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Por Pedro Matute
Número
56
Mas
allá de los beneficios que le puede traer
en materia económica (empleos, crecimiento,
rentabilidad, etc.) a un país (en este
caso México) el contar con una sólida
industria fílmica, existen otros que son
aun mas importantes de índole artística,
cultural, social y comunicacional, por lo que
estos bienes en buena parte intangibles y nada
rentables económicamente, pero si ideológicamente,
deben ser considerados estratégicos para
la subsistencia de cualquier nación.
En la sociedad
de la información -como diría Castells-
y en un mundo que tiende a la globalización
en el que los adelantos tecnológicos avanzan
a pasos agigantados, el lenguaje audiovisual
del que forma parte la cinematografía,
es el medio por excelencia y preponderante para
la transmisión del conocimiento, la cultura,
la conservación de nuestra identidad,
la cohesión y unidad de los valores nacionales
y un baluarte eficaz para defendernos del brutal
avasallamiento del imperialismo cultural proveniente
de los bárbaros del norte que pretenden
reducir a cenizas lo que con tanto esfuerzo y
a través del tiempo hemos logrado construir
en esta tierra que nos identifica como nación.
La industria
cinematográfica nacional, antes de su
punto de quiebre en 1997, paso por todas las
fases existenciales que cualquier ser vivo tiene
que transitar: nació, creció, tuvo
su época de auge y después poco
a poco con la llegada de la enfermedad incurable
de la corrupción, murió. En esta
longeva vida que tuvo existen varias películas
de muy buena calidad en las que nos identificamos
y que representan nuestros valores, cultura,
tradiciones, idiosincrasia, lo que es México
y no me refiero al folklorismo indigenista (que
si bien forma parte de este crisol, no lo es
todo) al que tan afecto era el “Indio”
Fernández, uno de los iconos de nuestra
cinematografía, de los principales mas
no el mejor. Allí están “El
Compadre Mendoza”, “Allá en
el Rancho Grande”, “Vamonos con Pancho
Villa”, “La Barraca”, “Campeón
sin Corona”, las de Cantinflas, sobretodo
las de blanco y negro, “El Esqueleto de
la Señora Morales”, “Distinto
Amanecer”, “Viento Negro”,
“Las Poquianchis”, “Canoa”,
“Los Olvidados”, “Una Familia
de Tantas”, “Nosotros los Pobres”,
“Rojo Amanecer” y varias mas que
omito debido a que la lista se llevaría
varias cuartillas, pero que no se demeritan en
su calidad, sus fines, su influencia y el aspecto
de ser un ente cohesionador que además
de narrar la historia de México, de alguna
u otra forma, todos los mexicanos nos identificábamos
y nos veíamos representados en el. Y no
solo eso, si no que también unió
y reflejo la identidad latinoamericana a través
del melodrama urbano, como lo llego a mencionar
Jesús Martín Barbero en su libro
“De lo Medios a las Mediaciones”
Se puede decir
que la industria fílmica mexicana cumplió
su cometido sobre todo en la primera mitad del
siglo XX, tuvo reconocimientos internacionales,
era vista en gran parte del mundo, llego a ser
la sexta industria del país con mas de
cien películas producidas anualmente,
tenia un gran mercado interno donde no solo recuperaba
la inversión, sino que hasta obtenía
dividendos y se exportaba a varios países.
Pero a partir de la década de los años
cincuenta empezaron a aparecer los primeros síntomas
seniles que la empezaron a atacar y su decadencia
en todos los órdenes fue lenta pero segura,
hasta llegar a enterrar a este anquilosado sistema
de producción.
Las causas
de su decadencia fueron múltiples y muy
variadas en el esquema anteriormente utilizado::En
primer lugar tenemos a la corrupción representada
por la santísima trinidad de la asociación
de productores, los sindicatos cinematográficos
y el gobierno del país que fueron creciendo
en una espiral agigantada hasta que de plano
reventó, la cerrazón de las entidades
anteriormente mencionadas que impedían
el paso a cualquier gente fuera de ese gremio
por lo que era imposible acceder a el y refrescarlo
con ideas innovadoras y solo mediante recomendaciones
de muy alto nivel o heredando posiciones se podía
acceder a la industria cinematográfica,
debido a lo anterior la calidad de las prelícualas
se iba degradando paulatinamente (claro que todos
los años realizaban dos o tres que valían
la pena para que representaran a nuestro país
en los festivales internacionales), hasta que
alcanzaron el nada honroso denominativo de “churros”
en alusión a la calidad de las cintas
y era común escuchar la frase “yo
no veo cine mexicano” por lo que la cinematografía
nacional fue perdiendo mercados y quedando solo
como diversión popular dirigida a las
clases mes bajas y analfabetas de la población
que eran a las únicas que les gustaban
este tipo de películas que en la vulgaridad
y la violencia encontraron el imán para
una pobre taquilla que bajaba día a día,
pero lo curioso es que se mantenían los
altos índices de producción ya
que se financiaban a través de nuestros
impuestos sin importarle al gobierno que se recuperara
la inversión ya que su finalidad era ofrecer
el circo fílmico al populacho a través
de la paraestatal “Operadora de Teatros”,
apapachando a productores y sindicatos, hasta
que la carga fue tan pesada que reventó
la hebra. El advenimiento de nuevas tecnologías
como los videocasetes y posteriormente los DVDS
que junto con las transmisiones televisivas de
películas vía cable que las ofrecen
en múltiples canales lograron ser un sustituto
perfecto y mucho mas económico para la
asistencia a las salas de exhibición cinematográfica,
las eternas crisis económicas que padeció
el país a partir de 1976 que depauperaron
a la ya de por si empobrecida población
lo que hizo imposible que el publico cautivo
que tenia nuestra cinematografía siguiera
asistiendo a sus exhibiciones en las salas cinematográficas
al convertírselo en articulo de lujo gracias
a los constantes incremento en los precios del
boleto de ingreso, no quedándoles otra
alternativa que refugiarse en las películas
que se podían ver por los medios electrónicos,
y finalmente la nueva ley de cinematografía
promulgada por el entonces presidente Carlos
Salinas de Gortari que redujo el tiempo de pantalla
de las películas mexicanas del 50% al
10% y autorizo el doblaje de los films extranjeros.
Antaño
realizar películas era muy costoso y laborioso.
Hacer una buena película era enrolarse
en una gran empresa de dimensiones enormes que
no cualquiera, mas bien unos pocos tenían
el capital y las relaciones para hacerlo, por
lo que la cinematografía se enfoco mayormente
a ser una industria de entretenimiento con gran
riesgo de inversión, por lo que pocos
eran los atrevidos a incursionar en ella y ya
que estuvieron dentro les cerraron la puerta
a los que de algún modo desearan ingresar.
Pero con el advenimiento de nuevas tecnologías,
primero cinematográficas: 16 y 8 milímetros
y después el súper 8, y luego de
video que culmino en la digitalización
ya se pueden elaborar actualmente películas
a muy bajo costo (un buen equipo de video digital
cuesta alrededor de cien mil pesos y la cinta
es susceptible de exhibirse con muy buena resolución
en las salas cinematográficas) lo que
pone al alcance de un gran numero de personas
e instituciones la posibilidad de expresarse
a través del lenguaje audiovisual.
Paralelamente
mientras decaía la industria fílmica
nacional allá por los años sesenta,
se fue gestando un movimiento por parte de aquellos
que estaban excluidos del sistema de producción
establecido como los estudiantes de la carrera
de cinematografía ofrecida por la Universidad
Nacional Autónoma de México en
el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos
y otras personas que deseaban expresarse a través
de este medio al cual ya tenían a su alcance
en los formatos alternos de 16 y súper
8 mm. Por lo que se fue gestando un movimiento
de varios cineastas que cada vez fue tomando
mas fuerza creando sus propias redes de distribución
y exhibición, principalmente en recintos
universitarios y culturales cuyas producciones
rebasaban en calidad y contenidos a los denominados
churros que tan en boga estaban en aquella época
. Y ellos esos jóvenes del entonces llamado
cine independiente fueron los que le cambiaron
el rostro a la cinematografía nacional.
Actualmente
y gracias a las nuevas tecnologías, una
película no necesariamente tiene que ser
hecha para la pantalla grande, ahora hay una
gran cantidad de films que se hacen exclusivamente
para la televisión y DVDS por lo que las
formas de difundir las realizaciones audiovisuales
se están modificando, ya que es un hecho
innegable según lo muestran las estadísticas
que año con año asiste menos gente
a las salas de exhibición cinematográfica
como por ejemplo en el 2005 que bajo alrededor
de un 7%, y se incrementan las ventas de DVDS
que le proporcionan a cada film alrededor del
40% de sus ingresos.
Todos estos
antecedentes son importantes para contextualizar
el momento que estamos viviendo ahora con un
esquema de producción cinematográfica
totalmente diferente al que impero por varias
décadas y finalmente reventó, y
al uso de unas nuevas tecnologías que
han abaratado sustancialmente la realización
de películas.
También
hay que tomar en cuenta lo que representa y lo
es el cine como medio de comunicación,
de expresión, que ya no es un simple entretenimiento
banal cuyo único fin es la rentabilidad
económica. El lenguaje audiovisual que
se manifiesta a través del celuloide impreso
y la grabación en cintas magnéticas
que son digitalizadas es ahora mas que nunca
el medio mas eficaz para transmitir mensajes,
educar a las personas, informar de situaciones
de todo tipo en el momento en que están
sucediendo, aprender cosas nuevas, almacenar
datos y archivos exactamente como son, preservar
el conocimiento y transmitirlo, registrar la
historia de la humanidad tal y como sucedió
a partir del siglo XX, etc. De alguna forma se
pude decir como lo menciona Raféale Simone
en su libro “La Tercera Fase” que
el lenguaje audiovisual esta sustituyendo al
tipográfico, es decir al libro, ya que
mirar es mas fácil que leer.
Por otra parte
y tomando como base la teoría de la Mediologia
propuesta por Regis Debray, ya que la comunicación
como el la entiende y divulga, tiene en la cinematografía
un buen ejemplo de cómo se da, al preservar
la cultura de un país no importa los años
que pasen, siempre habrá a donde recurrir
como una base de datos para traer al presente
usos, costumbres, acontecimientos, etc. y revivir
nuestras raíces y lo que ha sucedido con
ellas, por lo que es importante que se continúe
imprimiendo en celuloide las etapas por las que
ira transitando el país, así como
la diversidad de valores de las diferentes regiones
y habitantes que forman este gran crisol en que
se ha convertido México.
Son múltiples
las formas en que nos vemos y reconocemos en
el cine, sucediendo esto desde sus inicios, cuando
hace mas de un siglo los enviados de los hermanos
Lumiere y posteriormente los trashumantes tomaban
las “vistas” de cada población
a que llegaban, las revelaban en la noche y al
día siguiente las exhibían al asombrado
publico, que incrédulo, se veía
reflejado sobre una tela de manta. A partir de
ahí se vivió la vida cotidiana
en el cine, desde que cada caudillo revolucionario
llevaba sus camarógrafos para que dieran
cuenta de sus hazañas hasta películas
hechas a la medida del régimen (Zapata
de Felipe Cazals, 1970) u otras criticas, otras
queriendo ser mas objetivas que retrataban la
realidad de la épica revolucionaria. Como
olvidar la comedia ranchera que narra las vicisitudes
de la vida campirana o el melodrama urbano en
el que se llego a reconocer, identificar y cohesionar
no solo México, sino toda Latinoamérica
como lo afirma Jesús Martín Barbero
en su libro de los Medios a las Mediaciones,
ya que al fin de cuentas estamos mas cerca de
ellos que de Estados Unidos.
Con todo lo
anteriormente expuesto y retomando el caso del
cine mexicano a partir del punto de quiebre de
1997 donde se abandonan los anquilosados esquemas
de producción y surgen unos nuevos gracias
al empuje de los verdaderos cineastas cuyas propuestas
audiovisuales y de contenidos llegaron a transformar
la imagen que se tenia de nuestra cinematografía
(ahora ya nadie habla de “churros”),
basados fundamentalmente en elevar la calidad
de las películas, narrando historias atractivas
y de interés para la sociedad contemporánea
cosa que lograron siendo cada vez mayor las invitaciones
a participar en festivales internacionales y
logrando obtener distinciones en los mismos lo
que hizo que las miradas de todo el mundo voltearan
hacia nuestra cinematografía y a sus creadores
lo que coadyuvo a que de 9 películas producidas
en 1997 se incrementaran a 28 y que el numero
de espectadores de 3.5% llegara a casi 10% logrando
dar un salto cuantitativo y cualitativo de grandes
proporciones que catapultaron al cine mexicano.
Las temáticas
abordadas reflejan claramente la problemática
en que se encuentra el país motivando
en muchos casos a la reflexión como en
el caso de “El Crimen del Padre Amaro”
en la que un sacerdote induce a abortar a su
amante en condiciones totalmente insalubres e
inadecuadas lo que le produce la muerte, pero
esto es solo el hilo conductor para mostrarnos
la intima relación existente entre los
altos jerarcas del clero, los político
y los narcotraficantes que a toda costa y sin
ningún escrúpulo mantienen sus
cotos de poder y su privilegiada situación
económica, haciendo caso omiso a las enseñanzas
de Cristo y a los preceptos de los mandamientos
de Dios. “Santitos” es otro ejemplo
de la enajenación religiosa que padece
una mujer que la llevan a realizar un largo y
penoso peregrinaje siguiendo los designios e
instrucciones de aquella figura que se le apareció
en la estufa de la cocina.
La corrupción
un mal endémico en nuestro país
es mostrada abiertamente en films como “La
Ley de Herodes” que narra el ascenso en
puestos políticos de un personaje insignificante
que hace todo tipo de contubernios para alcanzar
sus fines, y “Todo el Poder” que
nos cuenta como los judiciales son intocables
en este México lindo y querido, siendo
a la vez representantes de la ley y criminales
por lo que la gran mayoría de casos quedan
sin resolver. Y “En un Mundo Maravilloso”
asistimos a constatar todos los desaciertos del
gobierno del cambio que ha sumido en la pobreza
aun mas a nuestro país. Una pobreza que
a cualquier precio se han empeñado en
ocultar como queda de manifiesto en la historia
que cuanta esta película.
“Un Día
sin Mexicanos” nos hace ver lo que le pasaría
a la sociedad estadounidense si prescinde de
nuestros connacionales que trabajan en las faenas
mas rudas y desagradables en el vecino país
y el problema migratoria queda de manifiesto
en películas tales como “American
Visa”, “De Ida y Vuelta” y
“Al Otro Lado”, por solo mencionar
algunas.
De una forma
jocosa, en tono de comedia es tratada la relación
de pareja en films de gran éxito como
“Sexo, Pudor y Lagrimas” en la que
se enredan la vida de seis personajes creando
las situaciones muy divertidas e hilarantes que
van de lo absurdo a lo real en que la que conviven
continuamente hombres y mujeres para llegar a
tomar conciencia de su situación para
seguir el camino mas conveniente después
de un proceso de maduración. En la misma
tónica se encuentra “Cilantro y
Perejil” que tras la separación
de una pareja nos muestra el funcionamiento de
los clubes de almas solitarias para que al final
se vuelvan a reunir. Lo que nos lleva a una reflexión
sobre la viabilidad y la ligereza con que tomamos
esta forma de cohabitar.
En “De
la Calle” vemos reflejada la deprimente
realidad de los habitantes de la misma, sus sueños
y la desesperanza a la que están condenados
en una existencia en la que sobreviven de milagro
recordándonos aquella obra maestra que
realizo Luis Buñuel con el nombre de “Los
Olvidados”. La problemática que
vive la juventud sobre todo del sexo femenino
de las clases menos favorecidas en donde continuamente
reciben maltratos llevándolas a un callejón
sin salida para solo encontrar una puerta falsa
queda registrada en “Perfume de Violetas”.
Como olvidar
esa memorable película denominada “Amores
Perros” que además de ser un éxito
de taquilla, obtuvo varios galardones internacionales,
en la que se entretejen tres historias de diferentes
clases sociales , en la que refleja los problemas
y la vida cotidiana de cada una de ellas, lo
que nos muestra las diferentes preocupaciones,
valores, cultura, tradiciones, etc. de cada una
de ellas siendo además un retrato costumbrista
de gran parte de la sociedad mexicana contemporánea,
armado y narrado con gran eficacia, haciendo
de estas una de las mejores películas
de la cinematografía nacional y un claro
ejemplo de las diversas representaciones sociales
que se pueden lograr a través de este
medio, que muestran la realidad de nuestro país.
El éxito
de “Y Tu Mama También” deviene
de del erotismo y la sexualidad abierta que muestra
en sus escenas, este film cuya narración
a veces quiere ser una Road Movie, sirviendo
de pretexto para lo anterior y también
para mostrarnos y he ahí lo verdaderamente
interesante un paisaje deprimente pero real,
de la situación en que se encuentra el
país a través de su banda sonora
y tomas alejadas que aparentemente no tienen
la menor importancia.
“Matando
Cabos” es una excelente comedia, extremadamente
divertida, con una gran propuesta visual y sonora,
en la que la picardía mexicana pasa lista
de presente, siendo esta un magnifico producto
de entretenimiento. Otras películas que
han seguido este mismo camino son “Amar
te Duele”, “La segunda Noche”
y “El tigre de Santa Julia”, por
solo mencionar las mas relevantes y que mayor
afluencia de espectadores han tenido.
Mención
aparte es “El Sueño del Caimán”
que si bien por un lado tiene fallas técnicas
bastante notorias y no gozo en nuestro país
de una distribución comercial pese a que
en España estuvo un mes en cartelera,
tiene en su haber una maravilloso e imaginativa
propuesta visual, una narración con temática
costumbrista, de la vida diaria que se sitúa
en una de las grandes ciudades de México
y que fluye estupendamente, unas actuaciones
frescas y costo solo quinientos mil pesos es
decir cincuenta mil dólares, lo que nos
habla de lo que se puede hacer con tan poco dinero
y es este tipo de producciones las que deben
voltear a mirar los cineastas ya que dentro de
la realidad económica del país,
esto es lo que debemos tratar de hacer. Los grandes
capitales no son garantía de buenas películas,
pero si la imaginación, los conocimientos,
la creatividad y el talento. La problemática
del país, la idiosincrasia de los mexicanos,
la forma de ver la vida, las tradiciones, nuestros
usos y costumbres, nuestra historia, los valores
culturales y la identidad donde nos reconocemos,
lo que nos une, anclados en una sociedad muy
heterogénea, pero que al fin de cuentas
es la nuestra, donde nos toco vivir y ser de
una forma determinada, única en el mundo,
con mucho mayores semejanzas con los pueblos
latinos que con los anglosajones por ejemplo,
todo eso se ve reflejado en el cine mexicano
que hace gala de una gran imaginación
sociológica para contar nuestras historias
quienes somos, quienes hemos sido y quienes queremos
seguir siendo, lo que lo hace imprescindible
para que se siga contando la vida de este país
y sus habitantes, sino ¿quién lo
hará?.
Mención
aparte merecen los creadores en formatos digitales
cuya finalidad no es la rentabilidad económica,
sino registrar la problemática del país
sea en forma documental grabando los acontecimientos
que tienen lugar para que queden como testimonio
de nuestra verdadera historia o sea en forma
ficcionada en la que queda reflejada nuestra
realidad social para que den fe de lo que es
México. Lamentablemente estas películas
nunca llegan a exhibirse en corridas comerciales
al igual que muchas otras manufacturadas dentro
de la denominada industria cinematográfica
ya que toda esta esta dominada por los intereses
de las grandes trasnacionales del entretenimiento
audiovisual, que les impiden su libre circulación,
no quedándoles otra opción que
su transmisión en televisoras culturales
en programas específicos como es el caso
de “El Abrelatas” emitido por el
canal 11 de la ciudad de México y llegando
por cable a varias poblaciones del pais.
Hace algunos
días vi la película 21 Gramos de
Alejandro González Iñarruti, ese
mismo que hizo Amores Perros. Mismo director,
mismos guionistas, misma narrativa(solo que mas
rebuscada, como que si eso fuera garantía
de una buena película) pero con actores
norteamericanos, temática de aquel país
y toda la industria hollywoodense atrás
de ella. “Amores Perros” es una excelente
película mexicana en donde se ve la problemática
de nuestro México lindo y querido, de
cómo somos los mexicanos reflejando todo
aquello que ayudo a construirnos como pueblo,
como nación, nuestra idiosincrasia. “21
Gramos” nada pero absolutamente nada, tiene
que ver con México. ¿Es ahí
a donde queremos llegar?
Habrá
que preguntarle a las personas que escucharon
el canto de las sirenas hollywoodenses y se fueron
a probar fortuna en el vecino país del
norte, algunos con espléndidos resultados
en lo económico como Salma Hayek, Alfonso
Cuaron, Alejandro González Inarruti, Guillermo
Arriaga, Gael García Bernal, Eduardo Lubezki,
Diego Luna, Guillermo del Toro, y varios mas,
de los cuales no todos han llegado a sobresalir
y simplemente sobreviven en su condición
de emigrantes. Y los que alcanzaron el éxito,
aparte del dinero obtenido, la otra cosa que
lograron fue convertirse en artesanos a las ordenes
de las grandes compañías trasnacionales
Ya lo manifestó
Alfonso Cuaron en una entrevista que le otorgo
a la prensa, al decir que sus películas
no tenían nada de mexicanas, que solo
eran migrantes de lujo, que eran mexicanos que
trabajaban en producciones hollywoodenses.
Y son precisamente
esas compañías trasnacionales las
que impiden la libre circulación de los
productos cinematográficos y mediáticos
al controlar la distribución y en muchos
casos la exhibición de los mismos en todo
el mundo. Ellos deciden lo que el publico debe
ver y lo que no, y obviamente son las producciones
estadounidenses las elegidas ya que como lo menciona
Herbert Schiller en su libro Cultura, S.A. “A
estas grandes corporaciones lo único que
les interesa es la rentabilidad económica
y la implantación de la ideología
dominante”. De esta forma nos sacan algunos
de los pocos dólares que tenemos y van
transculturizando a la sociedad mexicana para
poco a poco irle metiendo en el cerebro las maravillas
del American way of life.
Esta situación
es mas que suficiente para que nuestros cineastas
y videoastas utilizando las nuevas tecnologías
digitales con lo que abaratan enormemente la
realización de sus productos audiovisuales,
utilicen este formato para elaborarlos y aumenten
el numero de producciones, producciones que reflejen
nuestra identidad, valores, costumbres, cultura,
tradiciones que cuenten y preserven nuestra historia,
que le hagan ver al mundo quienes somos y quienes
queremos seguir siendo. Ya que el lenguaje audiovisual
es la forma mas eficaz para lograrlo y deben
de tomar en cuenta que no solo están las
salas de exhibición cinematográfica
para presentar sus obras, sino que también
a través de la televisión sea abierta
o de paga, hay una gran necesidad de los canales
televisivos de hacerse de nuevo material y la
prueba la tienen en las continuas repeticiones
de la programación que conforman en bloques
de cuatro horas para pasado ese tiempo volver
a repetir los mismos programas. Además
esta la venta en DVD los cuales pueden adquirir
desde en un almacén de lujo hasta en los
tianguis, al creador de una película mas
que la rentabilidad económica lo que le
interesa es que su material sea apreciado por
el mayor publico posible sin importar la forma
en que este llegue a el.
Pedro
Matute Villaseñor |