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Por Marta Rizo
Número 40
El diálogo entre
la comunicología y las ciencias psicológicas
Si existe una obra que podamos denominar como fundamental
y prioritaria para el estudio de la comunicación desde un
enfoque sistémico, ésta es Teoría de la
comunicación humana. Sus autores son conocidos como
miembros fundacionales de los trabajos sobre comunicación
realizados desde la denominada Escuela de Palo Alto, también
conocida como “Colegio Invisible” por sus particularidades
en la organización colectiva de sus trabajos e investigaciones.
Epistemológicamente, esta
obra se ubica dentro de la dimensión sistémica, pues
sus aportaciones no van en la línea del positivismo ni la
hermenéutica. Se inserta, por tanto, en la nueva ruptura
epistemológica que abandona nociones como la linealidad y
la objetividad en la construcción de conocimiento, y aboga
por un acercamiento circular y holístico del objeto de estudio.
Siendo una obra que funge como organizadora
de gran parte del conocimiento producido por la Escuela de Palo
Algo, Teoría de la comunicación humana presenta
una completa aportación al vasto mundo de las teorías
de la comunicación. Sin embargo, y paradójicamente,
este libro no goza en la actualidad de una presencia caudal en el
campo académico de la comunicación. El predominio
de los enfoques empírico-positivistas, por un lado, y la
primacía de los estudios sobre medios de difusión,
por el otro, pueden ser algunos de los factores causantes de esta
situación.
El objeto específico de esta
obra es la Interacción, entendida como matriz fundamental
de toda comunicación humana. La interacción ha sido,
sin duda alguna, uno de los principales campos de preocupación
de disciplinas como la Psicología Social y la Sociología
Fenomenológica, y desde enfoques menos sociológicos,
también ha sido objeto básico de los estudios realizados
desde la teoría Cibernética.
Esta obra está escrita en
los años setenta, en la época de desarrollo del campo
de la comunicación en Estados Unidos. Sin embargo, y pese
a situarse en el contexto pionero de la creación científica
en comunicación, Teoría de la comunicación
humana no fue una obra escrita específicamente para
y desde el campo de la comunicología. Más bien, sus
aportaciones fueron encaminadas a enriquecer los estudios sobre
terapias sistémicas, y el campo de la psicología y
la psiquiatría en general.
En cuanto al género, se trata
de un libro fundamentalmente teórico, lo cual no significa
que esté vació de ejemplos ilustrativos. Para el campo
de la comunicación, la complejidad de la obra puede radicar
en la especialización del lenguaje usado, así como
en la ubicación del centro de la reflexión en los
procesos interpersonales de interacción y no en los procesos
de difusión de información que tienen lugar a través
de los medios masivos.
Teoría de la comunicación
humana consta de una introducción, siete capítulos
y un epílogo. El orden de exposición es de lo general
a lo particular. Así, los primeros capítulos exponen
los fundamentos generales de la comunicación humana siguiendo
la propuesta de la Escuela de Palo Alto, mientras que los tres últimos
capítulos contienen ejemplos de análisis concretos
en los ámbitos de la literatura y la psicoterapia. Este último
tema se encuentra desarrollado a partir de los conceptos de comunicación
patológica, doble vínculo, paradoja y perturbaciones
de la comunicación. El epílogo es una síntesis
de las ideas expuestas en los capítulos, y ofrece también
una comparación entre la teoría de la comunicación
humana propuesta por la Escuela de Palo Alto, por un lado, y la
perspectiva existencial sobre lo humano, por el otro.
El segundo capítulo es fundamental
porque en él se exponen los denominados axiomas de la comunicación
humana, esto es, los fundamentos de la comunicación de los
que partieron todos los estudios realizados desde la Escuela de
Palo Alto. También el cuarto capítulo es especialmente
importante, ya que en él se exponen las características
del sistema interaccional, la propuesta teórica básica
de la escuela. Los últimos capítulos son más
importantes para el ámbito de la psicoterapia y la psicología
en general, aunque también aportan numerosos conceptos e
ideas para la comunicación.
Pese a proceder de la Psicología
Social y la Sociología Fenomenológica, este libro
debiera ser considerado un clásico dentro del campo de la
comunicología, sobre todo para las aproximaciones realizadas
desde los enfoques sistémicos. Fundamentalmente, Teoría
de la comunicación humana ofrece al lector un completo
espacio conceptual para la aproximación teórica y
empírica a todo lo relacionado con la interacción
y los procesos de comunicación interpersonales.
Por todo lo anterior, se puede decir
que esta obra es importante porque establece un diálogo entre
la comunicología y las ciencias psicológicas, sobre
todo en la vertiente de las psicoterapias. La consolidación
de los estudios sobre medios de difusión, así como
la emergencia y consolidación de los estudios culturales
en las dos últimas décadas, ha ensombrecido la importancia
de esta obra en el campo académico de la comunicación.
Watlawick, Beavin y Jacskon son
tres actores fundamentales dentro de la Escuela de Palo Alto. Su
trayectoria de producción bibliográfica tiene un eje
conceptual central: la interacción. En la mayoría
de los casos las obras de estos autores están enfocadas al
ámbito de las psicoterapias, de las terapias sistémicas,
de ahí que la comunicación patológica y sus
perturbaciones –objetivadas en casos de enfermedades como
la esquizofrenia- tomen especial relevancia dentro de la producción
de la Escuela de Palo Alto. Esta obra es la suma de los trabajos
realizados desde esta escuela, ya que en ella se recogen no sólo
aspectos teóricos generales acerca de la pragmática
de la comunicación humana, sino que también se exponen
análisis prácticos, de casos, que ilustran la teoría.
Referencia:
Watzlawick, Paul (et.al.). Teoría
de la comunicación humana. Interacciones, patologías
y paradojas, 1ª Edición, Tiempo Contemporáneo,
Buenos Aires, 1971, 258 páginas. Traducción de Noemí
Rosenblatt.
Dra.
Marta Rizo García
Profesora-investigadora de la Academia de Comunicación y Cultura
de la Universidad de la Ciudad de México,
México DF, México. |