar hoy de forma creciente temáticas
históricamente novedosas, muchas de ellas
ya puestas en práctica: internautas, consejos
domésticos, trámites burocráticos,
defensa del consumidor, acceso a la información
pública, rendición de cuentas de
los poderes estatales, cocina y nutrición,
noticias empresariales, mascotas, viviendas y
construcción, dónde comprar (mercados,
supermercados, precios de productos, canastas
básica) de fin de semana (dónde
beber, bailar, divertirse) deportes para la salud,
consejos para la familia (matrimonio, hijos,
relaciones con los padres, la adolescencia, el
divorcio, etc.), información sobre el
empleo y recursos humanos, espacios para difundir
lo último en libros, discos, vídeos,
DVD20.
Hoy, el periodismo
impreso contemporáneo se abre a la realidad
como nunca antes hizo. Los contenidos actuales
reflejan un desplazamiento significativo de la
atención periodística tradicional.
Los ‘lugares’ y contenidos tradicionales
se expanden, fruto seguramente, de la brutal
densidad informativa y comunicativa que nos rodea.
Asimismo, cada vez resulta más esencial
desarrollar estrategias originales y creativas
para captar la atención y el interés
de los lectores. El nuevo periodismo impreso
deberá ser creativo…, o no será.
Periodismo
informativo de creación
Actualmente,
los trabajos informativos de creación,
cuyo objetivo es romper con la redacción
y contenidos convencionales incrementan de forma
creciente su aparición en las páginas
de los periódicos. Aunque su finalidad
primordial es informar acerca de los acontecimientos
de actualidad periodística, su diferencia
se centra en que están escritos con una
preocupación importante por la estética
del lenguaje, cuidan la calidad narrativa y resultan
más amenos. Anteriormente los diarios
tendían a ubicar esta información
en las secciones que no se estimaban fundamentales
como las páginas dedicadas a Cultura,
Espectáculo, Contraportada, Sociedad y
suplemento dominical. En la actualidad estos
contenidos ocupan todas las secciones y el día
que más se publican son los domingos.
No existen fórmulas
específicas para escribir noticias de
creación; sin embargo, como bien señala
Mar Foncuberta deben darse dos requisitos previos:
conocer a fondo el lenguaje y saber narrar. A
ello habría que sumar dominar la información
de la que se habla. “Una característica
fundamental es que esté construida como
un todo en el que cada elemento de la historia
desempeña un papel preciso, no tan determinado
por la estructura externa como por la coherencia
interna del relato. Una noticia de creación
ni rehuye los datos ni los colecciona. El único
objetivo es conseguir interesar al receptor e
introducirlo en el relato”21.
Entre los contenidos
que recoge estas creativas formas de redacción
periodística se encuentran las que hemos
denominado historias con minúscula22,
artículos en sus más variadas formas
cuyas fuentes son los ciudadanos de la calle.
Hemos detectado tres modos en los que esta opción
periodística se manifiesta, artículos
que giran en torno a uno o varios ciudadanos,
noticias que se sirven de sus voces para nutrir
sus contenidos y las historias de vida, biografías
de personajes populares.
a) En esta búsqueda
de nuevos contenidos, los ciudadanos de a pie
se van a transformar en protagonistas de la información.
Los periodistas trabajan para ofrecer nuevas
narraciones haciendo uso de voces no oficiales
que tendrán como objetivo romper con la
estética y contenidos convencionales.
No hablamos de la historia de los personajes
reconocidos ni siquiera de los que no lo son
pero sus profesiones los hacen distintos y por
ello noticiables (historias de vida). Nos referimos
a los que viven la actualidad en primera persona,
los que fueron víctimas de atentados terroristas,
los que vinieron a España en un cayuco
o son los hijos de una pareja gay. Son aquéllos
que contribuyen a construir la historia con minúscula.
b) El protagonismo
de los ciudadanos no sólo se manifestará
a través de los artículos donde
ellos son la única fuente, sino también
en informaciones donde su opinión contraste
con la de los expertos. Estimando las voces de
los ciudadanos como una fuente informativa más.
Ruben Darío Buitrón23
en una calurosa crítica al anquilosado
posicionamiento de los diarios latinoamericanos,
denuncia precisamente la escasa participación
de los ciudadanos en los medios. Con la excusa
de que no hay tiempo para buscar nuevas voces,
y que las que se repiten son cualificadas, conocedoras
y expertas, siempre se recurre a las mismas.
Y aconseja que en la búsqueda de fuentes
se localice y refleje la enorme diversidad de
puntos de vista que estén en la sociedad,
en especial cuando los temas son cruciales para
la comunidad. A esto habría que sumar
o reivindicar que las voces de las que se alimenten
los periódicos sean las que han vivido
o padecido la noticia, la voz popular, la del
ciudadano.
c) Las historias
de vida también se incluyen en estos nuevos
contenidos. Así las denomina Antonio López
en un artículo publicado en la Revista
Ámbitos24,
tomada del que él señala como pionero
en su uso, Julio Ardiles Gray, narrador, dramaturgo
y periodista. Aunque estos artículos no
tienen como objetivo fundamental narrar la actualidad,
la inmediatez, también colaboran de otro
modo en reflejar las vidas de personajes que
contribuyen a labrar la historia de los ciudadanos,
la que no se recoge ni se estudia.
Ardiles Gay
se aprovecha de un fenómeno que se produce
en su país, Argentina, que es el narrador
popular, y del gran número de historias
que se pueden contar, como la de “los inmigrantes
europeos, españoles, judíos expulsados,
soldados de la del 14, que sabían contar
muy bien”. Con ello se dio cuenta que había
una mina de oro en Buenos Aires, que hacía
a su historia y a su sociología.
¿Qué
haría si fuera director de un periódico
por un día?
Recientemente,
el periódico El País25
presentaba en un reportaje titulado ¿Qué
haría usted si dirigiera un periódico?,
las experiencias del rotativo The Independent.
El día 16 de mayo del 2006 el diario británico
salió a la calle con una portada diferente:
sobre un fondo rojo con varias ilustraciones
(una calavera, una paloma de la paz, una jeringuilla),
destacaba el paradójico titular: “No
News today” (Un día sin noticias).
Debajo, en un cuerpo de letra pequeño:
“6.500 africanos han muerto hoy a consecuencia
de una enfermedad tratable y prevenible. VIH/Sida”.
El autor de esta idea era el cantante del grupo
U2, Bono, que se había transformado en
el director del periódico por un día.
Éste, decidió otorgarle gran parte
del protagonismo a África, un continente
al que normalmente los diarios europeos no le
prestan la atención que el cantante querría.
Otra de las aportaciones fue que hicieran un
perfil humanista sobre Hugo Chávez (“el
hombre con los enemigos más famosos del
mundo”), un reportaje sobre los kurdos
de Irak y le dedicó muchas páginas
a deportes. El 50% de la recaudación de
ese día se destinó a Product Red,
una iniciativa que intenta atraer fondos para
financiar la lucha contra el Sida, la tuberculosis
y la malaria26.
El País
siguiendo esta misma idea entrevistó a
seis artistas e intelectuales y les preguntó
¿qué haría si fuera director
de un periódico durante un día?
La personas seleccionadas fueron los cantantes
Kiko Veneno y Alaska, la escritora Rosa Regás,
el filósofo José Antonio Marina
y los diseñadores David Delfín
Y Carlos Díez Díez. Hubo respuestas
de todo tipo, algunas sugerentes y otras hilarantes.
Kiko Veneno
eliminaría los editoriales, aduciendo
que “las noticias tienen que hablar por
sí solas”, y además le daría
dos páginas a las cartas al director.
Desplazaría la balanza de la información
hacia “la realidad cruda del mundo: África,
América Latina, Asia, la miseria, la explotación,
la desesperanza. Pero también son realidad
cruda del mundo las buenas noticias que nunca
salen, la vida y la lucha de tanta gente hermosa,
la búsqueda de la libertad y la felicidad
contada día a día”. En cuanto
a las páginas deportivas, propuso “desfutbolizarlas”
y hacerlas “más plurales”.
Otras ideas
interesantes las aporta el filósofo José
Antonio Marina quien empezaría por hacer
un periódico menos caudaloso, porque “leerlos
bien y leer más de uno comienza a ser
tarea imposible”. Él nunca pondría
como titular de cabecera lo que expresan los
políticos. Propone secciones nuevas: una
dedicada a los creadores y alo que están
inventando, una segunda más pedagógica
que comentara las implicaciones jurídicas,
políticas y éticas de los sucesos,
y un tercera que denomina la mirada poética
encargada de descubrir posibilidades bellas y
estimulantes de la realidad, al estimar que el
mundo resulta opresivo y necesitamos encender
la llama de la posibilidad”. Por su parte,
la escritora Rosa Regás querría
ver más artículos que denunciasen
la corrupción y además eliminaría
cualquier noticia sobre la vida privada de la
gente e imprimiría la cartelera en letras
más grades y con explicaciones “menos
convencionales”.
Nueva
estética
Los
diarios impresos cada vez cuidan más su
estética, presentando sus contenidos de
una forma atractiva y sencilla, buscando la seducción
visual del lector de prensa. La apariencia formal
y gráfica de los periódicos impresos
contemporáneos se asemeja, cada vez más,
a la propia de las revistas y publicaciones periódicas
(magazines, revistas musicales, publicaciones
mensuales, temáticas…) en las que
la seducción gráfica, la pluralidad
de retículas de composición, o
los juegos tipográficos resultan tan habituales27.
Lejos queda
ya la definición tradicional monocorde
y única de la apariencia gráfica
y visual del conjunto de las secciones de la
prensa escrita, dominada de principio a fin por
la hegemonía de los bloques de texto.
Hoy, los nuevos soportes periodísticos
se acostumbran al uso habitual de fuentes tipográficas
creativas, a la deformación de los perfiles
de las columnas de texto para (por ejemplo) adaptarse
al perfil de la imagen de un personaje, o a la
inclusión de numerosas infografías
y pictogramas, por citar tan sólo tres
ejemplos paradigmáticos del proceso de
estetización visual señalado.
La emergencia
e implementación de las nuevas tecnologías
de la información, y en especial, del
amplio catálogo de programas (software)
de maquetación y edición y tratamiento
gráfico digital tan habituales en todas
las redacciones periodísticas en la actualidad,
han posibilitado sobremanera (cuando no empujado)
este salto gráfico y estético de
los medios impresos. La revolución digital
ha comportado sin duda innumerables cambios en
todos y cada uno de los aspectos que definían
el campo y modo de trabajo tradicional del editor
gráfico en prensa escrita. En especial,
sobre los procesos de trabajo y sobre los recursos
utilizados para llevar éste a cabo su
tarea.
Adaptabilidad,
flexibilidad, elasticidad
A partir
de los años 80' las nuevas imágenes
de naturaleza ya digital comienzan a aparecer
en una escala socialmente significativa en las
pantallas de monitores de televisión y
del cine, y también poco a poco sobre
las páginas de revistas y periódicos,
principalmente en las comunicaciones publicitarias.
Rápidamente, la producción, circulación
y consumo de las imágenes de orden digital
continuará incrementándose ya de
forma acelerada en los años 90'.
Su introducción
en el seno de la vida y de la cultura cotidiana
de los países más desarrollados
ha resultado a lo largo de la última década
sin duda espectacular. Internet, edición
de CD's, libros electrónicos, videojuegos,
dvd's o nacientes plataformas de televisión
digital son tan sólo la punta de un iceberg,
que tiene en el reciente y creciente proceso
de convergencia digital de medios su exponente
más evidente.
En la implementación
creciente de las nuevas tecnologías de
la información y de la comunicación,
se conforma un nuevo modelo de la visión.
Este nuevo modelo de la visión, autónomo
con respecto al modelo de representación
moderno, propio de la era de la reproductibilidad
técnica, es un modelo de síntesis
y virtualización en la construcción
de las imágenes28.
La visión
contemporánea se reformula así
desde la credibilidad y objetividad fotográficas,
hacia un nuevo orden de simulación y virtualización.
De acuerdo con Martin Lister, “la transición
de una imagen fotomecánica, un material
analógico que adquiere su sentido de un
referente real exterior, hacia las construcciones
digitales híbridas e inmateriales, que
encuentran sus fuentes en bases matemáticas
y virtuales en vez de empíricas, supone
un elemento clave de una transformación
radical de la cultura visual contemporánea”29.
El proceso de
conversión de una imagen analógica
a digital conlleva un proceso de traducción
de variables físicas y químicas
a nuevas variables formalizadas y cuantificadas
en una representación codificada numéricamente.
Las imágenes digitales poseen unas características
técnicas y estéticas singulares
con respecto a las condiciones tradicionales
de las imágenes de orden fisicoquímico
(pintura, grabado, fotografía, etc.).
Frente a la materialidad de estas últimas,
las imágenes de orden digital resultan
inmateriales: su naturaleza es puramente numérica,
una serie binaria de orden electrónico-matemático.
En los mismos
programas de maquetación y edición
gráfica digital, la mayor parte de las
distintas herramientas y filtros que se ofrecen
consisten, de hecho, en una síntesis digital
que simula efectos tradicionales propios de la
producción visual anterior. La ausencia
de materialidad de la imagen digital se oculta
mediante la simulación habitual del estilo
gráfico y de la estética propias
de medios gráficos tradicionales .
Frente al carácter
acabado, cerrado, que presentaba la producción
impresa tradicional, la imagen digital se ofrece
al autor y al usuario como un work in progress
infinito, abierto siempre a la intervención,
el retoque, la reutilización y la metamorfosis
más radical. La tecnología digital
facilita exponencialmente la manipulación
de las imágenes, y da lugar así
a un material gráfico inestable, frágil,
indefinido, extremamente adaptable y transformable.
El proceso de
edición y maquetación tradicional,
basada en tipos mecánicos y sistemas de
impresión que dificultaban tanto los cambios
como la actualización constante de las
planchas de impresión, deja hoy paso a
la posibilidad de actualización ilimitada
propia de los archivos digitales. La digitalización
ha comportado para el arte tipográfico
unas posibilidades ilimitadas de creación,
gestión, composición y experimentación
con tipos, ahora intangibles y escalables.
La repercusión
y ecos de la tipografía digital se muestran
de forma explícita en todos y cada uno
de los ámbitos tecnológicos que
nos rodean. La flexibilidad y posibilidades que
ofrecen las fuentes y tipos digitales han permitido
su irrupción profunda en la edición
u autoedición de prácticamente
la totalidad de los procesos comunicativos que
nos envuelven. La nueva tipografía digital
no consiste en un paso gradual más en
la vieja historia de la prensa. Se trata de una
auténtica revolución, que modifica
de forma evidente el proceso de diseño
y edición de un periódico.
En este sentido,
José María Cerezo señala
muy adecuadamente como "la revolución
más radical en términos visuales
de esta década digital, mucho más
que en el tratamiento digital de la imagen o
en la realidad virtual habrá que buscarla
en el fuerte crecimiento de la tipografía.
La aparición de los ordenadores personales
ha puesto en nuestras manos, mediante el software
adecuado, las más potentes herramientas
para la fundición digital de caracteres.
El efecto ha sido fácilmente cuantificable:
las 5.000 fuentes que catalogaban los más
completos muestrarios de tipos de hace un par
de décadas, se han multiplicado por más
de 10 en los últimos años y todas
están disponibles en alguno de los formatos
digitales necesarios, en tiendas de informáticas,
papelerías técnicas o en internet
(...) Se ha producido el diseño frenético
de nuevos tipos, el rediseño de gran parte
de los clásicos y la adaptación
de diversos ojos tipográficos pretéritos”30.
Los periódicos
impresos testimonian de forma amplia y clara
esta revolución gráfica y tipográfica.
La escalabilidad inherente al conjunto del grafismo
digital da lugar a producciones esencialmente
elásticas, fruto del carácter abierto
e indefinido, en constante cambio y actualización,
de los numerosos sistemas y dispositivos de visualización
existentes sobre los que éste se implementa
de forma creciente el diseño de los periódicos.
Asimismo, un amplio catálogo de fuentes
tipográficas creativas, no válidas
para componer textos de forma habitual, pero
sí para crear títulos, composiciones
plásticas y ornamentaciones de gran cromatismo
y riqueza formal, son ya usadas en periodismo
impreso.
Más allá
de las normas, pautas y criterios heredados en
aras de una óptima transmisión
de la información escrita, la experimentación
con tipos digitales permite subvertir y hacer
explotar desde dentro dichas convenciones, exponiendo
la relatividad de éstas, así como
los amplios campos de posibilidades gráficas
y estéticas antes desechados.
Esta nueva forma
de editar y maquetar supone un cambio de mentalidad
importante sobre la proyección tradicional.
Se tratará de aprovechar y valorar de
forma positiva la flexibilidad que permite
las herramientas digitales para crear soluciones
reconfigurables u ofrecer opciones alternativas,
proponiendo y soluciones gráficas que
expriman de modo consciente el carácter
eminentemente variable que imprimen las condiciones
estéticas propias de los entornos digitales.
¿Quién
se creerá más una fotografía?
Hace ya
más de una década, William Ostendorf,
por entonces miembro destacado de la National
Press Photographers Association (NPPA), se atrevía
a lanzar una pregunta retórica (aparentemente)
descabellada ante la irrupción generalizada
de las imágenes y fotografías digitales
en el conjunto de los medios impresos contemporáneos:
“...decíamos a menudo que una imagen
equivale a mil palabras, o que una fotografía
no miente. Pues bien, ahora sí que mienten.
Y pueden mentir de una forma convincente. A medida
que la manipulación digital se convierta
en más económica y común,
¿quién se creerá más
una fotografía? Yo creo que nadie. La
fotografía digital llevará este
proceso mucho más lejos. No se trata sólo
de una innovación; se trata de un cambio
funcional en aquello que era la fotografía.
Ahora, ésta, desligada de los componentes
de plata sobre una placa, de la película
o del papel, se convertirá virtualmente
en un nuevo medio”31.
La fotografía
digital, efectivamente, se ha convertido en más
económica y común, hasta desplazar
y arrinconar el papel de las imágenes
fotográficas de naturaleza química
y material. Hoy, el retoque y la edición
digital imperan en todas y cada una de las actuales
redacciones de la prensa impresa, transformando
completamente el estatuto de verdad y certeza
de la imagen periodística. En la actual
era de la información, el medio fotográfico
se ha disuelto en el resto de canales y medios
comunicativos dominantes hoy en día. Visualmente,
la era contemporánea aparece dominada
por los medios electrónicos audiovisuales
y de simulación digital. Nuestra época
ya no es la de la reproductibilidad técnica,
sino la de la simulación electrónica.
El rápido
desarrollo en tan sólo dos décadas
de un amplio abanico de técnicas gráficas
digitales forma parte de una reconfiguración
extensiva de las relaciones entre el sujeto moderno
y los modos de representación dominantes.
La visión contemporánea se reformula
así desde la anterior credibilidad y objetividad
fotográfica hacia un nuevo orden visual
de simulación y virtualización.
Por un fotoperiodismo
interpretativo
Las viejas
metáforas atribuidas a la fotografía
("Espejo con memoria", "Notario
de la Historia") pierden fuerza y los teóricos
de la fotografía empiezan a referirse
a la muerte de la fotografía,
a una fotografía después de
la fotografía e incluso a una Post-fotografía.
El incuestionable valor documental de la imagen
periodística, la franca credibilidad y
objetividad con la que ha ejercido su función
a lo largo de la historia del periodismo impreso,
vive hoy sus horas más bajas. El nuevo
periodismo impreso es sin duda un periodismo
esencialmente gráfico y visual, en el
que la importancia, lugar y cantidad de recursos
gráficos y visuales ha crecido enormemente
en la última década. Sin embargo,
este incremento de la dimensión gráfica
de las páginas de los periódicos
impresos en detrimento de los bloques y columnas
de texto no camina parejo con un incremento de
la certidumbre y ‘valor de verdad’
de la imagen fotográfica, sino precisamente
de su contrario.
La respuesta
periodística más adecuada a esta
devaluación de la imagen fruto de su radical
profusión en la cultura visual contemporánea,
deberá proceder, tal y como hemos señalado
anteriormente para el trabajo escrito en prensa,
del aumento y potenciación de su dimensión
interpretativa. El fotoperiodismo –digital-
deberá combatir la (hoy indispensable)
cultura de la sospecha sobre toda imagen reproducida,
mediante el desarrollo efectivo de un intenso
trabajo de medición y conceptualización
de las dimensiones de los acontecimientos captados
en las instantáneas.
Asimismo, el
trabajo del editor gráfico resultará
fundamental. Hoy, el acto fotográfico
no se detiene en el momento de la toma fotográfica,
en las redacciones periodísticas se actualiza
y dimensiona esa toma inicial de acuerdo con
el tratamiento, retoque y/o edición final
para su presentación.
El editor gráfico
resulta así un pleno co-autor de la imagen
original. Con el software de edición digital
a su alcance, deberá ser capaz de relacionar
un hecho que acaba de registrarse con otros simultáneos
o anteriores, e incluso con acontecimientos que
pueden suceder en un futuro. Las imágenes
del nuevo periodismo impreso deben recuperar
su valor mediante la implementación de
un completo ejercicio de hermenéutica
periodística: imágenes que sean
capaces de escapar de la saturación visual
contemporánea, de explicar lo ocurrido,
y ofrecer así elementos significativos
a los lectores para una interpretación
adecuada de los hechos
Coda
final: nuevo viejo periodismo
Sin duda,
la aparición de un nuevo medio de comunicación
origina un proceso de desplazamiento y reidentificación
de los medios ya existentes al nuevo escenario
comunicativo. En las páginas precedentes,
hemos pretendido precisamente explorar el proceso
de redefinición y adaptación del
periodismo impreso ante la emergencia de Internet
y del conjunto de los nuevos medios de comunicación
digital a partir de los años noventa,
señalando las direcciones cambiantes más
significativas que caracterizan el nuevo periodismo
impreso, en ocasiones de forma exclusiva, y en
otros casos por imitación o inspiración
en las nuevas dimensiones comunicativas que abre
Internet.
En apenas una
década, hemos sido testimonios de cómo
el periodismo impreso contemporáneo ha
experimentado un intenso proceso de refundación
de su naturaleza y de sus fines, con el fin de
adaptarse y dar respuesta al singular escenario
comunicativo contemporáneo. Un escenario
comunicativo en el que se abre hoy paso un interminable
debate sobre el alcance de la novedad de los
media digitales, o de los, así denominados,
New Media, en relación con sus
antecesores no digitales. ¿Duplicidad
real o ilusoria? Los anteriores canales unitarios
devienen hoy dobles. Periodismo y Periodismo
digital. Cine y Software Cinema. Televisión
y Televisión interactiva, Mail & E-mail...,
y así con prácticamente todos y
cada uno de los hoy nuevos viejos media.
El proceso reciente
de adaptación de los mass media tradicionales
al nuevo hábitat digital a) ¿supone
sólo un salto evolutivo de las viejas
especies?, o por el contrario b) ¿estamos
asitiendo al surgimiento (revolucionario) de
-si se nos acepta la analogía animal-
especies nuevas? En otras palabras, la lógica
que domina dicho proceso de digitalización
¿esconde (plena) novedad o se trata de
(mera) evolución?
Las respuestas
evolutivas al debate planteado matizan
y aceptan con cautela la supuesta independencia
de los nuevos media frente a los viejos media,
señalando el peligro que supone convertir
la expresión new media en una
nueva consigna de moda transitoria y de rápida
caducidad, y analizando críticamente la
radical ambigüedad histórica que
supone –como en tantas ocasiones anteriores-
el uso de la misma expresión ‘nuevos
medios’. Por contra, en las soluciones
vanguardistas opuestas, la misma etiqueta,
más allá de su posible uso meramente
descriptivo, posee e implementa la promesa de
una renovación cultural radical.
Amplio es el
debate que se esconde tras los sentidos y posiciones
enfrentados referentes a la validez y significado
último del (nuevo) término New
Media. Un debate rehén, en demasiadas
ocasiones, de un excesivo determinismo tecnológico,
de la creencia tácita de que la novedad
técnica garantiza y empuja una novedad
discursiva (sic).
Los argumentos
en uno u otro sentido, tiempo hace ya, se suceden
sin fin. Y frente a esta discusión sin
aparente resultado, quizás la solución
consista en recordar y en señalar –tal
y como hemos intentando hacer en las páginas
precedentes-, como la irrupción de novedades
(históricas) no está hoy sólo
en el nuevo periodismo digital; nos aguarda también
en un renovado periodismo impreso, que se adapta
y consigue dar respuesta a diario -en ocasiones
de forma radicalmente original y creativa-, al
nuevo escenario comunicativo contemporáneo.
Un ‘viejo’ periodismo más
joven que nunca.
Notas:
1
No por ya clásicas dejan de resultar aleccionadoras
en este sentido las obras de Marshall McLuhan,
“La Galaxia Gutenberg” (1962) y “Comprender
los medios de comunicación” (1964),
dedicadas a detallar ambas como la irrupción
de tecnologías incipientes (la imprenta,
los medios audiovisuales, …) no extingue
ni usurpa los usos y funciones de las tecnologías
anteriores.
2 Según
el informe reciente World Press Trends
2006 Tde la World Association of Newspapers
la circulación de diarios de pago creció
el 0,56 por ciento en el mundo en el 2005 y el
6 por ciento entre el 2001 y el 2005. Si se incluyen
las publicaciones de distribución gratuita,
la circulación total de diarios aumentó
el 1,21 por ciento en el 2005 y el 7,8 por ciento
en los últimos cinco años. El número
de cabeceras publicadas diariamente bajó
el 0,3 por ciento en el 2005 pero creció
el 8,1 por ciento en el período 2001-2005.
Con los diarios gratuitos la circulación
total de cabeceras aumentó el 0,06 por
ciento el año pasado y en los últimos
cinco años registró una expansión
del 8,9 por ciento. El informe de la WAN destacó
además que la demanda de diarios por internet
aumentó el 8,71 por ciento el año
pasado y en el período 2001-2005 dió
un salto del 200 por ciento, una señal
del impacto de las nuevas tecnologías
en las publicaciones periódicas tradicionales.
Para consultar el informe completo, véase:
(http://www.wan-press.org/)
3 Cantavella,
Juan y Serrano, José Fco. (coords): Redacción
para periodistas: informar e interpretar,
José Mª Sanmartín: “Más
allá de la noticia: El periodismo interpretativo”.
Ed. Ariel. Barcelona, 2004, pág. 334.
4 Bezunartea,
Ofa; Del Hoyo, Mercedes y Martínez, Florencio:
Lecciones de reporterismo. Ed. Universidad del
País Vasco. Bilbao, 1998, pág.
101.
5 Ibidem, pág.
102.
6 Véase
en este sentido: Bogart, Leo. La prensa y
su público: quién lee qué,
cuándo, dónde y por qué
en los diarios norteamericanos. Editorial
Eunsa Pamplona, 1985.
7 Ver Fagoaga,
Concha. Periodismo Interpretativo, el análisis
de la noticia. Editorial Mitre, Barcelona,
1983.
8 José
Mª Sanmartín: “Más allá
de la noticia: El periodismo interpretativo”
en Cantavella, Juan y Serrano, José Fco.
(coords.): Redacción para periodistas:
informar e interpretar, Ed. Ariel. Barcelona,
2003, pág. 335.
9 Véanse,
entre otras obras posibles apoyando este mismo
sentido: Killian, Crawford. Escribir para
la Web. Ediciones Deusto. Donosita. 2001.
y Nielsen, Jacob. Usabilidad. Editorial
Prentice Hall. Madrid, 2000.
10 Cantavella,
Juan y Serrano, José Fco. (coords.), José
Rodríguez Vilamor: Redacción
para periodistas: informar e interpretar.
“El periodista multimedia y la transformación
de los géneros”. Ed. Ariel. Barcelona,
2003, pág. 87.
11 Ward,
Mike: Journalism Online. Focal Press.
Oxford, 2002, pág. 123.
12 Sandoval,
Mª Teresa: “Géneros informativos:
La noticia”, en Díaz Noci, Javier
y Salaverría Aliaga, Ramón (coords.):
Manual de redacción ciberperiodística.
Ariel. Barcelona, 2003, pág. 442.
13 BUITRÓN,
RUBÉN DARÍO: “Nuevos desafíos
en las salas de redacción”, Revista
Latinoamericana de Comunicación CHASQUI,
junio, número 090 Centro Internacional
de Estudios superiores de Comunicación
para América Latina, Quito, Ecuador, pág.
48-49.
14 Aguayo,
Andrés: “El periodista que nunca
se equivoca”. El País,
3 de septiembre de 2006.
15 Rodríguez
Vilamor, José: “El periodista multimedia
y la transformación de los géneros”
en Cantavella, Juan y Serrano, José Fco.
(coords.): Redacción para periodistas:
informar e interpretar. Ed. Ariel. Barcelona,
2003, pág. 88.
16 Así
resulta habitual en España en cabeceras
como El Mundo o La Vanguardia, entre otros.
17 Cánovas,
Joan Frances: “Los géneros argumentativos”
en Díaz Noci, Javier y Salaverría
Aliaga, Ramón (coords.): Manual de
redacción ciberperiodística.
Ariel. Barcelona, 2003, págs. 528-529.
18 Sanmartín,
José Mª: “Más allá
de la noticia: El periodismo interpretativo”
en Cantavella, Juan y Serrano, José Fco.
(coords.): Redacción para periodistas:
informar e interpretar. Ed. Ariel. Barcelona,
2003, pág. 338.
19 Buitrón,
Rubén Darío: “ Nuevos desafíos
en las salas de redacción”, Revista
Latinoamericana de Comunicación CHASQUI,
junio, número 090 Centro Internacionadl
de Estudios superiores de Comunicación
para América Latina, Quito, Ecuador, pág.
50
20 Idem.
21 Foncuberta,
Mar de: Op. Cit, pág. 88.
22 Cárdenas
Rica, Mª Luisa: “Historias con minúscula.
Los ciudadanos protagonistas de la información”,
en Gómez y Méndez (ed.): Entre
la formación y la comunicación.
Asociación Cultural Est Libri. Colección
Investiga-3. Huelva, 2005.
23 Buitrón,
Rubén Darío: “Nuevos desafíos
en las salas de redacción", Chasqui.
Revista latinoamericana de Comunicación
(http://comunica.org/chasqui/90/diario90.htm).
Consultado 16/11/2005UTH.
24
López Hidalgo, Antonio: “La “Historia
de vida” periodística, un género
poco usual en la prensa española”,
Ámbitos, nº 6, 1er semestre de 2001,
págs. 95-106.
25 Pérez-Lanzac,
Carmen: “¿Qué haría
usted si dirigiera un periódico?”.
El País, 4 junio 2006.
26
Otro periódico británico como The
Guardian invitó a varias personalidades
(entre otros el actor Kevin Spacey o la artista
Sam Taylor-Wood) a dirigir las páginas
de su suplemento G2.
27 Una muestra
significativa del proceso descrito lo encontramos
en la creación e importancia creciente
de premios de diseño en prensa. Véanse,
entre otros ejemplos, encuentros internacionales
tales como los TWorld Summit of Design in the
Press, (http://www.pressnetweb.com)
28 Un estudio
inaugural, de gran interés para comprobar
el carácter dominante ficcional y constructivo
de las nuevas imágenes de síntesis,
es : MITCHELL, William J. The eye redefined.
Massachussets INstitute of Technology Press,
2002.
29 LISTER,
Martin. The Photographic Image in Digital Culture.
Routledge & Paul Kegan. London, 1995.
30 José
María Cerezo. Diseñadores en la
nebulosa. El diseño gráfico en
la era digital. Editorial Biblioteca Nueva. Madrid,
1999.
31 OSTENDORF,
Bill. “Qui es creurà més
una fotografia?” Diari AVUI. Barcelona,
23 abril 1996. (Traducción de los autores).
Dr.
Jordi Alberich Pascual
Centro Andaluz de Estudios
Superiores CEADE (Centro asociado Prifysgol
Cymru-University of Wales),
España.
Dra.
María Luisa Cárdenas Rica
Centro Andaluz de Estudios
Superiores CEADE (Centro asociado Prifysgol
Cymru-University of Wales),
España. |