Por Carlos Fara
Número 40
Carlos Fara es
uno de los encuestadores que goza de mayor prestigio y quedó
fuera del debate respecto a quienes (como Artemio López,
Enrique Zuleta Puceiro o Analía del Franco) trabajan para
el gobierno. El consultor político internacional regresó
desde Panamá, donde fue invitado a la asunción presidencial
de Martín Torrijos, tras asesorar al Partido Popular, que
forma parte de la coalición que ganó las elecciones.
"La imagen positiva personal de Néstor
Kirchner es del 46% y la de su gobierno del 40%", señala
Fara, quien respondió en una entrevista con La Capital sobre
los temas y personajes políticos que, hoy por hoy, dominan
la escena: "Se generó un clima negativo: es la primera
vez desde que asumió Kirchner que medimos que el pesimismo
supera al optimismo en la población".
-Se abrió una dura polémica respecto
a que existen encuestadores pagos por el gobierno que "fabricaron"
durante meses una imagen positiva del presidente que en realidad
no existió. ¿Tuvo alguna vez Kirchner 80% de imagen
positiva?
-Sí. En los primeros 30 días de gobierno
tenía 79%. Luego se instaló en una meseta del 70%
y, en diciembre de 2003, cayó a 64%. Su gobierno empezó
con 77% y luego pasó a casi 60% durante la segunda parte
del año pasado. Nuestra última medición refleja
que su imagen positiva es del 46% y la de su gobierno del 40%.
-¿A qué atribuye la caída?
-Hay tres razones: por un lado, los aspectos de
la gestión que no andan bien, como la seguridad, y cierta
preocupación por la inflación o el amesetamiento económico.
En segundo lugar, porque el gobierno desde marzo va detrás
de los acontecimientos, y esto termina deteriorando el liderazgo
porque ya no puede fijar agenda. Y en tercer lugar, cae mal el nivel
de conflictividad política, ya que cuando lo ven al presidente
peleándose con muchos sectores, la gente siente que pierde
tiempo en peleas en vez de dedicarse a resolver problemas. Este
tema de la conflictividad es importante porque genera dudas sobre
la gobernabilidad, que fue uno de los dos grandes factores que definieron
la elección de 2003 luego del desastre de la Alianza.
-La cuestión piquetera esta focalizada en
la Capital Federal, sin embargo se transformó en clave para
medir la baja del jefe del Estado a nivel nacional. ¿Cómo
lo explica?
-Porque la sociedad evalúa señales
que emite el gobierno, más allá de si lo afecta o
no un corte de calles. El problema piquetero lo muestra al Ejecutivo
sin poder establecer cierto orden público; además,
la gente no distingue entre piqueteros buenos y malos. Por lo tanto,
la mala imagen de D'Elía, más los hechos de la comisaría
de La Boca y la asistencia de funcionarios de gobierno a un congreso
de los piqueteros aliados conforman un conjunto negativo para el
oficialismo.
-El debate mediático sobre Blumberg respecto
a su presunta pertenencia derechista, ¿hizo mella en su imagen?
-Aún no lo medimos nuevamente. Pero no creo
que el mote ideológico sea el problema de Blumberg. Por otra
parte, su eventual identificación con la derecha no es el
perfil que registra en las encuestas.
-¿Quiénes serían hoy los principales
rivales de Kirchner de cara a una reelección?
-La verdad es que no existe ninguno que le pueda
hacer frente. Porque si uno pregunta de manera espontánea
a quién votaría hoy para presidente, el 27% opta por
Kirchner y el 57% no sabe. López Murphy se ubica segundo,
con el 4%. Si uno consulta acerca de a quién votaría
si se presentasen los mismos candidatos de 2003, Kirchner obtiene
el 37%, Carrió el 9, Menem el 8 y López Murphy el
7. Por ahora no hay alternativas en la cabeza de la sociedad.
-¿Cuál es el análisis de la
gestión del gobierno?
-Creo que los problemas que enfrenta los iba a
tener cualquier gobierno, y que nadie esperaba magia. Ese no es
el punto. La cuestión es que se quedó sin agenda.
Los primeros 10 meses fueron muy cómodos, le sobraba juego.
Ahora no sorprende con nada, ni a los medios ni a la gente ni a
la dirigencia política. Empieza a instalarse la sensación
de calle de que no pasa demasiado. Da la impresión de que
en varios temas, o no tiene iniciativas o avanza lento. Más
allá de que no sea la gran prioridad, es llamativo que después
de 15 meses no haya podido enviar la reforma política al
Congreso.
-¿Cómo miden los ministros?
-En nuestras mediciones, siempre el ministro con
mejor imagen fue Alicia Kirchner. Luego de ella ahora tenemos al
canciller Rafael Bielsa, quien desplazó a Roberto Lavagna.
No se puede hablar de un peor ministro porque hay algunos con poco
conocimiento público, como Oscar Parrilli. El presidente
es la figura con mejor imagen; si él baja, los otros también
se deterioran.
-¿Cómo observa la sociedad a Eduardo
Duhalde?
-Es difícil decirlo, porque creo que el
indicador de imagen no registra el reconocimiento a Duhalde como
piloto en el medio de la crisis. Su imagen personal no es buena,
pero esto no es representativo de su liderazgo.
-¿Qué futuro electoral tiene Elisa
Carrió?
-Da la impresión de que en el próximo
turno en Capital Federal le irá bien, con posibilidades de
ganar, y eso arrastrará en parte al ARI de la provincia de
Buenos Aires. Pero es una elección legislativa. Si no arma
algo más sólido, puede ser que en 2007 tenga las mismas
limitaciones que en 2003.
-¿Cómo influyó el acto de
la Esma a la hora de analizar la caída de la imagen presidencial?
-Creo que fue el principio del desgaste.
Dividió innecesariamente cuando la sociedad ya no era la
del segundo semestre del año pasado.
Carlos
Fara
Director genera de Carlos Fara y Asociados,
Argentina |