|
Por Maximiliano Martín
Número 40
América Latina sobre
la globalización. Impacto en la cultura y en la comunicación
Las transformaciones
provocadas por la globalización, en América Latina,
afectaron no solamente la estructura económica, sino también
en la cultura con incidencia rápida en la vida cotidiana
de sus habitantes. De hecho, la apertura de los mercados y la garantía
de su desarrollo y rentabilidad, se encuentran en estrecha relación
con los medios de comunicación, el marketing y la publicidad,
convertidos en instrumentos de la expansión ideológica
de valores defendidos por las instituciones representativas de los
organismos dirigentes de la economía mundial. Son estos medios
de producción y difusión de gran importancia en la
uniformización y mundialización de las estructuras
de dominio. Con los productos, se incorpora una forma de entender
la sociedad y sus relaciones, una concepción general de la
vida, respondiendo afirmativamente a los parámetros de la
ideología dueña de los medios de producción.
Radios, televisiones, industrias productoras de películas
como Hollywood, holdings comerciales -que a menudo diversifican
la oferta social en numerosos campos de actuación mercantil-,
responden a intereses, que, por encontrarse de continuo frente a
la sociedad consumidora, son tenidos ya por familiares en prácticamente
todas las partes de América Latina (Moraes, 2003).
Junto al control económico,
la gran industria financiera e industrial lleva a cabo una transformación
del sustrato cultural de las regiones “conquistadas”.
El uso y manipulación de los medios informativos, en todo
el medio occidental, resulta evidente y es posible afirmar que no
hay gobierno actual que no los utilice en su propio beneficio. Sin
embargo, en Latinoamérica, la colonización cultural
se ha hecho mucho más profunda en base a los intereses económicos
y por la cercanía geoestratégica con los EE.UU. Esto
ha llevado, economicamente, al subdesarrollo y, socialmente, a una
anulación de lo que se podría entender de manera muy
amplia, usando la concepción de identidad moderna de Hall
(2001, p.11), como pérdida de la “identidad latinoamericana”.
Las leyes del mercado, están
cambiando efectivamente la cultura latinoamericana. Basta aplicar
las transformaciones ocurridas en el papel del Estado y en la sociedad,
en función de la inserción en el mundo globalizado,
para entender como están siendo afectados el proceso de comunicación
y la propia concepción de cultura en el continente. Recopilando
las contribuciones de los diversos autores interesados en el tema
(Martín Babero, Renato Ortiz, Javier Esteinou Madrid), nos
encontramos delante de un cuadro poco animador como veremos a continuación.
Uno de los cambios más significativos
corresponde a la retirada del Estado como instancia propulsora de
los procesos de cultura y comunicación. El espacio ocupado
por el poder público, se abrió a la dinámica
del mercado. La actual gestión cultural en las sociedades
latinoamericanas, no se realiza por la acción interventora
de políticas planificadoras de los Estados, como se podía
pensar en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.
Predomina la relación de los principios del mercado. En la
práctica, con esta transformación en la gestión
cultural y de la comunicación, se corre el peligro de empobrecer
las culturas nacionales. Éstas, en ocasiones, pierden sus
valores con el objetivo de incorporarse a la nueva estructura determinada
por la ley del lucro y de la rentabilidad. Lo que no dé lucro,
dentro de la lógica neoliberal, no se puede entender ni como
cultura ni como comunicación. Como resultado se ha comprobado
la reducción del financiamento de los canales estatales latinoamericanos,
y se ve el crecimiento y la formación de grandes oligopolios
en el sector de la comunicación.
Así, el mercado se convirtió
en el eje fundamental modelador del sentido de la producción
cultural y comunicativa latinoamericana. En los últimos años
la reactivación de los proyectos de comunicación y
de las culturas nacionales, en América Latina no aparecieron
en función de las demandas sociales y sí, en función
de la incorporación de las sociedades al mercado mundial.
Las reivindicaciones de los grupos menos favorecidos, desaparecen
de las progamaciones, y el espacio permanece reservado para los
proyectos de los oligopolios de los medios de comunicación.
Por consiguiente, los proyectos culturales de apoyo al desarrollo
social han quedado en segundo lugar o han desaparecido. Se pierden,
no sólo la legitimidad y visibilidad de una sociedad organizada,
sino también los valores comunitarios y culturales de las
personas, ahora expuestos a una realidad artificial y distante.
El valor o los valores humanos, defendidos por los grupos sociales,
están desapareciendo y abriendo espacio para los ideales
propuestos por Friedman. Se puede afirmar, que la modernización
neoliberal, básicamente, ha reducido el proyecto comunicativo
y cultural de los Estados nacionales en América Latina.
El resultado del proceso no es muy
animador. Como afirma el profesor Javier Esteinou Madrid: “es
el retiro del modelo de medios de servicio público que ha
exigido el esquema de desarrollo del mercado y la primacía
de los principios del mercado; el sistema de medios comercial-privados
se ha expandido notablemente en la región, llegando a ser
éste el patrón dominante en nuestra atmósfera
cultural, y con ello, se ha privatizado el campo de lo público”.
A partir del predominio privado en la concepción cultural
y de la comunicación latinoamericana, se han concebido los
medios de producción de la comunicación y de la cultura
como instrumentos aceleradores del proceso de realización
de capital, y no como herramientas para la elevación de la
conciencia y el cambio colectivo para resolver los problemas de
crecimiento nacional.
La lucha desencadenada en los procesos
de privatización del sistema de la comunicación, demuestra
bien el interés del capital para apoderarse comercialmente
de los bienes culturales del continente. La busca del lucro inmediato
transformó rápidamente algunos sectores ocasionando
la descaracterización de modelos que podrían tener
una función más social. El caso de la telefonía
es ejemplar, por lo menos cuando se estudia el caso brasileño.
Al mismo tiempo en que se abría
el continente a la acción de los grandes oligopólios
que dominan el sector cultural, se implantó el concepto de
sociedad moderna en todos los estratos sociales latinoamericanos.
La finalidad parece muy clara y puede entenderse como la tentativa
de homogeneización de la mayor parte de los campos imaginarios
sociales. Así ha aparecido y se ha consolidado en la América
Latina un nuevo autoritarismo simbólico basado en la cancelación
de las riquezas y diferencias de las diversas manifestaciones culturales
de los grupos sociales, para dar paso a la formación de una
nueva hegemonía ideológica de los monopolios locales
y transnacionales en el campo de la cultura nacional. Nuevamente,
en la opinión del profesor Javier Esteinou Madrid, con ello:
“se ha impuesto un concepto de calidad, de estética
y de modernidad cultural que parte de lo exótico, lo folklórico,
lo menudo, lo anecdótico, lo atomizado, lo frívolo,
y lo tecnológico marginando las peculiaridades de lo propio
y lo trascendente en nuestros países”.
Es suficiente observar por pocas
horas la programación de la televisión para identificar
la injerencia de valores extraños a las peculiaridades regionales.
El individualismo prevalece sobre las relaciones solidarias y comunitarias;
se incentiva la competitividad y no la solidaridad; se valoran las
imágenes mediatizadas, en las cuales predominan las figuras
de jóvenes preocupados con la estética y el placer;
se incentiva al cosumismo siempre mostrado como la novedad; se exalta
la tecnología como sinónimo de calidad y se expone
a la población a terminología desconocida con el uso
constante de palabras en inglés. Estos valores lanzan preguntas,
más de fondo, relacionadas con el problema de la pérdida
de identidad latinoamericana pues estaríamos expuestos a
una cosmovisión que muy poco se aproxima de la necesidad
de crear identidades grupales como formas de superar los valores
universales globalizantes.
En este sentido, podemos afirmar
que el debate cultural actual en Latinoamerica, se coloca en el
dilema de enfrentar nuevas formas de pensar en detrimento de la
negación de un pasado que, aunque no sea perfecto, por lo
menos mostraba inquietud con práticas y valores peculiares
a grupos sociales, más o menos organizados, pero con clara
tendencia y vocación de discutir los problemas de la realidad
continental. El peligro reside en que esas prácticas extrañas,
actuando de manera constante, puedan gradual y silenciosamente unificar
los campos imaginarios, las aspiraciones y las cosmovisiones de
la población latinoamericana. Rescatar la agenda cultural
latinoamericana, incluso para enfrentar los inevitables cambios
más estruturales, tiene un significado especial y debe replantear
el ordenamiento económico, político y cultural al
cual estamos expuestos.
Así, es fundamental ver la
crítica ejercida al proceso de la globalización. El
dilema de la comunicación y de la cultura de Latinoamérica
tiene que encontrar sus alicientes en la raíz ontológica
del pensamiento más radical, contrario a la globalización
y al neoliberalismo. Es lo que procuraremos realizar en las páginas
siguientes.
Una de las críticas más
contundentes al proceso de globalización, es la realizada
por pensadores con obras destinadas a demostrar como el proceso
de la globalización representa los intereses de los países
ricos, principalmente de los Estados Unidos, y de las grandes corporaciones
mundiales entre las cuales se encuentran, también, las relacionadas
con las nuevas tecnologías. De esos autores, aquí
nos interesa destacar las contribuiciones de Ellen M. Wood, principalmente
las que realiza en uno de sus libros más conocidos: “A
democracia contra o capitalismo”. De manera sucinta veremos,
también la aportación de James Petras1.
Wood deja muy claro que el Estado no está desapareciendo
como quiere hacer creer la globalización. Debemos recordar
como uno de los pilares del neoliberalismo, residía justamente
en la tentativa de comprobar que el poder estatal nacional, se diluye
en el mundo interligado. Para ella, aceptar la pérdida del
poder del Estado, implica en negar la existencia del imperialismo,
lo que considera un gran error epistemológico. El imperialismo
actual, sustenta la autora, es muy diferente del pasado tal como
lo ejercieron los llamados imperios coloniales del mundo occidentel.
En la actualidad, el “nuevo” imperialismo no impone
directamente su soberanía sobre los países o gobiernos
subordinados. Actua manipulando las fuerzas económicas del
mercado, para lograr el beneficio de lo que llama capital imperial.
Así entendido, el análisis
de Wood llega a la esencia del momento actua, al afirmar que el
capitalismo se diferencía de otros régimenes sociales,
porque puede dominar mucho más allá del poder político
a través de los medios económicos, no necesitando
ejercer un poder coercitivo directo sobre un país. La paradoja
reside en el hecho de que la apropiación capitalista, aunque
no dependa de la coerción directa del poder político
o estatal, sí necesita del apoyo de esa coerción.
Aquí aparece la necesidad de un Estado, principalmente, porque
es necesario que funcione la fuerza de dominación y de orden
social, para mantener el funcionamiento del capitalismo. Aunque
reconoce cierta anarquía en el capitalismo, pues las leyes
de mercado siempre están amenazando de alterar el orden social,
su pensamiento se dirige para la necesidad de tener estabilidad
y previsibilidad de las relaciones sociales razón por lo
cual, necesita una regulación social muy minuciosa. El Estado
Nacional ofrece entonces un marco legal e institucional capaz de
permitir e impedir la implantación de la destrucción
inerente al propio capitalismo. La nueva relación, determinada
por la expansión del capital, crea una situación interesante
en la cual, el capital internacional se mueve globalmente, pero
nunca dejó de contar o de no apoyar a los gobiernos locales
para que establezcan el llamado “pacto social”.
Esas teorías, acaban con
la idea de la existencia de un Estado global tal como se encuentra
en muchos autores “deslumbrados” con la globalización.
Wood enfatiza en este punto: el capital global precisa Estados territoriales.La
forma política del capitalismo global, no es más que
un sistema de muchos Estados locales. En la brecha creciente entre
el alcance económico y el alcance político del capitalismo
global, reside su debilidad y contradicción fundamental.
Hay que entender claramente lo que significa debilidad en la obra
de Wood. La debilidad se da en función de la explotación
de clases ejercida por el capital. La plusvalía, sin la cual
el capitalismo no existiría, se da sobre la explotación
de los trabajadores. El orden y la tanquilidad social se alcanza
por medio del poder de coerción del Estado Nacional. Como
el capitalismo actual ataca frontalmente los derechos de los trabajadores,
justamente para aumentar su rentabilidad, pueden ocurrir rebeliones
que situarían en peligro el orden necesario para el buen
funcionamiento del capital. Como el capitalismo es global, no hay
garantías de que todos los Estados territoriales nacionales
sigan las mismas normas y comportamientos necesarios para su buen
funcionamiento. Basta que en un país triunfe un gobierno
identificado con los intereses de las clases populares, para que
esta necesidad universal de apadrinar los comportamientos a nivel
de Estado, desaparezca. Esta sería la debilidad del capitalismo
global. Además, lo distintivo del capitalismo es su capacidad
para extender su poder económico mucho más allá
de la dominación política y militar. La condición
para lograrlo es que todos (productores y apropiadores de la riqueza),
dependan de los imperativos del mercado. El imperialismo es posible
-anuncia Wood- cuando los poderes imperiales pueden imponer y manipular
los dictados del mercado sin necesidad de un dominio directo. Ahí
aparece la globalización: el mercado a lo ancho y lo largo
del planeta. Todas las economías deben ser funcionales a
los dictados del mercado. El instrumento indispensable para esto,
es el Estado.
Los países que mejor lo simbolizan
son los que han seguido al pie de la letra las recetas del FMI.
Por eso, a pesar de todas las argumentaciones globalizantes capitalistas,
Wood asegura que el mundo cada vez más, y no menos, es un
mundo de Estados Nacionales. Considera al capital, por él
mismo, incapaz de estructurar el mundo. Por eso mientras las teorías
convencionales de la globalización suponen que el Estado
se convierte en algo irrelevante e impotente, Wood argumenta exactamente
lo opuesto. Su conclusión lleva a considerar las luchas nacionales
y locales más importantes que nunca, porque el capital global
depende no de algún poder místico y sí, de
concentraciones muy concretas de poder. Por lo tanto los cambios
democráticos podrían llegar a alterar el balance imperial.
Éste sería el gran valor de la democracia y de la
política en el mundo contemporáneo.
La concepción de Wood con
relación a la democracia es muy clara. Entiende la democracia
no como una categoría política y sí, como una
categoría económica por medio de la cual se llega
a la igualdad social. Su posicionamento no implica apenas en comprender
la democracia como una forma de conseguir nuevas formas de entender
la propiedad y sí, en atribuir la bases del contrato social
para la reunión de intereses de los trabajadores. Esto amplía
el concepto de producción pasando a ser no sólo el
tiempo destinado al trabajo, también, a la vida cotidiana
de los trabajadores entre los cuales Wood incluye la organización
del tiempo libre, la vida social, el medio ambiente y los bienes
“extraeconómicos” en general.
Posición muy semejante la
desarrolla James Petras (2001). Este autor defiende el Estado Nacional
como el instrumento político fundamental para organizar la
expansión global: tratados comerciales, subsidios, controles
laborales, intervención militar, promoción ideológica
(doctrinas de libre comercio) son todas funciones esenciales desempeñadas
por la elite gobernante del Estado-nación. Con esa perspectiva,
Petras establece que el Estado nacional ha representado un poderoso
papel en el mantenimiento de los bajos salarios y el recorte de
los programas sociales, lo que "liberó inmensos fondos
de enriquecimiento privado para las clases globalizadoras".
Lejos de debilitarse con la globalización, el Estado nacional
"se convirtió en un apoyo fundamental" para su
entronización. Sin los Estados nacionales de los países
centrales, no puede entenderse el éxito de las políticas
imperiales, y sin el trabajo sumiso y cómplice de los grupos
que controlan y usan los Estados nacionales periféricos,
es imposible entender la expansión del proyecto globalizador.
Si la cultura pasa por la masificación
y está al servicio del capital internacional, como demostraron
Wood y Petras, resta saber si todos los medios de comunicación
se encuadran dentro de esta lógica. A principio siempre es
importante destacar como la propia competición local hace
que, en algunas ocasiones, los medias se vean obligados a publicar
noticias o promover programas culturales no del agrado del “neoliberalismo”.
Incluso, en los medios escritos, algunos periódicos, sistemáticamente,
trabajan contra la globalización. Un caso ejemplar de postura
combativa puede ser considerado el Le Monde Diplomatique,
o el Diplomatique como también es conocido. Veremos
al seguir como este periódico ve y retrata en sus páginas,
algunos episodios relacionados con América Latina.
América Latina y
el Le Monde Diplomatique. Una interpretación
El Le Monde Diplomatique
apareció en el Brasil, en la Red, en Diciembre de 1999³.
Con más de cincuenta años de experiencia, este periódico
abre sus páginas para intelectuales muy respetados entre
los opositores de la globalización2.
Su decantada independencia junto con la crítica al modelo
neoliberal lo llevaron a buscar una estrutura diferente de los periódicos
más comerciales. Desde 1996, después de crear una
sociedad anónima de la cual participaban el Le Monde,
los periodistas del Le Monde Diplomatique y - esta sí
nos parece una novedad- la asociación Amigos del Le Monde
Diplomatique, de la cual los periodistas y lectores tienen 46,7%
de los votos, parece que su autonomía está asegurada.
Por la ley francesa, el derecho de vetar una decisión en
las sociedades anónimas puede ser pedido por quien detenga
el 33,3% de los votos. Esa sociedad, de los periodistas y lectores
tiene 46,7% de los votos, garantizando su independencia editorial3.
El cuadro mostrado anteriormente nos lleva a pensar en un periódico
crítico, independiente en el cual existe libertad para manifestar
las opiniones sin ningún tipo de censura. Permite, incluso,
que algunos periódicos divulgen artículos especiales.
En el Brasil, por ejemplo, el Correo Braziliense los publica semanalmente4.
La autonomía de los redactores,
no implica necesariamente pluralidad de interpretaciones. La lectura
detallada de este periódico, por algunos años, nos
permitió identificar puntos comunes en sus artículos.
Atacan de manera incisiva lo que su director, Ignácio Ramonet,
llama del fin del periodismo. Con esta afirmación, sustentan
que los medios de comunicación, dan más prioridad
a la imagen que a lo escrito. Así, lo que antes se llamaba
información perdió el sentido pues antes, tener acceso
a la información, significaba “proporcionar no sólo
la descripción precisa -y verificada- de un hecho, un acontecimiento,
sino también un conjunto de parámetros contextuales
que permitieran al lector comprender su significado profundo. Las
preguntas que las materias deberían dejar claro para el lector
serían: ¿quién ha hecho qué?, ¿con
qué medios?, ¿dónde?, ¿por qué?,
¿cuáles son las consecuencias?”5.
Ahora, informarse nada más es que asistir al acontecimiento,
pues la imagen es considerada suficiente para dar todo el significado
a los hechos. La interpretación, los análisis y la
busca de datos complementarios está desapareciendo y con
eso reina la protección, incluso mundial, cuando debería
existir la pluralidad de versiones. Con ésto hasta los propios
periodistas están sobrando pues su trabajo se limita a mostrar
los hechos, no a interpretarlos. La pauta de los medios escritos
estaría determinada por la televisión.
El Le Monde Diplomatique cree
que para que un hecho se considere verdadero es necesario que corresponda
a criterios objetivos, rigurosos y verificados en las fuentes. Si
la televisión (a partir de una noticia o una imagen de agencia)
emite una información y si la prensa escrita, y la radio,
la retoman, no significa que es verdadera. Los medios, en la actualidad,
no saben separar, estructuralmente, lo verdadero de lo falso. Contra
esa tendencia, Ramonet y el Le Monde Diplomatique proponen
la valorización de la diversidad textual, el desafio del
análisis, la valorización de los hechos, la contextualización
de los acontecimientos y la pluralidad de versiones.
Otra gran concepción desarrollada
por el Le Monde Diplomatique es la crítica a la
entrada de las nuevas tecnologías en el proceso de la comunicación.
Ésta se fundamenta debido a que hasta su implantación,
en los medios de comunicación, se podían distinguir
tres esferas autónomas correspondientes a la cultura, la
información y la comunicación. A partir de la revolución
económica y tecnológica, la esfera de la comunicación
tiene tendencia a absorber la información y la cultura, pues
ya no hay sino cultura de masas. La lógica impuesta en los
ámbitos de la información y de la cultura es la de
la comunicación. Nos encontramos en un movimiento de homogeneización
cultural a escala mundial. La información es, ante todo,
una mercancía sometida a los intereses del mercado. Ya no
tiene una función cívica como se podía observar
antes de la entrada de las nuevas tecnologías. El predominio
económico es el tema de actualidad para el Le Monde Diplomatique.
Esto incluye, también a la política y a la concepción
de poder que este vehículo presenta para sus lectores. Los
mercados dictan y determinan el comportamiento de los responsables
políticos.
El Le Monde Diplomatique adopta
una postura muy clara en defender la democracia. Denuncia en sus
páginas la falta de soberanía de los poderes locales
para deteminar sus acciones. Para este periódico, el poder
y la soberanía se diluyen con la globalización. El
mundo, en la actualidad, ha dejado de estar dividido en bloques
ideológica y políticamente bien definidos. Las organizaciones
internacionales ya no desempeñan el papel que tenían,
pues los Estados Unidos ejercen una hegemonía geopolítica
incuestionable. En la actualidad, los mercados financieros exigen
la aplicación de una determinada política fijada por
la OCDE y el FMI y todos los gobiernos, sean de la tendencia que
sean, la llevan a cabo. A estas ideas, podríamos incluir
otras, pero creemos que con estos puntos de vista centrales tendremos
condiciones para entender como el Le Monde Diplomatique entiende
y aborda las noticias relacionadas con América Latina.
Depués de cuatro años
en la Red, el Le Monde Diplomatique publicó innumerables
artículos relacionados con América Latina. Como sería
imposible analizarlos en su totalidad, realizamos un recorte estudiando
apenas los seis primeros meses de 2003. Durante ese tiempo muchas
de las expectativas para el continente latinoameircano, levantadas
por el Le Monde Diplomatique, deberían realizarse6.
En los seis primeros meses de 2003 aparecieron 11 grandes materias
relacionadas directamente con América Latina analizando acontecimientos
del Brasil, Ecuador, Colombia, Bolivia, Paraguay, Haiti y Méjico.
Esto no significa que otras noticias más generales, no relacionadas
directamente con América Latina no hayan sido leídas
y tenidas en consideración. Para dejar clara la metodología
utilizada esclarecemos que, las once escogidas, representan bien
la visión y el posicionamiento del Diplomatique sobre latinoamérica.
La lectura de las materias escritas
en el Le Monde Diplomatique, con seguridad, no se encuentran
en la prensa más comercial. Entre los temas tratados por
él, destacan puntos centrales sobre los cuales construye
su narrativa. Destacamos: la identidad, la crítica al modelo
neoliberal, la política y el combate contra la manipulación
y distorsión de la información. Cada uno será
estudiado detalladamente en las páginas siguientes.
La situación indígena
sirve de motivo para abordar la cuestión de la identidad
latinoamericana. Uno de los artículos más decisivos,
para entender este tema, trata de la resistencia indígena
ocurrida en la provincia mexicana de Oaxaca7
. El conflito, de acuerdo con el Le Monde Diplomatique, se originó
por la disputa entre las grandes corporaciones transnacionales,
apoyadas por el gobierno mexicano, y las comunidades locales. El
debate suponía la incorporación de la provincia al
“mundo globalizado y neoliberal”, tal como pretendía
el Plan Puebla Panamá (PPP). La finalidad del plan, anunciado
en febrero de 2001 por el presidente mejicano Vicente Fox, consistía
en integrar el sur de Mexico y América Central en el mercado
mundial creando, para eso, toda una red de mejoras de infraestrutura
(carreteras, reforma agraria, electricidad....) destinadas a agilizar
el intercambio comercial. En la verdad, de acuerdo con el Le
Monde Diplomatique, el PPP encubría los intereses de
los grandes grupos transnacionales que deseaban explorar los ricas
yacimientos de minerales descubiertos en la región. De esta
manera se planteó una situación totalmente inesperada
para los indígenas que sintieron los efectos del plano en
su vida cotidiana. Además de abandonar sus actividades hatituales,
tuvieron que vender sus tierras a los grandes propietarios, y parte
de los jóvenes emigró. Su tradicional forma de vida,
de repente, desapareció. Millares de campesinos hicieron
una manifestación en inicio del 2003 para pedir la alteración
y la renegociación del ALCA en los itens relaccionados con
la cuestión agrícola, perjudiciales para las comunidades.
La manifestación es el motivo por el cual el Diplo
decidió realizar el artículo.
Los acontecimientos narrados anteriormente
son presentados por el Le Monde Diplomatique como los ingredientes
fundamentales para discutir la cuestión de la indentidad
indígena. Efectivamente, los indígenas son vistos
como los legítimos pripietarios de las tierras con plenos
derechos de cultivarla de la manera que siempre lo hicieron, en
comunidad (tequio). Los valores comunitarios y las tradiciones
culturales construídos sobre la relación tierra-tradición,
se estaban perdiendo. Debido al impacto ocasionado por el cambio
de sus actividades agrícolas desaparecía no sólo
la forma de explotación agrícola en la cual la comunidad
construyó una forma de vida peculiar, sino también
las manifestaciones culturales alterando profundamente su universo
referencial creado con el pasar del tiempo. La acción externa
– intereses de las empresas transnacionales y del Estado aliado
de esos grandes grupos- destruía los alicientes más
profundos de la vida local.
La promesa de la modernización
regional pretendida por el PPP, no respetaba las tradiciones locales.
Así el conflicto no se resume, tal como comprueba el Le
Monde Diplomatique, a un juego económico y sí,
a la confrontación de dos formas de vida opuestas y con valores
diferentes. Su argumento adquiere credibilidad en la medida que
los propios indígenas se manifiestan sobre el tema. Carlos,
uno de los líderes locales, aparece en la materia para reafirmar
las reivindicaciones indígenas. Usando frases como: “la
tierra es nuestra madre”,“los emigrantes se vuelven
individualistas, materialistas, niegan las instituiciones comunitarias
así como las asambleas, las fiestas...”, “actualmente,
vendo mi café por 7 pesos el kilo. Antes del NAFTA lo vendía
por tres veces más”, “Si los mestizos esperan
que el Plan Puebla Panamá cree empleos, los indígenas
de Oaxaca saben lo que ese tipo de ‘desarrollo’ significa:
la pérdida de sus tierras”. Por sus manifestaciones
vemos, claramente, la situación en la cual se encuentran
las comunidades locales. Los jóvenes salen y vuelven diferentes,
el precio del café cayó, o sea las promesas de mejoras
propuestas por el PPP provocaron lo contrario, la pobreza, el desempleo
y la caída de la calidad de vida.
La identidad, como la presenta el
Diplomatique, no significa que las comunidades indígenas
estén unidas en torno de un ideal común. El texto
deja claro que en las comunidades locales también hay disputas
por tierras más ricas y que las tradiciones permiten, a un
grupo minoritario, apropiarse de grandes extensiones de tierras,
controlar el poder y conseguir prestigio. Lo que no encontramos
en el periódico, es justamente como superar estos “problemas”
domésticos, que ponen en juego las propias tradiciones y,
consecuentemente, el valor de la identidad. Si usásemos las
ideas de Stuar Hall veríamos que esta contradicción
encaja dentro de un conflito permanente de valores construídos
con el pasar del tiempo. La dinámica interna encontraría
una salida para esa situación. Ya las aportaciones de Ellen
Wood indican que el problema es social y, por lo tanto, lo que está
en juego no es solamente la destrucción de una forma de vida
tradicional, como la llevaron los indígenas hasta la llegada
del PPP, y sí, estaríamos delante de un conflicto
que refleja los intereses de clases dentro de la propia identidad.
La busca por la identidad pasa, necesariamente, por el debate contra
las contradicciones internas y externas. Esto nos hace pensar que
los más perjudicados, antes de llegar el PPP no estarían
en mejores condiciones de vida que después de su implantación.
La explotación, guardadas las debidas proporciones, es igual.
Tendríamos los excluidos siempre expuestos a la acción
de la tradición para preservar el status quo. Sobre este
punto, el Le Monde Diplomatique, se calla. Como las divergencias
locales no son tratadas, el periodista deja la impresión
que el interés inicial de comprender la razón de la
revuelta, se resume en desmontar la acción de, apenas, uno
de los componentes: el capital. El problema de la desigualdad local,
fruto de relaciones históricas injustas establecidas con
el pasar del tiempo a través de las generaciones, es dejado
de lado.
Otro artículo semejante al
anterior, por estar en juego la identidad y los intereses locales,
es el relacionado con Bolivia y su proceso electoral8.
La noticia, originada por la manifestación local contra la
exportación del gas boliviano, sirve para disecar y mostrar
los profundos cambios ocurridos en la última elección
boliviana. En el día 30 de Junio de 2002, fecha de las elecciones
generales, el partido vencedor con 22% de los votos fue el Movimiento
Nacionalista Renovado (MNR). Entretanto, la victoria del grupo más
conservador quedó comprometida por no tener mayoría
en el Congreso. El Movimiento para el Socialismo (MAS) de Evo Morales
llegó en segundo lugar con 20,9% de los votos y el Movimento
Indígena Pachacuti (MIP) de Felipe Quispe tuvo 6%. En esta
elección, por primera vez, un grupo llamado auténtico
por representar los intereses de los indígenas y de las organizaciones
independientes (el MAS y el MIP), estaba representado en el Congreso
y, aunque en minoria, forzó el replanteamiento de medidas
tomadas para beneficiar al capital internacional y no a la población
indígena boliviana. Esta postura refleja el sentido de la
manifestación realizada contra lo que esos grupos entienden,
significar una pérdida de la riqueza nacional para las empresas
transnacionales.
El texto enaltece los líderes
campesinos e indígenas por “la defensa de sus territorios
delante de la presencia extranjera y por identificarse con las costumbres
de sus ancestrales”. Esta nueva izquierda, de acuerdo con
el Diplomatique, es formada no por intelectuales de clase
media o alta, que con sus conocimientos teóricos se autodenominarían
líderes y portadores de la verdad, como pasó durante
las décadas de los sesenta y setenta. Al contrario, son personas
provenientes de las clases más bajas que no quieren acabar
con el Estado, ni promover la lucha de clases. La novedad que introducen
es el respeto por sus tradiciones, y por los poderes e instituciones
de las comunidades. Su programa admite la inclusión de los
sectores urbanos y sus reivindicaciones. Pretenden mantenerse abiertos
para incorporar toda la sociedad dentro de un modelo alternativo
con la finalidad de combatir las políticas neoliberales.
Aquí la identidad reconoce
los cambios y las diferencias. Es entendida dentro de una estrutura
social pasando necesariamente por el proyecto político, en
el cual se incluirían todos los sectores marginados en Bolivia
desde las épocas coloniales. Hall, ya habla de la necesidad
de llevar en consideración los diversos grupos e identidades,
cuando se quiere preservar o luchar por una identidad más
amplia, como la identidad nacional. Para él, la busca de
la identidad supone un proceso articulador entre relaciones de subordinación
y dominación. El artículo sobre Bolívia representa
una tentativa amplia de ver las diversas opciones y representaciones
mezcladas cuando se quiere defender un proyecto nacional. La identidad
cultural, en este caso, ultrapasa el mundo indígena y se
lanza como una alternativa política para contemplar todos
los grupos sociales. Como el propio texto del Le Monde Diplomatique
muestra esto, implica en exponerse cultural y socialmente a
los embates del mundo globalizado, lo que puede arriesgar su cultura
y convicciones sociales, a fuerzas capaces de destruir la llamada
identidad de los menos favorecidos. Las fuerzas contrarias actuantes
contra lo local, serían el movimiento neoliberal con todo
lo que esto representa. Verificamos, en esta situación, el
cuidado tomado para no tomar un posicionamento unilateral, como
vimos en el caso mexicano. Aquí la identidad está
condicionada al triunfo de un proyecto político y a la preservación
de la riqueza nacional. Si esto se conseguirá, es algo que
las noticias, obviamente, no pueden mostrar, pues depende del desarrollo
del mandato presidencial. Destacamos, de acuerdo con las teorías
de Hall, la dificultad de mantener la identidad, aislando lo local
del proceso de la globalización. En ese debate, se construyen
los mecanismos para escoger entre esas dos categorías (local-global),
peculiares de acuerdo con la realidad de cada país. Por eso
es importante verificar cómo el periódico, entiende
la globalización.
Desde el surgimiento en la Web,
en Brasil, el Le Monde Diplomatique canalizó sus
esfuerzos para criticar el neoliberalismo y la globalización
de todas las maneras posibles. Por eso, al tratar de este tópico,
resulta difícil afirmar que un artículo es más
claro que otro, o que da más énfasis a ese tema específico.
Esta dificultad nos obligó a escoger algunos textos que ilustran
bien la acción de las políticas neoliberales en latinoamérica.
Tal vez el caso más paradigmático sea el artículo
relacionado a Haiti9. Como se
sabe, este país es uno de los más pobres del continente
Latinoamericano. Pero su condición de poberza y de carencias
de infraestrutura no lo dejan libre de la acción y dependencia
de los organismos descritos como los representantes del capital
internacional: el FMI, el Banco Mundial y, en el caso particular
de Haiti, también el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
y la Unión Europea.
El motivo de publicar el artículo
reside en mostrar las dificultades del gobierno haitiano para liberar
un préstamo de 500 millones de dólares obtenidos junto
a las instituciones internacionales. Un valor relativamente bajo
si es comparado con otros solicitados por los países latinoamericanos,
casi siempre ultrapasando los mil millones de dólares. La
dificultad permite a Paul Farme, antropólogo y médico
de una organización haitiana sin fines lucrativos, desmontar
el procedimiento seguido por los organismos internacionales en busca
del lucro y de la ganancia.
El autor reconoce la importancia
del préstamo del BID para recuperar la salud y la educación
de la población haitiana más pobre. De hecho, los
números y situaciones descritas comprueban las dificultades
de miseria enfrentadas por la población. Por eso, la importancia
del dinero para solucionar, al menos, parte de los graves problemas
sociales de Haiti. El BID concedió el préstamo, pero
para que se concretice el Fondo Monetario Internacional y El Banco
Mundial realizaron una serie de exigencias siendo, en la práctica,
imposible la materialización del acuerdo.
El primer requisito se relacionaba
con las políticas internas del país consideradas poco
ortodoxas por el FMI. Como el artículo demuestra sería
necesario que Haiti tuviera, primero, estabilidad política
interna y adoptase medidas de ajuste para, posteriormente, obtener
el aval. El responsable por la inclusión de esta medida en
los organismos internacionales, sería Estados Unidos que
usó el poder de veto, para imponer la condición de
la estabilidad para liberar el préstamo. El pronunciamento
de la Diputada norteamericana Barbara Lee confirma que los EE.UU.
bloquearon Haiti para que no obtuviese los créditos ni en
el BID, ni en el FMI, ni en el Banco Mundial hasta “conseguir
la tranquilidad política interna”.
El segundo, es explorado para denunciar
las desigualdades de tratamiento dado por las instituciones internacionales
a sus miembros. Del total de dinero aprobado, el BID, condicionó
la liberación, al pago anticipado de cinco millones de dólares
pendientes de otros préstamos realizados en décadas
anteriores por los gobiernos dictatoriales. Aún el BID avisó
al gobierno de Haiti que cobraría, adelantadamente, 0,5%
del total del crédito a título de intereses. Resumiendo,
antes de retirar el dinero, Haiti ya estaba debiendo. El resultado
previsto delante de ese impase, de acuerdo con El Diplomatique:
la infraestrutura empeoraría, las enfermedades continuarían
castigando a la población y aumentaría la mortalidad.
Recordamos que Joseph Stiglitz abandonó el cargo que tenía
en el Banco Mundial justamente por estas prácticas desiguales
dadas a los países cuando llegaban al Banco Mundial, como
relata en sus obras. La función social de esas organizaciones
es totalmente destruida por el artículo en la medida que
denuncia una situación que tiende a perpetuarse, tal como
comprueban los informes oficiales relacionados con la ONU10.
Pero la acción de las políticas
neoliberales no resuelve apenas la pobreza en Latinoamérica.
Desarrolla proyectos políticos y debates no siempre aceptados
por la población. Traer algunos casos observados por el Le
Monde Diplomatique ayuda a entender este otro aspecto de las
políticas neoliberales. El caso del petróleo del Ecuador
es bastante ilustrativo11. El
texto sobre Ecuador está relacionado con el aumento de la
productividad y con la necesidad de aumentar las inversiones para
mejorar la “situación económica del Ecuador”.
El problema de fondo es el enfrentamiento entre la compañía
estatal ecuatoriana, Petroecuador, los intereses del Fondo Monetario
Internacional y del Banco Mundial presionados por las compañías
privadas europeas que desean controlar el petróleo ecuatoriano.
Los proyectos iniciales de Petroecuador
implicaban en la extracción petrolífera de manera
planificada y racional empleando mano de obra nacional y preservando
el medio ambiente. Como el petróleo ecuatoriano sería
de buena cualidad, aunque insignificante en cantitad si se compara
con la producción mundial (340 mil barriles/día),
las empresas internacionales formaron un consorcio, el OCP Ltd.
para actuar en la región amazónica. Una de las principales
características del artículo es mostrar el procedimiento
seguido para acabar con el monopolio estatal. El primer paso fue
político y se concretizó con la llegada al poder de
Gustavo Noboa que, además de abrir el país al comercio
internacional, fue el gran incentivador de la construcción
de los oleoductos para llevar el petróleo de la selva amazónica
al litoral. En función del aumento de la producción
y de la necesidad de realizar obras, se esperaba que con la abertura
y la llegada del consorcio internacional se crearían más
de cincuenta mil nuevos puestos de trabajo, principalmente en las
áreas donde se realizarían las extracciones. Así,
el consorcio entró donde antes estaba reservado para la compañía
estatal. El tercer motivo, estaba relacionado con el uso de tecnología
más moderna, que Petroecuador no tenía, para evitar
problemas ecológicos. Finalmente se anunciaba un aumento
sustancial en la extracción del petróleo, lo que daría
al país condiciones económicas mejores.
Los resultados obtenidos etre
2000 y 2003, como publica el texto del Le Monde Diplomatique
no son los que inicialmente estaban previstos. De los 328 mil
barriles/día producidos en 1994, la producción de
la compañía estatal ecuatoriana pasó a 220
mil barriles/día. El consorcio privado aumentó su
producción de 50 mil barriles/día para 160 mil. La
explicación a este fenómeno es simple: el consorcio
trabajó para acabar con la rentabilidad de la compañía
estatal con la intención de comprarla. Los desastres ecológicos
provocados por las multinacionales, se consideran irreparables,
y los peligros de provocar una contaminación ambiental muy
grandes, pues se construyó el oleoducto sobre una área
volcánica sujeta a terremotos y próxima a los nacimientos
de ríos importantes para la región amazónica.
Como se puede ver, por lo que presenta
el Le Monde Diplomatique en sus páginas, la entrada
de las ideas y prácticas neoliberales en el Ecuador ocasionaron
una situación totalmente contraria a la esperada. La finalidad
sería la apropiación de la materia prima del país
sin importar con los costos sociales o ambientales. Ésta,
es otra vertiente del proceso de la globalización que el
Diplomatique trae a sus lectores: el desmonte de la economía
nacional en nombre de la racionalización y de las mejoras
sociales, lo que se consigue abriendo la economía local a
los mercados internacionales. Esta posición, siempre es importante
recordar, corresponde con las observaciones de Stiglitz y sus pesadas
críticas al orden mundial impuesto por los organismos como
el FMI, el Banco Mundial o las compañías internacionales.
No podemos pensar que, sistemáticamente,
el Le Monde Diplomatique reserva sus artículos para
mostrar y reforzar ideas contrarias al modelo neoliberal y a la
globalización. En los artículos que separamos para
estudio, relacionados con América Latina, por lo menos dos,
de manera bastante enfática, traen esperanza de encontrar
caminos y alternativas diferentes a las establecidas por el nuevo
orden mundial. Esto puede observarse en los textos destinados a
estudiar las elecciones realizadas, en el final de 2002, en Brasil
y en Ecuador. El artículo destinado a interpretar el caso
de la elección en Brasil destaca por su euforía y
entusiasmo12. Encuanto lectores,
en algunos monentos, sentimos como la imparcialidad, tan anunciada
en su Web, desaparece. Ejerce una clara exaltación y llega
a incluir mentiras en el aval del plebiscito que llevó al
Partido de los Trabajadores (PT) al poder.
¡Viva Brasil! La llegada de
Lula, marca el inicio de un nuevo ciclo histórico en América
Latina. Salido de un período nefasto de tiranías militares,
de represión y rebeliones armadas, el ciclo precedente duró
cerca de veinte años (1983-2002)13.
Esta llamada del artículo, es confusa, no deja claro una
información importante que puede confundir al lector o inducirlo
a pensar que la dictadura militar (1964- 1984 fecha no situada claramente
) es igual al régimen de los mandatos de José Sarney,
Fernando Collor, Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso. Creemos
que hay diferencias sustanciales, aunque pueda ponerse en duda el
valor social de los mandatos de esos presidentes. Pero también,
no eran totalmente parecidos a los gobiernos militares.
Brasil, legalmente, desde 1989 escoge
su Presidente de manera directa, no dependiendo de ningún
consejo especial como ocurría en el pasado. Mejor o peor,
el modelo brasileño es democrático. Las rebeliones
militares y la represión institucional, son cosas del pasado
y para las nuevas generaciones, ya suena como algo lejano (historia).
Veremos el contenido de la materia con mas calma.
Inicialmente, el artículo
de opinión del número 36 del Le Monde Diplomatique,
sitúa destacados todos los movimientos políticos latinoamericanos
que acabaron con los presidentes y modelos identificados con la
propuesta neoliberal. Son ellos: Jamil Mahuad del Ecuador depuesto
por una rebelión campesina después de intentar dolarizar
la economia; Alberto Fujimori del Peru, en Noviembre de 2000, acusado
de corrupción y Fernando de la Rua, en Diciembre de 2001,
a los gritos de “No a la globalización” y “Fuera
el Fondo Monetario Internacioanl”. Aún, otras manifestaciones
menores, en países como Bolivia, Costa Rica y Paraguay condenando
las clases políticas por su concordancia con el neoliberalismo,
son citados para afirmar que en América Latina hay una unidad
en la condena del modelo neoliberal. Esa es la explicación
que determinaría la victoria de Lula en Brasil y de Lucio
Gutierrez en Ecuador. Interesante la radiografía que hace
de Brasil: “ese inmenso país – 175 millones de
habitantes y la décima economía mundial- se prepara
para ser gobernado, en condiciones democráticas por un líder
proveniente de la izquierda radical contraria de la globalización”.
El futuro que espera al nuevo Presidiente brasileño es casi
mítico, pues debería mostrar, para toda Latino-América,
la necesidad de escoger líderes capaces de realizar una administración
diferente al modelo patronizado del neoliberalismo. El lema del
Foro Mundial Social es adaptado en la materia: otro modelo económico
es posible. Para reforzar este posicionamento, nada mejor que usar
las palabras del propio Presidente brasileño:”Toda
América Latina mira para nosotros, llevamos al poder las
esperanzas de los latinoamericanos, por eso no podemos equivocarnos”.
Continua el artículo demostrando
confianza en el futuro del continente. El año en el cual
debería concretizarse sería el 2003 por algunos motivos:
se podrán tener más claras las medidas que Lula tomará;
habrá elecciones en Argentina, definiéndose si Brasil
podrá contar con un aliado en la implantación del
Mercosur y renegociar el proyecto de los Estados Unidos para formar
el ALCA; la posible victoria de Lucio Gutiérrez, ayudará
en la consolidación de un grupo de países para enfrentar
la globalización y, los problemas de Venezuela tendrán
una solución, sabiéndose, con seguridad, cual es el
posicionamiento de Hugo Chávez.
Ese panorama tan positivo, contrasta
con los otros artículos sobre América Latina llenos
de relatos de destrucción, ocasionada por las medidas neoliberales
y que aparentemente parecían insuperables. Puede ser que
por ese motivo Ramonet, muy acertadamente, cierra su artículo
de fondo de manera mucho más cautelosa que lo había
iniciado dejando una pregunta incómoda en abierto relacionada
con la misión, casi imposible, que espera a Lula: ¿podrá
conseguir el desafío?
La respuesta intenta ser dada por
uno de los más respetados pensadores
y militantes brasileños contra la globalización: Emir
Sader14. Su contribuición
es muy importante para entender como el pensamiento latinoamericano
de izquierda, construye la argumentación buscando salidas
para el continente, dentro de otros modelos diferentes del neoliberalismo.
Argumenta Sader, que el modelo neoliberal encuentra cada día
más enemigos, grupos y organizaciones dispuestos a luchar
contra él, en función de las consecuencias desastrosas
dejadas a las poblaciones más necesitadas. La victoria política
en países de América Latina, donde sus representantes
se manifestaron contra el modelo neoliberal, comprueba el deseo
político de buscar esas alternativas. Si ésto es verdad,
sería apenas una cuestión de juntar países,
fortalecer relaciones, ampliar la búsqueda de aliados fuera
del continente y establecer resistencias conjuntas, para fortalecer
su posición y evitar la fragilidad individual delante de
las organizaciones y organismos internacionales. Internamente, por
lo menos pensando en Brasil, Sader sustenta que la esperanza es
concreta pues las primeras medidas de Lula se direccionaron para
acabar con la inflación, disminuir los intereses, fortalecer
el capital nacional y distribuir renta. De esta manera se estaría
aumentando la posibilidad de combatir la globalización. Nos
parece muy ecertada la interpretación aunque, en la práctica,
el camino sea más duro y difícil de lo que parece.
La dependencia de aliados y de acuerdos políticos, dificultan
y levantan serias dudas de que esto se materialice. Se sabe que
es un camino muy desgastante y sin esperanza de que pueda ser superado
en poco tiempo.
El optimismo en el fortalecimiento
político, también se encuentra en el artículo
que analiza la elección en la cual, Lucio Gutiérrez
alcanzó la victoria en el Ecuador15.
Su triunfo, conseguido con el apoyo de las comunidades indígenas,
representa una posibildad concreta de trazar nuevos caminos para
esos grupos menos favorecidos. Esto, en el Ecuador, nunca ocurrió
pues siempre grupos conservadores y elitistas, controlaron la política
durante décadas. Por primera vez, los indígenas tendrán
en el poder una persona sensible a sus reivindicaciones y podrán
tener en el Congreso ecuatoriano, políticos comprometidos
con el partido (Sociedad Patriótica de 21 de enero) que llevó
a Lucio Gutiérrez a la presidencia y en cuyo programa, se
incluían medidas que beneficiarían a los índios.
El texto del Le Monde Diplomatique, enfatiza el resultado
del plebiscito ecuatoriano como una posibilidad concreta, de despertar
a la izquierda latinoamericana para participar más activamente
en otros países y formar una cadena que permita pensar en
acciones conjuntas. Pero nuevamente advierte, en la misma materia,
como la acción de ese gobierno y el de Lula, pueden ser apenas
experiencias.
La situación de Cuba se torna
ejemplar para mostrar la importancia de la manipulación de
la información16. No
debemos ignorar como, en este caso concreto, el juego de intereses
y posicionamientos está siendo llevado a cabo por los grandes
periódicos. El blanco siempre acaba siendo Fidel Castro y
la falta de libertad de su régimen. El artículo del
Diplomatique entra en ese debate sólo que de manera
bien diferente. El motivo de la materia fue la ejecución
de personas en Cuba por órdenes de Fidel con gran repercusión
en la prensa internacional. Entre otras críticas, la prensa
notició y explotó al máximo desde la violación
de los derechos humanos en la Isla, hasta la ruptura con Fidel de
personas importantes como Saramago17.
Debemos destacar que el Le Monde
Diplomatique condena el acto de Fidel, pero abre su espacio
para procurar dar un sentido a lo que pasó. La metodología
usada en el análisis de este artículo, es la que se
puede encontrar en la mayoría de los textos del Diplomatique.
Hace un resumen histórico de las relaciones entre Fidel y
los Estados Unidos, destacando como los medios de comunicación
trabajaron en favor de las versiones defendidas por los norteamericanos,
siempre que se relacionaron con el significado de Cuba en la actual
situación mundial. Esa tendencia, de acuerdo con el artículo,
se acentuó después de la elección del Presidente
George W. Busch. En su gestión, el bloqueo económico
contra la Isla, aumentó considerablemente. El profesor Wayne
Smith, antiguo embajador del Presidente Carter en Cuba y uno de
los promotores del mejor plan de aproximación entre los dos
países desestruturado por Ronald Reagan, afirma que, en la
administración Gerge W. Bush, Cuba es considerda como uno
de los países enemigos de los Estados Unidos, pues acoge
y protege terroristas. Cuba, para los Estados Unidos, es parte del
conjunto de países del “eje del mal”. Un Estado
terrorista o promotor del terrorismo.
La acción norteamericana
contra Cuba, cuenta con agentes infiltrados y mantenidos por los
cubanos de Florida. Desde esa posición privilegiada, estarían
promoviendo actos terroristas destinados a desestimular el turismo,
y a crear un clima de inseguridad en Cuba. Eso, de acuerdo con la
opinión del Le Monde Diplomatique, la prensa importante
no publica, que cinco cubanos encontrados en los Estados Unidos
sin la documentación regularizada, fueron condenados apenas
muy duras que, en la práctica, equivalen a la pérdida
de la libertad por el reso de su vida. Su crimen habría sido,
intentar encontrar trabajo en los Estados Unidos. Delante de esa
situación, Cuba intenta mantener su soberanía e independencia,
teniendo que recurrir a medidas extremas, entre las cuales se incluye,
la condena de las tres personas que habían secuestrado un
ferry en la tentativa de huir para los Estados Unidos.
De esta manera, el Diplomatique situa la condena dentro
de una situación en la cual, el posicionamento de los dos
lados está cada vez más radicalizado y, consecuentemente,
las acciones acaban llegando a situaciones extremas.
El texto demuestra como la prensa
internacional, tiene “olvidadas” las acciones americanas
contra Fidel. Los que piden más democracia en la Habana,
sustenta el Le Monde Diplomatique, no deberían olvidarse
de citar los derechos económicos, sociales y culturales negados
a Cuba dentro de las institucuiones internacionales. También
sería importante recordar la situación en que se encuentran
los prisioneros de Guantánamo, así como las muertes
que los Estados Unidos provocan en el resto de América Latina,
en función de una política destinada únicamente
a conseguir lucro y nada más. El exceso de información
y la masificación de una única versión, reducen
las interpretaciones y no llevan en consideración los análisis
más detallados y profundos, tratando otros intereses ocultados
por los medios de comunicación de masa. Así, el artículo
justifica la muerte de los cubanos tratándola no como una
situación aislada, y sí, insertada en el contexto
internacional de polarización de posiciones.
La violencia en Colombia también
se puede incluir dentro de la misma tonalidad del artículo
sobre Cuba, osea, el predominio de una única versión
y la ausencia de interpretaciones más detalladas sobre las
razones e intereses ocultos en esas situaciones. Reconociendo que
las Frac tienen relacción con el tráfico de drogas,
el artículo del Le Monde Diplomatique muest,a como
el aparato represor del Estado, el Ejército y grupos armados
de extrema derecha, están actuando de manera más cruel
que las llamadas fuerzas terroristas. Esos grupo paramilitares,
ayudados y usados por el Ejército, fueron contratados y creados
con la finalidad de tener personas que “ayudarían”
a descubrir, no importando como, los movimientos de la guerilla
e identificar los simpatizantes de la organización izquierdista.
La violencia, no es un acto terrorista de grupos revolucionarios
que secuestran o matan para proteger el tráfico, o promover
la instalación de un régimen socialista. La violencia
se diseminó por la falta de una democracia y por el no reconocimiento
del Estado, de la existencia de grupos contrarios a los intereses
de los grandes propietarios de la tierra que, con miedo de perder
sus propiedades, apoyaron los métodos ilegales para acabar
con la organización de las Frac. Es una situación
delicada y con raíces más históricas de lo
que muestra la mayoría de las noticias de los grandes periódicos
americanos para el mundo. No son traficantes y guerrilleros que,
de manera conjunta, promueven el vandalismo y la inseguridad. Tampoco
es con planes desastrosos, como el llamado plan Colombia, que tendería
a terminar con esta situación inestable. Lo que el Diplomatique
comprueba, es la proporcionalidad entre la violencia del Estado
y de la guerrilla. En la medida que el Estado endurece sus acciones,
la guerrilla responde de la misma manera. Levanta la hipótesis
de que el actual Presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez,
tiene relación con los grupos paramilitares y el tráfico
de drogas.
El artículo del Diplomatique
realiza un importante ejercicio de investigación, demostrando
las relaciones delicadas resultantes de esa situación, y
que teóricamente no tendría una solución, a
no ser que se llegue a un acuerdo entre los grupos intefrantes del
conflicto. El Le Monde Diplomatique demuestra, como la
situación de la mayoría de la población es
inestable y delicada, sufriendo y viendo un futuro poco prometedor
pues, no tienen seguridad que sus plantaciones no sean destruídas
por las acciones y enfrentamientos de esos grupos. La violencia
se encaja dentro de un proceso político con reflejos sociales,
no es un simple caso de policía.
Conclusión
Nos parece haber
dejado muy claro que la globalización, sólamente puede
ser entendida en su profundidad, si es comprendida como una nueva
forma de actuación del capitalismo, y de las instituciones
y organismos en los cuales fundamenta su actuación. También
quedó claro que, delante de la hegemonía del nuevo
orden establecido, se encuentran pensadores proponiendo argumentos
y concepciones contrarias al pensamiento predominante.
Dentro de ese debate se encuentra
el Le Monde Diplomatique, un periódico opuesto radicalmente
a la globalización y al neoliberalismo. Las noticias del
Diplomatique exhiben interpretaciones y versiones críticas
de los hechos recientes, particularmente los relacionados con América
Latina. Pero un análisis más detallado nos permite
verificar como, el Le Monde Diplomatique, en la mayoría
de sus artículos parte de una interpretación equivocada,
o parcial, de lo que es la globalización. Ésta es
entendida como el triunfo del mercado. En consecuencia establece
como objeto de crítica central de su contenido el propio
mercado, las instituciones legitimadores de las reglamentaciones
mercantiles, las innovaciones tecnológicas y los demás
instrumentos relacionados con el triunfo del comercio. No podemos
negar que ésta sea una, tal vez la más importante,
de las características de la globalización. Pero podemos
caer en una trampa si no introducimos en la polémica otros
elementos que la reducción de los hechos a la lógica
del mercado. Es importante apuntar otras interpretaciones, más
complejas y peculiares a cada realidad, delante de la llegada de
la globalización.
La globalización expone las
culturas locales o regionales, al impacto de valores extraños
defendidos no sólo por los nuevos agentes que entran en su
espacio, sino que también cuentan con el apoyo de grupos
internos, dispuestos a estabelecer ese nuevo orden útil para
los defensores de la globalización. Criticar estos grupos,
no es citarlos como los representantes del capital internacional.
Es necesario desmontar la lógica interna que los colocó
en las posiciones de poder en latinoamérica. A su vez, no
pueden ser descartados. Tienen que ser incluidos en el conjunto
plural de culturas y pueblos existentes en América Latina.
La identidad latinoamericana implica en la aceptación de
una multiplicidad de culturas que hasta hoy no tuvieron oportunidad
de mostrarse libremente sin la dependencia o tutelamiento externo.
La relación entre esas culturas, siempre fue delicado e indefinido.
El Diplomatique tiene dificultad
en entender esos procesos internos, y por esa razón, la solución
o soluciones que presenta no están claras, permaneciendo
en el ámbito de las posibilidades. Como pudimos ver, imagina
una América Latina construída encima de un pensamiento
idílico y romántico proveniente de la época
colonial. Éste, veía en las comunidades indígenas,
un paraíso destruído por la acción del europeo.
En parte es verdad, pero también sabemos de las explotaciones
y conquistas internas, por medio de las cuales unos grupos dominaban
otros, desmontando de esta forma, las visiones más románticas
sobre el continente. Presentar esas contradicciones no significa
disminuir las denuncias del Le Monde Diplomatique al contrario,
nos parecen insuficientes y, como un medio de comunicación
independiente, debería avanzar en las propuestas que, repetimos,
no quedaron claras. Al final, las preguntas que permanecen sin respuesta,
en el Diplomatique, son las siguientes: ¿Cómo
sería la situación de América Latina si hubiera
quedado fuera de la globalización? ¿Podemos imaginar
las décadas de los sesenta y de los setenta, mejores que
las actuales para la población más pobre?
Si la respuesta es no, lo que nos
parece correcto, significa que las barreras en América Latina
son más profundas que las ocasionadas por la globalización.
Nos atreveríamos a afirmar que no existe una única
identidad y una única salida, razón por la cual también
pensamos en una salida plural. El reconocimiento de las discrepancias
en confrontación constante, es un buen comienzo. La comunicación
es el espacio ideal para vivir y mostrar estas discordancias, que
expuestas pueden ir indicando las salidas.
Notas:
1
Las prinicpales obras usadas de estos autores son “Democracia
contra capitalismo”, de Hellen Wood y “Armadilha neoliberal”
de James Petras. Las dos están relacionadas en la bibliografía
final.
2 Entre otros colaboran: Ignácio
Ramonet, Noam Chomsky, el subcomandante Marcos, José Saramago,
François Chesnais, Ivan Illich y Samir Amin.
3 Pensamento Crítico &
Alternativas. Disponíble en: <http://www.diplo.com.br>,.
Acceso en: 20 de janeiro de 2004.
4 Además del ya citado
Correio Braziliense reproduzen el Le Monde Diplomatique: Caros
Amigos, Revista Sem Terra, Escola Sindical São Paulo da CUT,
Adverso, ADUFRJ, Jornal da Adufmat, Teoria & Debate, Revista
Em Tempo, Mundo y el portal de Internet IG.
5 Las ideas siguientes están
en las obras de Ignácio Ramonet enumeradas en la referencia.
6 Ellas se centraban en la posibilidad
de escojer gobiernos identificados con las causas más populares
podiendo romper la dependencia en relación a las políticas
neoliberales.
7 GOUVERNEUR, Cédric. Resistência
dos índios no Estado mexicano de Oaxaca. IN: <http://www.diplo.com.br>.
Ano 4, n.º42.
8 CHVEZ, Walter. Erupção
ananuciada do vulcão boliviano.IN: <http://www.diplo.com.br>
ano 4, n.º40 Acceso en 1 de febrero de 2004
9 FARMER, Paul. O Impacto sanitário
de um embargo. IN <http://www.diplo.com.br>
,ano 4, n.º 42. Acceso en 2 de febrero de 2004.
10 Apenas para ilustrar esto,
los especialistas del Centro de Ecología e Hidrología
del Ambiente Natural de Inglaterra desarrollaron un nuevo indicador
de la pobeza en el água (water poverty index) en el cual,
después de avaliar 147 países muestran el Haiti en
147º lugar.
11
BARTHELEMY, François. Tomando
o petróleo de assalto. IN: <http://www.diplo.com.br>,
ano 4 n.º 36. Acceso en 1 de febrero de 2004.
12 RAMONET, Ignácio.
Viva o Brasil. IN: <http://www.diplo.com.br>.
Ano 4 , n.º36. Acceso en 1 de febrero de 2004
13 RAMONET, Ignácio.
Viva o Brasil!. In: <http://www.diplo.com.br>,
ano 4 n.º36. Accesado en 2 de febrero de 2003
14 SADER,Emir. Os desafios do
pós-neoliberalismo. In: <http://www.diplo.com.br>,
ano 4, n.º 37.Acessado en 3 de febrero de 2004
15 SAINT-UPERY, Marc. Um rebelde
na presidência. IN: <http://www.diplo.com.br>,
ano 4, n.º36. Acessado en 3 de febrero de 2004
16 MINA,Sandra. A síndrome
de ilha sitiada. In: <http://www.diplo.com.br>.
Ano 7, n.º41. Accesado en 3 de febrero de 2004.
17 Es importante decir que Saramago
criticó duramente la manipulación de su posicionamento
en relación a esos episodios en Cuba. Denunció las
muertes pero eso no implico en la ruptura con Fidel ni con lo que
significa Cuba en el contexto internacional.
Referencias:
ANDERSON, Perry. Balanço
do neoliberalismo.IN: SADER, Emir (Org.) 1995. Pos-neoliberalismo.
As políticas sociais e o Estado Democrático.
Rio de Janeiro: Paz e Terra
HALL, Stuart. 2001. A
identidade cultural na pós-modernidade. Rio de Janeiro:
DP&A Editora.
IANNI, Otávio (2000) Teorias da Globalização.
São Paulo: Editora Brasiliense.
MARTIN-BARBERO. Jesús. 1997. Dos meios as mediações.
Rio de Janeiro: UFRJ, Editora
MATTELART. Armand. 2000. A globalização da comunicação.
Bauru: EDUSC
MÉSZÁROS, Istvan (2002) Para além do capital.
São Paulo: Boitempo.
MORAES, Denis. O capital da mídia na lógica da globalização.
IN: MORAES, Denis (Org). 2003. Por uma outra comunicação.
Rio de Janeiro: Record.
ORTIZ, Renato.1993, Românticas e folcloristas –
cultura popular. São Paulo:Olho d´agua.
PETRAS, James (1999). Armadilha neoliberal. São
Paulo: Xamã
RAMONET, Ignácio (2002) Propagandas silenciosas: massas,
televisão, cinema. Petrópolis: Vozes.
RAMONET, Ignácio (2001) Geopolítica do caos.
Petrópolis: Vozes
STIGLITZ, Joseph E. 2002. A globalização e seus
malefícios. São Paulo: Futura.
STIGLITZ, Joseph E. 2003. Os exuberantes anos 90. São
Paulo: Companhias das Letras.
WOOD, Ellen M. 2003. Democracia contra capitalismo. São
Paulo: Editora Boitempo
Sitiografía
<http://www.diplo.com.br>
(consultados todos los seis primeros números del 2003)
ESTEINOU, Javier Siglo XXI. Leyes del mercado y nuevo proyecto
de comunicación em América Latina. IN: <http://www.innovarium.com/indculturales/proyma.UEM.htm>.
MARTIN- BARBERO. Medios y culturas en el espacio latinoamericano.
IN: <http://www.campus-oei.org/pensariberoamerica/ric/o5ao1.htm>.
Dr.
Maximiliano Martin Vicente
Profesor de los cursos de Comunicación Social de la Faculdade
de Arquitetura, Artes e Comunicação – FAAC –
UNESP, Campus de Bauru – SP –
Brasil. |