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Por Alfredo Troncoso
Número 24
Entrevista a
Gustavo
Figueroa
Sartori
se declara contento con el calificativo de apocalíptico ante
la hegemonía de la imagen televisiva. Tú estudiaste
con otro italiano que también ha hablado de la TV, pero en
términos menos pesimistas. ¿Sería ir demasiado
lejos decir que Vattimo es un optimista ante el futuro de la TV?
Estaría él de acuerdo en decir que la imagen televisiva
empobrece fatalmente nuestras facultades intelectuales y, por ende,
políticas?
No acepto la disyuntiva
de las preguntas y me atrevo a decir que Vattimo tampoco la aceptaría.
¿Optimista? No tanto si pensamos que su perspectiva, notablemente
influenciada por Nietzsche y Heidegger, tiene como trasfondo el
"destino" nihilista y secularizador de la historia de
la cultura occidental.
En materia mediática, su
posición es compleja. Por un lado, reconoce que los medios
no han hecho que está sociedad (la que él llama la
sociedad de la comunicación generalizada, la sociedad posmoderna)
se haya vuelto más transparente, en el sentido de estar cada
vez más y mejor informada, más
iluminada y conciente de sí misma, al contrario, la han vuelto
más opaca y obscura, incluso caótica. Sin embargo,
y aquí está lo interesante de su propuesta, Vattimo
piensa que en este relativo caos residen nuestras posibilidades
(y conste que dice posibilidades) de emancipación: liberarnos
de la idea de una realidad única, definitiva y monosémica
a cambio de una
visión abierta, cambiante y plural del mundo, de los mundos
diversos en los que vivimos todos y que vemos proyectados en la
multiplicidad de imágenes que nos ofrecen los medios.
Vattimo se atreve a decir que en
ese caos de imágenes llega incluso a minarse el mismísimo
principio de realidad. Es más, sostiene, no sin cierta ironía,
que después de todo quizá no sea una gran pérdida,
pero al mismo tiempo reconoce los graves peligros de lo que Lyotard
llamaría la condición posmoderna:
1) la falta de una verdadera pluralidad
en los medios que en mayor o menor medida siguen controlados por
grandes monopolios económicos y/o políticos, especialmente
en el contexto de pobreza de los países subdesarrollados,
2) la pobreza intelectual de los
medios que no pocas veces caen en la pura banalidad y el vacío
de sentido (en esto coincidiría, aunque sin dosis de dramatismo
con Sartori) y
3) la completa disolución
del mundo en el mundo de las imágenes mediáticas,
es decir, el abandono definitivo de lo real y el salto "mortal
en el vacío" a la existencia como simulacro (Baudrillard).
¿La proliferación
de imágenes televisivas y la crisis de la cultura del escrito
(y el concepto) podrían verse entonces como una de las últimas
consecuencias de un proceso de desgaste del principio de realidad
(fin de la metafísica) que empezó mucho antes de la
TV?
No quiero jugar demasiado
con la antilógica, pero no estoy seguro si el auge de la
TV y la crisis de la que hablas (la del concepto y del escrito)
es una consecuencia del desgaste del principio de realidad o más
bien una causa. Como bien dices, seguramente ese desgaste viene
desde antes de la TV, sobre
todo en el ámbito teórico, nada más hay que
recordar las contribuciones de Marx, Freud y Nietzsche en ese sentido,
pero no me queda duda de que, como sugiere Heidegger, el punto crítico
de la corrosión del ser (de lo real) se da precisamente en
la época de la imagen del mundo, cuando a través de
la
telemática y la tecnología informática el mundo
se va reduciendo a su imagen. Es más, no sé porqué
utilicé la palabra "reduciendo", cabría
preguntarse: ¿el mundo se reduce o se amplía en sus
imágenes? No estoy seguro de la respuesta.
Vattimo no sólo habló
de la "chance" que ofrece la TV, también hizo un
intento por hacer filosofía en TV. ¿Cómo evaluarías
ese esfuerzo por llevar la argumentación a la pantalla? ¿Se
trató de algo marginal o de algo que bien podría formar
parte de lo que los italianos han dado en llamar la neoTV? ¿Crees
que ese tipo de experimento sería posible en México?
No tengo los datos precisos
acerca del recibimiento que tuvo el programa de Vattimo en la TV.
En todo caso, tengo la impresión de que no tuvo un éxito
masivo pero tampoco fue un esfuerzo meramente marginal. La tentativa
fue muy interesante por muchas razones. Lo que de entrada resulta
relevante es que
Vattimo, anfitrión del programa, mantuvo siempre una actitud
de reto hacia sus interlocutores invitados, destacados intelectuales
italianos, especialistas en diversos temas y no pocas veces enemigos
intelectuales del propio Vattimo.
El reto era triple: hablar en oposición
a Vattimo, hacerlo siempre con un lenguaje claro y sencillo y, por
si fuera poco, contra reloj. En México no recuerdo ejemplos
similares. Lo más cercano podrían ser las Conversaciones
con Octavio Paz que parecían todo menos conversaciones y
eran más bien monólogos interminables en los que Paz
se autocomplacía a partir de las reverencias incondicionales
de sus invitados.
Según la perspectiva de
Sartori parecería no sólo que la imagen es prerrogativa
única y exclusiva del ojo, sino que el conocimiento es prerrogativa
única y exclusiva del concepto. La hermenéutica y
el "pensiero debole" de Vattimo reivindican, por el contrario,
un lugar para la imagen verbal. ¿Podríamos entender
la crítica a la "razón obesa" de Vattimo
como un esfuerzo por adelgazarla por la vía de la imagen?
¿Se relaciona esto con la "chance" de la TV?
Es una pregunta difícil.
Creo que Vattimo no se ha detenido demasiado en estos asuntos. Cuando
dices que la hermenéutica y el "pensiero debole"
reivindican un lugar para la imagen verbal, no estoy tan seguro,
quizá me parecería un poco excesivo. Se trata otra
vez, como en la primera pregunta, de una postura compleja y más
orientada al arte (y a su papel
desfundamentador) que a los medios.
Por un lado, Vattimo siempre ha
sido un gran admirador del arte y la poesía, y, en la línea
de Nietzsche-Heidegger-Gadamer ha apostado siempre por la "experiencia
estética" (con toda la ambigüedad del término)
como una vía más intuitivo-simbólica que conceptual
para entender los rasgos oscilantes, disolutivos y mediáticos
de la posmodernidad. Sin embargo, él mismo ha advertido los
riesgos de caer en una progresiva estetización de la vida
cotidiana tal y como se está dando ya en el mundo actual
por medio del diseño, la moda, la publicidad y las mitologías
fabricadas por los media. Sencillamente la progresiva superficialización
estética de la vida nos puede llevar al olvido romántico
de la diferencia entre vida y arte. La reticencia de Vattimo en
este sentido se vuelca incluso hacia el discurso
filosófico y la defensa de su especificidad. Tengo muy presente
una discusión con Derrida en donde Vattimo lo acusa de un
abandono de la argumentación a cambio de una abusiva estetización
del lenguaje filosófico. Estoy de acuerdo.
En fin, y a manera de balance,
¿que le concederías a Sartori, qué a Vattimo,
ante la tarea de evaluar el futuro de una sociedad menos centrada
en la lectoescritura?
Estoy con Vattimo aunque
le concedo a Sartori el acierto de no haber aceptado hasta ahora
ser el conductor de ningún programa de TV.
Dr.
Alfredo Troncoso
Director académico de Ciencias de la
Comunicación en la Universidad del Nuevo
Mundo (UNUM) y Catedrático del ITESM
Campus Estado de México, México
Gustavo
Figueroa
Cursó la carrera de Filosofía
en la UNAM, así como una especialización
en Hermenéutica con Gianni Vattimo en Torino, Italia. Actualmente
es Director de CTI en la Universidad Nuevo Mundo..
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