|
Por Analia Umpierrez
Número
56
Introducción
La enseñanza de la Comunicación
Social y, en particular, la enseñanza
de la Comunicación Institucional en la
formación de grado, han tenido en los
últimos 20 años énfasis
diferentes en enfoques y demarcación de
contenidos. Este movimiento debe atenderse teniendo
en cuenta las diferentes posiciones que las carreras
tomaron, los sentidos que le asignaron a sus
perfiles profesionales y a su participación
e implicación social, en consonancia con
los procesos sociohistóricos que las involucraron
y atravesaron, procesos que, por supuesto, se
siguen dando.
La propuesta
de poner en análisis estas consideraciones
se afinca en la necesidad de focalizar la enseñanza
de la Comunicación Institucional sin perder
como punto de mira a los procesos sociales epocales,
buscando comprender las configuraciones sociales
en las que las propuestas de formación
se debaten y consolidan. Esta perspectiva permite
hacer visible la trama sobre las que determinados
proyectos se constituyen en exitosos y otros
quedan “en los bordes”. En este sentido,
se trata de revisar algunas señales que
muestren el derrotero que la disciplina ha seguido.
Por otro lado, atender a los sujetos, sus posibilidades
y necesidades, al tiempo que se tiene presente
a la institución formadora y la enseñanza
que allí se imparte como mirada de lo
singular. El propósito es, en primer término,
capturar el entramado singular1
en el que se da la formación de jóvenes,
en la carrera de Comunicación Social y
en la orientación Institucional, en una
Facultad de una Universidad Pública, del
interior de la Provincia de Buenos Aires, Argentina,
en este tiempo socio-histórico. Para ello,
se presenta como instancia preliminar realizar
un reconocimiento a modo de apuntalamiento, de
los supuestos de los que se parte. En este esclarecimiento,
hace falta poder iluminar algunos conceptos que,
como “caja de herramientas”2
permitan comprender para intervenir3.
.
A partir de
este esclarecimiento, se allanan y se aclaran
las directrices que orientan el propósito
final, la toma de decisiones respecto del para
qué, el qué y el cómo enseñar.
Para ello, el camino definido en el presente
artículo propone realizar un breve reconocimiento
de las propuestas de las carreras en vinculación
en estos últimos veinte años. En
segundo término poner en la mira a los
jóvenes, los estudiantes, y los modos
en que ser estudiante universitario de la carrera
de comunicación es parte de su constitución
identitaria. Por último, una reflexión
en torno del lugar de la Universidad y más
específicamente, el modo en que la enseñanza
de la Comunicación Institucional podría
constituirse en un nexo que fortalezca las transformaciones
sociales en un sentido más inclusivo e
igualitario.
Esta reflexión
se nutre de trabajos de colegas y sus investigaciones
realizadas sobre los planes de estudios de la
carrera de Comunicación Social en diferentes
Universidades4;
análisis de los trabajos presentados en
encuentros científicos iberoamericanos
– Alaic5,
Felafacs, que reúnen a investigadores
preocupados en la temática,- así
como la experiencia de participar en el dictado
de la asignatura Comunicación Institucional
en una Universidad Pública, desde 1997.
La necesidad de realizar planteos oportunos en
la formación de grado, que ofrezca a los
estudiantes una mirada compleja y a la vez organizadora
en este campo de conocimientos y de inserción
laboral, llevan a una revisión respecto
de para qué y cómo enseñar
Comunicación Institucional en los albores
del Siglo XXI.
El planteo
de la disciplina
Los vientos de reconquista de la democracia movilizaron
a la sociedad civil y a las instituciones en
el camino de reconstruir aquello arrebatado,
destruido, en la Argentina de los 80. Desde las
Facultades de Ciencias Sociales se identificó
y se abrazó el desafío. La Facultad
de Ciencias Sociales de la UNICEN inicia sus
actividades en 1988, con las carreras de Comunicación
Social y Antropología – orientaciones
Social y Arqueológica- con el claro mandato
fundacional de participar en la reconstrucción
de la sociedad en su retorno a la vida en democracia.
En la reinstauración
democrática argentina, durante los años
80, la prioridad de la oposición democracia
Vs. dictadura y la reapropiación del Estado
por parte de la sociedad civil dominaba el ánimo
de la sociedad e incidió marcadamente
en el diseño o modificación de
los planes de estudio de comunicación
en Argentina. Hasta ese momento, en las Universidades
donde había subsistido la carrera, el
perfil predominante se dirigía hacia el
ejercicio profesional en medios de comunicación
masivos. Los primeros cambios se orientaron hacia
la formación en comunicación social
con un sentido más amplio que la comunicación
masiva, vinculado a iniciativas sociales, políticas,
comunitarias y educativas (si bien no necesariamente,
esos cambios fueron acompañados de una
puesta en cuestión de los paradigmas de
comunicación dominantes). Entre ellas,
la orientación hacia comunicación
institucional comienza a instalarse parcialmente.
(Baccin, 2003)
Los 90 llegaron
de la mano de la imposición del modelo
neoliberal, la flexibilización de la economía
y por ende su impacto en las definiciones de
la educación. El papel de los organismos
internacionales, en la definición de las
agendas políticas y educativas marcó
claramente una tendencia que se reflejó
en las prácticas educativas y sociales.
La Universidad, impactada por los aires de privatización,
comenzó a vincularse con el ámbito
privado de otro modo, ahora visto como fuente
externa de financiamiento. La tendencia en la
bibliografía y las investigaciones en
el campo se restringen casi exclusivamente al
ámbito empresarial.
Las corrientes
provenientes del campo de la Administración
llevaron la propensión a ocupar espacios
en el ámbito privado empresarial. La imagen
corporativa, el manejo de Recursos Humanos, las
Relaciones Públicas capitalizan los espacios
formativos de grado y postgrado. La comunicación
institucional como ámbito y palanca de
cambio para la gestión de proyectos comunitarios,
participativos, democratizadores, quedó
en un plano de alternatividad, prácticamente
excluido de la formación académica.
Los
estudiantes y su formación
¿Quienes eligen esta carrera? ¿Quienes
son los jóvenes que optan por esta profesión?
¿Cómo pensar e indagar la identidad
en tiempos de transformación social, donde
los relatos y las construcciones modernas entran
en crisis, no alcanzan, son insuficientes?
En estas búsquedas,
las preguntas por las relaciones entre sujeto
/ mundo se inscriben en la necesidad de repensar
ambos términos sin perder de vista la
relación, visualizando que más
que una relación es esta
implicación mutua el eje del debate.
Este punto
de partida nos lleva a pensar entonces en la
identidad como proceso, en vinculación
con una trama que no es ya el soporte sino que
la constituye entrelazándose6.
La emergencia
de nuevas identidades sociales nos enfrenta al
reconocimiento de las transformaciones y con
ello la necesidad de revisar los modos en que
se mira, se analiza y se explica la sociedad,
sus movimientos, su cosmovisión. Es decir,
se ponen en tensión los modos en que se
piensan y se abordan las problemáticas
y en particular, la posibilidad de reconstruir
desde los actores los procesos en que esta nueva
sociedad es vivida, percibida, actuada por los
mismos, en el foco de nuestro interés,
los estudiantes de Comunicación Social
y su formación de grado. Este reconocimiento
inicial conduce a pensar que los estudiantes
de este siglo XXI necesitarían un acercamiento
a la disciplina tal vez diferente al que tradicionalmente
se ha utilizado.
Ahora bien,
la necesidad de aproximarnos al reconocimiento
de quiénes son los que eligen la formación
en Comunicación Institucional, permitirá
en algún punto esclarecer en primer término
que los jóvenes tienen condiciones
y disposiciones singulares.
La noción
de juventud, en la medida en que remite a un
colectivo extremadamente susceptible a los cambios
históricos, a sectores siempre nuevos,
siempre cambiantes, a una condición que
atraviesa géneros, etnias y capas sociales,
no puede ser definida con un enfoque positivista:
como si fuera una entidad acabada y preparada
para ser considerada foco objetivo de una relación
de conocimiento. Por lo contrario, "juventud"
como concepto útil, debe contener entre
sus capas de sentido las condiciones históricas
que determinan su especificidad en cuanto objeto
de estudio. (Margulis, 2004)
Poder identificar
los motivos por los que opten por una carrera,
tiene como contrapartida la posibilidad de resignificar
experiencias, orientar aquellas búsquedas
que los motivan y provocar nuevas búsquedas;
instalar conflictos cognitivos que pongan en
tensión supuestos y representaciones sociales,
que se actualizan como estereotipos; construir
nuevas estructuras de pensamiento que les desafíen
a otros búsquedas.
En esta necesidad
de saber quiénes son los jóvenes,
urge acometer en la comprensión, respecto
de cómo es la vida cotidiana en este tiempo
histórico, con la clara finalidad de intervención
desde la formación académica.
En estos tiempos,
la vida se presenta como algo que es vivido sin
ser vivida experiencialmente. La “disección”
del sujeto – de su pensamiento, emociones,
sentimientos, imaginación - para vivir
una vida que se adueña del sujeto, la
vida vive al sujeto (haciendo una alegoría
al personaje de Cortázar que es regalado
en su cumpleaños al reloj). La construcción
de identidades juveniles está atravesada
por el consumo, el exitismo, la rapidez, la obsolescencia.
Los jóvenes miran sin tocar7,
sin hacer cuerpo los modos de actuar que fueron
llevados adelante por otros de igual condición
en otros períodos históricos. La
confianza en la posibilidad de intervenir en
el cambio de la historia parecería estar,
al menos, en suspenso. La condición de
“ser joven y utópico” parecería
haber quedado en un tiempo congelado que se mira
en la vitrina de la historia. ¿Es este
modo encarnado de ser joven, una única
posibilidad? Es parte de la construcción
biopolítica que ha conducido a la población
a la renuncia de la participación, a la
naturalización de la mirada al mundo desde
la ventana, la vitrina de la vida.
Bajo este tipo
de racionalidad, la posibilidad de pensarse y
actuar valorando su propio cúmulo de experiencias
vividas, que lo constituyen como sujeto, se ve
desprovisto de sentido. ¿Cómo significan
los jóvenes que han elegido ser comunicadores,
esta profesión? ¿Qué tipo
de lugares imaginan como posibles ámbitos
de inserción? ¿Qué esperan
y que buscan allí? ¿Hacen de este
ámbito un lugar de experimentación
o es experiencial?8
Por otro lado,
cabe interrogarnos respecto de cuál es
el papel de la formación de grado en esta
construcción identitaria. ¿Se toma
como parte de la formación, o sólo
se vislumbra la formación teórica
y se supone un “efecto derrame” que
provocará un sujeto socialmente comprometido?
El papel
de la Universidad en la formación de grado.
Reflexiones a partir de la Cátedra de
Comunicación Institucional de la Facultad
de Ciencias Sociales de la UNICEN
Las prácticas de la enseñanza
son prácticas sociales, situadas, históricas,
impredecibles, complejas. Sus múltiples
atravesamientos, en particular, el institucional,
impactan en el día a día que se
resignifica en cada clase.
Las tradiciones
y culturas institucionales universitarias se
constituyen, en muchos casos, un obstáculo/un
límite para una formación centrada
en la dupla articulada teoría/práctica,
ya que la clase magistral, el modelo de enseñanza
centrado en un docente que dispone de la disciplina
(en sus dos acepciones, como campo de conocimiento
pero también como conducción de
la población), no hablita explícitamente
el diálogo pedagógico, la construcción
compartida del conocimiento, la transferencia
de saberes.
La asignatura
Comunicación Institucional, que se dicta
en la Facultad de Ciencias Sociales, se constituye
en la puerta de entrada a una de las orientaciones
que ofrece la titulación en Comunicación
Social. En este sentido, se abre un horizonte
de formación profesional que el estudiante
comienza a construir en la etapa de formación
inicial –que concluye con un Trabajo de
Integración Final9-
y tomará cuerpo en su inserción
profesional.
Las transformaciones
acaecidas en la sociedad presentan al ámbito
privado empresarial como el espacio privilegiado
– cuando no el único – para
la inserción profesional, tal como se
presentó en el apartado 2.
Desde este reconocimiento,
se busca recuperar desde esta asignatura, identificar
a los organismos estatales, las ONGs, y otras
organizaciones que no pueden ubicarse en esta
clasificación, como por ejemplo, los partidos
políticos, como espacios laborales tanto
como los ámbitos privados. Es nuestra
pretensión, presentar un recorrido que
permita al graduado optar, a sabiendas del compromiso
social y ético que le demanda su profesión.
Para ello, se propone un desarrollo teórico
que ofrezca elementos de análisis de la
realidad como construcción social compleja,
atravesada por múltiples tensiones. A
partir de este punto, ingresar a la comprensión
de las organizaciones y sus tramas para, desde
allí, poder analizar, comprender e intervenir
desde el plano comunicacional.
Las diferentes
perspectivas teóricas y metodológicas
que se dirimen en el campo de las Ciencias Sociales
no son ajenas a las discusiones en la construcción
de conocimientos de la Comunicación Institucional.
Los estudios organizacionales están engarzados
en distintas perspectivas filosóficas
y sociológicas. Sobre esta base, una adecuada
comprensión exige que se las examine en
el contexto global del pensamiento filosófico
y sociológico. En paralelo, la diversidad
de matrices teóricas y referentes en las
ciencias sociales, humanísticas, de la
administración y no pocos puntos coincidentes
con la teoría de la comunicación
social la hacen un área con vocación
transdisciplinar que no significa, en lo más
mínimo, la disolución de sus objetos
en los de las disciplinas que la bordean y atraviesan,
sino más bien la construcción de
articulaciones – mediaciones e intertextualidades
- (en palabras de Barbero, 1992) para diseñar
su especificidad.
La propuesta
metodológica de la cátedra esta
afincada en la enseñanza a partir de casos10.
Desde esta perspectiva, se busca involucrar a
los estudiantes con situaciones que los confronten
a partir de sus propias experiencias para, progresivamente,
cuestionar y revisar en sucesivas aproximaciones,
las diferentes resoluciones que fueron realizando
frente al caso. Las propuestas de clases y producciones
domiciliarias apuestan fuertemente a la consolidación
de los grupos de trabajo. Esta decisión
responde a una perspectiva metodológica
de la cátedra desde un doble propósito:
por un lado, apoyar el desarrollo conceptual
y procedimental de los estudiantes con sus pares
y, por otro, aprender/ desarrollar una competencia
central en el perfil profesional que implica
la capacidad de trabajar en equipo multidisciplinares.
Se va construyendo explícitamente un diálogo
con los estudiantes y se les insta a valorar
el espacio grupal, en primer lugar como encuentro
y sostén a partir de lo vincular. De este
modo se revaloriza un nivel que queda expulsado
en casi la totalidad de las clases (en especial
a medida que los estudiantes crecen en edad),
el nivel vincular y emotivo. Así, se hace
énfasis en buscar un encuentro en este
plano donde los estudiantes puedan reconocerse
en otros que pasan por las mismas dificultades,
desafíos y logros.
También
se inicia a los estudiantes en prácticas
profesionales más rutinarias (redacción
de cartas, materiales, presentaciones) que merecen
ser atendidas dado el carácter central
que asumirán en una tarea profesional.
No sólo el éxito de la tarea estará
en diseñar un excelente proyecto comunicacional.
Debe poder estar en consonancia con sus públicos,
la viabilidad, el alcance pretendido y, lo que
es más nodal, no ser contradictorio con
la perspectiva comunicacional que el estudiante
enuncia. Es muy frecuente encontrar serias contradicciones
entre los saberes teóricos que los estudiantes
presentan discursivamente y las prácticas
comunicacionales que diseñan o ejecutan.
Desde esta perspectiva,
el desafío es que la Universidad Pública
asuma y encarne la tarea de generar una articulación
más estrecha con la sociedad civil a través
de la participación activa de los estudiantes
en escenarios sociales reales que los involucren,
los movilicen, les demanden acciones que impacten
en una mejora sustancial en la calidad de vida
de la población. Este desafío implica
desarrollar modos oportunos y viables de transferencia
de saberes, de inserción en las organizaciones
de base, de participación social autogestionada,
desde una reconstrucción dialógica
de las tramas sociales. Estos ámbitos
de inclusión del Comunicador, no invalidan
la incorporación al ámbito privado.
Las experiencias en uno y otro espacio capitalizan
las posibilidades de transferencia de saberes,
sin perder de vista las diferentes intencionalidades
y finalidades que persigue cada espacio.
Yo creo que
es muy importante el “lugar” desde
donde se piensa, conceptual y geográficamente.
No hay dudas que “desde donde uno piensa”
marca a fuego las categorías conceptuales
con que uno piensa: está la experiencia
que le permite a uno pensar y está la
capacidad o incapacidad del desarrollo intelectual
o moral desde donde los intelectuales mismos
desarrollan sus propias teorías. (Torres,
C.,1996: 40).
Este papel de
formar intelectuales críticos, situados
en ciudades reales, en países que demandan
la intervención social desde todos los
ámbitos y campos del saber para su diseño
y gestión, es tarea que la Universidad
tiene la responsabilidad de realizar.
Sin una tarea
de enseñanza que involucre la alfabetización
política11
de los jóvenes la tarea de enseñanza
es incompleta o, más bien, condenatoria
a seguir creyendo en un discurso único.
Notas:
1
Esta mirada sobre lo singular no se restringe
a lo particular. Intenta colocar la mirada del
investigador superando la antinomia individuo
vs. sociedad. Al respecto, explica Bauman a propósito
del libro de Norbert Elias Society of individuals,
“el título logra captar la esencia
del problema que ha atormentado la teoría
social desde sus albores. (...) Elias reemplaza
el y o el versus por el de; y al hacerlo logra
correr el discurso desde el plano del imaginaire
de dos fuerzas trabadas en combate mortal pero
interminable de la liberación o de la
dependencia hacia el plano de la “concepción
recíproca”: la sociedad que da forma
a la individualidad de sus miembros, y los individuos
que dan forma a la sociedad con los propios actos
de sus vidas poniendo en práctica estrategias
posibles y viables dentro del tejido social de
sus interdependencias”. Bauman , 2003:
35-36
2 “Una
teoría es una caja de herramientas. Ninguna
relación con el significante . . . es
preciso que sirva, que funcione. Y no para uno
mismo. Si no hay personas para utilizarla, comenzando
por el teórico mismo que deja entonces
de ser teórico, no vale nada, o que el
momento no llegó aún. No se vuelve
sobre una teoría, se hacen otras, hay
otras a hacer.” M. Foucault, 1992: 85-86.
3 Umpierrez,
Analia Cambiar la imagen de la escuela. Una lectura
institucional de una escuela suburbana, a partir
de las representaciones y las prácticas
de los docentes Revista Questions. Universidad
Nacional de La Plata. Nro. 12. Primavera 2006.
ISSN 1669-6581
(http://www.perio.unlp.edu.ar/question/nivel2/informe_de_investigacion.htm)
4 Xosé
López García, Xosé Pereira
Fariñas, Tatiana Hernández Soto
Planes de estudios de comunicación en
América Latina, Estudio de caso en Argentina,
Colombia, Chile, México y Venezuela. Revista
Latinoamericana de Comunicación Chasqui
95. Edición web. ISSN 13901079
(http://chasqui.comunica.org/content/view/466/1/)
5 Msc. Hilda
Saladrigas Medina (2006) Comunicación
organizacional: Matrices teóricas y enfoques
comunicativos. Revista Latina de Comunicación
Social número 61. Enero - Diciembre de
2006.
ISSN 1138-5820
6 Umpierrez,
A.(2006 B:1-2)
7 En este sentido,
las NTI yC juegan un papel central en la construcción
de subjetividades a partir del tipo de encuentros
que los jóvenes construyen a través
de las redes de Internet y las conexiones por
telefonía celular.
8 Agamben,G.
(2001: 13).
9 El TFI de
la orientación Comunicación Institucional
consiste en realizar un diagnóstico y
un proyecto de Comunicación Institucional
para una organización particular.
10 Wasserman,
S El estudio de casos como método
de enseñanza. Amorrortu, Bs As 2000
11 Freire,
P (1990: 13)
Referencias:
Agamben,
Giorgio (2001) Infancia e historia.
Adriana Hidalgo editora. 3ra. Edición
aumentada.
Baccin, C. (2003) Comunicación institucional
en Argentina: organizaciones gravitantes y opciones
para el campo de conocimiento.
(http://www.eca.usp.br/alaic/boletin11/cristina_bacin.htm)
Bauman, Z. (2003) Modernidad líquida.
F.C.E. Bs. As. Argentina 2da. Reimpresión.
Foucault, Michel (1992) Microfísica
del poder. Ediciones de La Piqueta. 3ra
edición
Freire, P (1990) La naturaleza política
de la educación. Cultura poder y liberación.
Paidós.
Margulis, M. "Cambios en los códigos
culturales relativos a la afectividad y la sexualidad".
Ponencia presentada en VII Congreso de Argentino
de Antropología Social, Villa Giardino,
Córdoba, mayo 2004. (En CD)
Saladrigas Medina, Hilda (2006) "Comunicación
organizacional: Matrices teóricas y enfoques
comunicativos". Revista Latina de Comunicación
Social
número 61. Enero - Diciembre de 2006.
ISSN 1138-5820
(http://www.ull.es/publicaciones/latina/latina2006.htm)
López García, Xosé; Pereira
Fariñas, Xosé; Hernández
Soto, Tatiana. "Planes de estudios de comunicación
en América Latina, Estudio de caso en
Argentina, Colombia, Chile, México y Venezuela".
Revista Latinoamericana de Comunicación
Chasqui 95. Edición Web. (http://chasqui.comunica.org/content/view/466/1/)
ISSN 1390-1079
Schvarstein, L. (1997) Psicología
social de las organizaciones. Nuevos aportes.
Paidós
Torres, Carlos (1996) Las secretas aventuras
del orden. Estado y educación. Miño
y Dávila editores. Buenos Aires
Umpierrez, Analia (2006A) "Cambiar la imagen
de la escuela. Una lectura institucional de una
escuela suburbana, a partir de las representaciones
y las prácticas de los docentes".
Revista Questions. Universidad Nacional
de La Plata. Primavera 2006. ISSN 1669-6581
(http://www.perio.unlp.edu.ar/question/nivel2/informe_de_investigacion.htm)
Umpierrez, A. (2006 B) Actores de instituciones.
Campo de juego en la construcción de identidades
docentes. Facultad de Ciencias Sociales.
UNICEN. Mimeo (en prensa)
Lic.
Analia Umpierrez
Profesora Adjunta en la cátedra Comunicación
Institucional en la Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad Nacional del
Centro de la Provincia de Buenos Aires. (UNICEN).
Argentina. |