Por Luis Isla Molina
Número 27
Según McLuhan los
medios de comunicación de masas han transformado la vida
de los hombres y su relación con el entorno, estos tienen
el mérito de constituirse en extensiones de nuestra capacidad
de conocer, pues "construyen un lenguaje social específico,
que hace cambiar nuestras percepciones sobre la sociedad y nuestras
relaciones con los demás"2.
Para el autor, primero es el diario
el que nos saca de la tribu en la cual vivíamos con la interacción
oral. Esta analogía, nos transporta a la tribu donde nos
informábamos mediante el relato oral, escuchábamos
al cazador alrededor del fuego. En esta situación podíamos
dialogar directamente con el cazador y éste podía
modificar su relato- discurso, según las preguntas o intervenciones
de sus oyentes.
En cambio el diario nos lleva al
aislamiento, al distanciamiento de los otros, nos encontramos, señala
Mc Luhan, con una memoria fuera de nuestro cerebro, donde no existe
más un relato- tiempo real, éste puede ser visto en
tiempos diferidos y en solitario.
Sin embargo, más importante
que el contenido del diario, es "la implantación de
la nueva tecnología de la comunicación (la telecomunicación),
de la nueva estructura para informarse, la nueva relación
que nace con un medio que multiplica la palabra, reproduce muchas
veces un mismo mensaje, pero genera y favorece el aislamiento entre
las personas, cambiando toda la manera de pensar y de actuar en
la sociedad"3.
Aunque enfatiza mucho más
la importancia en la construcción de una nueva percepción
de la realidad a través de los contenidos, no cabe ninguna
duda que "la imprenta, además significó un verdadero
poder, que puso en cuestión el control burocrático
y fomentó tanto el nacionalismo como el individualismo en
el S. XVI."4.
Es así como Gouldner atribuye
la era de la ideología a los siglos XVIII y XIX donde se
acrecienta fuertemente la disponibilidad de materiales impresos,
sobre todo en forma de noticias, esto derivó en una clara
necesidad de procesar e interpretar la información. Indica,
además que la ideología fue una respuesta a la "revolución
informativa, la cual trató de dar sentido a lo que de otra
forma habría sido sólo información fragmentada"5.
Orígenes de la prensa
El periódico, tal
como hoy lo conocemos, nació en Inglaterra en el S. XVIII.
Pero con anterioridad a esta fecha existieron distintas formas de
comunicación social. En la Roma antigua existían distintos
medios de información pública, tal es el caso de "Las
Actas públicas o actas del pueblo", estas consistían
en una serie de tablones donde se entregaban los últimos
y más importantes acontecimientos sucedidos en el Imperio.
Con la invención de la imprenta,
ya en la Edad Media, aparecieron otras publicaciones periódicas.
Estas informaban sobre hechos excepcionales, cuando la ocasión
lo requería, tal es el caso del descubrimiento de América.
Los gobiernos de la época
pronto comenzaron a utilizar la información como propaganda,
desarrollando los temas en un formato de libro y portada ilustrada.
La iglesia, por su parte, realiza publicaciones de contenido popular,
trataban temas sensacionalistas, monstruos, milagros... y la explicación
de los mismos suele ser siempre religiosa.
Desde el 1600 las Gacetas con periodicidad
semanal eran impresas por editores privados, pero pronto quedarían
bajo la protección de los Estados Absolutos que las utilizarían
como medio de propaganda de la monarquía.
Ya en el S. XVIII las empresas periodísticas
introdujeron innovaciones técnicas, establecieron una infraestructura
informativa para la recepción de noticias y mejoraron los
sistemas de distribución, a medida que se desarrollaron las
redes del ferrocarril. La "visión comercial" era
incorporada al desarrollo de la información, aparece una
nueva mentalidad, con un fin lucrativo que permitió modernizar
la empresa, reducir costos y aumentar la capacidad productiva.
Cabe destacar que en esta época
el 80 por ciento de la población era analfabeta, el público-lector
de papeles periódicos era una minoría ilustrada compuesta
por nobles y clérigos, miembros de la burocracia real, oficiales
del ejército y algunos sectores de la clase media profesional
tales como médicos, profesores, abogados, entre otros.
Aunque, más allá de
la visión elitista de la prensa del S. XVIII, nos encontramos
en los cimientos de ésta y el papel fundamental en la difusión
de las ideas, ya sean liberales o conservadoras, pero que en definitiva,
relacionan de manera evidente el apego de los medios al poder y
la utilización de estos como vehículos de transmisión
de una determinada ideología.
Un ejemplo claro de esto, es lo
que ocurre "tras la revolución francesa, donde se produjo
en toda Europa una reacción conservadora y se impuso de nuevo
el absolutismo por lo que lo periódicos liberales tuvieron
que dirigir sus esfuerzos a luchar contra él"6.
Estas publicaciones, de una marcada
tendencia política, fueron creadoras de opinión pública
y fermento de las instituciones democráticas. Tras el triunfo
del liberalismo, todos los países occidentales reconocieron
la libertad de expresión y dictaron leyes de prensa.
Se realizaron reformas institucionales,
apuntando a la ampliación formal y legal de las libertades
públicas, y es, precisamente, "en el ámbito de
la prensa uno de los primeros en que se hace sentir la preeminencia
lograda por el proyecto modernizador liberal, al aprobarse en 1872
la nueva Ley de Imprenta, la cual consagró la más
amplia libertad"7.
En tanto, en nuestro país,
el nuevo marco legislativo instalado a partir de la normativa promulgada
en 1872 permite a la prensa un notable desarrollo. "Cada día
gana más terreno la información sobre los comentarios
y las polémicas de carácter meramente doctrinario"8.
De esta manera, la prensa en Chile
se define a sí misma como informativa, desarrollando un mercado
noticioso fuertemente competitivo; recibiendo, sin lugar a dudas,
un fuerte apoyo de las innovaciones tecnológicas de la época,
específicamente el ferrocarril fundado en Santiago en 1855,
"el cual lo podemos catalogar de embrión del nuevo tipo
de prensa, y ocupa sin duda, un lugar preponderante en el nuevo
espacio comunicacional y cultural"9.
Para Ossandón y Santa Cruz
una suerte de "hegemonía de pensamiento liberal"
marcado por un carácter universalista y cosmopolita genera
una cultura cotidiana, en donde las elites adoptan nuevas costumbres
y las hacen parte de su vida. Se desarrolla un estilo de vida propio
de los cánones de la cultura europea, especialmente la Inglesa
y Francesa.
Es así, como se forman espacios
exclusivos que consolidaron una identidad oligárquica que
pronto fue transmitida por los medios de esta "propia elite
que monopoliza el poder, representa su situación social en
una puesta en escena que opera como vitrina para el resto de la
población, es aquí donde genera espacios públicos
exclusivos, segrega y excluye, pero al mismo tiempo son cercanos
y abiertos a la mirada de los otros10.
Prensa y propaganda
La propaganda es definida
por Oscar Ochoa como "toda acción organizada para difundir
una idea, opinión, doctrina o religión"11.
Es decir, que es un elemento necesario para la difusión de
valores, el cambio de actitudes y la información en cuanto
a las conveniencias y propuestas de los partidos políticos
como cuerpos de doctrina social.
Por otra parte, el autor señala
que puede adquirir un fuerte tinte de control al emplearla con un
propósito motivacional, el cual difunde argumentos para justificar,
persuadir o estimular a que se realicen acciones, en ocasiones mediante
la reiteración de determinadas ideas o en los mensajes tendientes
a influir en la voluntad de otra persona o grupo de personas.
Un claro ejemplo de ésta
situación, se encuentra en el periodismo en tiempo de guerra.
Durante la Primera Guerra Mundial los periodistas colaboraron con
el ejército y difundieron entre la población noticias
falsas e historias heroicas, con el fin de mantener el entusiasmo
de la retaguardia y fomentar el odio entre los contrincantes.
Luego, al término de la II
Guerra Mundial, los Estados comenzaron directamente a intervenir
en el sector informativo, rescatando de la experiencia, "la
utilización de los medios informativos en el desempeño
de una función al servicio público, protagonizando
un rol social frente a la comunidad"12.
Paralelo a esta situación, los Estados defienden la libertad
de expresión y al mismo tiempo establecen normas de control
hacia los medios, pero a su vez se convierten en dueños de
dichos medios de comunicación, lo que entrega una clara visión
del poder que la prensa representa para los intereses de las instituciones
públicas.
Finalmente, en los años 70´
el fuerte desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas
a los medios de comunicación, crean una crisis de la información,
ya que se acentúa la tendencia a la concentración
de emisores, en la que hasta nuestros días seguimos inmersos.13
Esto ha generado verdaderos bloques empresariales, donde priman
fuertes intereses económico-políticos detrás
de verdaderas industrias de la información.
Comunicación política
Los inicios de la comunicación
política los encontramos en los orígenes de la civilización,
cuando la vida social de las comunidades dependía de líderes
y pensadores con grandes habilidades en el manejo de la retórica,
la elocuencia y otras habilidades para comunicar sus ideas y sus
propósitos.
En tanto política, de acuerdo
con Aristóteles "es la más subjetiva de las ciencias,
por lo complejo del proceder humano en su conjunto"14.
Sin embargo ésta, ha ido consagrando sus funciones hacia
la vida de las comunidades, donde con ayuda de la comunicación
ha estado al servicio del hombre durante siglos.
Aunque, la preocupación del
hombre por la política y su difusión data del origen
de la civilización, explica Oscar Ochoa, en nuestro tiempo
aún no es posible establecer y conciliar intereses, lograr
consensos, entregar de una manera adecuada, equilibrada y equitativamente
justa de comunicación. Por el contrario, el autor señala,
que los medios ejercen un poder que sobrepasa las posibilidades
del ciudadano común, y la política sigue siendo más
el privilegio de unos pocos que el ejercicio donde todos actúan
por igual.
Desde la perspectiva del autor,
"la política es una ciencia que estudia las relaciones
entre los ciudadanos y el Estado"15.
Es decir se genera una complicidad entre ambos en la que no puede
estar ausente la comunicación, ya sea en forma directa o
no, esto, ya que en democracia la vida política para Ochoa
es un gran sistema de diálogos.
Tanto así, que en la actualidad
para un político resulta difícil gobernar sin el concurso
de los medios de comunicación masiva. Esta participación,
entendiendo a la democracia como el gobierno de la opinión,
podría ser desfavorable o a favor del dirigente. Lo importante,
sin duda, es que el político o el grupo gobernante cuenten
con los canales de comunicación adecuados.
En este sentido, si no existen los
canales informativos, se margina al ciudadano de saber "si
son correctas o justas las decisiones que afectan a su vida cuando
son tomadas por el grupo en el poder, tampoco podría conocer
a sus gobernantes y menos aún realizar una democracia participativa"16.
En consecuencia, esto podría
resultar claramente perjudicial para el propio sistema político,
ya que para Ochoa, la comunicación tiene como uno de sus
propósitos sistematizar los flujos de información
entre gobernantes y gobernados lo que, en una sociedad organizada,
podría significar que sin comunicación la política
se vería limitada en alcance, significado y posibilidades.
Afirma, por lo tanto, que comunicar es un acto de naturaleza política.
Aunque las definiciones de comunicación
política son diversas y han generado fuertes polémicas
entre los distintos investigadores del campo, existe un relativo
consenso en que ésta cumple un papel fundamental en el funcionamiento
de los sistemas políticos.
Meadow la define como "el
intercambio de símbolos o mensajes que con un significativo
alcance han sido compartidos por, o tienen consecuencias para, el
funcionamiento de los sistemas políticos"17.
De esta manera, Ochoa plantea que
la comunicación política ha desempeñado distintos
papeles, dependiendo del sistema político del que se trate.
Por ejemplo, en una dictadura su papel se verá limitado a
servir como un mero instrumento del poder establecido. En tanto,
en un sistema democrático, la comunicación ocupará
un rol más central en sus procesos.
Una visión institucionalizada
de la comunicación política, es la de la D. Nimo cuando
sostiene que "una comunicación (actividad) puede ser
considerada política en virtud de las consecuencias (actuales
y potenciales) que regulan la conducta humana bajo ciertas condiciones
de conflicto"18.
Entre todas estas definiciones,
destacan la existencia de un campo común que llaman comunicación
y otro que llaman política, indica Monzón, y que cuando
el primero influye o guarda relación con el segundo, entonces
se puede hablar de "comunicación política".
Sin embargo, para los efectos de
ésta investigación utilizaremos el planteamiento de
Oscar Ochoa, el cual define a la "comunicación política
como el proceso de transmisión y recepción de mensajes,
desde y hacia los componentes del sistema político"19.
El autor plantea, que si el ser humano es político por naturaleza
la comunicación que establece es un acto público y
de orden político, que trasciende y se ve afectado en lo
social con el propósito de establecer relaciones de poder.
En la comunicación política
intervienen, además factores de tiempo, lugar, acontecimientos
y lo más importante, las intenciones de quienes participan
en ella dentro de un orden político establecido.
Finalmente, Ochoa explica que "la
difusión de valores del sistema social, a través de
los medios de comunicación se va desarrollando hacia relaciones
más complejas, sobre todo en el ámbito del poder"20.
Estas condiciones determinan los acontecimientos estableciéndose
un ciclo de relaciones políticas y de comunicación.
Por último, Monzón
señala la importancia que han adquirido los medios en el
desarrollo de la democracia desde los años noventa. Es la
"mediocracia o democracia centrada en los medios de comunicación
que está revolucionando el mundo de la información
y la política"21
Explica que los periodistas han
pasado de ser testigos de la actividad pública y política
a actores, los lideres políticos aprenden nuevas técnicas
de comunicación y persuasión, los gobiernos deben
dar cuenta de sus actos con mayor rapidez y transparencia y los
partidos políticos pierden peso en la escena política
para dar paso a la popularidad e imagen de sus líderes; el
nuevo espacio público, sin lugar a dudas esta dominado por
la información.
Medios, mediación, democracia
La confusión entre
los conceptos de mediación y mediatización, es para
Phillippe Breton, el punto de partida de la investigación
en el terreno de la comunicación política y el análisis
del papel que desempeña la ideología de la comunicación
en la naturaleza del debate político actual.
Para el autor, "la mediatización es el hecho de recurrir
a los medios como canal de difusión de la información,
y cataloga a ésta sólo como un caso posible de la
función más vasta que asegura la mediación"22.
En tanto, la mediación representa un conjunto de herramientas
que utilizan los medios en sus informaciones, estas son la transmisión,
puesta en escena y comentario.
Es así como, como Breton
plantea que la forma concreta que toma la ideología dentro
de la comunicación política, se describirá
como una doble identificación: por un lado, entre mediación
y mediatización; y por el otro, entre medios y democracia.
Con respecto a la mediación
y mediatización, el autor difiere de la hipótesis
que señala la no-distinción entre la palabra política
y su formulación como mensaje, declarando que no existiría
una co-producción del mensaje entre mediador y el político.
Sino, por el contrario, distingue dos modalidades de la puesta en
forma "mediológica" citando a Régis Debray
"la que realizan los medios como instancia independiente del
transporte del mensaje y la que realizan los propios productores
de la palabra política"23
En el primer caso, se trata de la
mediatización o canal de difusión que se encuentra
en manos de los medios; y en el segundo, de la argumentación
política propio de los políticos o grupos dirigentes.
Además de señalar
una marcada diferencia entre los actores que participan de la comunicación
política a través de los medios, Breton explica la
importancia de la mediación, que no es sólo transmisión,
puesta en escena y comentario del mensaje, sino que además,
es utilizada por los medios para reducir la mediación a la
mediatización, quebrando el hilo argumentativo propio de
lo político para sustituirlo por el "comentario mediático".
Frente a esta situación,
Breton indica que los políticos tienen dos caminos para asegurar
la integridad comunicacional de sus contenidos: lo primero es anticipar
las condiciones en la que los medios transmitirán, pondrán
en escena y comentarán dicho mensaje para mantener su eficacia
en la opinión pública, o bien tratar de ahorrase esta
mediatización evitando a los medios y consiguiendo medios
de transmisión propios (acción militante o compra
de publicidad política).
Si bien es cierto, que la segunda
opción ha probado su eficacia en el tiempo, en cuanto a los
periodos electorales, fuera de ese contexto el problema se presenta
para el político en la legitimidad que pueda tener para el
público un mensaje transmitido por una vía propia,
en lugar de utilizar como canal a los medios.
En cuanto a los medios y democracia,
el autor postula que el excesivo lugar que ocupan hoy los medios
de comunicación en detrimento de otros procesos de mediación,
ha convertido a estos en héroes del mundo moderno, situándolos
en el centro de todo. " La sobreexposición de la prensa
idealizada por una ideología de fuertes resonancias utópicas
que, aprovechando el debilitamiento actual del discurso político,
sumado a la escasez de mediación, obstaculizan la función
(mediática) de la política que podría, asegura,
enriquecer la democracia"24.
El valor ideológico- político
que se le confiere hoy al trabajo de los medios (mediación),
incluso en el seno del mundo político, junto al contexto
del progresivo debilitamiento de la producción de las ideas
políticas nuevas y su fuerte repercusión en las convicciones
del discurso político, han terminado en generar un verdadero
abismo entre el ciudadano común y sus gobernantes.
Aunque la postura del autor plantea
una visión, un tanto apocalíptica sobre el tema, sin
duda reflexionar sobre la manera en que los medios entreguen más
espacios de participación y recuperen la función de
mediación que perdieron en favor de la interposición,
es el desafío para los medios en la actualidad.
Notas:
2
Mc Luhan, Marshall. 1998. En: Vera, Héctor. " Desafíos
democráticos del periodismo Chileno". Santiago. Chile.
Editorial Universidad de Santiago 69-73 pp.
3 Op. Cit,. 1998: 70 p.
4 McQuail, Denis. 1983. "Introducción
a la teoría de la comunicación de masas". Bs.
Aires, Argentina. Ediciones Paidos Ibérica S.A. 51 p.
5 Op. Cit., 1983: 52 p.
6 BERNABEU, Morón Natalia.
"Breve historia de la prensa". <http//www.quadraquinta.org>
[consulta: 20 de diciembre de 2001]
7 OSSANDON, Carlos; SANTA CRUZ;
Eduardo. 2001. "Entre las alas y el plomo". Santiago,
Chile. Editorial LOM 21 p.
8 Op. Cit,. 2001: 23 p.
9 Op. Cit,. 2001: 23 p.
10 Op. Cit,. 2001: 25 p.
11 OCHOA, Oscar. 2000. "
Comunicación política y opinión pública".
México D.F. Editorial Mc Graw-Hill/ Interamericana SA. 71
p.
12 BERNABEU, Morón Natalia.
"Breve historia de la prensa". <http://www.quadraquinta.org>
[consulta: 20 de diciembre de 2001]
13 BERNABEU, Morón Natalia.
"Breve historia de la prensa". <http.//www.quadraquinta.org>
[consulta: 20 de diciembre de 2001].
14 BERNBABEU, Morón Natalia.
"Breve historia de la prensa". <http.//www.quadraquinta.org>
[consulta: 20 de diciembre de 2001]
15 Op. Cit,. 2000: 3 p.
16 Op. Cit,. 2000: 6 p.
17 MONZON, Cándido. 1996.
" Opinión pública y comunicación política".
Madrid, España. Editorial Tecnos S.A. 218 p.
18 Op. Cit,. 1996: 218 p.
19 Op. Cit,. 2000: 5 p.
20 Op. Cit,. 2000: 5 p.
21 Op. Cit,. 1996: 225
22 BRETON, Phillippe.1998. En:
GAUTHIER, Gilles. GOSSELLIN, André; MOUCHON, Jean. "Comunicación
y política". Barcelona, España. Editorial Gesida
S.A. 356-371 pp.
23 Op. Cit,. 1998: 362 p.
24 Op. Cit,. 1998: 370 p.
Lic.
Luis Isla Molina |